El silbato del tren (II)

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Steve Goodman escribió City of New Orleans en 1971. El Ciudad de Nueva Orleans es un tren que existe realmente y une las ciudades de Chicago, Memphis y Nueva Orleans a través de la oscuridad del Mississippi hacia el mar, como dice la letra. La versión más conocida es la de Willie Nelson en 1984.

Retrocedamos hacia uno de los pioneros del country, Jimmie Rodgers. Este escribió Waiting for a Train en 1928. El protagonista se muestra ilusionado por poder salir de su ciudad natal en uno de los prodigios del momento: el tren. Este es el inigualable Rodgers.

El conocido como rey del country en la actualidad, George Strait, incluyó Trains make me lonesome en su álbum Hold My Own (1992). El narrador se pregunta por qué los trenes le hacen sentir solo y recuerda que su padre les abandonó a su madre y a él cuando todavía era un niño montándose en un tren para no volver jamás. Fue escrita por Paul Overstreet y Tom Schuyler.

La siguiente canción está dedicada a Casey Jones, un ferroviario que existió en la vida real. En 1900 el tren que conducía sufrió un accidente y, aunque él perdió la vida, gracias a su pericia se salvaron todos los pasajeros. Escuchemos a Doc Watson interpretando Freight Train Boogie.

There’s a New Moon Over My Shoulder. Jimmie Davis, Ekko Whelan y Lee Blastic, 1944

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La luna siempre ha sido un tema recurrente en las canciones de amor. La balada de hoy es un buen ejemplo de ello: su título hace referencia a la fase de la luna nueva, aquella en la que esta no es visible desde la Tierra, ya que la parte del satélite frente a nosotros no está iluminada por el Sol (exactamente lo contrario a la luna llena). Casualmente, hoy, 7 de noviembre, si estáis en Madrid podréis ver –o mejor dicho, no ver– la luna llena. Pero no nos desviemos, que este es un blog de música, no de astronomía…
There’s a New Moon Over My Shoulder fue escrita por un viejo conocido nuestro, el gobernador Jimmie Davis, quien, justo aquel año, 1944, ganó las elecciones para su primer mandato como gobernador de Louisiana. La canción se podría encuadrar en el western swing. Su letra nos presenta a un hombre que espera en vano a que su pareja vuelva con él, porque esta le prometió que lo haría con la llegada de la luna nueva. Desde entonces, muchas lunas nuevas han pasado y sigue sin aparecer.
El primero en grabarla, en 1944, fue Tex Ritter. Constituyó uno de los éxitos sobre los que cimentaría su carrera posterior (los más cinéfilos recordaréis que Ritter fue quien puso voz al tema principal de High Noon, Solo ante el peligro).

Uno de sus autores, Jimmie Davis, la grabó al año siguiente y su versión, aún más conocida que la anterior, llegó al número 1 de las lista folk.

Con la influencia que ejercía el sonido Nashville en la época, Jim Reeves la versionó en su disco Moonlight and Roses (1964).

Ahora, una voz femenina, la de Wanda Jackson, que la incluyó en Wanda Jackson Salutes the Country Hall of Fame (1966).

Bill Haley la interpretó a ritmo de rock en su disco grabado en Nashville Rock Around the Country (1971), que parafrasea su canción más emblemática, Rock Around the Clock.

Tres grandes del bluegrass, Mac Wiseman, Doc Watson y Del McCoury, la incluyeron en su álbum Mac Doc & Del (1998).

Y seguimos en el bluegrass. Larry Sparks la grabó como parte de la banda sonora de la película Transamerica (2005), en la que participaron Old Crow Medicine Show o Dolly Parton, entre otros.

Cannonball Blues. Familia Carter, 1936

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Como hemos comentado en alguna ocasión, en los años 30 era habitual que los artistas incluyeran en su repertorio canciones de temática ferroviaria, como Wabash Cannonball, que ya escuchamos aquí.

El ejemplo de hoy se lo debemos a la familia Carter. A.P. Carter adaptó una melodía popular que, a lo largo de la historia, ha tenido varias letras. Por ejemplo, esta de 1926 en la que se habla del asesinato del presidente McKinley (uno de los cuatro presidentes de Estados Unidos asesinados, junto con Lincoln, Garfield y Kennedy). Obra de Charlie Poole, lleva por título White House Blues.

O esta otra que trata de las simpatías nazis de Charles Lindbergh, un célebre aviador de Estados Unidos. Woody Guthrie publicó Lindbergh en 1944.

Volviendo a nuestro tema, la familia Carter lo grabó por primera vez en 1936. Un hombre acaba de ser abandonado por su pareja («se ha ido e incluso se ha llevado mis zapatos») y decide poner tierra de por medio subiéndose al tren Cannonball, que cubre el trayecto entre Buffalo y Washington.

El grupo de bluegrass de Missouri The Dillards lo versionó en A long time ago: The first time live (1999), que recopilaba grabaciones del grupo de los 60.

Grandpa Jones lo incluyó en Family Album (1979).

Os dejo con la versión del gran revitalizador del bluegrass Bill Clifton.

Este tema folk también recibe el nombre de Solid Gone. Lo escuchamos aquí en la voz de Tom Rush y el álbum Tom Rush (1965).

Ese mismo año Maybelle Carter volvió a grabarla, suprimiendo la referencia al tren y con el citado título Solid Gone.

Doc Watson y su hijo Merle la versionaron en su álbum Down South (1984).

¿Bailamos el vals?

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Los inicios del country estuvieron muy ligados a los llamados barn dances o bailes del granero, así que no es de extrañar que sus artífices adaptaran un tipo de baile de salón de profunda raigambre en Europa, de donde procedían los antepasados de gran parte de los pioneros de country. Me refiero al vals, que abandonó entonces su carácter «aristocrático» y se popularizó en la música hillbilly. Escuchemos algunas muestras.

Empezamos con uno instrumental. Parece que sus orígenes están en una composición polaca de nombre Pitala Sie Pani, que fue descubierta por los americanos durante la Segunda Guerra Mundial. Desde ahí la llevaron a Estados Unidos, donde la rebautizaron como Westphalia Waltz en honor a una ciudad de Texas. La grabación más importante fue la de Hank Thompson en 1955.

Willie Nelson homenajeó a Lefty Frizzell, el primero en grabar esta canción, Mom and Dad’s Waltz, en To Lefty from Willie (1977).

Volvemos a los valses instrumentales, cuyo protagonismo suele recaer en el violín o fiddle. Georgiana Moon –también conocida como Dreamy Georgiana Moon– fue compuesta en 1935 por Clayton McMichen, aunque la verdad es que no tuvo mucho éxito comercial (injustamente a mi parecer). Tal como dijo un desilusionado McMichen años después, «es una de las más bellas melodías que he escrito nunca. Pensábamos que nos haríamos ricos con ella. No vendimos suficiente ni para pagar la primera edición. Me dieron unos 75 u 80 centavos por escribirla». Escuchemos la interpretación de Silver and Strings.

Seguimos en la parte instrumental, pero ahora con otro instrumento. Escuchad cómo suena la mandolina en el siguiente vals, Down Home Waltz.

El valle de Shenandoah es un valle de Virginia al que Clyde Moody, apodado el «rey del vals hillbilly«, dedicó un vals. Escuchemos Shenandoah Waltz en la versión de Ernest Tubb.

El violista folk canadiense Andy De Jarlis es el responsable de esta versión de Starlight Waltz.

Goodnight Waltz es un vals tocado a la guitarra por Chet Atkins y Doc Watson. Aparece en el álbum Reflections (1980).

Y termino por hoy recordando los temas relacionados con el vals que ya hemos escuchado aquí:

De Waltz across Texas hemos escuchado la original de Ernest Tubb y la versión de Willie Nelson. Por no repetir, vamos ahora con la de Waylon Jennings, que pertenece a su álbum Music Man (1980).

Ahora, dos valses dedicados cada uno a sendos estados esenciales para el country, Tennessee y Kentucky. Primero Kentucky Waltz, escrito por Bill Monroe en 1946. En su día ya escuchamos la versión original, de modo que hoy pincharemos la que hizo Eddy Arnold en 1951.

Os dejo con la grabación de Patsy Cline del clásico Tennessee Waltz, grabado originalmente en 1950 por Patti Page y compuesto por Redd Stewart y Pee Wee King.

En 1959 lo versionó Connie Francis.

 

Una aflicción interminable

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Ayer Cristo fue crucificado y mañana resucitará pero hoy, ay, los cristianos se sienten huérfanos y perdidos, ya que Dios no está…

He tratado de que la canción de hoy fuera la más apropiada para este día. El tema, Lost Soul, se encuentra a medio camino entre el bluegrass y el góspel, y se lo debemos a Doc Watson y su familia.

A principios de los años 60 se dio una revitalización de la música folk americana. Ralph Rinzler y Jeff Place, dos musicólogos de Folkways Records, se pusieron en contacto con Watson para que este grabara una colección de temas tradicionales utilizando el banjo y el fiddle. Entre ellos, este Lost Soul, que aparecería en el disco The Watson Family (1963). El mismo sello lo reeditaría en 1990 en formato CD, con varias pistas adicionales grabadas en los 70.

El tono es tan sombrío, que los responsables de una película de terror, Beneath, la incluyeron en su banda sonora, lo único bueno de la cinta junto con el The End. La letra presenta un tétrico panorama el día del juicio final, cuando “todos nosotros, pecadores, partiremos a una aflicción interminable”. El narrador se arrepiente de su vida, pero sabe que es demasiado tarde: “Aunque pido ayuda, es en vano porque estoy condenado para siempre. Si pudiera revivir todos los años pasados, los dedicaría a la causa de mi Salvador, pero nunca más volverán a mí”. Cada verso es repetido como si fuera un eco, para darle mayor gravedad al asunto. Alegría no le falta…

Vamos ya con este clásico del bluegrass, interpretado por Doc Watson y su familia.

Country Urbano (XVIII)

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44. Crescent City. Lucinda Williams compuso esta canción para su tercer álbum, Lucinda Williams (1988), como homenaje a Nueva Orleans, “la ciudad del creciente”. Influida por la música cajun, no faltan en la letra referencias al estado de Louisiana: el lago Pontchartrain, la pequeña ciudad de Mandeville… Aunque fue escrita muchos antes del Katrina, volvió a ponerse de moda a raíz del huracán. Escuchémosla y, como dice la canción, “laissez les bons temps rouler”, o, lo que es lo mismo, “que vengan los buenos tiempos”.

En 1993, Emmylou Harris la versionó en su álbum Cowgirl’s Prayer.

45. Back to New Orleans. Fundado en 1998, Old Medicine Crow Show es un grupo especializado en música folk y bluegrass, que empezó actuando en las calles. Dos años más tarde, la leyenda del bluegrass Doc Watson los descubrió tocando en Boone, Carolina del Norte, y, con semejante padrino, se trasladaron a Nashville, donde actuaron en el Grand Ole Opry. Hasta la fecha han sacado 8 álbumes de estudio, y este tema pertenece a su EP Caroline (2008). Nueva Orleans ejerce una atracción irresistible para su narrador, que está dispuesto a llegar allí como sea. Tras perder su billete de autobús, pide dinero al primero que se cruza en su camino y lleva ya 40 días con sus noches caminando bajo el sol ardiente de Texas para cumplir su sueño.

46. Do you know what it means to miss New Orleans. Nació como un tema de jazz, y la oímos por primera vez en la película New Orleans (1947), con Louis Armstrong y Billie Holiday, pero la versión que os traigo hoy es de uno de los mayores exponentes del bluegrass de nuestros días, Alison Krauss, quien la grabó en 1989, a los 18 años. La canción está tan asociada a esta ciudad, que David Simon la escogió para cerrar su serie Treme.

Escuchemos a Jimmy Buffett junto a Allen Toussaint al piano en 2006.

Sittin’ on Top of the World. Walter Vinson y Lonnie Chatmon, 1930

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No es ninguna novedad la enorme contribución del blues a la música country, y esta de hoy es otra demostración. El tema fue compuesto como una canción country-blues por los miembros de los Mississippi Sheiks Walter Vinson y Lonnie Chatmon. En 2008 la canción entró en el Salón de la Fama de los Grammy. La letra habla de una ruptura pero, aun así, el protagonista se siente esperanzado, “sentado en la cima del mundo”.
El título guarda relación con una canción popularizada por Al Jolson en 1926, I’m Sitting on Top of the World, aunque la melodía es totalmente diferente. Pocos años después, desde su grabación por Bob Wills y los Texas Playboys, se convirtió en un clásico de la música western swing.
Los seguidores de Elia Kazan quizá reconozcan esta melodía, ya que sonó en Un rostro en la multitud (1957). También la escuchamos en la película Cold Mountain, en una versión de Jack White que pondré luego; y, en los últimos años, ha aparecido en la banda sonora de la serie Hijos de la Anarquía.
La primera vez que se grabó fue en febrero de 1930 por los Mississippi Sheiks, un grupo formado por la familia Chatmon y Walter Vinson que se disolvió en 1933.

Bob Wills convirtió este clásico en un estándar de la música western swing en 1935.

The Light Crust Doughboys alcanzó la cima de su fama en los años inmediatamente anteriores al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Esta grabación corresponde a 1938.

Un jovencísimo Ray Charles –no había cumplido aún los 20– grabó esta versión en 1949.

En 1957, Howlin’ Wolf hizo una de las versiones más conocidas de este tema.

Esta es la interpretación de Doc Watson en los años sesenta.

Cream, en su álbum Wheels of Fire (1968).

Os dejo ahora con la versión de Jack White.

Nos quitamos el sombrero con el gran guitarrista Chet Atkins.

Will the Circle Be Unbroken Vol. 2 (1989) es un álbum de Nitty Gritty Dirt Band del que extraemos esta pista.

Marty Stuart, fusión de estilos

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Nuestro protagonista nació en Mississippi en 1958. A los 12 años empezó a tocar en el grupo de bluegrass The Sullivan Family. En los 70, trabajó en la formación del legendario Lester Flatt hasta la muerte de este en 1978. Después, su carrera seguiría la estela del bluegrass junto a otro de los grandes del género, Vassar Clements.
Marty Stuart se introdujo en el country colaborando con todas las leyendas a su alcance. Lo hizo con Doc Watson e incluso con Johnny Cash, con cuya hija se casó (y se divorció poco después). A mediados de los 80, abandonó el bluegrass, comenzó su carrera en solitario y fichó por la Columbia. Sus discos no conseguían despegar del todo, pero las revistas de la época lo seguían considerando una de las promesas más seguras del country.
Por fin, en 1989 le llegó el éxito tras firmar con MCA, la antigua Decca Records, con quienes publicó Hillbilly Rock, disco de oro. Uno de sus singles –el que le da título– fue su primer Top 10 en las listas country. En los 90 hiló un hit tras otro. Su siguiente trabajo, Tempted, reeditó la notoriedad de su anterior obra y, en 1992, su dúo con Travis Tritt The Whiskey Ain’t Working le procuró la mejor posición en las listas, el número 2, y el primer Grammy de su carrera. En 1997 se casó con otra estrella del country, Connie Smith, a quien produjo su álbum Connie Smith.
Su último proyecto le ha llevado a la cuna de la música country en Bristol, Tennessee, donde tuvieron lugar las primeras grabaciones en 1927 (aquí podéis ver la entrada correspondiente). Allí ha realizado el álbum Ortophonic Joy: The Bristol Sessions Revisited, que vio la luz el pasado mes de mayo, y se ha reunido con personalidades como Dolly Parton, Vince Gill, Steve Martin o Emmylou Harris.
Escuchemos el primer single de Marty Stuart, Arlene, publicado en 1985 como anticipo de su álbum Marty Stuart (1986). Escrito por Curtis Allen, lo publicó la Columbia y llegó al puesto 19. Habla de una chica llamada Arlene a la que el protagonista ve desde lejos, mientras va conduciendo por la carretera. Se queda prendado de ella, pero pronto descubre que la seducción no será fácil, porque su padre la “tiene atada muy en corto”.

Norte y Sur (VI)

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Si el último día de esta serie os hablaba de Bonnie Blue Flag, hoy vamos a escuchar otra significativa canción del bando Confederado: Bright Sunny South. En este caso, no es posible determinar su origen. La letra está contada desde el punto de vista de un joven soldado que ha sido enviado a la guerra (“antes de que hubieran pasado los días de mi infancia”) y ha dejado atrás a su familia. Le aflige la separación de su madre, evoca las palabras de su progenitor (“Hijo, sé valiente pero muestra piedad siempre que puedas, nuestros corazones están contigo”) y aún puede ver las lágrimas de su hermana en el momento de la partida.
Escuchemos la sentida versión del grupo Bittersweet and Brier, en su álbum Hard Times-Songs of the Civil War.

Este es Dock Boggs al banjo.

En 1984, Doc y Merle Watson la incluyeron en su álbum Down South.

Ahora disfrutemos del tema en clave bluegrass con The Union Station (2002), un grupo formado por la gran violinista Allison Krauss, Dan Tyminski, Jerry Douglass, Ron Block y Barry Bales.

La última vez que se grabó fue en 2013, cuando Sam Amidon, de 33 años, la incluyó en su disco Bright Sunny South, cambiando levemente la letra.

El country marca su territorio (XXIV)

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68. Heads Carolina, Tails California. No a uno sino a dos… En efecto, esta canción hace referencia a dos estados que, además, se asocian con una manera opuesta de vivir. El estado sureño de Carolina y California, uno de los paradigmas de la vida ajetreada del país. Jo Dee Messina debutó con este single en 1996, en el que le propone a su pareja jugarse a cara o cruz el lugar donde echar raíces para construir su vida. En realidad, lo único que realmente importa es que vayan juntos. La canción fue escrita por Tim Nichols y Mark D. Sanders y editada por el sello independiente Curb Records.

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69. Tennessee Stud. Evidentemente, el estado donde nació la música country –y cuya capital es sede del Grand Ole Opry y de gran parte de los sellos discográficos de este género– tenía que estar representada con holgura en esta serie. Empezamos por una canción compuesta por Jimmy Driftwood, ese profesor que se dedicaba también a componer, como vimos en la entrada dedicada a The battle of New Orleans. Esta que vamos a escuchar es su composición más versionada. Driftwood hila una historia divertida acerca de un semental de Tennessee. En 1825, el narrador sale de allí en dirección a Arkansas, por problemas con su familia política. En su nuevo destino se enfrenta con un forajido a cuenta de su caballo. “Le disparó y el otro cayó dándose un batacazo”. Cuando vuelve a Tennessee, le da su merecido a la familia de su novia, se olvida de esta y se enamora de una chica de cabellos dorados que monta una yegua. Finalmente, se casan, tienen un hijo y la yegua y el caballo tienen un potro. La primera versión de Eddy Arnold se convirtió en un éxito en 1959 y su interpretación le valió una nominación a los Grammy.

Escuchemos la versión de Johnny Cash, correspondiente a su álbum American Recordings, de 1994.

Por último, os dejo con una de las mejores versiones de este tema: la de Doc Watson para su álbum Tennessee Stud (2003).

70. Tennessee Flat-Top Box. A finales de 1961, salió esta canción escrita por Johnny Cash. La letra cuenta la historia de un chico de pelo oscuro, un as tocando la guitarra acústica (coloquialmente, flat-top box), que, en los comienzos de su carrera, actúa en un bar de Texas cerca de la frontera. Tanta popularidad hace que todas las chicas –“desde los 9 a los 90 años”– queden hipnotizadas con sus actuaciones. Algunas se van casa a hurtadillas y hasta empeñan sus joyas para disfrutar de su música. Un día, el chico desaparece del bar y sus fans le esperan día tras día, hasta que lo ven en el Hit Parade con su sueño cumplido.

En 1987, Rosanne Cash, la hija del maestro, nos regaló una versión que no desmerece en absoluto del original, y en la que Randy Scruggs, el hijo de Earl (de quien os hablé el pasado 28 de abril), se ocupa de los solos de guitarra.