You Ain’t Going Nowhere. Bob Dylan, 1967

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Seguimos con la faceta country de Bob Dylan quien, mientras se recuperaba de un accidente de motocicleta que sufrió en 1966, escribió esta canción sobre un hombre que espera la llegada de su novia, que acabará con la desesperanza que le atormenta.

Uno de los grupos más icónicos del country-rock, The Byrds, fue el primero en grabarla y explotarla comercialmente. The Byrds versionaron bastantes canciones de Bob Dylan, y la crítica suele considerar esta versión de You Ain’t Going Nowhere como la mejor de ellas. Fue el primer single del disco Sweetheart of the Rodeo (1968).

Bob Dylan la incluyó en su disco Bob Dylan’s Greatest Hits Vol. II (1971), aunque ya la había grabado anteriormente con The Band. No fue hasta 1975, sin embargo, cuando apareció en el mercado esta grabación original en el disco The Basement Tapes. Happy Traum toca el bajo, el banjo y la guitarra eléctrica.

Escuchemos ahora a Marty Stuart, una de las figuras preeminentes del country de finales del siglo pasado, y a Roger McGuinn, que había sido miembro de The Byrds.

The Nitty Gritty Dirt Band la incorporaron a Will the Circle Be Unbroken (1972).

Vamos ahora con la exquisita interpretación de Joan Baez de este clásico.

 

 

 

 

I’ll Be Your Baby Tonight. Bob Dylan, 1967

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Aunque Bob Dylan es considerado como un pionero del rock and roll, en su dilatada trayectoria ha tocado multitud de géneros, también el country. Esta canción que os traigo hoy es un buen ejemplo de ello. La escribió tras un accidente de motocicleta que sufrió en 1967, cuando se trasladó a Nashville y probó suerte con el country. De esa etapa sus álbumes más representativos son John Wesley Harding (1967) –al que pertenece este tema, y cuyo nombre está tomado de un conocido pistolero y outlaw de Texas, John Wesley Hardin– y Nashville Skyline. La canción adquirió gran popularidad cuando Dylan la cantó en directo en el Festival de la Isla de Wight (Inglaterra) en 1969.

Dylan se arropó para esta grabación de un elenco de excepción. A la steel guitar escuchamos a Pete Drake –que también ha tocado en clásicos como Rose Garden, Behind Closed Doors, Stand by Your Man o Lay, Lady, Lay–, mientras que su bajista, Charlie McCoy, ingresó hace diez años en el Salón de la Fama del country. A su vez, el percusionista era Kenny Buttrey, uno de los músicos de sesión más influyentes en la música country, según la CMT (Country Music Television).

Burl Ives hizo un disco en 1968 con versiones de Bob Dylan, Johnny Cash y Paul Simon llamado The Times are a-changing. Su versión de este tema es la que abre el disco.

Emmylou Harris debutó con el disco folk Gliding Bird (1969). Os dejo con su versión de I’ll Be Your Baby Tonight.

Anne Murray la interpretó en su álbum de debut This Way is my Way (1969), que se presentó en Canadá, su país natal.

Se diría que esta canción era la elegida por todos los debutantes… En esta ocasión fue Linda Ronstadt quien la escogió para su primer disco, Hand Sown… Home Grown (1969).

Los maestros del bluegrass Lester Flatt y Earl Scruggs la incluyeron en Nashville Airplane (1970).

Por último, escuchemos a Rita Coolidge en The Lady’s Not For Sale (1972).

 

 

 

 

 

True Believers. Darius Rucker, 2013

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Darius Rucker empezó su carrera en un grupo de rock, pero pronto vio que su interés se inclinaba más hacia el country. Este fue el tercer disco suyo en este género que vio la luz en Capitol Records Nashville (los dos primeros fueron Learn to Live (2008) y Charleston, SC (2010), su ciudad natal).
El proceso de grabación comenzó a principios de 2012, un año que supuso un gran revulsivo para su carrera, en especial cuando Brad Paisley le invitó a formar parte de uno de los clubes más selectos del country: el Grand Ole Opry.
El disco dio lugar a cuatro singles. Se abre con la canción que le da título, True Believers, escrita por Darius Rucker y Josh Kear. El protagonista celebra su duradera historia de amor: ambos han creído firmemente en su relación desde el principio.

El segundo single, Wagon Wheel (aquí podéis ver la entrada que le dediqué el año pasado), fue uno de sus mayores éxitos. Inicialmente concebida por Bob Dylan en 1973, este no la terminó y Ketch Secor, de Old Crow Medicine Show –gran admirador de Dylan–, lo hizo 30 años más tarde. Su grupo la grabó por primera vez, pero la versión de Rucker alcanzó mayor popularidad y le dio su primer premio importante, un Grammy por su lograda interpretación.

El tema del que habla el tercer single, Radio, de Darius Rucker, Luke Laird y Ashley Gorley, es un lugar común en la música country: olvidarse de las preocupaciones y gozar de ese sentimiento de libertad que da el conducir por la carretera, por mero placer, sin un destino, y acompañado de la música de la radio del coche.

Por último, escuchemos una canción que no salió como single, Take Me Home. De corte nostálgico, el narrador echa de menos su hogar y suplica que alguien lo lleve a casa. Fue escrita por Monty Criswell, Frank Rogers y Darius Rucker.

Gordon Lightfoot, el mejor compositor de Canadá

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La figura a la que hoy rendimos homenaje, el canadiense Gordon Lighfoot, nació en 1938. Ya desde niño empezó a despuntar en esto de la música y, a los 20 años, se trasladó a Los Ángeles para estudiar jazz, aunque a su regreso a Canadá optó por el folk y el country. Su debut discográfico tuvo lugar en 1962 de la mano del productor Chet Atkins, de RCA Nashville, con quien sacó sus primeros singles, entre ellos Remember Me (I’m the One).
En 1965 firmó un contrato con United Artists, donde sacó su primer LP, Lightfoot! (1966), del que luego escucharemos una muestra. Su carrera siguió en ascenso en la década siguiente, cuando firmó con Warner Brothers y alumbró sus icónicos trabajos Summer Side of Life (1971), Don Quixote y Old Dan’s records (1972), Sundown (1974), Cold on the Shoulder y Gord’s Gold (ambos de 1975), Summertime Dream (1976) o Endless Wire (1978).
Desde entonces, su producción ya no ha sido tan prolífica, pero no ha dejado de grabar álbumes, el último de los cuales, de 2012, es All Live. Admirado por Bob Dylan, quien dijo de él que cada vez que escuchaba una de sus canciones, deseaba que no acabara nunca, en 2012 entró en el Salón de los Compositores y, todavía hoy, a sus 80 años, su agenda sigue plagada de giras. Vamos a escuchar algunas de sus mejores canciones.
Early Morning Rain fue compuesta en 1964 y salió al mercado dos años después en su disco de debut Lighfoot! Su autor volvería a grabarla para su álbum Gord’s Gold (1975). La letra nos habla de un hombre que siente nostalgia por su tierra y va al aeropuerto a ver despegar los aviones. Lighfoot se inspiró en sus propias experiencias, cuando estudiaba orquestaciones de jazz en Los Ángeles y echaba de menos su patria.

George Hamilton IV la grabó en Steel Rail Blues (1966), título extraído de otra canción de Lighfoot.

Peter Paul and Mary la incluyeron en See What Tomorrow Brings (1965).

Ese mismo año la grabaron The Grateful Dead.

Vamos ahora con Did She Mention My Name?, de su disco homónimo (1968). Aquí, el narrador se encuentra con un viejo amigo, quien le pone al día de la vida en su localidad natal.

Esta canción ha sido versionada en clave bluegrass en varias ocasiones. Escuchemos dos ejemplos. Mac Wiseman lo hizo en su álbum Sings Gordon Lightfoot (1977).

Más recientemente, el grupo Mill Run Bluegrass Band la incluyó en By Request (2016).

Termino con Sundown, escrita en 1974, sobre una pareja que se acerca al «ocaso» de su relación. «A veces pienso que estoy ganando cuando pierdo otra vez», dice la letra.

Deryl Dodd la versionó en Pearl Snaps (2002).

Y, para rematar, una versión en directo, la de Toby Keith en Bullets on the Gun (2010).

El Equipo A de Nashville

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No, no os voy a hablar de la famosa serie de televisión de los años 80, sino de un grupo de músicos que recibió ese apelativo mucho antes de que intimáramos con Hannibal Smith, M.A. y compañía. Se mantuvieron en activo desde los años 50 a los 70, y quizá su nombre inspirara a los creadores de la serie.
Trabajaban fundamentalmente en la capital de la música country, Nashville, y se nutrieron de diferentes miembros a lo largo de su trayectoria: Harold Bradley o Jimmy Capps –virtuosos de la guitarra–, Buddy Emmons –a la pedal steel guitar–, Charlie McCoy –armónica–, Buddy Harman –batería–, Boots Randolph –saxofón– o Pig Robbins –piano–; y tocaron, entre otros, con Elvis Presley, Eddy Arnold, Patsy Cline, Jim Reeves, Bob Dylan, Moon Mullican, Jerry Lee Lewis o Brenda Lee.
Aunque la mayoría de sus componentes provenían del country, se aventuraron en otros estilos como el jazz. Como muestra de este eclecticismo, podemos citar After the Riot at Newport, de Chet Atkins; Velvet Guitar, de Hank Garland; Modern Country, del trombonista de origen danés Kai Winding; o Tennesee Firebird, de Gary Burton.
Su talento revolucionó la música de la época, ya que fueron ellos quienes contribuyeron a introducir el llamado sonido Nashville y, con él, la progresiva influencia del pop sobre el country. Y, además, la inspiración siempre les pillaba trabajando. Gordon Stoker, uno de sus miembros, declaró que «lo único que ocupaba tu mente era tocar una canción detrás de otra. Al salir del estudio, no recordabas qué habías tocado».
A finales de los 50, el country corría peligro de muerte por la eclosión del rock and roll, hasta que este grupo volvió a insuflarle vida, lo que el Salón de la Fama de Músicos de Nashville le reconoció al abrirle sus puertas en 2007. Escuchemos ya algunas de las grabaciones en las que intervinieron.
En primer lugar, el tema instrumental Deed I Do, compuesto por Fred Rose en 1926. Lo versionaron Chet Atkins y Les Paul en Chester and Lester (1976).

Vamos ahora con un tema de jazz incluido en After the Riot at Newport (1960). Round Midnight es un estándar de jazz escrito por Thelonius Monk en 1944.

Este es el arreglo al saxo de Boots Randolph del conocido tema de Pastsy Cline I fall to pieces.

Como ejemplo de los intereses tan heterogéneos de este grupo, escuchemos la composición de Tupper Saussy Scherzo with Slapped Bass, que pertenece al disco Said I to Shostakovitch, un homenaje a este compositor ruso.

Centenario de fin de la Gran Guerra

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Armisticio: “Suspensión de hostilidades pactada entre pueblos o ejércitos beligerantes”. Así define la Real Academia Española lo que conmemoramos hoy. El 11 de noviembre de 1918 terminaba oficialmente el conflicto armado que había desangrado Europa los cuatro años anteriores, que con el tiempo sería conocido como Primera Guerra Mundial. El tratado entró en vigor el 11 del 11 a las 11 y, en la ingenuidad de la época, se creía que esa iba a ser la guerra que acabara con todas las guerras. Nada más lejos de la realidad, pues sólo 21 años después empezaría otra todavía más cruel y sanguinaria.
La música country empezó a dar sus primeros pasos en los años 20, así que no es posible escuchar grabaciones de esa época. Sin embargo, podemos explorar algunas canciones antibelicistas que nos han dado el country y el folk a lo largo de la historia.
Comenzamos con 1917, que cantan a dúo Linda Ronstadt y Emmylou Harris en su disco Western Wall (1999). La historia nos presenta a un atemorizado soldado que está disfrutando de un permiso con una mujer –presumiblemente una prostituta– que le hace olvidar los horrores de las trincheras y le pide que actúen como si todo hubiera terminado.

La siguiente canción hace referencia a un acontecimiento histórico. Al inicio de las hostilidades, el ministro de la guerra Lord Kitchener se encargó de reclutar voluntarios para luchar en la contienda. Entre ellos se encontraba un grupo de amigos, los Accrington Pals, que tomaron parte en la batalla del Somme (1916), una de las más feroces de la guerra. Tristemente, pasaron a la historia porque en cuestión de minutos fueron masacrados por el ejército enemigo. Mike Harding escribió una canción folk dedicada a ellos, The Accrington Pals, en cuya letra el narrador se lamenta de que «fueron a la guerra creyendo las mentiras que les dejaron agonizando en el barro».

The High Kings es un grupo folk proveniente de Irlanda y creado en 2008. Escuchemos The Green Fields of France, un tema que homenajea a todas las víctimas de la guerra y en el que el protagonista se sienta al lado de una tumba y habla con el soldado que allí yace para concluir que «el dolor, el sufrimiento, la gloria, la vergüenza, las masacres y las muertes fueron todas en vano».

Masters of War es una diatriba de Bob Dylan contra los políticos, esos maestros de la guerra que las empiezan y envían a los soldados a morir pero luego se esconden tras las paredes de sus despachos. Esta es la versión de Leon Russell.

Alejémonos momentáneamente del country y el folk para escuchar All Quiet on the Western Front, que Elton John incluyó en el álbum Jump Up! (1982). La letra, obra de Bernie Taupin, se inspira en la novela homónima de Erich Maria Remarque, Sin novedad en el frente (1928), que, por su carácter antibelicista, fue prohibida por las autoridades nazis.

Down on Penny’s Farm. The Bentley Boys, 1929

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La canción folk que vamos a escuchar hoy estaba de plena actualidad en el momento de su grabación, ya que resumía a la perfección las dificultades a las que se tenía que enfrentar un granjero. Muchas veces, estos tenían que hipotecar su propiedad y endeudarse con el banco y, además, estaban expuestos a que estos cerraran sus puertas sin previo aviso, por los llamados pánicos financieros, tan abundantes durante el siglo XIX y comienzos del XX (con la llegada de Roosevelt al poder se alivió un tanto la situación y la actividad financiera empezó a regularse). Cuando venían mal dadas, tocaba dar por perdidas las inversiones, buscar otro banco, endeudarse más todavía y confiar en que la cosecha bastara para pagar las deudas o, cuando menos, para aliviarlas. Sobre esta canción no se conocen muchos datos, pues los Bentley Boys –Bently, según otras fuentes– solo alcanzaron a grabar este trabajo para el sello Columbia. Sabemos, eso sí, que eran de Carolina del Norte, y que la canción fue grabada el 23 de octubre de 1929, sólo unos días antes de la caída de la bolsa de Wall Street, el conocido como Martes Negro, que castigó todavía más a los pequeños propietarios.

Os dejo ya con la versión original de 1929 según apareció en el recopilatorio de música folk Anthology of American Folk Music. Volume One: Ballads (1952).

En 1934 Gid Tanner y Riley Pucket presentaron otra versión con el título Tanner’s Farm.

El tema de los Bentley Boys inspiró a un joven Bob Dylan su Hard Times in New York Town (1962).

Tres años después, el mismo Dylan compuso Maggie’s Farm. Las similitudes ya no son tan evidentes por el antojo rock del ídolo, pero el tema de fondo sigue siendo las dificultades en una granja.

Más recientemente, fue versionado por Jim Kweskin y Geoff Muldaur en Penny’s Farm (2016).

 

Modern Day Drifter. Dierks Bentley, 2005

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2005 fue un año memorable para Dierks Bentley: entró en el Grand Ole Opry y sacó su segundo disco (y uno de los que ha gozado de más éxito, con un millón y medio de copias vendidas).

Modern Day Drifter, editado por Capitol Nashville, consta de 11 temas, tres de los cuales no fueron escritos ni co-escritos por Bentley. Produjo tres singles: Lot of Leaving to Do, Come a Little Closer y Settle for a Slowdown.

Desde su mismo título («Vagabundo de la era moderna»), Bentley nos deja claro el tema sobre el que giran las canciones: la febril inquietud del “héroe”, que le impide asentarse en un lugar, lo que nos evoca las obsesiones de dos de sus mayores influencias artísticas, Merle Haggard y Waylon Jennings.

El primer single, Lot of Leavin’ Left to Do, es obra de Dierks Bentley, Deric Ruttan y Brett Beavers. El narrador ahonda en la clave del disco: «Si pensabas que me voy a quedar tengo noticias para ti, todavía me queda mucho camino por recorrer» (¿a quién no se le viene a la cabeza, al escucharla, el clásico de Bob Dylan Don’t Think Twice, It’s Alright?).

Junto a Brett Beavers, Dierks Bentley escribió Come a Little Closer, un tema lento en el que el narrador invita a su pareja a acercarse un poco más y «hacer que siga girando el mundo».

El último single fue Settle for a Slowdown. El protagonista ve con desesperación cómo el amor de su vida emprende una huida hacia delante, y lo único que anhela es que se detenga y se quede a su lado.

En Good Man Like Me, compuesta por Del McCoury e interpretada por Bentley en clave bluegrass, un hombre no consigue adaptarse a vivir solo después de que su pareja le haya dejado en busca de su libertad. Para intentar convencerla de que vuelva, le dice: “¿Dónde vas a encontrar a un buen hombre como yo?”

Good Things Happen es una canción de amor de Jamie Hartford en la que el protagonista pide a su pareja que le espere para estar juntos, porque «cuando tú estás pasan cosas buenas».

Wagon Wheel. Old Crow Medicine Show y Bob Dylan, 2004

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La de hoy es una de las canciones que más han tardado en componerse, ¡unos 30 años!Me explico: Bob Dylan fue contratado para hacer la banda sonora de la película Pat Garrett y Billy el Niño (1973), de Sam Peckinpah. Dylan escribió el estribillo pero dejó inacabada la canción. Años después, Ketch Secor, de Old Medicine Crow Show, a la sazón de poco más de veinte años, recogió el guante de Dylan y la concluyó. Cuando fue a registrarla, firmó un acuerdo con Bob para compartir a partes iguales los beneficios. Pero ahí no acaba todo: el premio Nobel había extraído la frase del estribillo Rock Me Mama de una antigua grabación de Arthur «Boy» Crudup y, como tal, figuraba en el copyright. Así que, tal como sostiene Secor, se podría decir que esta canción tardó 85 años en completarse…

La letra habla de un viaje en autostop por el sur de Estados Unidos, con destino final en Raleigh (Carolina del Norte), donde el protagonista espera reunirse con su amante. El estribillo reza: «Balancéame como un vagón con ruedas, balancéame como te apetezca, balancéame como el viento y la lluvia, balancéame como un tren que se dirige al sur».

Escuchemos la grabación original de Old Medicine Crow Show, que pertenece a su álbum O.C.M.S (2004).

Uno de los mayores representantes del country irlandés actual, Nathan Carter, la grabó en Wagon Wheel (2012).

La versión de Darius Rucker alcanzó un gran éxito y consiguió el Grammy a la mejor interpretación masculina de country. La incluyó en su álbum True Believers (2013).

Jason Manns la versionó en Covers with Friends (2016).

Como hermanos (I): Everly Brothers

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Hoy estamos de estreno. Aparte de inaugurar mes, emprendemos una nueva serie temática sobre hermanos que se han dedicado a esto del country (aunque también tocaremos los palos del bluegrass y el gospel).

Para la primera entrega, comienzo con uno de los dúos fraternales más conocidos, los Everly Brothers, Don y Phil Everly, este último fallecido en 2014. Entraron en la música gracias a un amigo de la familia, Chet Atkins, bajo cuyo paraguas consiguieron sus primeros contratos discográficos.

Su primer éxito, Bye, Bye Love (1957), que podéis escuchar aquí, los catapultó a la fama. En la década de los 60, con la invasión musical británica, las ventas se les resintieron un poco, pero supieron capear el temporal con el disco Two Yanks in England (1966), compuesto, fundamentalmente, de versiones de The Hollies, un grupo británico que los admiraba y con los que llegaron a triunfar en las islas británicas.

A partir de los años 80 su estrella empezó a declinar. En 2001 el dúo consiguió el mayor honor que se concede en la música country: entraron en su Salón de la Fama (del Salón del Rock and Roll eran miembros desde 1986).

Su influencia ha sido enorme. Los Beatles gustaban de definirse como «los Everly Brothers británicos» e incluso el premio Nobel Bob Dylan dijo: «Se lo debemos todo. Ellos fueron los que lo empezaron». Escuchemos algunos ejemplos de su discografía.

Para la compañía Cadence Records, con la que firmaron su primer contrato, grabaron en 1957 Should We Tell Him, que saldría al mercado al año siguiente. Obra de ambos, en la letra el narrador sospecha que una chica le es infiel a su novio, buen amigo suyo, y duda si contárselo o no.

Una de las canciones más recordadas de los Everly Brothers es este All I Have to Do is Dream, compuesta por el matrimonio Bryant, que ya había escrito para ellos Bye, Bye, Love. A la guitarra, Chet Atkins.

Bird Dog, de Boudleaux Bryant, fue grabada por nuestra pareja en 1958. El título hace referencia a un tipo de perro cazador de aves, a las que rastrean por el olor. El protagonista compara a un amigo suyo con este tipo de perro porque, una y otra vez, trata de quitarle a la novia.

Como cara B del single que acabamos de escuchar, aparecía Devoted to You, escrita también por Boudleaux Bryant, en esta ocasión junto a su mujer, Felice Bryant. En esta balada de amor, el narrador afirma que dedicará toda su vida a su pareja.

When Will I Be Loved pertenece a su disco The Fabulous Style of the Everly Brothers (1960). Encuadrada en el rockabilly, fue compuesta por Phil Everly y constituyó su primer single escrito en solitario.

Sonny Curtis creó Walk Right Back en 1961, mientras estaba en el ejército. Cuando le dieron un permiso, se dirigió a Hollywood, donde coincidió con los Everly Brothers que, al escucharla, se decidieron a grabarla de inmediato.

Crying in the Rain (1962) nació de la colaboración entre Carole King (la música) y Howard Greenfield (la letra). A pesar de su éxito comercial, fue la única vez que trabajaron juntos.

La melancólica Love of the Common People, de John Hurley y Ronnie Wilkins, describe una historia de pobreza y marginalidad provocada por el desempleo. Sin embargo, la canción evoluciona hacia un tono optimista, ya que los protagonistas seguirán adelante gracias al «amor de la gente corriente». Un temprano ejemplo de la canción social que eclosionaría a finales de los 60. El tema ha tenido multitud de versiones. Os dejo con la de los Everly Brothers de 1967.