Hoy hablaremos de uno de los grandes álbumes de los años ochenta. Mountain Music ocupa un lugar destacado en la discografía del grupo sureño Alabama y ostenta el honor de ser el más vendido de los suyos, si exceptuamos sus recopilatorios. Fue el sexto de su carrera y salió a la venta en febrero de 1982, editado por RCA Records. Aparecieron tres singles: Mountain Music (que ya escuchamos en este blog en mayo del pasado año), Take Me Down y Close Enough to Perfect.
Esta última balada fue escrita por Carl Chambers y, al poco de salir como single, vino a engrosar la nómina de números 1 de Alabama. El narrador ensalza a su pareja y, aunque reconoce que no es perfecta, es casi perfecta para él.
Alabama recuperó e hizo una nueva versión del éxito de la Creedence Green River, compuesto por John Fogerty en 1969. Escuchemos primero la versión de Alabama. El autor recuerda con nostalgia el lugar sureño donde creció, Green River, y anhela volver allí.
Os dejo ahora con la original de la Creedence.
Mark Gray y J.P. Pennington, del grupo de Kentucky Exile, compusieron el último single, Take Me Down. Se trata de una canción en la que un tipo le pide a su amante que le tome y dé la vuelta al hombre que hay en él. Sus autores fueron los primeros en grabarla, pero el éxito le llegó de la mano de Alabama.
Esta es la original de los Exile, tomada de su álbum Don’t Leave This Way (1980).
En 1981 el cantante de soul Johnny Bristol la versionó en Free To Be Me.
Termino con la canción más larga de Mountain Music. En Changes Comin’ On se aprecia muy bien el soft rock que es seña de identidad del álbum. La letra, obra de Buddy Cannon, Dean Dillon y Jimmy Darrell, disecciona los cambios que se estaban produciendo en la sociedad americana de la época: habla de la moda del pelo largo, de lo que significó la figura de Martin Luther King, la muerte de Elvis Presley o la guerra de Vietnam.
creedence
Disco del mes (marzo)
Cinco años después de su último trabajo, Crows, Allison Moorer vuelve a la primera plana con su disco Down to Believing, editado el pasado 17 de marzo por el sello Entertainment One y producido por su amigo Kenny Greenburg. Se trata de su octavo álbum de estudio –¡qué lejos queda ya ese Alabama Song de 1998!– y las trece canciones que lo componen le han llevado dos años de grabaciones durante los cuales la vida de Moorer ha sufrido diversos avatares: el divorcio de su marido, Steve Earle, y el autismo de su hijo, diagnosticado hace tres años. El disco le ha valido multitud de críticas elogiosas y hasta se ha llegado a decir que es el mejor de su carrera. Ella misma firma la rockera canción que lo abre, Like it used to be, un tema que sugiere que el cambio es inevitable. Es el primer single que ha salido del álbum. Thunderstorm/Hurricane describe la tristeza de la narradora, que “gota a gota” desaparece “como si nunca hubiera estado aquí”. Es otra de las canciones que ha escrito en solitario, junto con la anterior y Blood, dedicada a su hermana. Os dejo ahora con el tema que da título al disco, Down to Believing, escrita por Allison Moorer, Audley Freed y Keith Gattis. La única que no es original suya lleva por título Have you ever seen the rain?, obra de John Fogerty de 1971 y grabada con la Creedence. Moorer la incluyó porque su sello le pidió una versión y ella es una gran admiradora de John Fogerty. Down to Believing en Amazon
Canciones para enmarcar. Jaime Urrutia, 2014
De nuevo, una recomendación literaria con la que espero resolver vuestras dudas sobre el mejor regalo para estas Navidades. Su autor es Jaime Urrutia, y no voy a perder el tiempo presentando aquí su currículum. ¿Quién no conoce a Jaime Urrutia? De verdad, si alguno de vosotros no ha oído aún sus mejores canciones –¿pero es que tiene alguna que no lo sea?– solo puedo exclamar: “¡Qué barbaridad!”.
El libro en cuestión es Canciones para enmarcar y lo ha publicado Larousse Editorial, que sabe de estas cosas. Se trata de una selección de cincuenta y tantos títulos –como los años que tiene el autor, qué curioso– y que hará las delicias de todos los amantes de la música. Os lo prometo.
Porque Jaime Urrutia, rockero y tal, es sobre todo un tipo “open-minded”, que no se cierra a nada salvo a la pereza intelectual. Hay de todo en Canciones para enmarcar: rock, pop, soul, jazz, copla, músicas del mundo y, por supuesto, country. El “álbum” se abre con A Summer Place, de Percy Faith y su orquesta, y se cierra con Just like a woman, de Bob Dylan. Y, entre medias, sí, clásicos que ya conocemos en este blog como Proud Mary, de la Creedence, que os voy a pinchar en esta entrada, Crazy, de Patsy Cline, Sweet Home Alabama, de Lynyrd Skynyrd, y I walk the line, de Johnny Cash.
Hay una diferencia sustancial entre este libro y otros que se arriman a su ascua: Jaime Urrutia no se pasa con los datos o los nombres propios, sino que nos habla desde su experiencia y nos descubre cómo estos temas lo han ido construyendo como artista y como persona. La música, me parece, es una arquitecta del alma. Por eso, Canciones para enmarcar es sobre todo un libro de sensaciones y recuerdos, en el que su autor conjura a los ángeles que lo han llevado en volandas por los cielos de la felicidad. Leyendo Canciones para enmarcar, uno siente, entonces, que está leyendo la autobiografía de Jaime Urrutia pero, de repente, comprende que no es así. Que, en realidad, este libro es también nuestra autobiografía. Porque, ¿quién no se llevaría California Dreamin’ a una isla desierta? ¿O quién no cree que Aretha Franklin es pura magia vocal (y consonante)? ¿O quién puede concebir a Elvis sin In the ghetto?
Canciones para enmarcar incluye también un cuadernillo central a modo de álbum personal con ilustraciones a todo color. Si leéis este libro y de verdad “estáis preparados para flipar”, “vais a ser testigos de algo especial”.
Canciones para enmarcar
Jaime Urrutia
240 págs. 14,90 euros.
Larousse Editorial. Barcelona (2014).
Y os dejo, ahora sí, con Proud Mary, de la Creedence.