No sé nada sobre música. En lo mío, no tienes por qué.
I don’t know anything about music. In my line you don’t have to.
Elvis Presley
Este mes de mayo dos pesos pesados de la música country, Emmylou Harris y Rodney Crowell, se han vuelto a subir al ring y nos han noqueado con The Traveling Kind, la segunda muesca en la pistola de una alianza que se inició dos años atrás con su anterior álbum, Old Yellow Moon.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero las once canciones de The Traveling Kind confirman que en ocasiones pueden igualar o incluso superar a las primeras. Ahora está por ver si en los próximos Grammy consigue reeditar el éxito de su predecesora, que ganó el premio al mejor álbum de Americana.
Harris se encuentra entusiasmada con este nuevo trabajo, grabado en apenas seis días y que vio la luz el pasado 12 de mayo en el sello Nonesuch Records. Citando a Willie Nelson, ha dicho que “la vida que me gusta es hacer música con mis amigos” –un homenaje a la letra del clásico On the Road Again– “y para mí no hay mejor amigo con el que hacer música que Rodney”. Este, por su parte, ha señalado que Emmy y él escribieron seis de los once temas y que la experiencia fue “como caerse de un acantilado”. Los piropos fluyen en ambas direcciones: él dice que ella es mejor cantante y ella que él es mejor compositor. Se conocieron en 1974, pero hasta los álbumes de Nonesuch Records no habían grabado juntos. En la actualidad se encuentran embarcados en una gira promocional que les llevará a recorrer la geografía estadounidense y conquistar otros mercados, con actuaciones en Australia, Reino Unido, Noruega, Suecia, Irlanda o España. Aquí serán las estrellas invitadas de la segunda edición del festival country Huercasa, en Riaza (Segovia), el próximo 11 de julio.
Si su anterior colaboración versionaba temas muy conocidos, éste se ha inclinado por canciones originales. Vamos a escuchar algunas de ellas. En primer lugar, el tema que da título al álbum, The Traveling Kind, escrito por Harris, Crowell y Corey Chisel. Su letra, muy poética, ensalza a las personas “de tipo viajero” que, en cierto modo, consiguen librarse de los estragos del tiempo.
Los autores de You Can’t Say We Didn’t Try son los mismos que los de la anterior. La steel guitar acompaña la melodía y enriquece la historia de esa pareja que se va a separar pero se resiste a hacerlo definitivamente: “Quizá algún día recordemos quiénes éramos”.
Una de las canciones de sabor más clásico es Just Pleasing You, que escribieron conjuntamente Rodney Crowell y Mary Starr y que ya había grabado Vince Gill. Habla de un tipo dado a la bebida que abandona el alcohol por complacer a una mujer. Una historia que recuerda a Días sin huella, de Billy Wilder.
The Traveling Kind en Amazon
En una rueda de prensa que tuvo lugar a finales de marzo, la Asociación de Música Country, CMA, a través de Sarah Trahern, y el propio Salón de la Fama de la Música Country, por boca de su director Kyle Young, anunciaron, como todos los años, los nuevos miembros del citado Salón.
Como viene siendo habitual, han sido tres los agraciados –el número ha ido variando a lo largo de la historia– para ingresar en la institución más importante de la industria. Los recién llegados se suman a los 124 que había ya, desde que en 1961 se creara el Salón de la Fama y Hank Williams, Jimmie Rodgers y Fred Rose lo estrenaran a título póstumo.
El edificio que alberga este museo se encuentra en Nashville, y es uno de los emblemas de la ciudad. Como sabemos, no es necesario estar vivo para optar a este honor. Precisamente, el primer socio de este año, Grady Martin, murió en 2001 y ha sido elegido para formar parte de esta institución en la categoría de artista activo antes de 1980. Nacido en 1929, Martin, que ya era miembro del Salón de la Fama del Rockabilly, fue un importante guitarrista de country que colaboró con Marty Robbins –tocaba la guitarra en El Paso–, Roy Orbison –en Pretty Woman–, Willie Nelson –en On the Road Again– o Johnny Horton –en La batalla de Nueva Orleans–. También fue muy celebrada su aportación guitarrística en Help Me Make it Through the Night, concretamente en la versión de Sammi Smith.
En la categoría de la Era de los Veteranos, Jim Ed Brown and the Browns han sido los elegidos. Brown, que acaba de cumplir 81 años, formó un grupo con sus hermanas Maxine y Bonnie, llamado The Browns. “La fama es efímera, los éxitos cambian cada semana, los galardonados y los nominados en los premios cada año, pero ser miembro del Salón de la Fama es para siempre”, dijo emocionado al enterarse de la noticia.
Por último, en la categoría de la Era Moderna, el grupo de country y gospel The Oak Ridge Boys ha sido investido con esta dignidad. Fundado en la década de los 40, adoptó su nombre definitivo en los 60 y hoy lo forman Joe Bonsall, Richard Sterban, Duane Allen y William Lee Golden.
Escuchemos un ejemplo de cada uno de ellos. En primer lugar, os dejo con Grady Martin en Freight Train Boogie, un tema de Red Foley en el que Martin toca la guitarra de doble mástil.
Uno de los mayores éxitos de The Oak Ridge Boys fue Elvira (1981).
Jim Ed Brown and the Browns interpretaron Three Bells en el Grand Ole Opry, tras la correspondiente grabación del single en 1959. La canción original fue escrita por el francés Jean Villard Giles y publicada en 1945 con el nombre de Les trois cloches.
No quisiera terminar sin la versión de este clásico ejecutada por la maravillosa Édith Piaf, lógicamente alejada del country.
John Conlee nació en una granja de Kentucky en 1946. Su primer empleo estuvo alejado del mundo de la música: fue enterrador. Poco después, trabajó como disc-jockey en una emisora local. A principios de los 70 se trasladó a Nashville, donde, tras unos comienzos vacilantes, fichó por su primer sello, ABC Records, en 1976. Ahí obtuvo su primer éxito con el LP Rose Colored Glasses (1978), dos de cuyos singles llegaron al número 1 de la lista Billboard. Miembro asiduo del Grand Ole Opry desde 1981, el pasado viernes, sin ir más lejos, actuó en la catedral de la música country, tal como se la conoce.
En abril de este año, regresó con fuerza con su álbum Classics 2, una recopilación de sus mayores éxitos y su primer disco desde 2004. Conlee dedica sus ratos libres a trabajar en su granja de Nashville, y ha ofrecido multitud de conciertos benéficos para ayudar al gremio de los granjeros.
Escuchemos Friday Night Blues, de su disco homónimo publicado en 1980 y con la que alcanzó el número 2 de las listas. El tema fue compuesto por Sonny Throckmorton y Rafe Van Hoy. En esta grabación, Conlee colaboró con el guitarrista Brent Rowan, y tanto le gustó la experiencia que desde entonces solo ha querido trabajar con él. Narra la historia de un hombre que se desloma toda la semana y, cuando llega la hora de la holganza, está demasiado cansado para salir, por lo que su mujer siente “la tristeza del viernes por la noche”.
He aquí la versión que hizo el cantante de San Antonio, Texas, Jay Perez, alias La Voz.
La siguiente canción fue escrita por dos legendarios compositores de country, Harlan Howard y Bobby Braddock. Se titula I don’t Remember Loving You, y tiene un ritmo juguetón e irónico. Un hombre es abandonado por su mujer. Un día, ella regresa arrepentida y él, dolido, finge no conocerla: “Si me das un lápiz, apuntaré tu nombre por si me encuentro con el tío que conociste, pero yo no recuerdo haberte amado”.
Charlie Sizemore la incluyó en su álbum Heartache Looking for a Home.
Alabama fue uno de los grupos de música country más exitosos de los 80: encadenaron nada menos que 26 números 1 a lo largo de esa década, y este de hoy fue el duodécimo.
Pertenece al disco homónimo Roll On, que vio la luz en enero de 1984 y había sido grabado un año antes. La canción –el primer single del álbum– es toda una síntesis de ese subgénero del country conocido como “truck songs” (canciones de camioneros). Gracias a su estribillo pegadizo y al mensaje optimista que transmite, no tardó en triunfar.
Un camionero ha de mantener a su mujer y sus hijos, y emprende un viaje de trabajo con su camión de dieciocho ruedas. Pero la ventisca que asola el centro de Estados Unidos hace que se pierda y las autoridades inician su búsqueda tras informar a la esposa del suceso. No obstante, el mal tiempo hace que se vean obligados a abandonar las tareas de rescate. La familia no pierde la esperanza y reza para que sobreviva. En la estrofa final, suena el teléfono, y, aunque esperan lo peor, el “hombre del piso de arriba” –referencia a Dios– ha escuchado sus súplicas y la voz que responde es la del padre. Este pregunta a su “equipo” si se han acordado de cantar la canción que les enseñó en su día: “Sigue adelante, carretera, sigue adelante, papá, hasta que vuelvas a casa, sigue adelante, familia, seguid adelante, equipo, sigue adelante, mamá, como te dije que hicieras”.
Escuchemos la versión original de Alabama.
En 1994, David Allan Coe hizo otra en su álbum Twenty Greatest Hits.
Billy Neal Browder nació en Tennessee en 1944. A los 15 años se fugó de casa para hacer realidad su sueño de dedicarse a la música country, y se trasladó a Memphis. Su primer disco, High School Days, apareció bajo el pseudónimo de Brian Stacey, pero no sería ese el nombre con el que pasaría a la historia, ya que decidió cambiárselo otra vez por el de T. G. Sheppard.
En 1974 grabó su primer número 1, Devil in the Bottle, compuesta por Bobby David. Poco después se trasladó a Nashville, donde firmó con una filial de la legendaria Motown, que entonces aspiraba a abrirse camino en la vorágine del country. Elvis Presley, ¡nada menos!, le dio la oportunidad de materializar su primera gira, y cuando la Motown abandonó su aventura country firmó con la Warner Bros. Con ellos alcanzó sus mayores éxitos, hasta diez números 1 consecutivos.
Entre el rhythm and blues, el country y el pop, grabó bajo las pautas de este último estilo un dúo con Clint Eastwood, Make My Day, para la película Impacto súbito. En los años 90, su popularidad decayó un tanto: dejó de grabar discos, se centró en sus actuaciones en directo y probó suerte como hombre de negocios. Su último álbum fue Partners in Rhyme (2007), que incluía dúos con lo más granado del country, como Willie Nelson, Conway Twitty, Merle Haggard, George Jones, Jerry Lee Lewis, Ricky Skaggs y muchos otros. En 2015 se embarcó en una gira que ha concluido recientemente.
Escuchemos aquí Party Time (1981), uno de sus múltiples números 1. Fue escrito por Bruce Channel y Sheppard lo incorporó a su álbum I Love ‘Em All. El protagonista intenta superar su reciente ruptura yéndose de fiesta, porque ya “es hora de reír y pasar el vino”.
Un grupo pop se apuntó uno de los mayores éxitos country-pop de los 80, que, de acuerdo con una encuesta de la CMT, Country Music Television, constituye, a su vez, el mejor dúo de la historia del género country.
Fue compuesta por los Bee Gees y lanzada a la fama por dos de las estrellas country más comerciales, Dolly Parton y Kenny Rogers. Este último la incluyó en su álbum Eyes That See in the Dark. El single, que llegó al número 1, ha vendido más de dos millones de copias sólo en Estados Unidos, y la canción también ha “funcionado” muy bien en Australia, Austria, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, Noruega o Suiza. El título está extraído de una de las novelas póstumas de Ernest Hemingway, y la letra habla de dos amantes que se comparan con islas en la corriente.
Os dejo con la versión más popular, la de Kenny Rogers y Dolly Parton (1983).
Escuchemos el tratamiento pop que le dieron sus autores originales, los Bee Gees. La grabación pertenece a su recopilatorio The Record (2001). En mi opinión, la versión de Rogers y Parton, aunque no sea la original, resulta muy superior.
La cantante Kikki Danielsson adaptó la letra al sueco con el título Oär i ett hav para su disco Singles Bar (1983).
Peter Thorup y Anne Grethe hicieron lo propio en danés en Skibe uden Sejl.
Más cosmopolitismo: la cantante nacida en Namibia Nianell y el sudafricano Dozi la cantaron a dúo en su álbum It Takes Two (2009).
Ray Dylan y Elizma Theron, sudafricanos como Dozi, la versionaron en 2010.
Escuchemos ahora al mallorquín Tomeu Penya acompañado por la argentina Adriana Ceballos. Illes dins un riu aparece en el disco Una aclucada d’ull (1994).
Los iconos australianos Barry Gibb y Olivia Newton-John la interpretaron en un concierto en 2009.
En 1971 George Jones firmó por Epic Records, donde hiló varios éxitos como el de este álbum. El artista había puesto todas sus esperanzas en que su nuevo productor, Billy Sherryl, le ayudara a relanzar su carrera. Sin embargo, los laureles se hacían de rogar, ya que su mujer de entonces, Tammy Wynette, monopolizaba los aplausos. La situación cambió con este disco, que avivó por fin la llama de Jones.
Vamos a empezar con el celebrado tema que le da título, The Grand Tour, escrito por Norro Wilson, George Richey y Carmol Taylor. Tras su divorcio, el narrador hace una visita virtual por su casa solitaria: ahí está la silla, la cama, los anillos, su ropa y el cuarto de los niños. “Ella me dejó sin piedad y solo se llevó al niño y mi corazón”, dice.
En 1993 el cantante de soul Aaron Neville hizo otra versión, en su primera incursión en las listas de country.
H. B. Hall compuso Pass Me By (If You’re Only Passing Through), que ya había sido un éxito para Johnny Rodriguez, tal como dijimos aquí. George Jones la incluyó en su particular Grand Tour.
Once You’ve Had the Best –obra de Johnny Paycheck– es otra de las canciones del álbum y su single llegó al número 3 de la lista Billboard. Se trata de una emotiva declaración de amor: el protagonista no puede aspirar a nada más porque ya ha tenido lo mejor. No le importa lo que haya hecho o dicho, siempre la amará.
En 1999, Alan Jackson la versionó en Under the Influence.
She Told Me So es un tema escrito por Bobby Braddock. El narrador está tan enamorado, que cree a pies juntillas todo lo que le dice ella: “Todo su mundo gira en torno a mí, ella me lo dijo; la gente dice que tiene un amante pero le quiere como a un hermano y nunca se han besado, ella me lo dijo; hay rosas que florecen en el Círculo Polar, icebergs en el golfo de México, ni una estrella en el cielo, incluso eso creería si me lo dijera”.
Our Private Life es la canción que cierra el disco. La historia fue escrita por el propio Jones y su mujer Tammy Wynette. En aquellos tiempos corrían rumores de que el matrimonio estaba haciendo aguas y se dirigía inexorablemente a la ruptura (lo que finalmente sucedería), pero ellos lo negaban, y en la canción critican a las revistas de cotilleos y reivindican el derecho a la privacidad.
A veces los compositores encuentran la inspiración para sus canciones en las noticias de sucesos. Este es el caso de The wreck of the Edmund Fitzgerald, obra de uno de los mejores compositores canadienses, Gordon Lightfoot.
El carguero Edmund Fitzgerald se hundió el 10 de noviembre de 1975 en el lago Superior, uno de los cinco que marcan la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Orgullo de la flota canadiense, su actividad se remontaba a 1958 y, cuando ocurrió el accidente, se dirigía a Detroit desde Duluth, Minnesota. Falleció toda la tripulación –compuesta por 29 personas– y Lightfoot, que había leído un reportaje sobre la tragedia en Newsweek, les quiso rendir homenaje con este tema, el mejor de su carrera en su opinión.
La canción apareció en el álbum Summertime Dream (1976) y triunfó en Canadá, Estados Unidos y Reino Unido. Sin más, escuchemos la grabación original de The wreck of the Edmund Fitzgerald, de Gordon Lightfoot.
En 2004 el grupo The Dandy Warhols la incluyó en su álbum The Black Album/Come On Feel the Dandy Warhols con el título The Wreck.
La melodía se acabaría asociando a todo tipo de accidentes. Así, Julia Ecklar reescribió el tema para conmemorar la explosión del módulo lunar Apolo XIII en 1970. Vamos, pues, con The Ballad of Apollo XIII, del álbum Minus Ten and Counting.
Camille West se atrevió a parodiarla cambiándole la letra y la llamó The Nervous Wreck of Edna Fitzgerald (1995). La canción trata sobre una familia de “domingueros” que alquila un yate para pasar un día en el mar pero al final la excursión resulta un desastre: se quedan sin combustible, el movimiento del barco les marea, empieza a llover… Diez años más tarde la volvió a grabar con su grupo Four Bitchin’ Babes en su disco Gabby Road (2005).