Nos volveremos a encontrar

 

vera lynn

Hoy toca desviarnos un poco del camino, ya que hablaremos de una cantante que no se dedicó a esto del country, aunque no dejaremos de escuchar versiones de sus temas más famosos en la voz de personalidades de este género. Vera Lynn, nuestra protagonista, fue todo un fenómeno de la música popular allá por los años 40, y si hablamos de ella en este blog es porque justo hoy cumple 100 años. Un desvío más que justificado, pues.

Nacida en un barrio de Londres en 1917, saltó a la fama cuando, a sus poco más de 20 años, grabó We’ll meet again, escrita en 1939 por Ross Parker y Hughie Charles, y empezó a ser conocida como «la novia de las Fuerzas Armadas». A muchos de vosotros, especialmente a quienes vengáis del rock, su nombre os sonará por la referencia que hace Pink Floyd en The Wall, concretamente en Vera, donde se pregunta: «¿Recuerda alguien aquí a Vera Lynn? ¿Recordáis cómo decía que nos volveremos a encontrar un día soleado?». Si, por el contario, lo vuestro es más el cine, habréis escuchado su canción más emblemática, We’ll Meet Again, en ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú (1964), de Stanley Kubrick.

En una entrevista concedida en 2009, Lynn explicó que intentaban elegir con el mayor cuidado sus canciones, para que fueran alegres y los soldados que añoraban a sus mujeres y novias se identificaran con ellas. Pues bien: a juzgar por el éxito que tuvo, lo consiguió.

En primer lugar, vamos a escuchar su canción más emblemática, We’ll Meet Again (1939). Se trata de un tema nostálgico en el que un soldado que va a partir a la guerra consuela a sus allegados en el trance de la despedida, diciéndoles que volverán a encontrarse un día soleado, no sabe dónde ni cuándo; y los invita a seguir sonriendo hasta que los cielos azules, con su fuerza, alejen las nubes negras.

Tres años después, la melodía cruzó el Atlántico rumbo a Estados Unidos, y Benny Goodman grabó el tema con la aportación vocal de Peggy Lee.

Escuchemos ahora la versión de Frank Sinatra en su disco Frank Sinatra Sings Great Songs from Great Britain (1962).

Y disfrutemos, como apunté al principio, de una interpretación country de altura, la de Johnny Cash, en una de sus últimas grabaciones. Apareció en American IV: The Man Comes Around (2002). Cash moriría al año siguiente, lo que aporta un significado más hondo a la letra.

Vamos ahora con otro hit de nuestra estrella, The White Cliffs of Dover, que grabó en 1942. Escrita el año anterior por Walter Kent y Nat Burton, se convirtió también en una de las enseñas musicales de la Segunda Guerra Mundial. Aquí, un soldado recuerda cómo sobrevuelan los pájaros sobre los acantilados blancos de Dover.

En América, la orquesta de Glenn Miller acompañó a la voz de Ray Eberle.

Al igual que sucedía con We’ll Meet Again, esta también fue grabada por uno de los grandes del country de la década de los 50 y 60, Jim Reeves.

Vera Lynn grabó A nightingale sang in Berkeley Square, de Eric Maschwitz y Manning Sherwin, en 1940. Otra canción nostálgica en la que el protagonista recuerda cómo conoció a su mujer en Mayfair mientras un ruiseñor cantaba en Berkeley Square.

Bobby Darin la incluyó en Oh! Look at me now (1962).

Otro de los temas con que asociamos a Vera Lynn es There’ll Always Be an England, canción patriótica escrita durante el verano de 1939. El momento no podía ser más oportuno, y la guerra, que estalló en septiembre de ese año, se ocupó de convertirla en un éxito. Sus autores fueron los mismos de We’ll Meet Again, Parker y Charles. Despidámomos con la voz de Vera Lynn… ¡y que cumpla muchos más!

 

Country Urbano (XXX)

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79. It sure can get cold in Des Moines. Esta ciudad fue fundada por unos monjes franceses y de ahí su nombre –“De los monjes”–, con una pronunciación adaptada al inglés. Tom T. Hall nos informa de que estamos ante una de las ciudades estadounidenses más frías –en invierno el termómetro puede bajar hasta los 10 o 15 grados bajo cero–. De acuerdo con la letra, Hall escribió esta canción en una habitación de hotel de Des Moines, donde había ido para un programa de radio.

80. The Lady came from Baltimore. Llegamos a la ciudad en la que se escribió el himno nacional americano. Esta canción, obra de Tim Hardin de 1967, cuenta la historia de un tipo que se casa con la sola intención de quedarse con la fortuna de su mujer, pero termina enamorándose de ella y se arrepiente de sus propósitos. Bobby Darin fue uno de los primeros en grabarla, tras el propio autor, en su disco Inside Out (1967).

Escuchemos la versión de Ricky Nelson de 1969.

Johnny Cash la grabó en su álbum John R. Cash (1975).

81. Streets of Baltimore. Escrita por Tompall Glaser y Harlan Howard en 1966, gira en torno a la insistencia de una chica por irse a vivir a Baltimore. Convence a su pareja de que dejen su casa en Tennessee, y una vez en la ciudad de sus sueños se aficiona a la vida nocturna –“Amaba más esas luces nocturnas que a mí”–, nos cuenta el hombre, ya abandonado por su chica. La canción termina cuando el protagonista coge el tren de vuelta a Tennessee. El primero en grabarla fue Bobby Bare en junio de ese mismo año.

Charley Pride lo hizo en su álbum en directo In Person (1969).

Escuchemos para acabar la versión de Gram Parsons (1973). Por cierto, la serie The Wire, cuya trama se desarrolla en esta ciudad, incluyó esta versión en su banda sonora.

Por los viejos tiempos

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Uno de los temas más idóneos para despedir el año es Auld Lang Syne, frase escocesa que se podría traducir como “Por los tiempos pasados”. La canción tiene su origen en un poema de Robert Burns de 1788, que se empezó a cantar en el Hogmanay, la fiesta de fin de año escocés, y de allí se exportó al resto del mundo anglófono.
En 1960, Bobby Darin modificó la letra para que tuviera más relación con la Navidad y nos dejó esta versión.

Escuchad a Rüdiger Helbig interpretando la melodía al banjo.

Apartémonos del country por un momento. Puesto que la canción es de origen escocés, nada mejor que escuchar una gran voz nacida en West Lothian, Escocia, Susan Boyle, interpretando este tema.

Y, sin salir de esas tierras, escuchemos esta maravillosa versión del regimiento de los Royal Scots Dragoon Guards a la gaita. Con él termina el paseo musical por este año.

¡Feliz 2015!

Glen Campbell, el artista que ha vendido 45 millones de discos

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Glen Travis Campbell vio la luz en una pequeña localidad de Arkansas en 1936, en el seno de una familia numerosa (eran 12 hermanos). A los 18 años se trasladó a Albuquerque (Nuevo México) para iniciar su carrera musical y colaboró en el grupo de su tío, quien le metió en la radio local. Poco después se trasladó a Los Ángeles y se empezó a codear con los grandes del momento –Bobby Darin, Ricky Nelson, Nat King Cole o Elvis Presley, entre otros– e inició una gira con los Beach Boys.
En 1962 firmó con Capitol Records y a finales de esa década su carrera se catapultó con éxitos como By the time I get to Phoenix, Gentle on my mind, I wanna live o Wichita Lineman. A partir de 1969 su popularidad se consumó con un programa de televisión semanal que duró tres años. Durante la década siguiente siguieron sus éxitos: Galveston, Rhinestone Cowboy, Southern Nights
También ha brillado en su carrera cinematográfica: su incursión más recordada en el cine fue la del personaje de LaBoeuf en Valor de ley (1969), con John Wayne, por el que fue candidato a los Globos de Oro, amén de poner voz a la canción del título, que fue nominada al Oscar. En La gran pelea (1980), con Clint Eastwood, volvió a grabar el tema principal.
Entró en el Salón de la Fama de la Música Country en 2005 y en 2011 anunció que le habían diagnosticado Alzheimer. Al año siguiente se retiró de los escenarios, aunque hace poco ha sacado un single –grabado en enero de 2013– titulado I’m not gonna miss you, en cuya letra hace referencia explícita a su enfermedad. La canción ha sido incluida en la banda sonora de un documental sobre la etapa final de su vida, I’ll Be Me, que se estrenó el pasado octubre. Actualmente, se encuentra ingresado en un centro sanitario, ya en los últimos estadios de su enfermedad.
Escuchemos su primer número 1 en las listas, I wanna live, de John D. Lodermilk. La canción pertenece al álbum Hey Little One (Capitol) y salió como single en marzo de 1968. Inspirada por el espíritu de paz y amor del 68, pone de manifiesto que, a pesar de las diferencias, todas las personas tienen algo en común: quieren “vivir hasta envejecer, dejar vivir, sonreír, y aprovechar el amor que la vida tiene que ofrecer”. Os dejo con ella.

Ese mismo año la cantante alemana Cornelia Möller, más conocida por su nombre artístico de Cornelia, grabó esta versión.

Esta es la reinterpretación de Don Gibson en 1970.

Uno de los primeros cantantes country de raíces hispanas, Juan Raúl Davis Rodríguez, conocido como Johnny Rodriguez, versionó este tema en 1979.