Hawkshaw Hawkins, el halcón del country

Hawkshaw-Hawkins

Harold Hawkins nació en 1921 en Virginia Occidental. Tras la Segunda Guerra Mundial firmó un contrato con King Records, donde gozó de una notable popularidad con temas como Pan American o Dog House Boogie, y entró en el Grand Ole Opry. Cuando su carrera estaba en lo más alto, murió en el accidente aéreo de 1963 que también le costó la vida a Patsy Cline y Cowboy Copas cuando se dirigían a un concierto.Escuchemos su único número 1, Lonesome 7-7203, que fue, además, su última grabación. Compuesta por Justin Tubb, el single de Hawkins salió solo tres días antes de su fatal accidente. En esta balada un chico cambia su número de teléfono tras separarse de su novia: no puede soportar que siempre que lo llaman sea para preguntar por ella. A él le gustaría que su chica apuntara su nuevo número por si un día cambia de opinión y quiere volver a su lado. ¿Dónde podría localizarlo? Pues en «Solitario 7-7203».

El compositor, Justin Tubb, señaló que habría sido más apropiado que la cantara una chica, ya que el hombre suele ser el que se tiene que ir tras una ruptura, y por eso se la ofreció en primer lugar a Jean Shepard, la mujer de Hawkshaw. Sin embargo, el sello pensó que el tema ayudaría a relanzar la carrera de éste y, desde entonces, curiosamente, las versiones más conocidas han sido cantadas por hombres.

El actor y cantante Burl Ives la grabó en 1967.

Tony Booth, un representante del sonido Bakersfield, consiguió un gran éxito con su versión de 1972.

El single de debut de Darrell Clanton, en 1983, fue este Lonesome 7-7203.

 

A Satisfied Mind. Joe Red Hayes y Jack Rhodes, 1954

a satisfied mind
Hoy os propongo una balada escrita hace más de sesenta años. Su autor, Joe Hayes, se inspiró en su madre, y el título, A Satisfied Mind, fue fruto de una conversación familiar. Su suegro le preguntó quién creía que era la persona más feliz del mundo, él enumeró varios candidatos y su suegro le replicó: “Estás equivocado. Es el hombre con una mente satisfecha”.
La letra habla de lo superfluo de nuestro modo de vida, que solo concede importancia al dinero. Comienza diciendo: “Cuántas veces has oído a alguien decir: ‘Si tuviera su dinero podría hacer las cosas a mi modo’, pero qué poco saben lo difícil que es encontrar a un hombre rico de cada diez con una mente satisfecha”. Y concluye: “El dinero no puede comprar de vuelta la juventud cuando eres viejo o a un amigo cuando estás solo o a un amor que se ha enfriado; una cosa es cierta, cuando llegue mi hora dejaré este mundo con una mente satisfecha”.
Escuchemos la versión original de Joe Red Hays en 1954, que apenas si tuvo eco.

Porter Wagoner la popularizó en 1955 y su versión llegó al número 1.

Red y Betty Foley también la grabaron en 1955.

Escuchemos ahora a una de las primeras mujeres en despuntar en el country, Jean Shepard, también en 1955.

Una voz alejada del country, Ella Fitzgerald, la incluyó en The First Lady of Song, el mismo año que las anteriores.

Cowboy Copas, que falleció en el mismo accidente de aviación en el que perdió la vida Patsy Cline, la incluyó en Opry Star Spotlight (1962).

Escuchemos la pureza de la voz de Joan Baez en Farewell, Angelina (1965).

Sonny James la versionó para su If she helps me get over you (1973).

Al final de su vida Johnny Cash grabó este tema, cuya versión apareció, antes de salir en disco, en Kill Bill Vol. 2 de Tarantino (2004).

Willie Nelson en Country Music (2010).

Su última gran versión es la de Lee Ann Womack, que la incorporó a The Way I’m Livin’ (2014).

George Morgan, el crooner de la música country

george morgan
Nuestro protagonista de hoy nació en 1924 en Tennessee, aunque pasó su infancia en Ohio. Su voz suave y melodiosa, de crooner, hizo que se le comparara con otro grande de la canción del siglo XX, Bing Crosby.
A mediados de los 40 formó su primer grupo y tuvo trabajos de lo más variados, en restaurantes, panaderías… Su despegue llegó con Candy Kisses. Fue contratado por una emisora de radio de Virginia Occidental y la Columbia se fijó en él.
Morgan fue un clásico del Grand Ole Opry. Su primera actuación tuvo lugar en 1948, cuando reemplazó a Eddy Arnold, y siguió interviniendo allí hasta su muerte. Fue el último artista que actuó en dicha institución antes de que esta trasladara su sede en 1974 y el primero en hacerlo en su ubicación actual, en una ceremonia a la que acudió el entonces presidente Richard Nixon. Otros éxitos suyos fueron Almost (1952), Please Don’t Let Me Love You (1949) o Room Full of Roses (1949).
Murió en 1975 de un ataque al corazón. Años después, en 1998 entró póstumamente en el Salón de la Fama de la Música Country.
Caso curioso, con el primer single que sacó dio en el clavo. En efecto, con Candy Kisses (1949) llegó por primera y única vez al número 1 de la prestigiosa lista Billboard. La canción fue una de las que más satisfacciones le reportó, y su popularidad hizo que muchos lo empezaran a conocer como The Candy Kid (“El chico golosina”). A una de sus hijas la llamó, cómo no, Candy, mientras que la otra es una conocida cantante de country, Lorrie Morgan.
La canción nació en 1947. George lo había dejado con su chica, y en la letra le reprocha su desapego y le dice que los besos falsos de las golosinas significan para ella más que los suyos.
Escuchemos la original de George Morgan.

Ese mismo año, otra de las grandes voces del country, Red Foley, hizo su propia versión en su álbum Hillbilly Fever.

Os dejo ahora con Cowboy Copas, en su álbum Sings his All-Time Hits.

En 1984 Jerry Lee Lewis la incluyó en el disco I Am What I Am.

La segunda mujer

jean shepard
Dediqué la entrada del 7 de mayo a Kitty Wells, la primera mujer que triunfó como solista en la música country. La historia, sin embargo, no suele tener en cuenta al segundo en llegar a cualquier disciplina.
Es por ello por lo que hoy os quiero hablar de Jean Shepard, la segunda mujer que grabó un single de música country. Sucedió solo unos meses después de que Wells grabara su It wasn’t God who made honky-tonk angels, en mayo de 1952. A finales de ese año, salió Cryin’ Steel Guitar Waltz, cuyo título recuerda, cómo no, al gran éxito de George Harrison While my Guitar Gently Weeps.
La canción, grabada por la misma Shepard y escrita por Susan Heather, Dolly Long y Shorty Long, pasó desapercibida para el gran público. Aquí vamos a escucharla en la versión de su disco This is Jean Shepard (1959).

Su primer éxito importante fue un dúo con Ferlin Husky, A Dear John Letter (1953), sobre una carta que recibe un soldado en la guerra de Corea, en la que su novia le anuncia que lo deja… para casarse con su hermano.

Nuestra Jean lo hizo (casarse) con Hawkshaw Hawkins, quien, años más tarde, moriría en el accidente de aviación que le costó la vida a Patsy Cline y Cowboy Copas. Firme defensora de la pureza del country, la artista ha criticado la deriva pop que ha adoptado últimamente, y ha llegado a polemizar con la estrella Blake Shelton a propósito de unas declaraciones en las que éste tildó de “anticuado” el country puro.
Shepard entró en el Salón de la Fama de la Música Country en 2011 y es el miembro femenino más anciano del Grand Ole Opry.

El country marca su territorio (I)

alaska
La música country –¡fijaos si no en el nombre!– está especialmente unida a la tierra. Escuchando sus canciones, se podría escribir un tratado de geografía en toda regla. Para demostrarlo, iniciamos aquí un recorrido por estados fundamentalmente sureños –aunque alguna excepción habrá– a los que la música country ha dedicado canciones, ya ensalzando sus paisajes, ya contando historias que transcurren en dichos estados. Si cerráis los ojos, podréis ver los campos de maíz o algodón, o tal vez esas interminables carreteras de las que tanto hemos oído hablar en los éxitos country.
1. North to Alaska. Empezamos por uno de los mayores éxitos de Johnny Horton, una canción escrita por Mike Phillips que se oye en la película homónima de Henry Hathaway (1960). La letra se centra en la búsqueda casi enfermiza de oro en Alaska durante los últimos años del siglo XIX.

2. Alabam. Cowboy Copas compuso esta canción en 1960, y rápidamente se convirtió en un éxito: se mantuvo en el primer puesto durante nada menos que tres meses. Su autor se la dedicó a Alabama –Alabam, según pronuncia él–, pero curiosamente Copas había nacido en Ohio y posteriormente vivió en Tennessee, sin tener nunca una relación muy profunda con Alabama. The day the (country) music died… Fue un día triste cuando Cowboy Copas murió junto con Patsy Cline y Hawkshaw Hawkins en un accidente de aviación. The Father, Son, and the Holy Ghost, que diría Don McLean.

Tennessee Waltz. Pee Wee King, 1946

Al igual que You are my sunshine es una canción asociada al Estado de Alabama, esta, por razones evidentes, figura en el código genético del de Tennessee. La canción fue compuesta en 1946 con música de Pee Wee King y letra de Redd Stewart, pero no fue grabada hasta el año siguiente por Cowboy Copas. No fue esta versión, sin embargo, la más famosa, sino la que hizo en 1950 la cantante de country Patti Page, fallecida el 1 de enero de 2013, y número 1 durante 13 semanas. Verdaderamente, su interpretación es conmovedora.
Cuenta la leyenda que esta canción fue compuesta en un tiempo récord en una limusina de camino al Grand Ole Opry, el teatro donde históricamente se presentan los mayores éxitos de la música country, y que se la presentaron al editor musical Fred Rose, el compositor de Blue eyes cryin’ in the rain.
El gran año para esta canción fue 1950, cuando Mercury Records mostró su disposición a grabarla en la voz de Patti Page. A lo largo de los años, el tema ha sido versionado por multitud de artistas, como Norah Jones en 2002 o Leonard Cohen, quien la incluyó en su disco Dear Heather de 2004.
La letra es aparentemente sencilla. Cuenta cómo una noche en la que el narrador está bailando con su chica el vals de Tennessee se encuentra con un amigo. Su buena educación hace que se la presente (¿pecando tal vez de ingenuo?) y el compadre, en una vil artimaña más vieja que la historia de la humanidad, le roba a su amor.