El Bluegrass echa a andar

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El bluegrass nació en la región de los Apalaches, en torno a Kentucky, cuna de Bill Monroe, el padre de este estilo. Las influencias de la música folk y los instrumentos que los inmigrantes escoceses e irlandeses habían llevado a la región alentaron sus primeros pasos.

La influencia que Bill Monroe ejerció sobre la música posterior es incontestable –y escucharemos algún ejemplo en este sentido–, pero primero voy a ocuparme de sus ascendientes musicales.

Monroe nació en 1911 en el seno de familia entregada al arte de la música: su padre era un conocido bailarín de danzas regionales, mientras que su madre cantaba canciones folk y baladas tradicionales y tocaba el fiddle y el acordeón. El hermano de esta, que también tocaba el fiddle, fue su primera gran influencia. Tras la temprana muerte de sus padres, el joven se fue a vivir con su tío, quien se convirtió en su mentor. Años después de la muerte de éste, Monroe le dedicó una canción, hoy todo un clásico del bluegrass, titulada Uncle Pen, en la que exponía su admiración por la forma de tocar de su tío (“Tío Pen tocaba el fiddle, oh, Dios, cómo resonaba, lo podías escuchar hablar, lo podías escuchar cantar”).

Esta es la grabación de Bill Monroe en 1950 para Decca Records.

Porter Wagoner, también conocido como Mr. Grand Ole Opry, la grabó en 1956 en su álbum A Slice of Life.

Escuchad ahora el ritmo rápido y contagioso que le imprime otro de los grandes del bluegrass, Ricky Skaggs. El single está fechado en 1984.

Otra gran influencia sobre Bill Monroe fue la que ejerció Arnold Schultz, un violinista y guitarrista negro que pasa por ser el hombre que puso el blues en el bluegrass. A Bill le dio su primera oportunidad cuando le contrató para tocar con él, pero su muerte, cuando el joven contaba solo 20 años, frustró una colaboración más duradera. Schultz era un virtuoso de la guitarra y, para este instrumento, compuso Cannonball Rag, que luego grabaría Merle Travis. Como no existen grabaciones de Schultz, escuchemos la de Travis en Strictly Guitar (1968).

Y me despido con esta versión de Chet Atkins y Jerry Reed.

 

Centenario de Kitty Wells

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Tal día como hoy, hace cien años, nacía en Nashville una de las primeras mujeres que se dedicó al country, Kitty Wells (aquí podéis ver su biografía).
A los 18 años contrajo matrimonio con Johnnie Wright, un aspirante a cantante country cuyo éxito nunca pudo compararse con el de su esposa. Sus primeros singles –que luego escucharemos– no sedujeron a las discográficas, poco amigas de lanzar la carrera de una mujer, hasta que un valiente productor de Decca Records, Paul Cohen, detectó su talento y le abrió las puertas de su sello.
Allí grabó el que sería el mayor éxito de su carrera, considerado hoy uno de los grandes clásicos del género, It Wasn’t God Who Made Honky-Tonk Angels, en 1952. Gracias a este tema, Wells se convirtió en la primera mujer que colocaba un single en los más vendidos de las listas –alcanzó las 800.000 copias–, inaugurando la etapa más dulce de su carrera, que se prolongó hasta finales de los 60. En 1976 entró en el Salón de la Fama de la Música Country y murió en la ciudad que la vio nacer en 2012.
Empezamos repasando su discografía con su single de debut, Death at the Bar (1949). La canción parece financiada por la «Liga Antialcohólica». Se trata de una feroz diatriba que advierte a los clientes de los bares de que, si siguen consumiendo «esa bebida venenosa», encontrarán la muerte.

Otro de sus primeros singles fue Don’t Wait to the Last Minute to Pray, una canción encuadrada en el country-gospel en la que recomienda al oyente que no espere hasta el último momento para rezar.

Vamos ahora con It Wasn’t God Who Made Honky-Tonk Angels. En este tema, uno de las primeros que reivindicó la voz femenina en el country, su protagonista se queja de la costumbre de los hombres de culpar a las mujeres cuando hay una infidelidad de por medio. Su mensaje, muy transgresor para la época, hizo que algunas emisoras de radio se negaran a emitirla.

Su último número 1 fue Heartbreak U.S.A. (1961), obra de Harlan Howard en la que la protagonista recela de las amistades femeninas que pueda hacer su novio en los escenarios de la Segunda Guerra Mundial: «No dejes que esas geishas tomen tu corazón en un torbellino y, si encuentras a una dulce Fräulein, recuerda que eres mío».

We´ll Stick Together es un dúo que cantó con su marido, Johnnie Wright.

Su última entrada en las listas fue Thank You for the Roses (1979).

Leavin’ On Your Mind. Wayne Walker y Webb Pierce, 1961

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La canción que vamos a escuchar hoy tuvo su punto de polémica allá por los años sesenta del pasado siglo. Webb Pierce y Wayne Walker, sus autores, se la ofrecieron a una cantante canadiense recién llegada a esto del country y que a la sazón trabajaba en Decca Records. Su nombre, Joyce Smith. En el mismo sello, sin embargo, también estaba Patsy Cline que, cuando se dio cuenta del potencial del tema, comprendió que podía significar otro éxito para su carrera. Intentó convencer a Owen Bradley, el productor del sello, de que se la diera a ella, pero este no cedió, al menos en un primer momento. Y parece que no se equivocó, pues la grabación original de Joyce Smith vendió más de 100.000 copias, una cifra muy considerable para la época, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de su primer single.
Patsy Cline terminaría haciendo su versión, y, como era habitual, estuvo a la altura de su talento. Salió al mercado en enero de 1963 y se convirtió en su último single, ya que murió dos meses más tarde en un accidente de aviación. Cline tenía previsto incluir la canción en su siguiente disco, Faded Love, que no llegó a editarse aunque el contenido ya estaba ultimado.
En la letra, la protagonista le dice a su pareja que, si tiene pensado dejarla, lo haga cuanto antes para que el sufrimiento no sea tan duradero.
Escuchemos la versión original de Joyce Smith en 1961.

Patsy Cline no pudo resistirse a grabarla un año después.

LeAnn Rimes la recuperó para su álbum epónimo de 1999, que grabó con solo 17 años y en el que incluyó varias versiones de su ídolo, Patsy Cline.

Rissi Palmer la incluyó en su álbum de debut Rissi Palmer (2007).

La versión de Lorrie Morgan pertenece a A Moment in Time (2009).

Margie Bowes, una de las (efímeras) pioneras del country

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En 1941 nacía, en Carolina del Norte, Margie Bowes, quien ya desde su adolescencia participó en algunos programas de radio en espacios musicales. Hoy no es extraño que los artistas salten a la fama gracias a programas de televisión, y ese fue también, en cierto modo, el caso de Bowes. La empresa Pet Milk Company organizó un concurso en Nashville: lo ganó ella, y firmó un contrato con Hickory Records, amén de debutar en el Grand Ole Opry en 1958.
Los dos primeros singles que sacó con ellos no tuvieron mucha visibilidad, pero el tercero, Poor Old Heartsick Me, terminó convirtiéndose en su canción más conocida. Sus únicos LPs llegaron cuando firmó con Decca Records, sello que intentaba buscar un reemplazo a Patsy Cline, fallecida en 1963. Su carrera fue de corto recorrido y se retiró de los escenarios a principios de los 70.
Escuchemos Poor Old Heartsick Me (1959), escrita por Helen Carter. En la letra, la protagonista se lamenta de que su destino parece ser siempre sufrir por amor.

Al mismo año pertenece My Love and Little Me, obra de Phil Everly, de los Everly Brothers.

Rex Allen, el cowboy de Arizona

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Así era conocido el biografiado de hoy, nacido en aquel estado en 1920. Su padre tocaba el fiddle y él heredó su pasión por la música y aprendió a tocar ese instrumento –del que llegó a ser un virtuoso– y la guitarra. Su carrera comenzó a finales de los años 40 en un programa de variedades de una emisora de Chicago y de allí se trasladó a Hollywood. Entonces firmó sendos contratos discográficos –primero con Mercury Records y luego con Decca–. Era la época en que los cowboys cantantes causaban furor en el cine y su experiencia en los rodeos de Arizona propició que él también lo fuera.
En los años 50 decayó la popularidad de los westerns, pero él siguió grabando discos con considerable éxito. Posteriormente, compaginó su carrera con su labor como narrador de algunas películas de Disney. Por sus contribuciones al cine se le asignó una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Murió en 1999. Su hijo también se dedica a esto del country.
Escuchemos ahora alguno de sus singles más exitosos, como Don’t Go Near the Indians Sings and Tells Tales of the Golden West (1962).

El primero de su carrera fue Afraid (1949), una canción de amor en la que el narrador expresa su temor a perder a su amada.

Termino con una de las canciones de cowboys más celebradas de todos los tiempos. Streets of Laredo habla de un joven cowboy moribundo que se lamenta de la vida que ha llevado y que le ha conducido a una muerte prematura. Por ello, a esta balada también se la conoce como El lamento del cowboy.

Empty Saddles (in the Old Corral). Billy Hill, 1936

empty saddles

Hoy vamos a disfrutar de una de las mejores canciones country y western que se han compuesto nunca, al menos según la Asociación de Escritores del Oeste de América, que la considera una de las 100 canciones de este estilo de mayor calidad.

Billy Hill –muerto prematuramente a los 41 años de edad– se basó en un poema escrito por J. Keirn Brennan expresamente para Bing Crosby, quien la cantó por vez primera en la película Rhythm on the Range, de Norman Taurog (1936). Su interpretación en ese musical de la Paramount tuvo tanto éxito, que ese mismo año la grabó en el sello Decca Records.

Se trata esta de una evocadora canción que habla de la soledad a la que se enfrentan los cowboys cuando cabalgan a través de las vastas extensiones de las planicies: “Sillas de montar vacías en el viejo corral. Pistolas vacías cubiertas de herrumbre. Botas vacías cubiertas de polvo”.

Bing Crosby la grabó otra vez en 1944.

Uno de los más conocidos «cowboys cantantes», Roy Rogers, la interpretó en 1947.

El grupo Sons of the Pioneers la incluyó en su discografía más de una vez. Os dejo con la que sonó en su álbum Cool Water (1960).

Con ustedes, Johnny Bond.

El actor y cantante Burl Ives la versionó en 1961.

La grabación de Jimmie Rodgers pertenece a When the Spirit Moves You (1960).

Los Sons of San Joaquin la incorporaron a su álbum Songs of the Silver Screen (1993).

Hacia el final de su carrera, Slim Whitman la cantó en su álbum Twilight on the Trail (2010). Llama la atención lo bien que conservaba la voz a sus 85 años.

Cindy Walker, la decana de las compositores country

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Cindy Walker nació en 1918 –el mes pasado habría cumplido 100 años– en una localidad de Texas. Desde niña estuvo en contacto con la música: su madre era pianista y su abuelo componía música para la iglesia. Si a esa «herencia» le añadimos su afición por la poesía, no es de extrañar que se dedicara a escribir canciones.

Los inicios de su carrera tuvieron mucho que ver con su valentía. Cuando tenía poco más de 20 años, fue a Los Ángeles acompañando a sus padres y, según sus palabras, «decidí que si alguna vez iba a Hollywood, le iba a intentar enseñar a Bing Crosby una canción que había escrito para él. Mi padre dijo: ‘Estás loca, chica’, pero paró el coche». El hermano de Bing, Larry, mánager del crooner, accedió a escucharla y pensó que aquel debía cantarla. El sello de Crosby, Decca Records, le ofreció un contrato a la joven Cindy y allí se quedó los siguientes trece años.

Sus composiciones han sido grabadas por artistas de todas las épocas: Bob Wills, Gene Autry, Roy Orbison, Eddy Arnold, Ray Charles, Ernest Tubb o Jim Reeves, entre otros. Cuando entró en el Salón de la Fama de la música country, recordó: «Mi madre me dio este vestido y me dijo: ‘Este es el que quiero que lleves cuando entres en el Salón de la Fama’. Yo le dije: ‘Mamá, eso nunca pasará'». Al final, ingresó en 1997 (su madre, que tanto le había ayudado en su carrera, no pudo verlo).

Su canción más famosa, You Don’t Know Me (1955), ha gozado de más de 50 versiones (aquí podéis ver la entrada que le dediqué). Walker murió en 2006, pocos días después de que Willie Nelson sacara un disco en su homenaje, You Don’t Know Me: The Songs of Cindy Walker. Aunque fundamente destacó como compositora, vamos a escuchar su mayor éxito como cantante. When My Blue Moon Turns to Gold Again llegó al número 5 de las listas en 1944, y curiosamente no la escribió ella, sino Wiley Walker y Gene Sullivan en 1940. En la nostálgica letra, la narradora recuerda con afecto los momentos felices de su relación y confía en poder reavivarlos de nuevo. Así, «su luna triste se convertirá otra vez en oro».

El mago de las cuerdas

the wizard

Hoy os presento a un virtuoso que tocaba el banjo, la guitarra, el ukelele y casi cualquier cosa que tuviera cuerdas, por lo que fue conocido como El mago de las cuerdas.

Se llamaba Roy Smeck y nació en Pensylvania en 1900 como Leroy Smeck. Sus influencias musicales –de jazz, ragtime y música hawaiana– eran muy sólidas, pero no cantaba demasiado bien, por lo que orientó su carrera hacia las piezas instrumentales, donde sabía que podía brillar más.

Durante los años 20 y 30 fue tan popular, que hasta tocó en la presentación del presidente Roosevelt en 1933 e hizo giras por Europa (actuó también en la coronación de Jorge VI). En los inicios del cine sonoro se le pudo ver en cortometrajes como That Goes Double (1933) y, en los años 30, fundó su propio grupo, The Vita Trio.

En 1985 el documental sobre su vida The Wizard of the Strings fue nominado al Oscar. Murió a los 94 años y en 2001 fue nombrado miembro del Salón de la Fama del banjo.

Vamos ya con alguna de sus más de 500 grabaciones, que realizó para los principales sellos discográficos del momento: Victor Recordings, Decca Records o Edison Recordings (en el Salón de la Fama del Ukelele, del que también fue miembro, se conserva el cheque de 25 dólares que Thomas Alva Edison le pagó por sus grabaciones). Estas fueron recopiladas en su mayoría en The Magic Ukelele of Roy Smeck (2003).

Escuchemos su versión de Twelfth Street Rag, un ragtime compuesto en 1914.

Ahora, dos valses al ukelele. El primero de ellos lleva por título Music Box Waltz.

El segundo es Waltz of Yesteryear.

Los aficionados al cine conocerán el musical La calle 42 (1933), a cuya banda sonora pertenece Shuffle Off to Buffalo. Roy Smeck la adaptó al ukelele con este resultado.

Como dije antes, su formación musical era exquisita. Escuchemos su adaptación al ukelele de Melody in F, compuesta por Anton Rubinstein en el siglo XIX.

Otro de sus temas con este instrumento fue I Ain’t Got Nobody, versión de una canción compuesta en 1915.

Por último, escuchemos Bye Bye Blues, obra de Fred Hamm, Dave Bennett y Bert Lown de 1925.

Johnny Bond, intérprete de música western

JOHNNY BOND

Cyrus Whitfield Bond nació en 1915 en una pequeña granja de Oklahoma. Debutó a los 22 años en el grupo The Bell Boys, junto con Jimmy Wakely y Scotty Harell, con los que interpretaba temas de música western en una radio local. Después, darían el salto al show de Gene Autry, uno de los más populares de la época.

Como curiosidad, el grupo se sirvió de una triquiñuela para conseguir no uno sino dos contratos discográficos: grabaron para Decca Records con el nombre Jimmy Wakely Trio y para Columbia como Johnny Bond & the Cimarron Boys.

Bond no solo apareció en las ondas, también en muchas películas de los años 40. Aparte de su faceta como cantante, fue un prolífico compositor: entre sus cientos de canciones, destacan I Wonder Where You Are Tonight, Love Gone Cold, Your Old Love Letters, Tomorrow Never Comes, Those Gone, Left Me Blues o Cimarron.

Su popularidad empezó a declinar a finales de los 50 y principios de los 60, pero experimentó una segunda juventud a raíz de su fichaje por Starday Records. Durante la última década de su vida se centró en la producción en el sello que había fundado con su amigo Tex Ritter, Vidor Records. Murió en 1978 y en 1999 entró póstumamente en el Salón de la Fama de la Música Country.

Escuchemos Divorce Me C.O.D., todo un éxito para Merle Travis cuando este la grabó en 1946 –la había compuesto aquel mismo año con Cliffie Stone– y que Johnny Bond grabó al año siguiente, alcanzando el número 3 de las listas.

¿Qué tenía esta canción que daba suerte a todo aquel que la tocaba? Su letra, muy original, tuvo mucho que ver. Esta juega con varios acrónimos, que se van introduciendo de forma natural en la canción. Un hombre aconseja a su mujer que si quiere conseguir su libertad realmente rápido se divorcie de él «pagando al contado» (una forma de divorcio exprés muy recurrente en Estados Unidos en aquel tiempo).

Escuchemos ahora la versión original de Merle Travis.

Carl Smith la incluyó en I Want to Live and Love (1965).

Tex Ritter, cantante y actor

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Woodwar Maurice Ritter, conocido como Tex porque vio la luz en Texas, nació en 1905. Tras terminar sus estudios, a finales de los años 20 se despertó su interés por la música y, en 1928, empezó a trabajar en la radio cantando canciones de cowboys en una emisora local.

De allí dio el salto a Nueva York, donde, a principios de la década siguiente, se hizo un hueco en Broadway haciendo papeles de cowboy. En 1933 empezó su carrera discográfica: primero con Columbia y, después, con Decca Records. Viendo que la industria del cine tenía mucho potencial, se trasladó a Los Ángeles, y en sus primeros años allí desplegó una gran actividad. Su película más conocida fue Trouble in Texas (1937), junto a Rita Hayworth –o Rita Cansino, como era conocida entonces.

El punto álgido de su carrera tuvo lugar tras firmar con el flamante sello Capitol Records en 1942. Con ellos encadenó multitud de éxitos, como I’m Wasting My Years On You, There’s a New Moon Over My Shoulder o Deck of Cards. Fue uno de los primeros cantantes que se lanzó a hacer una gira internacional y, en 1952, dio varios conciertos en Europa.Su grabación más recordada de esa época es Do not forsake me oh, my Darling, de la película Solo ante el peligro (1952), que recibió el Oscar a la mejor canción original y que ya hemos escuchado aquí. En 1955 creó su propio sello junto con Johnny Bond, Vidor Publications. Fue, además, uno de los impulsores en 1961 del Salón de la Fama de la música country así como del museo a él asociado. Murió en 1974 en Nashville, donde había establecido su residencia y donde aparecía regularmente en el Grand Ole Opry.

El episodio histórico del que los tejanos se encuentran más orgullosos sucedió en 1836, cuando emprendieron una guerra contra México con el objetivo de crear en Texas una república independiente. Tras la victoria de El Álamo, se creó un efímero estado que en 1848 fue anexionado por Estados Unidos. Remember the Alamo recuerda esos hechos. Escrita por Jane Bowers, una de las primeras compositoras de canciones western, tuvo multitud de versiones y se convirtió en su obra más emblemática: la asociación de Escritores Western de América la incluyó en su lista de las 100 mejores canciones western de la historia. Ritter la grabó en 1955 y estrenó con ella el sello al que aludía antes. El tema apareció en la banda sonora de Down Liberty Road al año siguiente.

El grupo de folk The Kingston Trio la incluyó en su álbum At Large (1959).

Johnny Cash la interpretó en 1960, si bien no se editó hasta tres años más tarde en Ring of Fire: The best of Johnny Cash.

En el mercado británico la versión que tuvo más éxito fue la del cantautor Donovan (1965).

Willie Nelson la incluyó en su álbum conceptual Texas in My Soul (1968).