Can the circle be unbroken. Carter Family, 1935

En los orígenes de la música country, cuando esta empezó a ser comercial y a sonar en todas partes, destacaron sobre todo dos figuras: Jimmie Rodgers y la familia Carter. Al bueno de Jimmie ya se lo hemos presentado, y la canción que ahora nos ocupa pertenece, cómo no, a la familia Carter.
Al contrario que la anterior, Can the circle be unbroken presenta una temática mucho más sombría, casi tétrica, ya que nos cuenta los sentimientos angustiosos que provoca en el narrador la muerte y el posterior funeral de su madre.
Sus raíces se hunden en la música americana y, como no podía ser de otra manera, Pete Seeger, principal estudioso de este género, fijó su atención en este himno de tintes religiosos.
En 1988, y en el marco de los revivals que resucitaron esta música, se añadió una nueva estrofa en la que el mensaje de la canción resultaba más esperanzador. Esta melodía ha gozado de gran vigor en la historia de la música americana, con un gran número de versiones de la mano de cantantes de la talla de Bob Dylan, Joan Baez, John Lee Hooker, Johnny Cash o Willie Nelson. No es extraño que, en ocasiones, se aluda a ella como Will the circle be unbroken, debido a que se basa en una canción anterior de este nombre, escrita por Ada R. Habershon y Charles H. Gabriel en la primera década del pasado siglo.
El bluegrass, un subgénero de la música country, halla en esta canción a una de sus principales adalides. Sus primeras grabaciones corresponden, en efecto, a este subgénero, así como a la música gospel, de temática religiosa.
Aunque su primera grabación se remonta a 1927, fue publicada por el sello discográfico Banner en forma de sencillo en el mes de agosto de 1935, acompañado por el tema Glory to the lamb en la cara B.
La composición original, como hemos apuntado, es triste, elegíaca, y su letra tiene unos matices de lo más pictóricos. A través de una potente imagen del narrador, que ve por la ventana cómo el coche fúnebre se lleva el cuerpo de su madre (le dice al enterrador que conduzca con cuidado, por el valor del alma que lleva consigo), llegamos al cementerio, donde depositarán los restos de la mujer. Luego, cuando el narrador vuelve a casa acompañado de sus llorosos hermanos y hermanas, se encuentra triste y solo.

Y dijo Dios…

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Habla de las emociones, del amor, de la ruptura, del amor y el odio, de morir y de la muerte, de mamá, del pastel de manzana y todo eso. Cubre un amplio espectro, la música country

Of emotions, of love, of breakup, of love and hate and death and dying, mama, apple pie and the whole thing. It covers a lot of territory, country music does

Johnny Cash

In the jailhouse now. Jimmie Rodgers, 1928

En el contexto de la música country hay una gran diversidad de estilos. Existen canciones de temática “triste” –no olvidemos que una de las raíces reconocidas del country es el blues– pero el tema ante el que nos encontramos constituye una de las melodías más alegres de este estilo de música.

No en vano, durante los primeros años del siglo XX In the jailhouse now sonaba en todas partes, hasta el punto de presentarse en los espectáculos de vodevil. Aunque el copyright de la canción data de una fecha tan temprana como 1915, cuando fue representada por un par de artistas afroamericanos, Davis y Stafford, Jimmie Rodgers fue el encargado de popularizarla a raíz de la grabación que hizo en febrero de 1928. En ésta, la guitarra y la voz son suyas, mientras que el banjo –uno de los instrumentos por excelencia de la música country– se lo debemos a Ellsworth T. Cozzens. Rodgers imprimió a la melodía un estilo propio, consistente en las tonadas al estilo tirolés (yodel) y la canción tuvo tanto éxito en todo el orbe musical que mereció multitud de versiones a lo largo de los años.

Por supuesto, el espacio que dedicamos a cada tema es limitado, por lo que sería largo e incluso farragoso hacer referencia a TODAS estas versiones. Sin embargo, hay que destacar al menos la que en 1955 hizo Webb Pierce, ya que permaneció durante 21 semanas en el primer puesto del Billboard de la música country (un ranking que mide la popularidad de los temas más escuchados de nuestro estilo). Este hito solo fue igualado por la balada de Eddy Arnold I’ll hold you in my heart (till I can hold you in my arms) y por el tema del canadiense Hank Snow I’m moving on (por cierto que recientemente, en 2013, el éxito Cruise, de Florida Georgia Line, ha superado este récord por una semana).

Un debate que enciende los ánimos de los musicólogos de hoy en día busca definir los derroteros que ha tomado la música country en la actualidad. ¿Ha sucumbido al tirón del pop–rock en aras de la comercialidad? Y es que, desgraciadamente, resulta complicado encontrar de un tiempo a esta parte el puro sabor del country que, desde tiempos inmemoriales, ha caracterizado a Estados Unidos.

Dejando aparte esta polémica, y volviendo al tema que nos ocupa, hay que precisar que, antes de la versión de Jimmie Rodgers, el blues interpretó esta melodía con el título Jail House Blues, en una grabación de la banda Whistler’s Jug, en Louisville, Kentucky. Probablemente, una gran parte de los lectores reconocerán esta canción, ya que formó parte de la banda sonora de la película de los hermanos Coen O brother where art thou?

La letra de la canción hace referencia a un vagabundo llamado Joe a quien encarcelaron por robar, jugar y, en definitiva, creerse el tipo más listo de la ciudad. El narrador ya le avisó de que si no dejaba de jugar a las cartas y a los dados iba a acabar mal. Pero la historia no termina ahí. El narrador, tan presumido él, también acabó en la cárcel por ir con mujeres e incurrir en deudas, delito agravado por un insinuado desacato al tribunal…