Para empezar hablando sobre las personalidades de la música country, qué mejor que dedicar un espacio a la memoria de Ray Price, fallecido el 16 de diciembre de 2013. Tal día como hoy, 12 de enero de 2014, este compositor y cantante habría cumplido 88 años.
La infancia de Ray transcurrió en el medio rural, ya que nació en un condado de Texas. Antes de empezar en el mundo de la música sirvió en los marines durante la Segunda Guerra Mundial y, al volver a su tierra natal, fue contratado por una emisora local de Abilene (Texas). La industria discográfica de la música country se encontraba en Nashville (Tennessee), donde encaminó sus pasos a principios de los años 50. Allí compartió habitación por un breve tiempo con el mismísimo Hank Williams. Su relación de amistad fructificó y, cuando Williams murió, Ray dirigió durante un tiempo la banda que el difunto había creado, Drifting Cowboys («Vaqueros vagabundos»). Poco después, formó su propio grupo, The Cherokee Cowboys, con miembros de la talla de Roger Miller, Willie Nelson o Johnny Paycheck.
A partir de los 60, Price empezó a coquetear con el sonido Nashville, en auge en aquel momento, y nos legó versiones de clásicos como el intemporal tema irlandés Danny Boy y For the good times. Sus grabaciones más famosas fueron Release me, Crazy Arms o Heartaches by the number, entre muchas otras.
Posteriormente, en los años 80 se dedicó a grabar temas de música gospel, como el archiconocido Amazing Grace y otros como What a friend we have in Jesus o Rock of ages. Su carrera fue incansable, ya que actuó hasta poco antes de su muerte; su último álbum fue Last of the breed, de 2007. Siguió dando conciertos hasta que le fue diagnosticado un cáncer de páncreas, como resultado del cual falleció en su rancho de Texas.
Puede que Ray Price haya muerto, pero sus canciones nunca morirán. Y, si no, escuchen su magnífica interpretación de Crazy Arms, en 1956, en el Grand Ole Opry.