El Hank japonés

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Os presento a Masataka Sasaki. Nacido en 1937 en Fukuoka, capital de una de las islas del archipiélago japonés, desde niño empezó a interesarse por la música country que provenía de Estados Unidos, algo muy chocante en su país, ya que, a la sazón, ambas naciones eran enemigas. Cuando su afición llegó a oídos de los soldados norteamericanos destinados en la isla, le apodaron Hank, y con Hank se quedó como nombre artístico. De hecho, solía decir que éste fue uno de sus primeros ídolos musicales. En 1989 se trasladó a vivir a Nashville, donde empezó a ser conocido también como El cowboy japonés, y falleció en 2015. Escuchemos ya algunos de sus temas.
En 2007 escribió una canción de corte autobiográfico, dedicada a sus grandes influencias, aquellas que le animaron a emprender una carrera en este género: el citado Williams, Lefty Frizzell o Slim Dusty, un cantautor country australiano. Su título: Hank, Lefty, Slim Dusty and Me.

Vamos ahora con su adaptación de un conocidísimo clásico del góspel, Amazing Grace, un tema que se remonta al siglo XVIII. El narrador no puede más que agradecer su vida a la «sublime gracia que salvó a un desdichado como yo».

Utilizando la misma melodía que el primer tema que escuchamos, Sasaki compuso Thank God for Country Music.

Coming Home (2014) pertenece a su último disco, del mismo nombre.

My Sweet Love Ain’t Around es una de las primeras canciones que grabó Hank Williams en noviembre de 1947. Aquí, su «homólogo» japonés hace su propia versión. En la letra, el protagonista se lamenta de que, ahora que su amor no está, la vida haya perdido toda la alegría para él.

Jimmie Rodgers consiguió un gran éxito en 1928 con T for Texas, T for Tennessee, hasta el punto de que se puede decir que el country nació con él. Hank Sasaki recuperó la melodía y la rebautizó como T for Tokyo, T for Tennessee. Aquí lo vemos en el café Lone Star de un barrio tokiota.

Al igual que hizo su maestro con el Jambalaya, uno de los platos más tradicionales de Alabama, el «otro» Hank cantó al Sukiyaki, una delicia de la gastronomía nipona; y lo hizo alternando en su letra el japonés con el inglés.

Blessed Assurance

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Hoy, Lunes de Pascua, sigue siendo festivo en algunas Comunidades Autónomas (Islas Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, Navarra y País Vasco). Con la entrega de hoy, terminamos esta serie de Semana Santa sobre canciones góspel, y damos la bienvenida a los cincuenta días que culminarán con el de Pentecostés.

Blessed Assurance fue escrita por una poeta ciega, Fanny Crosby, una de las más prolíficas escritoras de canciones góspel de la historia, con más de 1.000 títulos a sus espaldas. Semejante creatividad hizo que en 1975, sesenta años después de su muerte, fuera incluida a título póstumo en el Salón de la Fama de la música góspel. A su vez, la música la compuso su amiga Phoebe Knapp, organista de la iglesia metodista de Nueva York de la que Crosby era miembro.

La canción se publicó en 1873 en la revista Guide to Holiness and Revival Miscellany, propiedad de los padres de Phoebe. El título hace referencia a la alegría que siente el narrador al saber que pertenece a Jesús: «Bendita seguridad, Jesús es mío; qué anticipo de la gloria divina», comienza.

Empezamos con la versión de Alan Jackson, que abría su disco Precious Memories (2006).

Randy Travis la incluyó en Worship and Faith (2003).

Os dejo ahora con la grabación de John Berry en Amazing Grace (1995).

Termino con el grupo de góspel Third Day, que reinterpreta los clásicos de este estilo en clave rock.

 

¡Sea crucificado!

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Hoy, Viernes Santo, se recuerda el día de la crucifixión de Cristo. Según la tradición cristiana, Jesús ofreció su sangre por nosotros, así que abordaremos una canción góspel que habla precisamente de eso –de la sangre–, y de cómo, metafóricamente, hemos de lavarnos en ella para salir purificados.

El tema que vamos a escuchar, publicado originariamente en 1878, lleva por título Are You Washed in the Blood?, y es obra de Elisha A. Hoffman, uno de los más prolíficos autores de canciones religiosas de todos los tiempos, hasta el punto que de su pluma salieron unos 2.000 himnos de esta naturaleza.

La letra concatena una serie de preguntas que abundan en la necesidad de tener siempre presente la sangre del Cordero: “¿Has ido a Jesús en busca de su poder purificador?, ¿te has lavado en la sangre del Cordero?, ¿están tus vestiduras sin mancha?, ¿están blancas como la nieve?”. Se han hecho multitud de versiones de este tema, las más conocidas en clave de bluegrass. Escuchemos algunas de ellas.

Carl Story, el conocido como “padre de la música góspel bluegrass”, y su grupo, The Rambling Mountaineers, la grabaron, y su trabajo apareció en un recopilatorio que comprendía sus obras entre 1942 y 1952.

Uno de los primeros grupos de bluegrass fue The Foggy Mountain Quartet. Aquí interpretan la canción con Earl Scruggs a la guitarra.

The Statler Brothers en Oh Happy Day (1969).

En un recopilatorio con las grabaciones de Red Allen entre 1962 y 1983 figuraba también este tema. Frank Wakefield, ¡nada menos!, es quien le acompaña a la mandolina.

Veamos una interpretación en directo de los Shenandoah Cut Ups en 1971.

Willie Nelson hizo su versión en Old Time Religion (1992).

The Charlie Daniels Band imprimió una gran energía a esta versión, aparecida en How Sweet The Sound: 25 Favorite Hymns and Gospel Favorites (2001).

Alan Jackson la incluyó en su disco Karaoke (2007).

Veamos a los Kings Highway en una actuación en el festival bluegrass de Jerusalem Ridge en 2008. El grupo está compuesto por Mark Hargis a la mandolina, Mike Fulkerson al banjo, Kevin Bowlds al fiddle y Byron Oost al contrabajo.

El dúo Joey + Rory la incluyó en Inspired: Songs of Faith and Family (2013).

La versión de Randy Travis aparece en Hymns: 17 Timeless Songs of Faith (2014).

Por último, una versión coral obra del Antrim Mennonite Choir, que salió en el disco Amazing Grace.

 

Y al tercer día…

how great
En este día en que conmemoramos la resurrección de Jesús, hablaremos de uno de los himnos evangélicos más célebres de todos los tiempos, How Great Thou Art (“Qué grande eres”).
El origen hay que buscarlo no en Estados Unidos, sino en tierras septentrionales europeas, concretamente en Suecia, donde en 1885 un joven predicador de 26 años, Carl Gustav Boberg, escribió el poema O Store Gud (“Oh gran Dios”).
Años después, durante una reunión religiosa, Boberg se enteró de que le habían puesto música, utilizando una vieja melodía sueca. El caso es que este himno fue del agrado de la jerarquía eclesiástica y se tradujo primero al alemán en 1907 y luego al ruso en 1912.
La primera versión en inglés data de 1925, por parte de E. Gustav Johnson, aunque la más conocida –y la que ha llegado hasta nuestros días– es la de un misionero británico que había emigrado a Estados Unidos procedente del este de Europa. Stuart K. Hine escribió la letra en los años 30 del pasado siglo y, desde entonces, ha formado parte del repertorio de gran parte de los artistas que han cantado gospel.
El narrador se asombra del poder de Dios, que se despliega en todo el universo. Vamos a escuchar distintas versiones de este himno cantadas por artistas country.
Tennessee Ernie Ford la grabó con acompañamiento coral de The Jordanaires en su álbum I Love to Tell the Story (1962).

Elvis Presley lo hizo para How Great Thou Art (1967).

Os dejo con la versión de Connie Smith, que la interpretó por primera vez en Back in Baby’s Arms (1969).

Dolly Parton la ha incluido en multitud de álbumes; el primero de ellos, A Real Live Dolly (1970).

Escuchemos a The Statler Brothers en Holy Bible New Testament (1976).

Martina McBride la incluyó en Amazing Grace (1995).

Alan Jackson la versionó en Precious Memories (2006).

En 2008 apareció el álbum colectivo How Great Thou Art: Gospel Favorites Live from the Grand Ole Opry, en el que Carrie Underwood nos regaló esta versión.

Dos años con vosotros

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Quién me habría dicho que llegaría a soplar dos velas en la tarta de cumpleaños de River of Country. ¡Pues así es! Desde que el 11 de enero de 2014 comencé este blog, he publicado un total de 582 entradas, 258 en el último año. Y si el primero fue el de la presentación, este, gracias a vuestras visitas, ha sido el de la consolidación.
Quienes me siguen saben que las series dedicadas a temas específicos sobre country tienen un lugar destacado en este blog. A propósito del 150 aniversario del final de la Guerra de Secesión, completé una titulada Norte y Sur, que tuvo una excelente acogida a lo largo de sus 17 entregas. Poco después, abordé otra acerca de la guerra de Vietnam, Sobre héroes y tumbas, que constó de siete capítulos. Y así hasta llegar a la serie en la que estamos inmersos ahora, Country Urbano, con la que hemos viajado por lugares muy diversos de la geografía estadounidense, de momento en 31 entregas.
Lo más importante de este blog no es la música. Son las personas. Sois vosotros, que le dais vida y generáis el feed-back necesario para seguir adelante. Raúl, editor de La Guitarra de las Musas, Manuel Cerdà, de El blog de Manuel Cerdà, y Ernán Dezá, de Después de la Media Rueda –ya se doraron las primeras hojas de los árboles, Ernán– encabezan el número de comentarios. Gracias a todos por sus visitas, fieles o esporádicas, y a cada uno de los 66 seguidores, muchos de los cuales se han sumado este último año.
En 2015 las entradas que generaron más interés fueron La Última Cena, publicada durante la Semana Santa y en la que hablé de Amazing Grace; Premios desde el Más Allá, dedicada al Grammy al mejor álbum histórico para una compilación de temas de Hank Williams; Es verano y la vida es fácil, título extraído de una composición de George Gershwin en la que hacía una selección de canciones relacionadas con el verano; la síntesis biográfica sobre Don Williams –Don Williams, el gigante gentil de la música country–; y, cerrando el Top 5, el clásico Take me home, country roads, popularizado por John Denver.
Este blog, como todo en la red, es planetario, y los países que más lo frecuentan son España, Estados Unidos, México y Argentina. El crecimiento de Estados Unidos en los últimos meses ha sido brutal, y, de hecho, en lo poco que llevamos de 2016 ya se ha puesto por delante de España.
Y basta de homenajes. Termino con una canción de Kenny Rogers que habla sobre el paso del tiempo, Through the Years, de su álbum Share Your Love (1982). Escrita por Steve Dorff y Marty Panzer, la letra dice: “Estoy contento de haberme quedado aquí con vosotros a lo largo de los años”. Yo puedo decir lo mismo, aunque solo sean dos.

La Última Cena

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Con motivo de la Semana Santa, los próximos días dedicaré la entrada de cada día a un tema gospel de tradición cristiana.
Comenzaremos con el más antiguo de la selección, Amazing Grace, publicado por John Newton en 1779 y escrito unos años antes para un sermón que dio este sacerdote de la Iglesia de Inglaterra, tal vez en 1773 en la localidad de Olney. La música pertenece a la canción New Britain (1835); desconocemos la que acompañó a la letra en sus primeras décadas.
El joven John Newton se había enrolado en la Royal Navy, y se dice que, en el curso de una tormenta, a bordo de un barco esclavista, pidió la ayuda de Dios. Esa noche se convirtió. No tardaría en ordenarse sacerdote, y años después escribió Amazing Grace. El himno es muy popular en el mundo anglófono, y seguro que lo habéis escuchado en las escenas luctuosas, tipo funerales, de algunas películas. En 2006, el director Michael Apted escogió el título de este himno para su película biográfica sobre el parlamentario británico William Wilberforce, pionero en la lucha contra la esclavitud.
La letra de la canción, que en algunos países hispanohablantes se traduce como Sublime gracia, exalta la sorprendente misericordia divina, que “salvó a un miserable como yo” y gracias a la cual “una vez estuve perdido pero ahora me he encontrado, estaba ciego pero ahora veo”.
Una de sus primeras grabaciones data de 1947, cuando Mahalia Jackson la interpretó con su potente voz. Con razón se la conocía como la reina del gospel.

En 1971, Elvis Presley grabó este himno y lo incluyó en su álbum He touched me (1972).

Skeeter Davis también la grabó en 1972.

Ahora, Johnny Cash en Sings Precious Memories (1975), que dedicó a su hermano mayor, fallecido en un accidente laboral.

Escuchemos una grabación de Joan Baez de 1982.

La versión de Willie Nelson aparece en su álbum Songbird (2006).

El coro sudafricano Soweto Gospel Choir revitalizó este clásico.

Alan Jackson la incluyó en su álbum Precious Memories Vol. 2 (2013).

Para terminar por hoy, os dejo con una sublime versión a cargo del regimiento escocés Royal Scots Dragoon Guards y sus características gaitas.

Ray Price, el último de la generación

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Una de las primeras entradas de este blog la dediqué a la muerte de Ray Price el 16 de diciembre del pasado año. Veamos ahora con mayor largueza su biografía. Price nació en una pequeña granja de Texas en 1926 y empezó la carrera de veterinaria. Sus estudios, no obstante, se vieron abruptamente interrumpidos tras la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Una vez finalizada ésta, se consagró a su gran pasión: la música. Mientras ayudaba a su amigo Lefty Frizzell en sus sesiones de grabación, el sello Bullet Records se interesó por él y le ofreció su primer contrato. En su vida se cruzó el legendario Hank Williams, con quien compartió piso tras el divorcio de este, y a su muerte fue Price quien se hizo cargo de su grupo The Drifting Cowboys. Durante los años 60, Price experimentó con el sonido Nashville, y su fe cristiana lo guió a la música gospel, cantando multitud de himnos evangélicos como Rock of ages, What a friend we have in Jesus o Amazing Grace. Price se mantuvo en activo hasta su muerte. Tras su último disco de estudio, The Last of the Breed –”El último de la generación”– (2007), inició una gira con otros grandes del country como Willie Nelson o Merle Haggard. Al finalizar, Haggard lo elogió en estos términos: “Este viejo nos ha dado una lección de cómo se canta. Estaba ahí con el micrófono contra su pecho mientras que Willie y yo todavía estábamos buscándolo”. Y la verdad es que Haggard tampoco es tan joven, tiene 77 años…
Vamos a escuchar una de sus canciones de cabecera, junto con Crazy Arms, que ya puse el 12 de enero. Me refiero a Release me, compuesta por Eddie Miller en 1946. Aunque la mayoría de vosotros la conoceréis por la versión del británico Engelbert Humperdinck, un gran éxito de 1967, Ray Price fue la primera estrella que la grabó en diciembre de 1953, apenas tres años después de que lo hiciera el propio autor. Miller, por cierto, encontró dificultades para que alguien pusiera voz a su tema, pero, tras Ray Price, todo el mundo quiso hacerlo: Kitty Wells, Jim Reeves, Eddy Arnold, Patti Page, Elvis Presley y muchos otros. Acerca de la letra, el narrador insiste a su pareja para que lo libere, ya que ha conocido a un nuevo amor mucho mejor que ella (reconozcamos que esto último no es muy delicado).