Disco del mes (julio)

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El pasado 8 de julio apareció el decimoquinto disco de Mark Chesnutt, Tradition Lives, que no sacaba nuevo material desde 2010. La expectación era grande, y no ha defraudado.
Editado por Row Entertainment, consta de 13 pistas. La última de ellas, There Won’t Be Another Now, es un tributo muy especial al icono del country Merle Haggard, fallecido el pasado mes de abril. El álbum recupera el country tradicional de Chesnutt y sus inconfundibles ecos honky-tonk.
Sobre su productor, Jimmy Ritchie, el artista ha dicho: «Conectamos en un momento en el que la gente no tenía mucha fe en mí porque me mantuve ‘country’ mientras la industria iba por otro lado. Necesitaba a alguien como Jimmy que realmente creyera en mi tipo de música».
Chesnutt, una de las voces que más defiende el tradicionalismo en el country, se ha mostrado muy crítico con los derroteros que ha tomado el género en los últimos años: «Ha habido momentos en que los tipos que hacían cosas como yo parecíamos estar arrinconados. Y los nuevos salían con lo que quiera que llamen country… No quiero ofender a nadie, pero lo que veo y oigo en las ceremonias de premios no sé qué diablos es. No es country, tampoco rock and roll porque yo soy aficionado al rock and roll. Pero hacen dinero con ello y durante un tiempo lo seguirán haciendo. Yo no intento seguir tendencias. Yo solo hago lo que hago».
Como aperivo al disco, escuchemos algunos de sus temas.
I’ve got a quarter in my pocket es una canción escrita por John Ludowitz y Billy Yates. El narrador se pregunta qué hacer con la moneda de 25 centavos que tiene: ¿la debería utilizar para la cabina y llamarla, o poner en la gramola otra canción sobre rupturas sentimentales? Al más puro estilo honky-tonk, él se inclina por esta última opción.

Is it still cheating ha sido escrita por Randy Hauser, Jamey Johnson y Jerrod Niemann. La canción presenta a un hombre que llama a su mujer y el contestador le dice que llegará tarde. Él sabe que lo está engañando, porque el cuento se repite ya con demasiada frecuencia, y, en cierto modo, agradece que sea así, pues tendrá más tiempo para pasar con su amante. Al fin, se pregunta: «Si los dos estamos mintiendo, ¿se considera engañar?»

Oughta Miss Me By Now es el primer single del disco. Compuesto por Tony Ramey y Trey Matthews, habla de una pareja que se ha dado un tiempo. Aunque él está deseando volver con ella, se niega a reconocerlo porque tiene su orgullo y se limita a confiar en que ella lo esté echando ya de menos.

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Centenario de Charlie Christian

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Charlie Christian no se dedicó al country, sino al jazz y al swing, pero hoy, 29 de julio, se cumplen 100 años de su nacimiento y merece nuestro modesto homenaje.
Nacido en el seno de una familia de músicos pobres en Texas, que poco después se trasladó a Oklahoma, su padre murió cuando él tenía 12 años, y lo único que le heredó fueron sus instrumentos musicales. Aprendió a tocar la guitarra, el saxo tenor y la trompeta, y en 1939 Benny Goodman lo contrató para su orquesta, iniciando así una carrera artística que apuntaló en su dominio de la guitarra eléctrica, instrumento relativamente nuevo en aquel tiempo.
Su figura ha ejercido una gran influencia sobre guitarristas como Eddie Cochran, B.B. King, Chuck Berry o Carlos Santana, entre otros. Incluso el trompetista Miles Davis reconoció su deuda con él… De modo que, ¿cuál es la razón de que sea tan poco conocido en la actualidad? La razón estriba en su prematura muerte: a finales de los 30, contrajo tuberculosis y, en marzo de 1942, murió sin haber cumplido los 26 años.
Escuchemos algunas de sus grabaciones más conocidas. Aunque en vida no sacó ningún disco, su obra ha sido recopilada en diversos álbumes, el más importante de los cuales lleva por título Solo Flight: The Genius of Charlie Christian (1972), que incluye algunas de las sesiones que hizo con Benny Goodman.
Rose Room fue uno de sus primeros trabajos con el sexteto de Benny Goodman. Compuesto por Art Hickman y Harry Williams, se grabó en octubre de 1939.

Escuchemos ahora Honeysuckle rose, un estándar del jazz compuesto por Fats Waller y Andy Razaf.

Esta es su versión de I Got Rhythm, de George Gershwin. Él toca la guitarra; Jerry Jerome, el saxofón.

En 1927 Hoagy Carmichael compuso Stardust. Así lo interpretó Charlie Christian con el sexteto de Benny Goodman. La grabación data de 1939.

Otro estándar del jazz que versionó fue Tea for Two, compuesto por Vince Youmans en 1925 para el musical No, No, Nanette. Jerry Jerome al saxo, Frankie Hines al piano y Oscar Pettifor al bajo.

Una de los primeros temas basados en un riff es Royal Garden Blues, de Clarence Williams (1919). En esta grabación de 1940, podemos disfrutar también de Benny Goodman y Count Basie.

Lucinda Williams o cómo fusionar el rock, el blues, el folk y el country

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Nacida hace 63 años en Louisiana, de padre poeta y madre pianista, a los 12 años Lucinda Williams aprendió a tocar la guitarra y jugó a poner música a sus primeras composiciones. Su primer álbum, Ramblin’ on my Mind, en clave de blues, vio la luz en 1978, aunque pasó sin pena ni gloria. Durante la primera mitad de los 80, luchó por hacerse un hueco en el mundo de la música, hasta que, en 1988, grabó Lucinda Williams en el sello Rough Trade Records, cosechando las críticas más favorables.
Sweet Old World (1992), su siguiente disco, siguió la estela del anterior. Williams se había ganado el apoyo incondicional de la industria y, tras una ausencia de seis años, presentó Car Wheels on a Gravel Road (1998), uno de cuyos temas, Still I long for your kiss, aparecería en la banda sonora de El hombre que susurraba a los caballos. Durante este siglo, ha proseguido su exitosa carrera. Su último trabajo, aparecido en febrero de este año, lleva por título The Ghosts of Highway 20.
Passionate Kisses es una canción escrita por Lucinda Williams en 1988. De ritmo alegre, la protagonista quiere, sobre todo, «besos apasionados». La escuchamos en el ya citado Passionate Kisses.

Esta versión no recibió la atención debida hasta que Mary Chapin Carpenter le puso voz en el disco Come on Come on (1992). Ganó el Grammy a la mejor interpretación femenina de country y Williams lo obtuvo como compositora, al alzarse con el premio a la mejor canción country.

Then You Can Tell me Goodbye. John D. Loudermilk, 1962

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A medio camino entre el country y el soul –varios artistas de este estilo la han interpretado–, este tema de amor fue compuesto por el prolífico John D. Loudermilk, primo de los Louvin Brothers y a quien debemos canciones tan importantes como Abilene o Waterloo, ambas escuchadas aquí.
Un hombre suplica a su pareja que se decida a dar el paso de iniciar una relación o se despida de él: «Endulza mi café con un beso de buenos días, suaviza mis sueños con tus suspiros, dime que me amarás un millón de años y, si no funciona, entonces puedes decirme adiós».
El primero en grabarla en plan country fue Don Cherry en 1962.

Escuchemos la versión de Johnny Nash en 1964.

El propio John D. Loudermilk la grabó para su álbum Suburban Attitudes in Country Verse (1967).

The Casinos arrasaron en 1967 con su toque doo-wop.

De Eddy Arnold en Walking in Love Land (1968).

La cantante de soul Betty Barton, conocida como Bettye Swann, hizo una personal versión en The Soul View Now (1969).

El grupo de Texas Toby Beau alcanzó uno de sus mayores éxitos con su interpretación de este tema en More than a Love Song (1979).

Otra versión que bebe del soul es esta de John Mathis, incluida en el álbum In the still of the Night (1989).

En los inicios de su carrera, Neil McCoy consiguó un considerable éxito con ella. Apareció en Neil McCoy (1996).

If you ain’t lovin’, you ain’t livin’. George Strait, 1988

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Los 80 fueron la década prodigiosa para George Strait: sacó un disco por año y todos vendieron más de un millón de unidades, o sea, que se vistieron de platino. Hablemos de su álbum de 1988, una obra de diez pistas editada por MCA Nashville y que produjo tres singles. Su título, If you ain’t lovin’, you ain’t livin’, está extraído de una antigua canción country que grabó Faron Young en 1954.
Se abre con el tema honky-tonk que le da nombre. Compuesta por Tommy Collins en 1954, habla de que lo verdaderamente importante es el amor: «Puede que tengas un Cadillac, una chabola de 40 habitaciones, un cubo lleno de dinero, pero si no tienes abrazos, besos ni amor, no tienes vida». Escuchemos la versión de George Strait, primer single del disco.

Faron Young fue el primero en grabarla.

El segundo single llevaba por título Baby Blue. Escrita por Aaron Barker, se dice que Strait quiso homenajear con ella a su hija Jennifer, fallecida a los 13 años en un accidente de coche. La letra dice: «Trajo colores a mi vida que mis ojos nunca habían tocado».

Famous Last Words for a Fool fue escrita en 1983 por Dean Dillon y Rex Huston. Relata la discusión de una pareja que se acaba separando. Él dijo unas palabras de las que ahora se arrepiente… «Le dije que no la echaría de menos cuando se fuera, que estaba contento de que hubiéramos terminado». Son, en fin, «las últimas palabras de un tonto». Escuchemos la versión de George Strait, que se convertiría en el tercer single del disco.

El tema fue grabado por uno de los compositores, Dean Dillon, en 1983.

Tres grandes, Dean Dillon, Vern Gosdin y Buddy Cannon, escribieron Is it that time again, en la que el narrador, que se lamenta en un bar de su reciente ruptura, se pregunta si ya es hora de cerrar y ha de volver a casa, porque no puede soportar otra noche sin ella.

Skip Ewing y Don Sampson compusieron Don’t Mind if I Do, una romántica canción en la que una pareja se prepara para pasar una velada juntos y olvidarse del mundo exterior. Escuchemos la grabación de Strait, que le imprimió un toque de jazz.

Bigger Man than Me, compuesta por Curtis Wayne, insiste en las dificultades de un tipo para enfrentarse a la soledad, y considera que para vencerla sería necesario «un hombre más fuerte que él».

Un representante country en el Salón de la Fama de los Compositores

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El pasado 9 de junio tuvo lugar en Nueva York la 47 edición de la ceremonia que designa a los nuevos miembros del Salón de la Fama de los Compositores (no confundir con el Salón de la Fama de los Compositores de Nashville, que elige a los suyos en otoño; como veis, hay un Salón de la Fama para todo).
En esta gala que honra a los compositores de cualquier género musical no faltó un representante del country, Chip Taylor. Nacido en 1940 como James Wesley Voight, su carrera se remonta a casi 60 años atrás, si bien estuvo ausente de los focos entre 1980 y 1996. Cuando volvió, lo hizo a lo grande, y raro es el año en que no saca un nuevo disco. En 2007 fundó su propio sello, Train Wreck Records, en el que ha sacado su último disco hasta la fecha, The Little Prayers Trilogy (2014).
La gala fue conducida por la presidenta de la institución, Linda Moran, y los vicepresidentes Kenneth Gamble y Leon Huff. A Chip Taylor lo presentó su hermano, el conocido actor Jon Voight, padre, como sabemos, de Angelina Jolie. Junto a sus nietas, Taylor interpretó una versión de su canción más conocida, Wild Thing, popularizada por The Troggs en 1966. Aparte de clásicos del rock como el que he citado, nuestro protagonista también ha compuesto numerosas canciones country, dentro de la rama del country-rock, y ha trabajado con jóvenes promesas como Carrie Rodriguez o Kendal Carson. El reputado crítico Anthony DeCurtis ha dicho de él: «Si nombres como Willie Nelson, Townes van Zandt, Kris Kristofferson o Guy Clark significan algo para ti, deberías hacer algo por descubrir a Chip Taylor. Aunque no lo sepas, se ha ganado su lugar en ese selecto grupo».
Escuchemos ya algunos de sus temas.
I can’t let go fue compuesta por Chip Taylor y Al Gorgoni en los años 60. Linda Ronstadt hizo su propia versión en su álbum Mad Love (1980).

También en colaboración con Al Gorgoni, Taylor compuso Sweet Dream Woman, que grabó Waylon Jennings en Good Hearted Woman (1972).

En 1966 Bobby Bare grabó A little bit later on down the line en Talk me some sense. La letra cuenta la relación entre un chico y una mujer diez años mayor.

Escuchemos ahora Son of a Rotten Gambler. La primera en grabarla fue Anne Murray en Love Song (1974).

Emmylou Harris la incluyó en Cimarron (1981).

Canciones con carácter

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La música country es una de las músicas mejor escritas del mundo. Así que, sí, tengo la mente abierta a hacer un disco country en el futuro.

Country music is some of the best-written music in the world. So yeah one day I would keep my mind open to doing a country record.

Ed Sheeran

Randy Owen, el alma de Alabama

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Randy Yeuell Owen nació en Alabama en 1949. Junto con sus primos Teddy Gentry y Jeff Cook, formó un grupo de música que primero se llamó Wildcountry y que, en 1980, se remozó como Alabama. Su carrera ha sido la más meteórica que haya conocido jamás un grupo de música country: sirva decir que han vendido unos 73 millones de discos, que han sacado 21 discos de oro, platino y multi-platino, que 43 de sus singles han llegado al número 1 y que la Asociación de Grabaciones de Estados Unidos los llamó el grupo country del siglo.
En 2002 anunciaron su retirada y al año siguiente sus fans disfrutaron de su gira de despedida, American Farewell Tour. En 2005, entraron como miembros de pleno derecho en el Salón de la Fama de la música country, y en 2008 Randy Owen sacó en solitario One on One.
Southern Drawl (2015), que ya escuchamos aquí, supuso el reencuentro del grupo sobre los escenarios y, recientemente, seguimos la pista de Randy como presentador de un programa radiofónico de música country, Country Gold, trabajo que inició en 2012 y del que se retiró en abril de este año para dejar paso a la canadiense Terri Clark.
Holding Everything fue escrita por Dolly Parton especialmente para el disco en solitario de Owen One on One (2008). Interpretada a dúo con Megan Mullins, fue el tercer single de este álbum.

Con posterioridad, la propia Parton lo incluyó en Better Day (2011). Os dejo con ella en un concierto en directo que ofreció en Nottingham (Reino Unido).

Big Bad John. Jimmy Dean y Roy Acuff, 1961

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La canción de hoy recuerda a un personaje de leyenda en Estados Unidos, a quien se atribuyen poderes casi sobrehumanos, llamado John Henry (Paul Bunyan en otras fuentes).
Es la historia de un minero apodado Big John, de más de dos metros de altura y más de 110 kilos de peso, que en una pelea por una mujer en Nueva Orleans mata a un hombre. Un día se produce un desprendimiento en la mina y, gracias a su tremenda fuerza, consigue abrir un boquete y salvar a sus compañeros. Él queda sepultado, aunque su destino no queda claro al final de la canción. En 1990 Hollywood transformó esta historia ficticia en una película, Big Bad John, que protagonizó el propio Jimmy Dean.
Su grabación original le valió en 1962 el Grammy a la mejor grabación country y western.

Escuchemos la versión de Patti Page en Golden Hits of the Boys (1962).

Charlie Daniels Band la versionó en Homesick Heroes (1988).

Entramos ahora en el terreno de las canciones-respuesta, y es que este tema requería, sin duda, una continuación. En The Cajun Queen (1962), Dean añade que la mujer por la que luchó, valiente como ella sola, se dirigió a la mina y se las apañó para salvar a su amado. Ahora se les puede encontrar en Nueva Orleans con nada menos que 110 nietos.

Dos años más tarde, una de las mejores voces femeninas del country, Dottie West, grabó My Big John (1964), que cuenta la historia desde el punto de vista de la mujer.

Dispuesto a explotar el filón, el mismo año que The Cajun Queen (1962) Dean presentó Little Bitty Big John, en la que el hijo de Big John, que ha oído hablar maravillas de su padre, se propone encontrarlo y finalmente halla la escultura que le dedicaron por su proeza.

Pocas canciones han dado lugar a tantas parodias como esta. Por poner un ejemplo, escuchemos el éxito de Phil McLean Small Sad Sam (1961). Su protagonista, débil y cobarde, huye un día de una pelea; otro le echan del autobús por intentar robar el bolso a una mujer; y, en cierta ocasión, tras un accidente de ascensor, en vez de ayudar a los demás utiliza la puerta de emergencia para ponerse a salvo, antes de que caiga al vacío tras romperse la última conexión que lo mantenía en suspenso.