A principios de los años 70 la música country empezaba a ser más inclusiva. Uno de los primeros cantantes negros que alcanzó cierto éxito en el country fue Stoney Edwards, gracias a la canción que vamos a escuchar hoy, She’s My Rock. La escribió Sharon Dobbins –y el hecho de que la compositora fuera una mujer es otra prueba de que el country se iba abriendo cada vez más.
La letra habla de un hombre que se niega a escuchar a sus amigos cuando le dicen que la mujer de la que está enamorado no le conviene por su pasado. Él siempre responde que es “la roca sobra la que me apoyo y no voy a prescindir de ella”.
Escuchemos la grabación original de Stoney Edwards en el álbum homónimo de 1972.
Tres años después, Brenda Lee la incluyó en Sincerely, Brenda Lee, cambiándole el título por He’s My Rock.
George Jones consiguió un gran éxito con su versión, incluida en Ladies’ Choice (1984), que llegó al número 2 de las listas.
Hace 80 años nacía en Florida Wilma Burgess. A diferencia de otros biografiados que han pasado por River of Country, de niña y adolescente no mostró especial interés por la música. El gusto se le despertó a principios de los 60 cuando escuchó a Eddy Arnold en un concierto. No tardó en trasladarse a Nashville. Cuando daba sus primeros pasos en el country, Patsy Cline falleció en un accidente aéreo y la voz y el estilo de Burgess, parecidos al de este icono del country, hicieron que el productor de Cline, Owen Bradley, le echara el ojo como posible sucesora de Cline. Su elección no llegó a cuajar, pero no por motivos artísticos sino extramusicales: a Burgess le gustaban las mujeres, en un país y un estilo de música todavía muy reaccionarios en aquella época.
Aun así, gozó de cierto éxito en la industria y algunos de sus singles consiguieron llegar a las listas. Su presencia en ellas fue declinando hasta su retiro a principios de los 80. Murió de un ataque al corazón en 2003.
Escuchemos la canción que lanzó su carrera, Baby, escrita por Ray Griff en 1965. El tema fue incluido en su álbum de debut, Don’t Touch Me (1966).
Vamos ahora con la que se convertiría en su canción de cabecera, Misty Blue, que la mismísima Brenda Lee rechazó en lo que cabe considerar uno de los mayores errores de la música country.
Uno de los grandes representantes masculinos del sonido Nashville, Eddy Arnold, la grabó al año siguiente y reeditó su éxito.
Aunque la grabación original de Don’t Touch Me pertenece a Jeannie Seely, casi simultáneamente (1966) la sacó al mercado Burgess.
Esta es la versión original de Seely. La canción fue escrita por el marido de esta, el gran compositor Hank Cochran, autor también de I Fall to Pieces o Make the World Go Away.
No, no os voy a hablar de la famosa serie de televisión de los años 80, sino de un grupo de músicos que recibió ese apelativo mucho antes de que intimáramos con Hannibal Smith, M.A. y compañía. Se mantuvieron en activo desde los años 50 a los 70, y quizá su nombre inspirara a los creadores de la serie.
Trabajaban fundamentalmente en la capital de la música country, Nashville, y se nutrieron de diferentes miembros a lo largo de su trayectoria: Harold Bradley o Jimmy Capps –virtuosos de la guitarra–, Buddy Emmons –a la pedal steel guitar–, Charlie McCoy –armónica–, Buddy Harman –batería–, Boots Randolph –saxofón– o Pig Robbins –piano–; y tocaron, entre otros, con Elvis Presley, Eddy Arnold, Patsy Cline, Jim Reeves, Bob Dylan, Moon Mullican, Jerry Lee Lewis o Brenda Lee.
Aunque la mayoría de sus componentes provenían del country, se aventuraron en otros estilos como el jazz. Como muestra de este eclecticismo, podemos citar After the Riot at Newport, de Chet Atkins; Velvet Guitar, de Hank Garland; Modern Country, del trombonista de origen danés Kai Winding; o Tennesee Firebird, de Gary Burton.
Su talento revolucionó la música de la época, ya que fueron ellos quienes contribuyeron a introducir el llamado sonido Nashville y, con él, la progresiva influencia del pop sobre el country. Y, además, la inspiración siempre les pillaba trabajando. Gordon Stoker, uno de sus miembros, declaró que «lo único que ocupaba tu mente era tocar una canción detrás de otra. Al salir del estudio, no recordabas qué habías tocado».
A finales de los 50, el country corría peligro de muerte por la eclosión del rock and roll, hasta que este grupo volvió a insuflarle vida, lo que el Salón de la Fama de Músicos de Nashville le reconoció al abrirle sus puertas en 2007. Escuchemos ya algunas de las grabaciones en las que intervinieron.
En primer lugar, el tema instrumental Deed I Do, compuesto por Fred Rose en 1926. Lo versionaron Chet Atkins y Les Paul en Chester and Lester (1976).
Vamos ahora con un tema de jazz incluido en After the Riot at Newport (1960). Round Midnight es un estándar de jazz escrito por Thelonius Monk en 1944.
Este es el arreglo al saxo de Boots Randolph del conocido tema de Pastsy Cline I fall to pieces.
Como ejemplo de los intereses tan heterogéneos de este grupo, escuchemos la composición de Tupper Saussy Scherzo with Slapped Bass, que pertenece al disco Said I to Shostakovitch, un homenaje a este compositor ruso.
Ahí queda dicho. Puede que la afirmación del título parezca exagerada, pero no lo es si recordamos la cantidad de carreras emblemáticas que Fred Foster encauzó a lo largo de su extensa carrera –más de 60 años.
«El campeón del talento de Nashville», como lo definió The New York Times, murió el pasado 20 de febrero en Nashville a la edad de 87 años. Nacido en 1931, a temprana edad sintió la vocación de la música y, a los 18 años, se trasladó a Washington, donde participó en la primera sesión de grabación de Jimmy Dean en 1953, que dio lugar a Bumming Around.
Se dice que cuando trabajaba en Mercury Records propuso a la dirección que contrataran a un joven de 20 años llamado Elvis Presley, pero RCA Records se les adelantó con un contrato más jugoso para la estrella emergente. Unos años después, en 1958, Foster fundó Monument Records y se aseguró el control exclusivo sobre los «fichajes». Su olfato era infalible. Empezó contratando a Roy Orbison, a quien produjo sus grandes éxitos, Oh, Pretty Woman, Running Scared, Only the Lonely, Crying o Blue Bayou –luego versionado por Linda Ronstadt–, entre otros. Pocos años después, se hizo con los servicios de Dolly Parton y contribuyó a lanzar su carrera. «Vio algo en mí que nadie más vio», señaló la artista en la ceremonia en la que Foster ingresó en el Salón de la Fama de la música country en 2016.
Además de productor, destacó también como compositor. Figura, por ejemplo, como co-autor del temazo de Kris Kristofferson Me and Bobby McGee, popularizado luego por Janis Joplin; y del mismo Kristofferson produjo Help me make it through the night. Uno de sus últimos trabajos fue hace poco más de diez años, cuando produjo el álbum de Willie Nelson en homenaje a la compositora Cindy Walker, You Don’t Know Me: The Songs of Cindy Walker (2006).
Comencemos escuchando su primera incursión en el mundo de la música, Bumming Around, de Jimmy Dean (1953).
El primer éxito importante de Roy Orbison fue Only the Lonely (1960), que se tuvo que conformar con el segundo puesto en las listas de ventas (Brenda Lee le quitó el primero con I’m Sorry). «Sólo los solitarios saben cómo me siento esta noche, sólo los solitarios saben por qué lloro», dice el protagonista después de que su pareja le abandone.
Uno de los primeros éxitos de Dolly Parton fue Dumb Blonde (1967), escrita por Curly Putnam e incluida en el primer disco de Parton, Hello, I’m Dolly. La protagonista se queja de que la gente piense que es tonta sólo por el hecho de ser rubia. Os dejo con ella.
Otro tema de su álbum de debut es Something Fishy.
Escuchemos ahora una canción que Kris Kristofferson escribió en 1972, Why Me, Lord?, en la que se pregunta por qué ha sido elegido por Dios, por qué es objeto de tanta bondad.
Foster no solo se ciñó al country, como escucharemos con las siguientes muestras.
En 1963 creó una filial de Monument Records centrada en el rhythm and blues (R&B). Su nombre, Sound Stage 7. A este sello pertenece la grabación de Joe Simon de The Chokin’ Kind (1969).
Ahora, un instrumental al saxofón producido también por él. Obra de Boots Randolph, Yakety Sax (1963) se haría luego muy popular como sintonía de El Show de Benny Hill.
Para componerla, Randolph se inspiró en un tema de 1958, Yakety Yak, grabado por The Coasters con el estilo que imperaba entonces, el rockabilly.
En 2008 produjo la colaboración entre Willie Nelson y Ray Price que mereció un Grammy. Aquí versionaban un legendario tema escrito por Leon Payne en 1949 y grabado originalmente por Hank Williams. La letra está plagada de consejos para evitar caer por «la carretera perdida». He aquí Lost Highway.
El pasado 24 de noviembre tuve la ocasión de asistir al concierto que dio el neoyorquino Elvis Perkins en Madrid, en el centro cultural Puerta de Toledo, dentro de la programación cultural CiudaDistrito.
El cantautor, de 42 años, es el hijo del actor Anthony Perkins –sí, el de Psicosis–, y de la fotógrafa Berry Berenson, que falleció en uno de los vuelos del 11-S. Los padres eran fans de Elvis Presley y llamaron a su hijo Elvis, algo que, de alguna manera, pareció orientar su carrera hacia la música. Debutó en 2007 con su disco Ash Wednesday, al que han seguido otros dos, Elvis Perkins in Dearland (2009) y I Aubade (2015).
Su último trabajo ha consistido en escribir la banda sonora de la película dirigida por su hermano Oz, The Blackcoat’s Daughter (2015). Elvis Perkins es un cantautor indie-folk que ha sido comparado con Bob Dylan, Leonard Cohen, Van Morrison o Elliott Smith. Hasta aquí la semblanza del personaje.
El telón se abrió a las 12 en punto y Elvis Perkins asomó como un moderno Bob Dylan, con su guitarra y su armónica, flanqueado por su banda: Brigham Brough al saxofón, William Boylan-Garnett al armonio y Nick Kinsey a la percusión. Mención especial merece una nueva incorporación, Vera Sola, hija de otro grande del cine, Dan Aykroyd, que le acompañaba con un instrumento muy novedoso y, a la vez, con una larga historia a sus cuerdas –se tocaba ya en la Edad Media–: el salterio. Parecido al arpa y a la cítara, su sonido, tan envolvente y tranquilizador, resultaba especialmente apropiado para el concierto, ya que en el público se encontraban varias familias con niños de corta edad. A propósito de sus inicios en la música, Sola recordó en una reciente entrevista: «Crecí con James Brown y Jackie Wilson, Patsy Cline y Brenda Lee. Si tuviera que elegir solo un disco, diría que Today, de Skip James, lo cambió todo».
Perkins venía de dar un concierto en Madrid la noche anterior, el mismo 24 por la noche tuvo un concierto en Lisboa y el domingo 25 actuó en Orense.
Vamos ya con algunos de los temas con que nos obsequió, un brillante repaso a su discografía ya publicada. Su primer single, While You Were Sleeping, pertenece a su primer álbum, Ash Wednesday.
All the Night Without Love forma parte del mismo disco.
I Heard Your Voice in Dresden figuraba en su segundo trabajo, Elvis Perkins in Dearland.
De su último disco, I Aubade (2015), tocó AM.
El concierto terminó con May Day, de su primer álbum, Ash Wednesday.
El año que acabamos de terminar ha venido bien surtido de sencillos de música country, que tal vez ocupen algún día un lugar en la historia. Echemos la vista atrás y repasemos diez de estos singles.
El último trabajo del flamante nuevo miembro del Salón de la Fama, Alan Jackson, es The Older I Get, que apareció el pasado 13 noviembre. El autor reflexiona sobre su forma de afrontar la vida cuanto mayor se va haciendo.
Chris Stapleton, el hombre que ha devuelto la esperanza al country, es el artífice de Either Way, de su disco From a Room Vol. 1, que vio la luz el pasado mes de mayo.
Willie Nelson sigue, a sus 84 años, deslumbrándonos con un álbum tras otro. En abril salió al mercado God’s Problem Child y un mes antes ya pudimos disfrutar de su single It Gets Easier.
Bottle by my Bed, de Sunny Sweeney, salió al mercado el 9 febrero dentro de su disco Trophy. En esta canción, una mujer que no puede tener hijos habla con melancolía sobre el deseo de ser madre.
Ain’t it Just Like a Cowboy pertenece al álbum Whiskeytown Crier, de Erin Enderlin. Lo pudimos escuchar por vez primera el pasado mes de septiembre.
Aunque el disco California Sunrise, al que pertenece el siguiente single, apareció en 2016, en octubre se comercializó este She Ain’t in it, de la estrella en alza Jon Pardi.
Vamos ahora con un trabajo que recupera una composición popularizada por Brenda Lee en los años 60. Alison Krauss ha decidido incluirla en su disco Windy City. Escuchemos su interpretación de Losing You.
Tras unos años ausente de las novedades discográficas, Lee Ann Womack volvió con un nuevo disco en octubre, The Lonely, the Lonesome & the Gone, en el que se incluía este Hollywood.
Uno de los grandes activos de la música Americana actual es Jason Isbell. En junio apareció su disco The Nashville Sound, con este Last of My Kind.
El único artista que repite dentro de esta selección tan subjetiva es Chris Stapleton. Broken Halos apareció como single el 17 julio, extraído de su disco From a Room Vol. 1.
Los nuevos miembros del Salón de la Fama han sido Alan Jackson, Don Schlitz y Jerry Reed, este a título póstumo.
Los principales premios de la temporada han sido estos:
Grammy
Mejor álbum country: A Sailor’s Guide to Earth
Mejor canción country: Humble and Kind
Asociación de Música Country
Mejor álbum: From a Room Vol. 1
Mejor canción: Better Man
Academia de Música Country
Mejor álbum: The Weight of These Wings
Mejor canción: Die a Happy Man
Y, para finalizar este repaso a 2017, un homenaje a las personalidades del country que nos han dicho adiós: Glen Campbell en agosto, Don Williams en septiembre y Mel Tillis en noviembre.
¿Qué nos deparará este 2018? Te lo contará Riverofcountry.
Si ayer escuchábamos un villancico tradicional francés fuera del country, hoy regresamos a nuestro terreno con un clásico de finales de los 50.
Una de las primeras variantes del rock and roll fue el rockabilly, que caló sobre todo en el Sur de Estados Unidos, donde ya había germinado el country –conocido entonces con hillbilly–. De la fusión de ambos nombres surgió precisamente el término rockabilly.
Vamos con un ejemplo de este estilo acorde con estas fechas. Rocking Around the Christmas Tree es un tema escrito por Johnny Marks en 1958. En octubre de ese mismo año, fue grabado por Brenda Lee, que a la sazón tenía 13 años, en uno de los primeros éxitos de su carrera. En la grabación, Floyd Cramer toca el piano y Grady Martin la guitarra. A día de hoy se estima que la canción ha tenido más de un millón de descargas digitales.
A raíz de ese trabajo, la canción se convirtió en un clásico instantáneo para este día, y numerosos cantantes country la han incorporado a su repertorio. Lynn Anderson la incluyó en su disco The Christmas Album (1970).
El grupo Alabama hizo lo propio en Christmas Vol. 2 (1999).
Lee Ann Rimes abrió su disco What a Wonderful World (2004) con una versión de este tema.
Y me despido por hoy con la grabación de Toby Keith en A Classic Christmas (2007). ¡Que terminéis de pasar un buen día de Navidad bailando alrededor del árbol!
Este es el mes en que ha vuelto una gigante de la música country. Alison Krauss, 27 veces ganadora del Grammy, ha sacado un nuevo disco, Windy City, una colección de diez versiones clásicas de canciones country, entre las que se encuentran algunas tan conocidas como Gentle on My Mind o You Don’t Know Me.
Vio la luz el pasado 17 de febrero en el sello Capitol, producido por Buddy Cannon, quien le ayudó a seleccionar las canciones. Se trata de su primer trabajo en solitario desde hace 18 años, lo que no quiere decir que se hubiera retirado de los escenarios, ya que ha realizado álbumes en colaboración con su grupo, The Union Station, el último de los cuales fue Paper Airplane (2011).
El tema que da título al disco es Windy City, una canción los hermanos Osborne escrita por Bobby Osborne y Pete Goble.
Losing You fue escrita por Carl Sigman y Jean Renard y grabada por primera vez por Brenda Lee en 1963. Esta es la versión de Krauss.
Nuestro protagonista nació en Atlanta en 1937. De pequeño le regalaron una guitarra y, desde ese momento, siempre tuvo clara su vocación: «Voy a ir a Nashville y voy a ser una estella», se repetía una y otra vez.
A los 18 años consiguió su primer contrato discográfico con Capitol Records. A principios de los años 60, su popularidad creció gracias a que varios artistas, entre ellos Brenda Lee, versionaron sus éxitos. Fue contratado por la RCA, la discográfica de Chet Atkins, con quien colaboró en algunos álbumes instrumentales.
Su primera entrada en las listas fue gracias a Guitar Man (1967), que no tardaría en grabar también Elvis Presley. Compaginó su carrera musical con pequeños trabajos en el cine e intervino en más de veinte películas. Los años 70 mereció varios reconomientos, tanto en los Grammy como en la Asociación de la Música Country, donde fue nombrado instrumentalista del año dos ediciones consecutivas. Murió en Nashville a los 71 años.
Escuchemos uno de sus temás más conocidos, Eastbound and Down, que compuso en 1977 para la película Smokey and The Bandit, en la que tuvo un papel secundario. Cuando salió como single, llegó al número 2 de las listas, ayudado quizá por el viento de cola de la taquilla que alcanzó la película –126 millones de dólares de 1977 solo en EE.UU.
La canción, de carácter alegre, fue escrita por Reed y Dick Feller e incluye la colaboración de Gordon Stoker, un miembro del mítico grupo vocal The Jordanaires. Su protagonista se dirige en camión hacia el sur, y la carretera simboliza el camino a la libertad.