El pasado 13 de diciembre una de las caras más conocidas del panorama country actual, Blake Shelton, sacó su álbum Fully loaded: God’s country, de la mano de Warner Bros. Nashville. Para promocionarlo, Shelton se embarcará en una gira llamada Friends and Heroes Tour, cuyo pistoletazo de salida tendrá lugar el próximo 13 de febrero.
El álbum es un híbrido entre material nuevo y éxitos pasados; de las 12 canciones que lo componen, siete son antiguas y cinco inéditas. Centrémonos en estas últimas.
La canción que le da título fue escrita por Devin Dawson, Jordan Schmidt y Michael Hardy. Triunfó como single del año en la última edición de los Premios de la Asociación de Música Country. Este tema de rock sureño es la canción número 26 de Shelton que llega a lo más alto de las listas.
En Hell Right, ha colaborado con Trace Adkins.
El último de los singles extraídos del disco –aparecido el pasado mes de octubre– es Jesus Got a Tight Grip, una canción de temática religiosa en la que el protagonista, utilizando una analogía con los coches todoterreno, reconoce que “Jesús tiene un gran agarre en mi alma”.
El country ha asistido este mes –como suele ser tradicional en noviembre– al parto de multitud de discos. Entre todos ellos, vamos a destacar el séptimo trabajo del grupo de country-pop Lady Antebellum, que ha sido editado por el sello BLMG y lleva por título Ocean. Se trata de su primer álbum con esta discográfica, con la que firmaron el año pasado tras ser fieles toda su vida a Capitol Nashville.
Producido por Dann Huff, consta de 13 canciones, entre las que se encuentra una colaboración con el grupo Little Big Town llamada The Thing that Wrecks You. Uno de los miembros del trío, Charles Kelley, ha dicho del álbum: “El tema gira en torno a cómo sobrellevar nuestras almas y nuestra vida”.
En primer lugar vamos con What if I never get over you. Compuesta por Ryan Hurd, Sam Ellis, Laura Veltz y Jon Green, la canción habla de una ruptura que es casi imposible de superar. El single, todo un éxito comercial, ha vendido hasta la fecha cerca de 100.000 copias.
El tema que da título al disco, Ocean, es hasta el momento el segundo y último single extraído del álbum. Hillary Scott, la cantante, compara a su pareja con un océano en el que la protagonista quiere nadar. Esta balada está acompañada por Dave Haywood al piano.
A finales de octubre, el grupo sacó un vídeo para promocionar What I’m Leaving For, obra de Sam Ellis, Micah Premnath y Laura Veltz.
En la anterior entrada escuchábamos extractos del disco de debut de Johnny Cash. Hoy seguimos con él y con su segundo álbum, que terminó de situarle en un lugar destacado en el country.
En Sings the Songs that Made Him Famous, Cash volvió a repetir con Sun Records –después de haber abandonado ese sello brevemente para firmar un lucrativo contrato con Columbia, donde sacó The Fabulous Johnny Cash–. Fue producido por Sam Phillips y Jack Clement, un compositor que escribió para Johnny las dos primeras canciones que vamos a escuchar.
Cash contó para este disco con la colaboración del grupo que acababa de formar, The Tennessee Three, que le acompañaría gran parte de su carrera y que, en gran medida, fue el artífice del sonido tan característico de sus canciones y de la popularidad del cantante. Sus miembros iniciales fueron Luther Perkins, Marshall Grant y el propio Johnny. Sin su influencia, el artista se reconocía perdido y la prueba es que, cuando en 1975 la Columbia le propuso dar un giro en su trayectoria, grabó un disco sin ninguno de ellos y el resultado fue un sonoro fracaso. A partir de entonces, no volvería a ensayar otros experimentos.
Vamos ahora con alguno de sus singles (hubo seis en total). En primer lugar, Guess Things Happen that Way, que, como os adelantaba, fue escrito por Jack Clement. En la letra, el protagonista se lamenta por la pérdida de su amada y concluye: “No me gusta pero supongo que las cosas son así”.
El disco se abre con otra composición de Jack Clement, Ballad of a Teenage Queen, que cuenta la historia de una chica de ambiente rural que deja a su novio tras ser descubierta por un cazatalentos de Hollywood. Pronto descubre que esa vida no le hace feliz y vuelve a su hogar con su novio de toda la vida.
Home of the Blues fue coescrita por Johnny Cash, Lillie McAlpin y Glenn Douglas Tubb, un primo de Ernest Tubb. El protagonista de esta melancólica canción es tan infeliz, que se siente en “el hogar de la tristeza”.
En Big River, el narrador advierte al gran río del título que sus lágrimas, después de haber sido abandonado, van a inundarlo.
Al igual que en su disco anterior, aquí también aparece una versión de una composición de Hank Williams. Escuchad la interpretación de Johnny Cash de I Can’t Help It (if I’m Still in Love With You).
El primer single del disco, así como la grabación más antigua del mismo, fue There You Go, que vio la luz como single en 1956. A la manera del aria de Rigoletto La Donna è mobile (“la mujer es voluble”), la canción habla de los frecuentes escarceos amorosos de la novia del protagonista.
Famosa es la frase de Sam Phillips, fundador de Sun Records –“Peca y vuelve con una canción que pueda vender”– cuando Johnny Cash se presentó ante él por primera vez como cantante góspel, algo que no impresionó en absoluto al poderoso productor. Pues bien, Johnny Cash así lo hizo y el disco de hoy fue el resultado.
Publicado en 1957, este debut se nutría de grabaciones de multitud de estilos, desde canciones tradicionales hasta country, rockabilly y góspel (aunque estas últimas no salieron como singles, ya que Phillips intuía que tendrían más éxito los temas country y los de rockabilly).
So Doggone Lonesome fue una de las primeras grabaciones de éxito de Johnny Cash. Según dice la leyenda, la escribió pensando en Ernest Tubb, uno de sus cantantes de country preferidos, quien la grabaría al año siguiente. Cash solía contar que, cuando Tubb grabó su canción, sintió que había conseguido hacerse un hueco en la industria. En la letra, el narrador confiesa sentirse muy solo a raíz de que su pareja le haya abandonado, pero se niega a reconocerlo ante sus amigos.
Los otros tres singles del disco ya los hemos escuchado aquí. En primer lugar, Cry Cry Cry, en la que un hombre sospecha que su mujer le es infiel y predice que terminará llorando cuando él la abandone.
Una de las canciones más conocidas de Johnny Cash, I Walk the Line, también pertenece a este disco. El narrador está dispuesto a hacer cualquier cosa por su pareja con tal de conservar su amor. Aquí la podéis escuchar.
Una de las canciones de trenes más famosas es Folsom Prison Blues, en la que un recluso añora la libertad cuando escucha el tren que pasa cerca de la prisión.
Rock Island Line es una canción tradicional de finales de los años 20 que habla de la extinta compañía de ferrocarril Rock Island Line, con sede en Chicago. Fijaos en cómo el ritmo de la canción aumenta para imitar cuando tren coge velocidad.
Ahora, una versión de una canción de Hank Williams y Jimmie Davis, I Heard the Lonesome Whistle Blow, que el primero grabó en 1951, y que probablemente sirviera de inspiración a Johnny para escribir su Folsom Prison Blues, pues la historia de ambas es muy similar. Después de dejar a su novia, un hombre se mete en problemas, es encarcelado y escucha el silbato solitario del tren.
La única canción góspel del álbum es I Was There When it Happened, escrita por Jimmie Davis y Fern Jones. El protagonista se muestra satisfecho porque su alma haya sido salvada y reniega de quien le dice que la salvación no existe, ya que él estaba allí cuando pasó, así que, ¿quién mejor que él lo va a saber?
En los años 50, pertenecer al Grand Ole Opry era uno de los objetivos principales de los cantantes country, más incluso que en la actualidad. A mitad de esa década lo consiguió George Jones, quien, para remarcar el acontecimiento, sacó un disco, con el que además debutó. Se titulaba Grand Ole Opry’s New Star, y estaba producido por Pappy Dailey. Se da la circunstancia de que este álbum fue el primero no solo de la carrera de Jones sino también del sello discográfico en el que se publicó, Starday Records. Hoy escucharemos algunos temas de ese trabajo, que consta de 14 canciones, todas escritas o coescritas por el propio George.
La cara B de este single fue Seasons of My Heart, obra de los mismos autores y en cuya letra se comparan las distintas fases de una relación con las estaciones del año.
Una de las primeras canciones de su carrera que recuperó para este disco fue Let Him Know, al más puro estilo honky tonk y escrita por Jones en solitario. Alguien que pierde a su amada va al bar a intentar olvidarla, pero se da cuenta de que esa actitud no le sirve de nada.
Vamos ahora con una canción rockabilly, la grabación más antigua que Jones incluyó en este disco. Definitivamente, los estándares de las canciones de antes eran muy diferentes de los de ahora. Hoy sería impensable una letra como la que sigue. En Play it Cool el narrador recomienda a los hombres que no pierdan la calma si de vez en cuando sus mujeres se descarrían, porque al final volverán a ellos.
Otro de los temas es What I Am Worth, que también hemos escuchado aquí. En la letra el protagonista se pregunta cuál es su valor si no vale nada para su amada.
La versión de Jones de Ragged but Right es uno de los mejores trabajos de los inicios de su carrera. De carácter tradicional, su primera grabación data de 1929 y se debe a los Blue Harmony Boys. La letra habla de un vagabundo que se considera feliz aunque tenga un aspecto harapiento (“ragged”).
El pasado 4 de octubre, a través de Valory Records –sello dependiente de Big Machine Records, con el que Brantley Gilbert firmó en 2011– apareció el quinto álbum de este artista, Fire and Brimstone. Con 34 años, Gilbert acumula una gran experiencia en esto del country, pues empezó a los 20.
Una vez que el disco ha llegado al circuito, Brantley emprenderá el próximo mes de enero su correspondiente gira de promoción, que llevará por título Fire ‘T Up, si bien ya en junio inició otra para dar a conocer una de las canciones, Not Like Us.
Producido por Mike Elizondo, Dan Huff y Brandon Day, su punto fuerte son las letras, pues, como el propio Gilbert ha reconocido, se considera más compositor que cantante. En algunas canciones ha colaborado con alguno de sus vocalistas preferidos, como Jamey Johnson, Alison Krauss, Lindsay Ell o Willie Nelson, si bien la voz de este último solo se escucha de forma testimonial.
Empezamos con el tema que le da título, Fire and Brimstone, que cuenta con la colaboración de los citados Johnson y Krauss. La filosofía que subyace en él es que hay que sentirse cómodo en la piel de cada uno y no juzgar a los demás.
El primer single es What Happens in a Small Town, cuyo título hace referencia a la conocida afirmación sobre Las Vegas –“Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”– y habla de las consecuencias de una ruptura. La canta a dúo con la cantante canadiense Lindsay Ell. A mediados de julio, el single llegó al número 13 de las listas.
El álbum se cierra con Man That Hung the Moon, obra del propio Gilbert, a propósito del amor de un padre por su hijo y de la admiración que desea despertar en él: “Pensarás que yo colgué la luna, que yo hice el cielo, que el sol sale y se pone en mis ojos”. La canción es un homenaje a su hija, que nació en septiembre.
Brantley nunca ha ocultado sus fuertes convicciones religiosas, y ha incluido en el disco este tema góspel, Lost Soul’s Prayer, en el que el narrador ruega para que su alma sea salvada.
El trío Lady Antebellum –compuesto por los vocalistas Hillary Scott y Dave Haywood y el instrumentalista Charles Kelley– venía pisando fuerte, sobre todo a raíz de su inmenso éxito Need You Now (ya escuchado aquí). Prueba de ello fue este álbum, su cuarto trabajo, que llegó a ser número 1, con más de 160.000 copias vendidas la primera semana, y que gozó igualmente del favor de la crítica.
En Golden, Lady Antebellum incorpora elementos del pop, lo que sirvió para ampliar su público, aunque, en el otro platillo de la balanza, en algunos cortes sea casi imposible reconocer el sabor del country. El disco produjo tres singles: Downtown, Goodbye Town y Compass.
Empecemos con la canción que le da título, Golden, escrita por Scott, Kelley, Haywood y Eric Paslay, que la grabaron al año siguiente junto a Stevie Nicks. Os dejo, sin embargo, con la original. En esta balada el narrador compara las gracias que adornan a su pareja con «algo dorado».
El primer single que apareció fue Downtown, compuesta por Luke Laird, Shane McAnally y Natalie Hemby. Aunque en principio estaba pensada para que la interpretara Miranda Lambert, finalmente el trío se hizo con ella. La protagonista plantea a su novio que la lleve al centro (su melodía es bastante pegadiza, pero la letra resulta poco original).
Otro de los singles fue Goodbye Town, canción en la que Hillary Scott, Charles Kelley, Dave Haywood y Josh Kear abordan una ruptura en la que uno de los componentes de la pareja desea abandonar la ciudad porque todo en ella le recuerda su relación.
El tercer y último single fue Compass, compuesta por Mikkel Eriksen, Tor Erik Hemransen, Ammar Malik, Ross Golan, Daniel Omelio y Emile Haynie. Se trata de una de las canciones más alegres del disco, con un mensaje muy optimista, ideal para superar cuaquier trance con su consejo de «dejar que nuestro corazón sea nuestra brújula cuando estemos perdidos».
Dieciséis años han tenido que pasar para que Crystal Gayle, de 68, publique nuevo material. El 6 de septiembre aparecía el álbum You Don’t Know Me: Classic Country, producido por su hijo Christos Gatzimos para el sello Southpaw. Contiene sus versiones de 14 clásicos del country, que inmortalizaran en su día artistas como Buck Owens, George Jones, Patsy Cline, Faron Young, Connie Smith o Eddy Arnold.
Gayle se formó en el sonido Nashville y en este disco hace gala de ello. Escuchemos primero la canción que le da título, You Don’t Know Me, obra de Cindy Walker –una de las primeras compositoras que triunfó en el country– y popularizada por Eddy Arnold en 1955.
Ribbon of Darkness fue la primera canción que Gayle interpretó cuando se dio a conocer en el Grand Ole Opry, y de ahí su valor sentimental. Escrita por Gordon Lighfoot, fue grabada por primera vez por Marty Robbins. La narradora habla de la «cinta de oscuridad que cuelga de ella» desde que ha perdido a su amor.
La única ocasión en que Crystal Gayle ha grabado junto a sus hermanas, Loretta Lynn y Peggy Sue, fue en 2017, concretamente el tema Put it off until tomorrow. La sesión tuvo lugar poco antes del derrame que sufrió Loretta Lynn y del que, felizmente, se ha recuperado.
Darius Rucker empezó su carrera en un grupo de rock, pero pronto vio que su interés se inclinaba más hacia el country. Este fue el tercer disco suyo en este género que vio la luz en Capitol Records Nashville (los dos primeros fueron Learn to Live (2008) y Charleston, SC (2010), su ciudad natal).
El proceso de grabación comenzó a principios de 2012, un año que supuso un gran revulsivo para su carrera, en especial cuando Brad Paisley le invitó a formar parte de uno de los clubes más selectos del country: el Grand Ole Opry.
El disco dio lugar a cuatro singles. Se abre con la canción que le da título, True Believers, escrita por Darius Rucker y Josh Kear. El protagonista celebra su duradera historia de amor: ambos han creído firmemente en su relación desde el principio.
El segundo single, Wagon Wheel (aquí podéis ver la entrada que le dediqué el año pasado), fue uno de sus mayores éxitos. Inicialmente concebida por Bob Dylan en 1973, este no la terminó y Ketch Secor, de Old Crow Medicine Show –gran admirador de Dylan–, lo hizo 30 años más tarde. Su grupo la grabó por primera vez, pero la versión de Rucker alcanzó mayor popularidad y le dio su primer premio importante, un Grammy por su lograda interpretación.
El tema del que habla el tercer single, Radio, de Darius Rucker, Luke Laird y Ashley Gorley, es un lugar común en la música country: olvidarse de las preocupaciones y gozar de ese sentimiento de libertad que da el conducir por la carretera, por mero placer, sin un destino, y acompañado de la música de la radio del coche.
Por último, escuchemos una canción que no salió como single, Take Me Home. De corte nostálgico, el narrador echa de menos su hogar y suplica que alguien lo lleve a casa. Fue escrita por Monty Criswell, Frank Rogers y Darius Rucker.
El pasado 23 de agosto aparecía el vigésimo álbum de Vince Gill, de 62 años, que toma el título de su estado natal, Okie –así se llama tradicionalmente a los naturales de Oklahoma.
Presentado como una continuación de su anterior trabajo, Down to My Bad Habit (2016), ha sido editado por MCA Nashville, y la presencia de Gill es constante en los créditos: ha escrito en solitario nueve de sus 12 canciones y las restantes en colaboración. Sus letras narran, además, experiencias personales.
En I Don’t Wanna Ride the Rails No More, habla de un hombre que vaga sin rumbo fijo y decide que quiere sentar la cabeza y dejar de «caminar por las vías».
When My Amy Prays es una balada inspirada en su mujer, Amy Grant. Sobre esta canción, Gill ha dicho que «creo que es la mejor interpretación vocal que he hecho nunca».
En febrero, dio a conocer Forever Changed, un tema muy personal que se inscribe en el movimiento Me Too. La protagonista es una niña pero, en realidad, el artista recuerda un episodio de su propia vida, cuando uno de sus profesores intentó abusar de él durante su infancia. Vince escribió la canción hace años y solo ahora se ha decidido a interpretarla.
En A Letter to My Mama, Gill y Dean Dillon nos brindan una carta de amor universal a todas las madres.