Empty Saddles (in the Old Corral). Billy Hill, 1936

empty saddles

Hoy vamos a disfrutar de una de las mejores canciones country y western que se han compuesto nunca, al menos según la Asociación de Escritores del Oeste de América, que la considera una de las 100 canciones de este estilo de mayor calidad.

Billy Hill –muerto prematuramente a los 41 años de edad– se basó en un poema escrito por J. Keirn Brennan expresamente para Bing Crosby, quien la cantó por vez primera en la película Rhythm on the Range, de Norman Taurog (1936). Su interpretación en ese musical de la Paramount tuvo tanto éxito, que ese mismo año la grabó en el sello Decca Records.

Se trata esta de una evocadora canción que habla de la soledad a la que se enfrentan los cowboys cuando cabalgan a través de las vastas extensiones de las planicies: “Sillas de montar vacías en el viejo corral. Pistolas vacías cubiertas de herrumbre. Botas vacías cubiertas de polvo”.

Bing Crosby la grabó otra vez en 1944.

Uno de los más conocidos «cowboys cantantes», Roy Rogers, la interpretó en 1947.

El grupo Sons of the Pioneers la incluyó en su discografía más de una vez. Os dejo con la que sonó en su álbum Cool Water (1960).

Con ustedes, Johnny Bond.

El actor y cantante Burl Ives la versionó en 1961.

La grabación de Jimmie Rodgers pertenece a When the Spirit Moves You (1960).

Los Sons of San Joaquin la incorporaron a su álbum Songs of the Silver Screen (1993).

Hacia el final de su carrera, Slim Whitman la cantó en su álbum Twilight on the Trail (2010). Llama la atención lo bien que conservaba la voz a sus 85 años.

Cool Water. Bob Nolan, 1936

cool water
Hoy vamos a “pinchar” otra de las grandes canciones con la que asociamos a Bob Nolan (la otra, Tumbling Tumbleweeds, ya la escuchamos aquí).
Al igual que en esta última, Nolan habla en Cool Water de su fascinación por el desierto. Nacido en Canadá, a los 13 años se trasladó con su padre a Tucson, Arizona, donde creció entre historias de cowboys y de gente que se perdía y moría en el desierto por no tener agua que beber, motivos recurrentes en sus composiciones. Según su hermano Earl, Bob escribió este poema, al que más tarde pondría música, en 1924, cuando aún era alumno del instituto de Tucson.
El protagonista va cabalgando por una tierra estéril, y habla con su mula Dan, mientras sus almas claman por agua fresca y cristalina. Una criatura imaginaria les hace ver un espejismo, pero “es un diablo, no un hombre, que cubre la arena ardiente de agua”.
Elegida una de las 100 mejores canciones western por la Asociación de Escritores Western de América, en 1951 fue designada la canción más conocida del Oeste americano y, en 2005, su autor entró en el Salón de la Fama de los Compositores Canadienses a título póstumo.
Sons of the Pioneers, el grupo de Nolan, grabó este tema cinco años después de su composición, en 1941. Escuchemos la versión original.

La más exitosa fue, sin embargo, esta de marzo de 1945, que tuvo que esperar tres años para salir como single. Ellos son Vaughn Monroe y su orquesta, acompañados por The Sons of the Pioneers.

Hank Williams la interpretó en 1949 para un programa de radio de Shreveport, Louisiana, pero la grabación se perdió y no volvió a escucharse hasta la antología de sus grandes éxitos The Complete Hank Williams (1998). ¿Habéis visto la película de dibujos Rango (2011)? Pues esta es la versión que suena.

Frankie Laine triunfó en el mercado británico con esta interpretación de 1955.

Marty Robbins la incluyó en Gunfighter Ballads and Trail Songs (1959).

El cantante y actor Burl Ives hizo lo propio en su álbum Songs of the West (1961).

Slim Whitman también la versionó.

Johnny Cash la grabó hacia el final de su vida, en 2003, si bien no apareció hasta su disco póstumo American VI: Ain’t No Grave (2010).

Os dejo con este homenaje del hijo de Roy Rogers, otro de los componentes de Sons of the Pioneers, en 2010.