She’s My Rock. Sharon K. Dobbins, 1972

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A principios de los años 70 la música country empezaba a ser más inclusiva. Uno de los primeros cantantes negros que alcanzó cierto éxito en el country fue Stoney Edwards, gracias a la canción que vamos a escuchar hoy, She’s My Rock. La escribió Sharon Dobbins –y el hecho de que la compositora fuera una mujer es otra prueba de que el country se iba abriendo cada vez más.

La letra habla de un hombre que se niega a escuchar a sus amigos cuando le dicen que la mujer de la que está enamorado no le conviene por su pasado. Él siempre responde que es “la roca sobra la que me apoyo y no voy a prescindir de ella”.

Escuchemos la grabación original de Stoney Edwards en el álbum homónimo de 1972.

Tres años después, Brenda Lee la incluyó en Sincerely, Brenda Lee, cambiándole el título por He’s My Rock.

George Jones consiguió un gran éxito con su versión, incluida en Ladies’ Choice (1984), que llegó al número 2 de las listas.

 

After the Fire is Gone. L.E. White, 1971

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Una de las asociaciones de mayor éxito en el country fue la de Conway Twitty y Loretta Lynn, que comenzó en 1971 e hizo de ellos el dúo favorito de público y crítica durante toda esa década. Su primer single fue este After the Fire is Gone, obra del prolífico compositor L.E. White, con más de 200 canciones a sus espaldas. Esta la escribió para Loretta y Conway, para quien ya había realizado temas como I Love You More Today, I Saw My Angel Cry o I’m Not Through Loving You Yet. La letra asegura que “no hay nada más frío que las cenizas después de que el fuego se haya apagado”

Vamos con la grabación a dúo de Loretta y Conway, que aparece en su álbum We Only Make Believe y por la cual recibieron un Grammy.

Willie Nelson y Tracy Nelson (sin relación alguna entre ellos) la grabaron en 1974.

Freddy Fender eligió este tema para su disco de debut Before the Next Teardrop Falls (1974). Fender –cuyo nombre real es Baldemar Garza Huerta– nació en Texas de padres mexicanos, por lo que era bilingüe en español. Al final de la grabación, acaba precisamente cantando en esta lengua.

Ricky Lynn Gregg la grabó en clave country-rock en Get a Little Closer (1994).

Escuchemos la versión de Tanya Tucker en My Turn (2009).

Por último, un dúo grabado por Steve Earle y Allison Moorer en un disco de homenaje a Loretta Lynn, Coal Miner’s Daughter: A Tribute to Loretta Lynn (2010).

 

Fifteen Years Ago. Raymond Smith, 1970

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Conway Twitty consiguió colocar más de 30 singles en lo más alto de las listas a lo largo de su trayectoria, algo completamente insólito en el panorama del country. Una de esas canciones lleva por título Fifteen Years Ago y en ella habla de una relación que acabó hace quince años y cuyo recuerdo reaviva un encuentro casual con un viejo amigo.

El compositor, Raymond Smith, la grabó para el sello Sugar Hill Records.

Conway Twitty, en Fifteen Years Ago (1970).

Ese mismo año la interpretaron los Statler Brothers en su álbum Bed of Roses.

Al año siguiente lo haría Charley Pride en From Me to You.

John Prine sacó un álbum de dúos en 2016 llamado For Better or Worse. En este clásico canta junto a Lee Ann Womack.

 

Reuben James. Alex Harvey y Barry Etris, 1969

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Situémonos. Año 1969, el debate racial está de plena actualidad en Estados Unidos (en abril de 1968 ha sido asesinado Martin Luther King). No es de extrañar, por tanto, que esta canción se hiciera un hueco en el panorama de aquel año, aunque componerla le llevó bastante tiempo a sus autores. La empezó Barry Etris, que tenía una vaga idea sobre la historia de un hombre a quien su hijo considera un héroe; cuando fallece, su hijo no entiende cómo los héroes pueden morir. Etris no conseguía captar el interés de ninguna discográfica, y entró en contacto con Alex Harvey, quien le ayudó a rehacerla.

Aunque no estaba acostumbrado a coescribir canciones, éste aceptó y, con gran inteligencia, transformó a ese héroe en un hombre negro, Reuben James, un aparcero a quien nadie a su alrededor considera y a quien culpan siempre de los pequeños hurtos que tienen lugar en la localidad. La historia sigue con una mujer soltera blanca del pueblo que muere al dar a luz: Reuben es el único que se ocupa del niño y se convierte en una figura paterna para él. La canción está narrada por este niño, ya adulto, durante el funeral por su tutor, al que solo acuden un predicador y él.

El primero en grabarla fue Kenny Rogers con su grupo The First Edition, en el álbum Ruby, Don’t Take Your Love to Town (1969).

Conway Twitty lo hizo al año siguiente en Hello Darlin’.

 

 

 

Hagas lo que hagas, hazlo bien

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Así reza el título de la canción de hoy, con la que seguimos en la estela de Ned Miller, de quien, en la última entrada, escuchamos ya From a Jack to a King. La de hoy, Do what you do, do well, no alcanzó las cotas de popularidad de aquella, pero tampoco le fue mal en las listas –llegó al puesto número 7.

El single apareció en 1965. Pertenecía a su tercer álbum, The Best of Ned Miller, ya bajo el paraguas de Capitol Records. La canción es toda una declaración de intenciones: un hombre recuerda el consejo que le dio su padre cuando era niño y al que ha intentado mantenerse fiel toda su vida. “(Mi padre) no podía mover una montaña ni derribar un gran árbol, pero se convirtió en un hombre poderoso con una simple filosofía: ‘Hagas lo que hagas, hazlo bien, da tu amor y todo tu corazón: hagas lo que hagas, hazlo bien’”.

Este es Ned Miller.

El caballero sureño, Sonny James, la grabó en Invisible Tears (1969).

Johnny Cash y su hermano menor, Tommy, la interpretaron en este directo de 1969.

Slim Whitman la versionó en The Collection (1970).

Charley Pride la incluyó en I’m Gonna Love Her on the Radio (1988).

 

Un éxito dormido

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No siempre un tema consigue la popularidad que merece cuando sale a la luz. Este fue el caso de la canción que vamos a escuchar hoy. Ned Miller, el autor de From a Jack to a King, publicó esta canción como single en 1957 –debutó con él– en Fabor Records a nivel local y en Dot Records a escala nacional. En ese momento, pasó inadvertida, en mi opinión injustamente. Sin embargo, Miller no se dio por vencido y cinco años después convenció a Fabor Records de que la reeditara.

El sello así lo hizo. Miller se encontraba en su mejor momento, tras haber trabajado brevemente para Capitol Records, que le había dado mayor notoriedad. Y la decisión no pudo ser más acertada, pues From a Jack to a King se convirtió en una de las canciones más escuchadas de 1963 y no solo en Estados Unidos, sino en otros mercados como el británico, el irlandés o el sudafricano, gracias ahí a la versión de Jim Reeves, que luego escucharemos.

La letra habla de un hombre que se siente como un rey por haber conquistado el corazón de su mujer. El título hace referencia a una baraja de cartas en la que el narrador asciende de Jack (sota en la baraja española, jota en la americana) a King (rey). Su temática resultaba idónea para acompañar la trama de la serie The Crown, y sus acordes suenan en su última temporada hasta la fecha, significando que el marido de la reina de Inglaterra ha ascendido, por su matrimonio, de miembro anónimo de la nobleza a Duque.

Os dejo con el original de From a Jack to a King, de Ned Miller.

Al año siguiente la grabó “el caballero Jim”, Jim Reeves.

Bill Anderson la versionó en su álbum Still (1962).

Ricky van Shelton la incluyó en Loving Proof (1988).

Mud fue un grupo de rock británico muy representativo de los 70. Su versión de From a Jack to a King está incluida en su álbum Mud Rock (1974).

El cantante sudafricano Ray Dylan la recuperó en Goele ou Country (2009).

 

Fist City. Loretta Lynn, 1968

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El papel de la mujer ha ido cambiando poco a poco, hasta ocupar plenamente esa habitación propia de la que hablaba Virginia Woolf. En el mundo de la música, Loretta Lynn fue una de las que más contribuyó a ese cambio.

En esta canción de tono autobiográfico, Lynn aborda el tema de las infidelidades (que no son culpa de la mujer, tal como insinuaban tantas canciones de los 50). A los 15 años, Loretta se casó con Oliver Lynn y su matrimonio, que duró 48 años, estuvo lleno de altibajos. El carácter contestatario de ella, unido al alcoholismo y a las continuas infidelidades de él, provocaron muchas peleas.

El tema se presenta como un aviso de Loretta hacia cualquier mujer que intente robarle a su marido. Les insta a alejarse de él si no quieren enfrentarse a sus puños. La inspiración le vino de su propia experiencia: cuando estaba de gira en Tennessee, le llegó el rumor de que una mujer andaba detrás de su marido, con quien ya había tenido una relación. Loretta escribió una carta acusadora a la amante, que se la enseñó a Oliver. Él le dijo entonces que no se metiera en sus asuntos y le dijo que las acusaciones eran ciertas.

El marido de Loretta no escuchó la canción hasta que ésta la interpretó en el Grand Ole Opry: “No llegará a ningún sitio”, opinó. Se equivocaba, pues el single conquistó el número 1 de las listas. Claramente, había subestimado a todas las mujeres que también sufrían infidelidades y que se lanzaron a comprarlo.

Os dejo con la versión de Loretta Lynn en su disco homónimo, que apareció en 1968. Años después, volvió a grabarla en Full Circle (2016). El productor, Owen Bradley, contó con un magnífico elenco en el terreno instrumental: Grady Martin a la guitarra, Pete Drake a la steel guitar, Floyd Cramer al piano y Buddy Harman a la batería.

El grupo The Little Willies, en el que participa Norah Jones, la incluyó en For the Good Times (2012).

Studio 102 Essentials (2008) es un álbum póstumo de Johnny Paycheck en el que aparecen varias grabaciones inéditas suyas. Una de ellas es Fist City.

 

 

 

Ballad of Forty Dollars. Tom T. Hall, 1968

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Tom T. Hall era conocido como “el contador de historias”, y, sin duda, pocas de sus canciones son más características que esta de esa faceta suya. En su juventud, trabajó con su tía en un cementerio, y buscaba inspiración en las conversaciones con la gente que iba allí a despedir a sus seres queridos.

Así surgió esta canción, cuyo protagonista es un sepulturero contratado para cavar la tumba y hacer los preparativos del funeral. La letra tiene un tono humorístico. El narrador y sus compañeros observan desde la distancia (no tiene traje, no le gustan las charlas sobre el “fuego del Infierno” y tampoco le apetece entretenerse, porque, cuando termine el acto, tiene que ir a trabajar y cortar el césped) a la gente que asiste al funeral. Admiran el coche en el que llega uno de los familiares o el elegante vestido de la viuda. El final también tiene ese tono humorístico e irónico que solía caracterizar a Hall: el fallecido le debía cuarenta dólares que ahora, supone, tendrá que dar por perdidos.

La canción salió como single en octubre de 1968 a través del sello Mercury Records y se convirtió en su primer Top 10 en las listas de country. En la letra, cita la conocida marcha militar Taps, lo que sugiere que el fallecido era un veterano de guerra; aunque por el título puede que no la conozcáis, seguramente la hayáis escuchado en más de una ocasión. Aquí la tenéis.

Vamos ahora con el tema en cuestión. Escuchemos la versión original de Tom T. Hall en su álbum de debut homónimo, que apareció en 1969.

Johnny Cash y Waylon Jennings la cantaron a dúo en su disco Heroes (1986). Os dejo con su interpretación.

En 1969 la versionó Dave Dudley en su disco One More Mile.

 

You Ain’t Going Nowhere. Bob Dylan, 1967

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Seguimos con la faceta country de Bob Dylan quien, mientras se recuperaba de un accidente de motocicleta que sufrió en 1966, escribió esta canción sobre un hombre que espera la llegada de su novia, que acabará con la desesperanza que le atormenta.

Uno de los grupos más icónicos del country-rock, The Byrds, fue el primero en grabarla y explotarla comercialmente. The Byrds versionaron bastantes canciones de Bob Dylan, y la crítica suele considerar esta versión de You Ain’t Going Nowhere como la mejor de ellas. Fue el primer single del disco Sweetheart of the Rodeo (1968).

Bob Dylan la incluyó en su disco Bob Dylan’s Greatest Hits Vol. II (1971), aunque ya la había grabado anteriormente con The Band. No fue hasta 1975, sin embargo, cuando apareció en el mercado esta grabación original en el disco The Basement Tapes. Happy Traum toca el bajo, el banjo y la guitarra eléctrica.

Escuchemos ahora a Marty Stuart, una de las figuras preeminentes del country de finales del siglo pasado, y a Roger McGuinn, que había sido miembro de The Byrds.

The Nitty Gritty Dirt Band la incorporaron a Will the Circle Be Unbroken (1972).

Vamos ahora con la exquisita interpretación de Joan Baez de este clásico.

 

 

 

 

I’ll Be Your Baby Tonight. Bob Dylan, 1967

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Aunque Bob Dylan es considerado como un pionero del rock and roll, en su dilatada trayectoria ha tocado multitud de géneros, también el country. Esta canción que os traigo hoy es un buen ejemplo de ello. La escribió tras un accidente de motocicleta que sufrió en 1967, cuando se trasladó a Nashville y probó suerte con el country. De esa etapa sus álbumes más representativos son John Wesley Harding (1967) –al que pertenece este tema, y cuyo nombre está tomado de un conocido pistolero y outlaw de Texas, John Wesley Hardin– y Nashville Skyline. La canción adquirió gran popularidad cuando Dylan la cantó en directo en el Festival de la Isla de Wight (Inglaterra) en 1969.

Dylan se arropó para esta grabación de un elenco de excepción. A la steel guitar escuchamos a Pete Drake –que también ha tocado en clásicos como Rose Garden, Behind Closed Doors, Stand by Your Man o Lay, Lady, Lay–, mientras que su bajista, Charlie McCoy, ingresó hace diez años en el Salón de la Fama del country. A su vez, el percusionista era Kenny Buttrey, uno de los músicos de sesión más influyentes en la música country, según la CMT (Country Music Television).

Burl Ives hizo un disco en 1968 con versiones de Bob Dylan, Johnny Cash y Paul Simon llamado The Times are a-changing. Su versión de este tema es la que abre el disco.

Emmylou Harris debutó con el disco folk Gliding Bird (1969). Os dejo con su versión de I’ll Be Your Baby Tonight.

Anne Murray la interpretó en su álbum de debut This Way is my Way (1969), que se presentó en Canadá, su país natal.

Se diría que esta canción era la elegida por todos los debutantes… En esta ocasión fue Linda Ronstadt quien la escogió para su primer disco, Hand Sown… Home Grown (1969).

Los maestros del bluegrass Lester Flatt y Earl Scruggs la incluyeron en Nashville Airplane (1970).

Por último, escuchemos a Rita Coolidge en The Lady’s Not For Sale (1972).