El silbato del tren (III)

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El padre del bluegrass, Bill Monroe, recuperó una canción folk del último tercio del siglo XIX, In the Pines o Where Did You Sleep Last Night, y transformó su letra narrando un accidente ferroviario. Este añadido ha hecho que también se conozca a este tema como The Longest Train.

Orange Blossom Special es todo un himno del fiddle. En 1925, este convoy cubría la ruta entre Nueva York y Miami en sólo 35 horas. Se dice que Robert Chubby Wise y Ervin Rouse, entusiasmados con este tren tras un viaje que efectuaron en 1938, decidieron dedicarle una canción, que concluyeron en apenas veinte minutos. El resultado, un clásico que han grabado gigantes como Johnny Cash, Bill Monroe y muchos otros. Chubby Wise siempre sostuvo que dejó a su amigo Rouse que la registrara en solitario, un gesto de generosidad que hubo de lamentar: «Este fue mi primer error, un error de 100.000 dólares». Escuchemos esta versión instrumental a la armónica de Charlie McCoy.

Viajemos hasta Yuma, Arizona. Frankie Laine grabó The 3:10 to Yuma, en la que el narrador no puede esperar a subir al tren de las 3:10 que se dirige a Yuma para encontrarse con su amada. Fue escrita por Ned Washington y George Duning para el western El tren de las 3:10 (1957), de Delmer Daves.

Marty Robbins, el cowboy piloto de carreras

Marty Robbins
Allá por 1925, en un barrio de Phoenix, Arizona, vio la luz nuestro protagonista. Su infancia estuvo marcada por la ascendencia india de su madre. Su abuelo materno, Texas Bob Heckle, le solía contar historias del oeste, que inspirarían su carrera musical posterior. Los problemas económicos de la familia fueron una constante. A la Depresión se unía la vasta descendencia de sus padres –eran diez hermanos– y el alcoholismo del padre, que acabó provocando el divorcio de sus progenitores en 1937. Robbins se marchó de casa y se alistó voluntario en el ejército, del que no salió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Allí aprendió a tocar la guitarra y a componer canciones y, cuando se reintegró en la vida civil, empezó a tocar en locales de Phoenix y a trabajar en la radio. En uno de esos programas, un grande del country, Little Jimmie Dickens, se fijó en el talento del chaval y movió los hilos para que la Columbia le ofreciera un contrato.
Marty simultaneó su incipiente vocación con otra de sus pasiones, las carreras de coches, y la verdad es que como piloto no lo hizo nada mal, ya que en varias oportunidades cruzó la línea de meta entre los diez primeros.
El primer single de los cerca de 100 que llegó a editar fue I’ll go alone (1952), y su primer gran éxito de ventas le llegó en 1957 con A white Sport Coat and a Pink Carnation, que vendió más de un millón de copias. Pero, sin lugar a dudas, su canción de cabecera fue El Paso (ya comentada aquí), por la que su ayuntamiento lo recompensó, dando el nombre de Marty Robbins a un parque público.
En 1970 obtuvo el Grammy a la mejor canción con My woman, my woman, my wife, compuesta para su mujer Marizona Baldwin. Aparte de ser uno de los cantantes country más populares y un gran piloto de carreras, también se dedicó al cine y, en 1972, protagonizó Guns of a Stranger, en la que hacía de un sheriff que debía matar a un pistolero de Abilene, Texas. Años después, en 1982, apareció en la película de Clint Eastwood El aventurero de la medianoche, que no pudo ver terminada, ya que murió a finales del mismo año de un ataque al corazón.
Escuchemos una de sus canciones, muy conocida por todos los amantes del cine western. Me refiero a The Hanging Tree, que Robbins cantó en los títulos de crédito de la película El árbol del ahorcado (Delmer Daves, 1959).
Escrita por Mack David y Jerry Livingston, tuvo tanto éxito que el artista la incluyó en su disco Gunfighter Ballads and Trail Songs, y fue candidata al Oscar a la mejor canción original (se lo arrebató High Hopes).
La letra, que habla del triunfo del amor sobre las posesiones terrenales, trata de un buscador de oro que se enamora de una mujer pero no puede irse con ella porque tiene que vigilar sus riquezas. Unos hombres se apoderan del metal por la fuerza, y el protagonista es al fin libre para seguir a la mujer que ama.