Disco del mes (abril)

Tarpaper Sky
El día 15 de este mes que termina vio la luz el disco Tarpaper Sky –que se podría traducir como “cielo de tela asfáltica”–, obra del veterano artista de 63 años Rodney Crowell. Se trata de su primer disco editado por el sello New West y llega después de su Old Yellow Moon, presentado el pasado año.
Los críticos no han escatimado elogios hacia este álbum. Thom Jurek, de Allmusic, ha dicho que es “de lo mejor de Crowell, centrado, equilibrado, inteligente y, a veces, profundo”. Sobre sus letras, Country Weekly afirma que “fluyen con unas imágenes y un significado poderoso e ingenioso y una voz cargada de diferentes texturas”.
El disco consta de 11 pistas con una duración total de 42 minutos. Para hacerlo, Crowell se ha reunido con sus colaboradores habituales de finales de los 80, en especial Stuart Smith. El resultado ha sido asombroso. Es difícil encontrar una riqueza tal en el panorama country de nuestros días.
Una de sus mejores canciones es God I’m missing you, una balada sobre la huella que dejan las personas en otros y cómo, de algún modo, siguen presentes en nuestras vidas después de su muerte.

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Truck driving man. Terry Fell, 1954

El año que marcó el Big Bang del rock asistió también al nacimiento de uno de los temas country más populares, un sincero homenaje a una de las profesiones más asociadas a este género: la de los camioneros, que ya iban mereciendo su propio himno.
Terry Fell (1921-2007), nacido en Alabama, perdió a su padre a los 13 años y, al igual que Leon Payne (ver The lost highway), se trasladó a California, en esta ocasión acompañado de su madre. En 1959, Fell se alistó en el Ejército y fue destinado a Alemania Occidental, donde conoció a un joven Elvis Presley, que estaba haciendo allí el servicio militar.
Aunque fue Fell quien grabó originariamente la canción, la versión más conocida es la de Buck Owens de 1965. Nos hallamos ante un inmenso clásico del country, cuya letra ha triunfado aquí y allá, como podemos comprobar en la versión noruega de Nordre Sving Blandede Mannskor.
La letra nos habla de un camionero que hace una parada en un bar de carretera de Texas, el Hamburger Dan, donde ha oído que sirven el mejor café del mundo. A cambio de que la camarera se lo sirva, él se compromete a pinchar una canción en la gramola, The truck driving man, y, mientras, nos enteramos de que se dirige a San Antonio, Texas, y de que “cuando lo llamen a la gloria y se lo lleven de este mundo se dirigirá con su camión hacia el cielo”.
Aquí tenéis la versión de Buck Owens:

Lester Flatt y Earl Scruggs, un tándem inseparable

flatt-and-scruggs
Lester Flatt nació en 1914 en Tennessee en el seno de una familia numerosa. A los siete años ya tocaba la guitarra y cantaba en el coro de su iglesia. Cuando se casó en 1934, inició una colaboración vocal amateur con su mujer y poco después aprendió a tocar también la mandolina, si bien su especialidad seguía siendo la guitarra.
Su carrera despegó junto a la de Bill Monroe, y su amor por la música bluegrass no dejó de crecer con el paso del tiempo.
Se asoció con Earl Eugene Scruggs, en aquel entonces un alumno aventajado de Bill Monroe, y se convirtió en su compañero ideal durante la mayor parte de la carrera de ambos. Juntos formaron el grupo The Foggy Mountain Boys, que se mantuvo sólidamente unido hasta 1969, año en que Flatt formó The Nashville Grass, contratando, eso sí, a la mayor parte de los miembros de su antiguo grupo. Y con él trabajó hasta el mismo momento de su muerte, en 1979.
Admitido como miembro del Country Music Hall of Fame en 1985, tras su muerte su ciudad natal de Tennessee organizó durante años un festival de música bluegrass.
Os dejo con The Ballad of Jed Clampett, una de sus más famosas colaboraciones con su compañero, el virtuoso del banjo Earl Scruggs. La canción fue grabada en 1962 y se utilizó como sintonía de un programa de televisión de principios de los 60, The Beverly Hillbillies. Fue compuesta por Paul Henning y cantada por Jerry Scoggins, pero lo más destacable, desde luego, es el acompañamiento musical de Scruggs y de la guitarra de nuestro protagonista. Dada la popularidad del tema, se editó un single que llegó al número 1 de las listas en 1962.

La zarigüeya

possum
Hoy se cumple el primer aniversario de la muerte a los 81 años de George Jones, que, hasta ese momento, era conocido como “el mejor cantante de country vivo”.
La particular forma de su cara y su nariz le valieron el sobrenombre de “possum” (zarigüeya). Su vida personal se caracterizó por una activa relación con las mujeres (se casó cuatro veces, una de ellas con la también estrella del country Tammy Wynette) y por un creciente alcoholismo que casi le sacó de la escena musical. Fue su cuarta esposa, la única de la que no se divorció, Nancy Sepulvado, quien consiguió mantenerlo alejado de la bebida.
En su carrera alcanzó nada menos que 14 números 1, pero hoy vamos a escuchar el primer tema que lo consiguió allá por 1959, White Lightning. La canción tiene un tono desenfadado y hace referencia a la época en que la gente destilaba licor ilegalmente, ya fuera durante la Ley Seca, ya después, cuando esta se derogó en 1933 y era más barato montárselo por cuenta propia.
En la canción se relata que el padre del protagonista hacía alcohol en las colinas de Carolina del Norte. Un licor al que llamaba “Rayo blanco”, porque era capaz de tumbar a cualquiera…

Your cheating heart. Hank Williams, 1952

La última sesión de grabación de Hank Williams tuvo lugar el 23 de septiembre de 1952 y alumbró uno de los mayores clásicos de la música country.
El disco estaba acompañado en la cara A por Kaw-Liga –nombre de un nativo americano–, bajo los auspicios del editor y compositor Fred Rose. Williams se inspiró en su propia vida para escribir esta canción. Mientras conducía desde Nashville, Tennessee, a Shreveport, Louisiana, en compañía de su novia Billie Jean Jones con el fin de presentarla a sus padres (a la sazón, su matrimonio ya hacía aguas), creó un tema en el que comenzaba definiendo a la que muy pronto sería su ex-mujer, Audrey Sheppard, como “un corazón proclive al engaño”. Ella se sinceró y reconoció que estaba saliendo con el cantante de country Faron Young, al que no tardó en dejar. El narrador castiga a su compañera, diciendo que los nuevos derroteros que ha tomado su corazón le harán llorar y que llegará el tiempo en que añore el amor que ha tirado por la borda. La letra contiene también un homenaje a la canción de Ernest Tubb Walking the floor over you, en su verso “You’ll walk the floor the way I do” (“Darás vueltas como yo lo hago”).
El disco salió en enero de 1953 –poco después de la muerte de Hank–, e, impulsado por esta desgracia, se convirtió en un éxito, con ventas superiores al millón de discos.
En la grabación original se puede escuchar la guitarra acústica de Don Helms, así como unos melancólicos y evocadores violines.
En cuanto a las versiones más populares, destaca la de Joni James de ese mismo año, que fue la más escuchada en las gramolas de los bares (la canción tiene una cadencia al estilo honky-tonk). Más tarde, la grabaron Frankie Laine o Ray Charles, entre otros.
Más datos: la canción sirvió de título para el biopic de 1964 dedicado a la figura de este gran compositor, y como otros clásicos, su influencia ha trascendido la meramente musical: en un evento tan americano como la Super Bowl, el patrocinador, Pepsi, la utilizó para sus anuncios comerciales.

El tren de la medianoche

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Como pasa con la mayoría de las canciones folk, no se sabe con exactitud quién compuso este “tren de medianoche” ni en qué fecha. Sabemos que fue antes de 1905, porque la letra se puso negro sobre blanco ese año, si bien la primera grabación de que se tiene constancia data de 1927.
Nos encontramos ante una canción de tema carcelario, que hace referencia al Midnight Special, un tren en cuyo recorrido se alza la penitenciaría del estado.
Una curiosidad: en 1961, Harry Belafonte grabó este tema con la colaboración de un joven Bob Dylan a la armónica.
Os dejo con la grabación que hizo la leyenda del blues Huddie Ledbetter, Leadbelly:

Desde la música bluegrass, se ha versionado también esta canción. Aquí va el éxito de 1959 de Wilma Lee y Stoney Cooper, que bautizaron este clásico como Big Midnight Special:

Años más tarde, Creedence Clearwater Revival hizo una versión del mismo tema en clave country rock.

Hank Snow, el country traspasa fronteras

hank snow
Nacido en Nova Scotia, Canadá, en 1914, Hank Snow tuvo una infancia difícil, marcada por la muerte de dos de sus hermanos y los problemas económicos de sus padres.
La legislación canadiense, advertida de la situación, lo arrancó del seno familiar, y lo despachó a una reform school, una especie de orfanato. Tras el divorcio de sus progenitores, la madre volvió a casarse y las autoridades permitieron al niño volver a casa. Sin embargo, como en una novela de Dickens, el padrastro maltrataba a Hank, que se refugió en la música para huir del horror. A los 12 años, se enroló en una goleta como grumete y, tras pasar dos años en el mar, se dedicó a vender pescado puerta por puerta para no depender económicamente de su padrastro.
En 1933, comenzó a trabajar en una radio local y dos años más tarde su vida cambió al casarse con la mujer de su vida, con la que tuvo un hijo al que llamó Jimmie Rodgers Snow, como su ídolo. En 1936, publicó su primer disco y, en 1945, se trasladó a Tennessee, donde empezó una fructífera colaboración con el Grand Ole Opry.
A principios de los años 50, Snow estaba afianzado como uno de los artistas más influyentes de Estados Unidos, hasta el punto de que fue uno de los descubridores de Elvis Presley. Y, a finales de esa década, en 1958, se convirtió en ciudadano estadounidense de pleno derecho.
Su carrera se extendió a lo largo de sesenta años, durante los cuales llegó a vender más de 80 millones de álbumes. “From rags to riches”, como dice el proverbio inglés.
Hank Snow murió de un ataque al corazón en 1999.
Os dejo con uno de los últimos éxitos de su carrera, Hello, love, que alcanzó el número 1 en 1974, y con el que se convirtió en el cantante más veterano en llegar a lo más alto de las listas (un récord que superaría 26 años después Kenny Rogers con Buy me a rose).
Es una canción romántica. El cantante da la bienvenida a un viejo amor que se fue pero que lo significa todo para él. Cuando vuelve, siente que no necesita más. Todo ello aderezado con una instrumentación portentosa.

El otro Deep Purple

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Después de ver el título de esta entrada, estaréis pensando: pero, ¿no era éste un blog de música country? Lo es. Y, aun así, hoy vamos a hablar de Smoke on the water, que, como sabemos, es la canción más popular del grupo británico Deep Purple, un clásico del rock más clásico.
En fin. Todo tiene un motivo, ya lo veréis. Más de 20 años antes de este tema, Red Foley utilizó el mismo título para una canción patriótica de western swing. En 1944, en la recta final de la guerra, el público de Estados Unidos necesitaba que le levantaran el ánimo. Red Foley cumplió con creces sus expectativas gracias a este tema que se mantuvo como número 1 durante 13 semanas consecutivas. Al año siguiente, por cierto, Bob Wills presentó su propia versión, que también alcanzó el número 1 durante dos semanas.
La letra habla de las excelencias del ejército y la armada americanas, que lograrán vencer al enemigo y “acabarán con las dictaduras de Hitler e Hirohito”.
He aquí la versión original de Red Foley.

Escuchemos ahora la versión de Bob Wills, con un toque más swing.

Jambalaya (On the Bayou). Hank Williams, 1952

¿Qué tal un paseo por la gastronomía de Nueva Orleans y el estado de Louisiana en general? Esto es lo que nos propone Hank Williams en esta agradabilísima canción.
Sin duda, 1952 fue un gran año para la carrera de este cantautor, que grabó algunos de sus mejores temas, sin ir más lejos este. Aunque contó con la ayuda de Moon Mullican, la contribución de este no se explicitó, por lo que no pudo recibir derechos de autor.
La letra hace referencia a tres de los platos más típicos de la gastronomía cajun: la jambalaya, que da título al tema, es un plato a base de arroz con pollo, jamón, langostinos y pimienta. El premio Nobel Frédéric Mistral ya recogía el término en su diccionario occitano, y definía la jambalaya como “un plato de arroz con guiso de pollo”. A su vez, el crawfish pie es una especie de pastel de cangrejo, mientras que el filé gumbo es un caldo espeso, elaborado con marisco o carne de ave, y aderezado con hojas secas y aromáticas de un árbol autóctono de la zona, llamado Sassafras.
Qué mejor forma de disfrutar de estas delicias culinarias que en las áreas pantanosas de Louisiana (el Bayou) y en la buena compañía de Yvonne y de otros amigos como Thibodeaux o Fontenot. Todos ellos, nombres de origen francés, ya que Louisiana y Nueva Orleans antaño pertenecieron a Francia, que dejó su impronta en los topónimos.
Y ahora, mejor será que sigamos el consejo de Hank Williams: “coge la guitarra, llena la jarra de zumo de frutas y sé feliz”.