Raro es el concierto de música country en Alabama que no incluya en su repertorio esta canción. Aunque fue escrita en 1933, la versión más conocida fue la de Jimmie Davis, grabada en febrero de 1940 (antes de él, los Pine Ridge Boys, un grupo compuesto por Marvin Taylor y Doug Spivey, la grabaron por primera vez en 1939). Davis, aparte de su talento para la música, se dedicó a la política y llegó a ser gobernador del Estado de Alabama en dos períodos (1944-1948 y 1960-1964).
En la campaña de 1944, nuestro Jimmie cantaba la canción en todos sus mítines y, al más puro estilo americano, aparecía montado en un caballo llamado Sunshine. Por tanto, la canción es considerada casi un himno oficioso del estado.
La letra es debida a Jimmie Davis y Charles Mitchell y la música es de Oliver Hood. La canción gozó de un éxito inusitado durante la Segunda Guerra Mundial gracias a las versiones de Bing Crosby y Gene Autry, que precedieron a las de Johnny Cash o Ray Charles.
En 2013, la Librería del Congreso incluyó la composición en el patrimonio de Estados Unidos, dentro de su Registro de Grabaciones Nacionales.
La letra cuenta la historia de un amor no correspondido: el narrador pone de manifiesto el profundo sentimiento que le une a la destinataria de la canción y de su cariño (“por favor, no te lleves la luz de mi sol”). Luego, adquiere un carácter más gris y un poco amenazante (“si me dejas para amar a otro te arrepentirás algún día”), y el final se presiente tempestuoso. A la postre, el tipo es abandonado con sus “sueños rotos”.
¿Habrá venganza? Eso, la canción no lo dice.