Disco del mes (mayo)

caught upin the country

Ocho años después de su último trabajo (Take a Back Road), Rodney Atkins vuelve con Caught Up in The Country, aparecido el pasado 10 de mayo en Curb Records, la discográfica con la que firmó hace más de veinte años, cuando empezaba en esto de la música, y a la que todavía se mantiene fiel, una rareza en nuestros días. El disco consta de 12 pistas y ha sido producido por Ted Hewitt y Blake Bollinger. Lo que llama la atención de él es su unidad, pues casi todos los temas hablan de lo importante que es pertenecer a alguien o a algo para sentirse bien en esta vida.
El único single que ha aparecido hasta la fecha es el que da título al disco, Caught Up in the Country, en el que los legendarios Fisk Jubilee Singers intervienen en los coros. Este grupo se fundó en el último cuarto del siglo XIX y ha sabido mantener la tradición desde entonces, renovando a sus miembros, lógicamente. La letra retoma el tópico latino del «beatus ille» y se estructura como un panegírico de la vida el campo: «atrapado en el campo, el único lugar en el que quiero estar», concluye.

Otra de las canciones que primero se dieron a conocer del disco es My Life, en la que escuchamos lo que sigue: «Me encantan mis ojos porque tú te miras en ellos, mi nombre porque tú lo dices, mi corazón porque tú lo robaste, mis besos porque tú los deseas, mi mente porque te apropias de ella a cada minuto y mi vida porque tú estás en ella».

En la misma línea se sitúa Thank God for You. El protagonista va por la vida sin rumbo fijo y encuentra su camino gracias a su pareja. «Gracias a Dios que hay ángeles para los jóvenes salvajes rebeldes, mujeres que te alejan bailando del diablo, qué afortunado soy, gracias a Dios por ti».

Figure Out You es un dúo que Atkins canta con su mujer, la también cantante Rose Falcon. En la letra, el protagonista se marca como objetivo conocer mejor a su pareja, cuya forma de ser le admira.

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Gordon Lightfoot, el mejor compositor de Canadá

gordon lightfoot
La figura a la que hoy rendimos homenaje, el canadiense Gordon Lighfoot, nació en 1938. Ya desde niño empezó a despuntar en esto de la música y, a los 20 años, se trasladó a Los Ángeles para estudiar jazz, aunque a su regreso a Canadá optó por el folk y el country. Su debut discográfico tuvo lugar en 1962 de la mano del productor Chet Atkins, de RCA Nashville, con quien sacó sus primeros singles, entre ellos Remember Me (I’m the One).
En 1965 firmó un contrato con United Artists, donde sacó su primer LP, Lightfoot! (1966), del que luego escucharemos una muestra. Su carrera siguió en ascenso en la década siguiente, cuando firmó con Warner Brothers y alumbró sus icónicos trabajos Summer Side of Life (1971), Don Quixote y Old Dan’s records (1972), Sundown (1974), Cold on the Shoulder y Gord’s Gold (ambos de 1975), Summertime Dream (1976) o Endless Wire (1978).
Desde entonces, su producción ya no ha sido tan prolífica, pero no ha dejado de grabar álbumes, el último de los cuales, de 2012, es All Live. Admirado por Bob Dylan, quien dijo de él que cada vez que escuchaba una de sus canciones, deseaba que no acabara nunca, en 2012 entró en el Salón de los Compositores y, todavía hoy, a sus 80 años, su agenda sigue plagada de giras. Vamos a escuchar algunas de sus mejores canciones.
Early Morning Rain fue compuesta en 1964 y salió al mercado dos años después en su disco de debut Lighfoot! Su autor volvería a grabarla para su álbum Gord’s Gold (1975). La letra nos habla de un hombre que siente nostalgia por su tierra y va al aeropuerto a ver despegar los aviones. Lighfoot se inspiró en sus propias experiencias, cuando estudiaba orquestaciones de jazz en Los Ángeles y echaba de menos su patria.

George Hamilton IV la grabó en Steel Rail Blues (1966), título extraído de otra canción de Lighfoot.

Peter Paul and Mary la incluyeron en See What Tomorrow Brings (1965).

Ese mismo año la grabaron The Grateful Dead.

Vamos ahora con Did She Mention My Name?, de su disco homónimo (1968). Aquí, el narrador se encuentra con un viejo amigo, quien le pone al día de la vida en su localidad natal.

Esta canción ha sido versionada en clave bluegrass en varias ocasiones. Escuchemos dos ejemplos. Mac Wiseman lo hizo en su álbum Sings Gordon Lightfoot (1977).

Más recientemente, el grupo Mill Run Bluegrass Band la incluyó en By Request (2016).

Termino con Sundown, escrita en 1974, sobre una pareja que se acerca al «ocaso» de su relación. «A veces pienso que estoy ganando cuando pierdo otra vez», dice la letra.

Deryl Dodd la versionó en Pearl Snaps (2002).

Y, para rematar, una versión en directo, la de Toby Keith en Bullets on the Gun (2010).

Whole Lotta Woman. Marvin Rainwater, 1957

whole lotta woman
Hoy os traigo una muestra del mejor rockabilly. El título de esta canción recuerda a la de Led Zeppelin conocida por todos, Whole Lotta Love, que quizá se inspirara en esta para dar nombre a la suya. No sería la primera vez que Led Zeppelin se fijara en un tema anterior para sus composiciones y, sin ir más lejos, la melodía de Whole Lotta Love bebe, tal como reconocieron ellos mismos, del tema You Need Love, de Willie Dixon (1963).
El autor de Whole Lotta Woman, Marvin Rainwater, tenía sangre india en las venas –sus antepasados eran Cherokee–, y, aunque empezó su carrera en el mundo de la música clásica, en el momento en que escuchó a Roy Acuff se decantó por el country, y su característica voz de barítono lo hizo muy popular en la década de los 50.
La canción que nos ocupa salió al mercado en enero de 1958, si bien fue grabada en diciembre del año anterior en los estudios Bradley de Nashville. Rainwater contó para su trabajo con lo más granado de los instrumentalistas country del momento: Hank Garland (guitarra), Grady Martin (guitarra), Floyd «Lightnin'» Chance (bajo), Buddy Harman (batería) y Floyd Cramer (piano). Alcanzó el número 1 en Inglaterra y Rainwater se lanzó de cabeza a una gira por ese país para promocionar el disco.
Esta es la versión original de Marvin Rainwater de 1957.

El grupo británico de rock Johnny Kidd and the Pirates hizo esta versión en 1964.

En la cara B de ese single, versionaron en clave rock Your Cheating Heart, de Hank Williams.

Hank de gira por Europa

nov 49 Welcomes WSM’s Grand Ole Opry at Neubiberg Air Base
En la actualidad raro es el músico –y no hablo solo de country– que puede prescindir de las giras para promocionar su carrera. Pero, por razones económicas, esto antes no funcionaba así, y lo anómalo era que un artista se pudiera permitir el lujo de salir de las fronteras de su mercado natural para ampliar su público. Pues bien: hasta en esto Hank Williams fue un pionero.
En noviembre de 1949, el Grand Ole Opry realizó su primera gira internacional y Williams, que se había incorporado a su nómina en junio de aquel año, participó en ella. Era un valor seguro: la noche de su debut en el Opry, y aplicando la inflación correspondiente, hizo ganar más de 10.000 dólares de 2019 a WSM, la empresa propietaria de la institución.
Según la carta de invitación de las Fuerzas Aéreas Americanas, en la gira participaron 29 figuras de la música country, entre ellas Red Foley (Clyde Foley), Minnie Pearl (Ophelia C. Cannon), Little Jimmy Dickens (James C. Dickens), Roy Acuff y el propio Hank, que aparecía registrado como Hiram Williams, su verdadero nombre.
La gira, cuyo objeto era entretener al personal de la Fuerza Aérea estadounidense, se prolongó 30 días y tocó suelo alemán, británico y de las islas Azores. No cabe duda de que 1949 fue un año memorable para Hank: en mayo, nació su primer hijo, Hank Williams, Jr.; en junio consiguió el sueño de su vida, entrar en el Grand Ole Opry; y, en noviembre, visitó Europa por primera y única vez en su vida.
Escuchemos la grabación para la radio –la televisión todavía no había despegado y carecemos de imágenes del evento– de Move It On Over, el 18 de noviembre en Berlín. La canción, editada en 1947, habla en clave de humor de un hombre a quien su mujer ha echado de la cama y le pide al perro que se haga a un lado para poder dormir junto a él.

En la presentación al fragmento radiofónico anterior, Hank era presentado como el chico del Lovesick Blues, título de una canción que éste había grabado a finales de 1948 y que, tras su aparición en febrero de 1949, se convirtió en uno de sus mayores éxitos. Aquí la tenéis.

Pocos días antes de esta gira, vio la luz uno de sus temas más emblemáticos, I’m So Lonesome I Could Cry («una de las canciones más tristes que he oído nunca», diría años después Elvis Presley), que grabó el 30 de agosto en Ohio. Escuchémosla.

Blaze, el outlaw country llega al cine

 

blaze foley
El próximo 24 de mayo se estrenará en España un biopic (#BlazeFilm) sobre Blaze Foley –cuyo nombre real era Michael David Fuller–, un artesano de la música country relativamente desconocido en España. Buen amigo de Townes van Zandt y admirador de Red Foley, tomó de éste su nombre artístico.
película, dirigida por Ethan Hawke, llegará a la gran pantalla de la mano tanto de Twelve Oaks Pictures (#12oakspictures) como de Elamedia Estudios (@elamedia) y está protagonizada por Ben Dickey, quien da vida al músico, y Alia Shawkat, que interpreta a su pareja, Sybil Rosen. Los papeles secundarios corren a cargo del ganador del Oscar Sam Rockwell, Charlie Sexton –como Townes Van Zandt– y Kris Kristofferson, en el papel del padre de Blaze.
Basada en el libro de memorias Living in the Woods in a Tree: Remembering Blaze, de Sybil Rosen, la cinta recrea la intensa vida de Foley desde su infancia en San Antonio (Texas) hasta su prematura muerte, a la edad de 39 años, en 1989, fecha en la que salió al mercado su disco más popular, Live at the Austin Outhouse (And Not There).
La película aspira a descubrir al gran público la figura de un gigante de la música y cuenta con una excepcional banda sonora que, sin duda, entusiasmará a los amantes del country y a los que todavía no lo son. Escuchemos algunos de los temas más inolvidables de este artista.
Una de las primeras canciones que escribió fue If I Could Only Fly (1977), que lanzó en single dos años después.

Otros dos grandes del outlaw country, Willie Nelson y Merle Haggard, la grabaron a dúo en Seashores of Old Mexico (1987).

Clay Pigeons pertenece al citado disco Live at Austin Outhouse.

John Prine versionó esta canción en Fair and Square (2005).

En Estados Unidos la película se estrenó en enero de 2018 en el festival de Sundance y, como parte de la promoción, el actor que encarna a Blaze Foley, Ben Dickey, nos regaló su propia versión del tema.

I’m a One Woman Man. Johnny Horton y Tillman Franks, 1956

i'ma one woman
Tillman Franks fue el manager de Johnny Horton y el hombre que contribuyó a lanzar la carrera de éste en sus comienzos. En 1955 hizo que firmara un contrato con Columbia Records, sello en el que consiguió sus mayores éxitos y donde seguía trabajando hasta su prematura muerte en 1960, víctima de un accidente de tráfico.
Uno de esos éxitos fue precisamente I’m a One Woman Man, que escribieron juntos. Se trata de una sencilla canción en cuya letra el protagonista asegura a su pareja que su amor solo le pertenece a ella, pues es «hombre de una sola mujer».
Escuchemos la versión original de Johnny Horton, que apareció en 1956.

Glen Campbell la recuperó para Still Within the Sound of My Voice (1987).

George Jones la grabó en dos ocasiones. La primera, en 1960, en The Crown Prince of Country y, más tarde, en One woman Man (1988). Escuchémosla.

George Canyon la versionó en su álbum Classics II (1999).

Alan Jackson la interpretó en un concierto dedicado a George Jones en 2007.

Ese mismo año, Josh Turner la incluyó en su disco Everything is Fine.

De viaje con el country

car trainplane
Como su propio nombre indica, la música country es música de campo y la mejor forma de explorarlo es haciendo un viaje, un concepto muy recurrente en este género, como vamos a ver en este repaso a esas canciones en las que el viaje, ya sea por carretera o en otro medio de transporte, desempeña un papel fundamental.
Empezamos con una canción de Willie Nelson, On the Road Again (1980), que ganó el Grammy a la mejor canción country al año siguiente. Willie la compuso para la banda sonora de Honeysuckle Rose, de Jerry Schatzberg. Su letra constituye una invitación en toda regla a ponerse en camino: «En la carretera otra vez, yendo a sitios en los que nunca he estado, viendo cosas que puede que no vea más, no puedo esperar para echarme a la carretera».

John Denver compuso Take Me Home, Country Roads en 1971. Aquí habla de su deseo de que las carreteras comarcales le lleven a su casa en Virginia Occidental. Con más de un millón y medio de copias, se ha convertido en una de las canciones más conocidas de Denver.

Alabama Song, de Allison Moorer, habla de la importancia no ya del viaje como objetivo último, sino de las personas que nos acompañan en él. «¿Vas a Alabama? Me gustaría ver el Golfo de México. Si vas, llévame contigo. Pero si vas a California, está bien, cualquier sitio vale. Supongo que lo único que quiero es ir contigo».

En 1964, Roger Miller grabó King of the Road, acerca de un vagabundo («un hombre de medios sin ningún medio») que ha hecho del movimiento su forma de vida, y a quien el ingenio de que hace gala le ha valido el sobrenombre de «rey de la carretera».

En Leaving on a Jet Plane, también de John Denver, el viaje se hace más por obligación que por placer. El protagonista se despide de su amada antes de coger un avión que le separará de ella.

La canción que traigo a continuación, I’ve Been Everywhere, fue escrita en 1959 por Geoff Mack y popularizada tres años más tarde por Hank Snow. Un hombre que hace autoestop inicia una conversación con el tipo que le ha recogido, enumerando las ciudades por las que ha pasado.

Hemos escuchado varios ejemplos de canciones de carretera y otro de un viaje en avión. ¿Qué tal si nos montamos en el tren? 500 miles es un tema folk de autoría desconocida que fue popularizado a raíz del revival del folk en los años 60 del pasado siglo. En este lamento, el protagonista emprende un viaje en tren que le aleja 500 millas de su casa y se siente nostálgico por volver a ella. La primera grabación que se conserva es la de The Journeymen (1961).

Y, cómo no, no podía faltar en nuestro viaje una de las canciones más famosas de Johnny Cash, Folsom Prison Blues. Un recluso de esta prisión oye desde su celda el silbato del tren y envidia la libertad que deben sentir los viajeros que van en él.