1982. James «Buddy» Blackmon y Carl «Vip» Vipperman, 1985

1982

A mediados de los 80 emergió en el mundo discográfico la figura de Randy Travis. Aunque ya llevaba unos años en activo, su disco de debut fue Storms of Life (1986), al que pertenece la canción que vamos a escuchar hoy.

Según Mark A. Humphrey, del portal Allmusic, se trata de uno de los debuts más impresionantes de la música country de esa época. Uno de sus coautores, el conocido intérprete de banjo Buddy Backmon, formó un grupo bluegrass de corta duración, Rocky Mountain Strings. Su otro compositor, Vip Vipperman, se encuentra actualmente colaborando en el próximo disco de Don Mcean, Botanical Gardens, de inminente salida al mercado.

El tema que nos ocupa salió como segundo single del álbum a finales de diciembre del año anterior –1985– y terminó alcanzando el sexto puesto en las listas de éxitos country. En la letra, el protagonista rememora un viejo amor que tuvo en 1982 y se arrepiente de no haber continuado la relación. Parece ser que la canción se iba a llamar en un principio 1962, pero la letra se adaptó para que se correspondiera con la edad de Travis, quien, en 1962, tenía poco más de dos años.

Escuchemos la versión original de Randy Travis.

Gershwin en el recuerdo

gershwin-time

Hoy no es un 11 de julio cualquiera. El calendario nos sopla que en esta fecha se cumplen 80 años de la muerte de uno de los grandes compositores del siglo XX, George Gershwin, que nos dejó, tal día como hoy, a los 38 años de edad a causa de un tumor cerebral. Parafraseando a Don McLean, este fue el día en que murió la música.

Y, aunque Gershwin no se dedicó ni mucho menos al country sino al jazz, al tiempo que componía alguna pieza de música culta, las versiones que os he preparado tienen como protagonistas a grandes nombres del country que le han rendido tributo.

Gershwin fue un músico muy admirado en su época. Sirva como ejemplo la anécdota del viaje que hizo el compositor francés Maurice Ravel a Estados Unidos, en la que aprovechó para cumplir su sueño: una velada en la que Gershwin le deleitó con algunas de sus composiciones. Mucho más joven que el creador del Bolero, George le propuso que le diera clases de música, a lo que este se negó diciendo: “¿Por qué quiere ser un mal Ravel si ya es un Gershwin de primera?”

El homenaje más nutrido a George Gershwin llegó de la mano de Willie Nelson, quien hace año y medio publicó su disco Willie Nelson Sings Gershwin, del que ya hemos hablado aquí. En aquella entrada escuchamos tres temas, Summertime, Let’s Call the Whole Thing Off, junto a Cindi Lauper, y Someone to Watch Over Me; así que hoy pincharemos otras versiones del mismo. El disco se abre con But Not For Me, una canción de 1930 que a los más cinéfilos os sonará porque aparecía en Manhattan (1978), de Woody Allen, Cuando Harry encontró a Sally (1989), de Rob Reiner, o Cuatro bodas y un funeral (1994), de Mike Newell. En la letra, escrita por su hermano mayor y colaborador habitual Ira Gershwin, el protagonista duda de que todo lo bueno que hay en la vida esté hecho para él: “Están escribiendo canciones de amor pero no para mí; allá arriba brilla una estrella de la suerte pero no para mí”.

En 1924 Gershwin compuso Somebody Loves Me, esta vez con la colaboración de Buddy DeSylva y Ballard MacDonald.

Una de las versiones de este tema se la debemos al grupo de doo-wop The Four Lads, que la versionó en 1952.

Escuchemos ahora la última composición que hizo Gershwin, Love is Here to Stay –con letra de su hermano Ira, tras el fallecimiento de aquel–, que apareció por primera vez en The Goldwyn Follies, un musical de 1938. Lo eterno e inamovible del amor es su argumento: “Dentro de un tiempo, las Rocosas se caerán, Gibraltar se derrumbará, pero nuestro amor está aquí para quedarse”.

En Embraceable You, Willie Nelson colaboró con Sheryl Crow. Fue escrita en 1928 como una canción lenta de amor a la mujer que “saca al gitano que hay en mí”.

En 1937 Gershwin fue tentado, al igual que muchos artistas de la época, por la Meca del Cine, y se trasladó a California para componer bandas sonoras. Su primera película fue Ritmo Loco (Shall We Dance), de la que salió una canción nominada al Oscar, They Can’t Take That Away From Me (que perdió, a mi juicio injustamente, con Sweet Leilani). Escuchemos a Willie Nelson en esta canción que nos habla de una relación que ha terminado y de la que, al menos, quedan los recuerdos: “El modo en que sonríes rayos de sol, el modo en que tomas el té, el modo en que llevas el sombrero, el modo en que bailábamos hasta las tres, eso no me lo pueden quitar”.

Este tema ha sido versionado en multitud de ocasiones; Ray Charles lo hizo en este directo de 1991.

De la misma banda sonora rescatamos They All Laughed, una canción de ritmo alegre en la que el protagonista no está dispuesto a admitir que se rían de la relación que ha iniciado. “Todos se rieron de Cristóbal Colón cuando dijo que la tierra era redonda, todos se rieron cuando Edison grabó el sonido, cuando Wilbur y su hermano dijeron que el hombre podía volar –los hermanos Wright se consideran los pioneros de la aviación–, le dijeron a Marconi que el telégrafo era un fraude. Se rieron de nosotros y ¡cómo!, pero, ¿quién ríe el último ahora?”

Aparte de Willie Nelson, también Linda Ronstadt ha grabado algunas canciones de George Gershwin. De su disco What’s New (1983), escuchemos, de forma consecutiva, I´ve Got a Crush on You (“Estoy enamorado de ti”) y Someone to Watch Over Me (“Alguien que me cuide”).

También versionada por Linda Ronstadt fue But Nor For Me, en esta ocasión en su álbum For Sentimental Reasons (1986).

En 1935, Gershwin se embarcó en el proyecto de componer una ópera, Porgy and Bess. Uno de sus temas más conocidos es Summertime, concebida como una nana para arrullar a un bebé: “Es verano y la vida es fácil”. Os dejo con la versión de Ricky Nelson de 1962.

Para terminar con este pequeño homenaje de iconos del country a George Gershwin, Ronnie Milsap se despide por hoy con su versión de But Not For Me en Just for a Thrill (2004).

 

El country marca su territorio (I)

alaska
La música country –¡fijaos si no en el nombre!– está especialmente unida a la tierra. Escuchando sus canciones, se podría escribir un tratado de geografía en toda regla. Para demostrarlo, iniciamos aquí un recorrido por estados fundamentalmente sureños –aunque alguna excepción habrá– a los que la música country ha dedicado canciones, ya ensalzando sus paisajes, ya contando historias que transcurren en dichos estados. Si cerráis los ojos, podréis ver los campos de maíz o algodón, o tal vez esas interminables carreteras de las que tanto hemos oído hablar en los éxitos country.
1. North to Alaska. Empezamos por uno de los mayores éxitos de Johnny Horton, una canción escrita por Mike Phillips que se oye en la película homónima de Henry Hathaway (1960). La letra se centra en la búsqueda casi enfermiza de oro en Alaska durante los últimos años del siglo XIX.

2. Alabam. Cowboy Copas compuso esta canción en 1960, y rápidamente se convirtió en un éxito: se mantuvo en el primer puesto durante nada menos que tres meses. Su autor se la dedicó a Alabama –Alabam, según pronuncia él–, pero curiosamente Copas había nacido en Ohio y posteriormente vivió en Tennessee, sin tener nunca una relación muy profunda con Alabama. The day the (country) music died… Fue un día triste cuando Cowboy Copas murió junto con Patsy Cline y Hawkshaw Hawkins en un accidente de aviación. The Father, Son, and the Holy Ghost, que diría Don McLean.