Disco del mes (enero)

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El pasado 11 de enero el cantante de Mississippi Randy Houser sacaba su quinto disco, Magnolia, en el sello Stoney Creek, perteneciente a Broken Bow Records.
Este último trabajo ha roto en cierta medida con su trayectoria anterior, en la que se había visto obligado a plegarse a las exigencias del mercado y centrarse en el country-pop. En unas recientes declaraciones, Houser reconocía sentirse como una marioneta, por lo que decidió consagrarse a un country más puro. A propósito de su álbum anterior, el artista se sinceraba en estos términos: «Hice un álbum –Fired Up, repleto de sonidos country-pop– que a nadie importaba, y ¿sabes por qué? Porque era malo. Y lo era porque sonaba como suena todo lo demás. Grabé un montón de canciones con las que no tenía nada que ver y que no sentía. Odio decir esto pero es la verdad».
Magnolia elude ese problema. Houser ha co-escrito todas las canciones y ha intentado en todo momento ser él mismo. La canción que abre el disco es No Stone Unturned, que escribió junto a Dallas Davidson.

A esta le sigue Our Hearts, escrita por Houser, Kyley Sackley y Rob Hatch. En la canción interviene la británica Lucie Silvas.

El único single que ha aparecido hasta la fecha es What Whiskey Does, un dúo de Houser con Hillary Lindsay.

No Good Place to Cry fue escrita por Houser y Gary Nicholson hace diez años, «en un tiempo mucho más triste que este», pero, hasta ahora, no había aparecido en ningún disco suyo. Recuerda a Chris Stapleton, por el que siente gran admiración.

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Relentless. Jason Aldean, 2007

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Hoy vamos a escuchar varios extractos del segundo trabajo de Jason Aldean, editado por Broken Bow Records en 2007. Certificado como disco de platino, el trabajo vino a reforzar el tirón comercial de este cantante nacido en Georgia, que cuenta con otros tres discos de platino: su debut en 2005; Wide Open (2009); y Old Boots, New Dirt (2014). Por cierto, fue Aldean quien ofreció el concierto en Las Vegas antes del tiroteo que acabó con la vida de 58 personas el año pasado.

El siguiente tema de country-rock fue el primer single del disco. Johnny Cash –así se llama la canción– fue compuesta por Rodney Clawson, Vicky McGehee y John Rich, y grabada antes por Tracy Byrd. El narrador invita a su novia a unirse a él en un viaje por carretera, mientras en el coche suena música de Johnny Cash.

El segundo single fue Laughed Until We Cried, de Ashley Gorley y Kelley Lovelace. De carácter opuesto a la anterior, en esta balada el protagonista recuerda los buenos momentos de su vida.

El tema que da título al disco es Relentless, obra de James LeBlanc y John Paul White. En este tercer y último single, el narrador describe el amor de su pareja como implacable.

Ahora, un dúo con Miranda Lambert, Grown Woman. Escrita por Brett Ames y Hillary Lindsey, un tipo recrimina a su amante –la mujer del título– la crueldad con que le trata.

Otra de las canciones del disco es Back in this Cigarette, ideada por Joe Doyle y Michael Mobley. En su letra, un hombre se lamenta de su reciente ruptura, aunque ya no tiene remedio: “Es como volver a meter el humo dentro del cigarrillo”, dice.

Craig Morgan, un veterano del ejército dedicado al country

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Craig Morgan nació en 1964. Tras su paso por la milicia, empezó su carrera musical en 2000, cuando firmó con el sello Atlantic Records, donde se mantendría dos años antes de hacer lo propio con Broken Bow Records. Fue ahí donde cosechó sus mayores éxitos, con los álbumes I love it, My kind of livin’ y Little Bit of Life. En 2008 entró en el Grand Ole Opry. Tras un breve periodo en BNA Records –donde sacó That’s Why (2008)–, actualmente “sirve en las filas” de Black River Entertainment. Su último disco, A Whole Lot More to Me, vio la luz en 2016, y la próxima semana iniciará una gira por distintos puntos de Estados Unidos que le mantendrá ocupado todo el verano.

Escuchemos su único número 1, That’s what I love about Sunday (2004), perteneciente a su disco My Kind of Livin’, su trabajo más vendido. El hecho de que este single llegara a lo más alto de las listas fue todo un regalo para Broken Bow Records, un modesto sello independiente. Como indica su título, en la letra se desgranan todos los buenos recuerdos que traen al protagonista las actividades cotidianas de los domingos, como ir a la iglesia, la siesta en el columpio del porche… Obra de Adam Dorsey y Mark Narmone, esta balada country se inspiraba en situaciones que ambos habían experimentado en la vida real.