Permitidme que hoy nos salgamos del terreno country para rendir homenaje a una figura de la Música, así, con mayúscula, desaparecida ayer mismo.
Me refiero a Johnny Winter, nacido en Beaumont, Texas, en 1944. Su debut profesional tuvo lugar en 1968, en un concierto de Mike Bloomfield, pero su pasión por la música se remonta a sus años mozos, cuando actuaba con su hermano Edgar en modestos espectáculos musicales. Desde entonces, Johnny no dejó de trabajar, hasta alcanzar un total de 18 discos y dejar otro a las puertas, Step Back, cuya publicación está prevista para el próximo 2 de septiembre. Aparte de ser uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, Winter también se dedicó a la producción, amparando, por ejemplo, al gran Muddy Waters, con quien tocó –uno de sus sueños– a finales de los 70.
En 1968, como ya he apuntado, le surgió su gran oportunidad cuando los directivos de la Columbia le ofrecieron un contrato de 600.000 dólares. Al año siguiente, actuó en el legendario festival de Woodstock.
Winter ha deleitado al público español en varias ocasiones, la última el pasado mayo, en una gira que le llevó por Bilbao, Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca.
Os dejo aquí con una de sus composiciones, Leland Mississippi Blues (1969), reeditada por última vez en febrero de 2014 en el recopilatorio True to the Blues, con motivo de su cumpleaños.