Love’s Gonna Live Here. Buck Owens, 1963

love's gonna
En 1963 Buck Owens consiguió sus dos primeros números 1: el primero por Act Naturally, que ya escuchamos cuando tracé una breve reseña biográfica sobre el cantante; y el segundo por Love’s Gonna Live Here, que vamos a escuchar ahora.
Este fenómeno de ventas se mantuvo nada menos que 16 semanas en lo más alto de las listas, algo que no se volvería a repetir en el siguiente medio siglo, cuando Cruise, de Florida Georgia Line, superó el récord en el verano de 2013.
Quizá el secreto de su éxito residiera en el optimismo que rezuma la letra y en su melodía tan alegre. El sonido típico de Owens, el sonido Bakersfield, alcanza aquí uno de sus momentos culminantes. Pero, sin hacer de menos al cantante, el mayor mérito fue de la guitarra de Don Rich, quien moriría en un accidente de moto a los 32 años. En la letra, el protagonista confía en que el amor vuelva a llamar a su puerta.
Escuchemos la versión original de Buck Owens, que pertenece a su disco The Best of Buck Owens (1963).

Waylon Jennings la grabó al año siguiente en Waylon at JD’s.

La versión de Daryle Singletary está incluida en That’s Why I Sing This Way (2002).

Dwight Yoakam es un sincero admirador de Owens, a quien dedicó el disco-homenaje Dwight Sings Buck (2007).

Vamos con Tanya Tucker en My Turn (2009).

El tercer disco de Derek Ryan fue Dreamers and Believers (2012), en el que este tema sonaba así.

Una de las últimas versiones de este clásico es obra de Kacey Musgraves y Buddy Miller en el disco de este último, Cayamo Sessions at Sea (2016).

Una Navidad cargada de regalos

23 dic
A partir de hoy, River of Country se pone en modo Navidad. Mañana, con la Nochebuena, empezarán oficialmente las fiestas, pero nosotros vamos a ir abriendo boca con un tema dedicado a la tradición de los regalos en esta fecha, institucionalizada ya en nuestras latitudes. Porque si antes eran los Reyes Magos quienes nos traían los presentes, ahora el dadivoso es un tipo bonachón proveniente del Polo Norte –Papá Noel o Santa Claus–, a quien la tradición cristiana asocia con San Nicolás, que vivió en el siglo IV y cuyas reliquias se conservan en la basílica de San Nicolás de Bari.
Dos leyendas explican por qué se asocia su figura con los regalos: una habla de la especial predilección que tenía San Nicolás por los más pequeños y, en este sentido, se cuenta que un desalmado había acuchillado a varios niños y que Nicolás se apiadó de ellos y rezó hasta que sanaron. La otra hace referencia a su reputación como repartidor de obsequios: un padre de familia tenía tres hijas, pero era tan pobre que no podía asignarles una dote, por lo que su prole parecía “condenada” a la soltería. Tras llegar la noticia a oídos de San Nicolás, éste, que, disponía de una gran herencia que repartía entre los más necesitados, se propuso calmar la aflicción de las muchachas; una noche, entró en su casa y les dejó varias monedas de oro a cada una.
La animada canción que vamos a escuchar hoy intenta responder a la siguiente pregunta: “¿A quién se parece Santa Claus?” Está narrada desde la perspectiva de un niño que, en esa noche mágica, no puede dormir por culpa de los nervios y la curiosidad. Descubre que Santa Claus no es en absoluto como se lo habían pintado. El forastero resulta demasiado delgado ¡y clavado a su padre! (¿o será que su padre se parece mucho a Santa Claus?).
Santa Looked a Lot Like Daddy fue escrita por Buck Owens y Don Rich en 1965 y grabada por el primero de ellos en octubre de ese año para su disco navideño Christmas with Buck Owens.

Travis Tritt la versionó en 1992 en su álbum A Travis Tritt Christmas: A Loving Time of the Year.

Vamos ahora con un grupo de country-rock, The Tractors, que la interpretó en Have Yourself a Tractors Christmas (1998).

Ese mismo año, el cantante country canadiense Paul Brandt la incluyó en Shall I Play for You?

Brad Paisley la grabó para Brad Paisley Christmas (2006).

Think of Me. Don Rich y Stella Olson, 1966

think of me
La canción que vamos a escuchar hoy reinó en las listas en el verano de 1966. Buck Owens transmutó en oro este tema, coescrito por su colaborador de cabecera Don Rich (hasta la prematura muerte de éste en un accidente de moto a los 32 años) y Stella Olson.
De letra simple pero efectiva, esta romántica balada implora: “Piensa en mí cuando estés solo/a, piensa en mí cuando estés triste, piensa en mí cuando estés lejos porque yo estaré pensando en ti”.
Escuchemos la versión original de Buck Owens y su grupo, The Buckeroos, en Open Up Your Heart (1966). El single fue su décimo número 1 consecutivo en las listas, un éxito sin precedentes (entre 1963 y 1967 disfrutó de nada menos que 14 números 1 consecutivos).

Ese mismo año Skeeter Davis la grabó en My Heart’s in the Country.

Uno de los grandes admiradores de Buck Owens, Dwight Yoakam, también la versionó.

The Mavericks la han incluido en su discografía en varias ocasiones, la primera de ellas en The Very Best of the Mavericks (1999).

I’ve Got a Tiger By the Tail. Buck Owens, 1965

ive got a tiger
Seguro que os suena el libro 1001 álbumes que debes escuchar antes de morir. Pues bien, el disco que os traigo hoy aparece en el libro.
Con un fantástico trabajo de Don Rich a la guitarra y el fiddle, fue grabado a finales de 1964 en los estudios de Capitol Records, Hollywood, salió a la venta en 1965, y llegó al número 1 en la lista Billboard de álbumes country. Toma su nombre de una de las mejores canciones de Buck Owens, I’ve Got a Tiger By The Tail, ya escuchada aquí y con la que precisamente se abre el disco.
En 1995, el sello Sundazed lo reeditó en formato CD con dos bonustracksAct Naturally y This Ol’ Heart– que se añadían a las 12 pistas originales del vinilo y se habían grabado en 1963 en Bakersfield, California.
Trouble and Me es una agradabilísima composición de Harlan Howard en la que dice que “los problemas y yo somos viejos conocidos”.

Al disco pertenece también un clásico entre las baladas western, The Streets of Laredo, que tiene infinidad de versiones y trata sobre un cowboy moribundo que sabe que “ha hecho mal” y, por ello, se resigna a la muerte. Esta es la versión del álbum que canta Doyle Holly, uno de los miembros de Buck Owens and his Buckeroos.

Cryin’ Time es una composición de Owens que Ray Charles haría suya dos años más tarde. Escuchemos el inconfundible estilo del sonido Bakersfield.

Y, ahora, un tema instrumental proveniente de un lejano país, Polonia. A Maiden’s Prayer fue adaptado al western swing por Bob Wills. Aquí podemos comprobar el excelente trabajo al fiddle de Don Rich.

El disco se cierra con una canción original de Chuck Berry, Memphis Tennessee, que cuenta con un gran número de versiones, entre ellas esta de Buck Owens.

Roger Miller, el único cantautor country con premio Tony

RogerMiller
El protagonista de hoy nació en Texas en 1936. Su padre murió cuando él tenía solo un año y su madre se vio obligada a enviar a Roger con un tío suyo que vivía en Oklahoma. Corrían los tiempos de la Gran Depresión y no podía mantenerlo. El pequeño tuvo que echar una mano en la granja. En sus ratos libres, escuchaba el Grand Ole Opry, y aprendió a tocar la guitarra y el violín. Tras su paso por el ejército, Miller probó fortuna en Nashville, donde conoció a Chet Atkins, quien le abrió las puertas a colaborar con George Jones. En 1958, firmó su primer contrato con Decca Records y partió de gira con Faron Young. Sus primeras entradas en las listas llegaron con la discográfica con la que firmó luego, la RCA de Atkins. Para explotar su vis cómica, trabajó en Hollywood como actor de comedias, pero lo que realmente necesitaba era dinero rápido, por lo que firmó un nuevo contrato con Smash Records. Allí cosechó sus mayores éxitos con Dang Me!, King of the Road y England Swings (Inglaterra se columpia).
Aunque continuó en activo casi hasta su muerte, su carrera se desinfló durante los años 70 y 80. Así, le ofrecieron un programa de televisión que cancelaron semanas después por falta de audiencia. En 1978, optó por dejar de escribir canciones –se quejaba de que ya no eran apreciadas– y, dando palos de ciego, se embarcó en un terreno desconocido para él: una producción de Broadway, Big River, basada en Las aventuras de Huckleberry Finn. No le fue mal, pues ganó el Tony a la mejor partitura.
En 1992, Miller falleció de cáncer de pulmón –había sido un fumador empedernido toda su vida– y, tres años después, entró con carácter póstumo en el Salón de la Fama de la Música Country.
Escuchemos uno de sus mayores éxitos, el desenfadado Dang Me (1964), que se podría traducir como “¡Maldito sea yo!”. Este tema se llevó el Grammy a la mejor canción country y western el año siguiente, nada raro si consideramos que este artista acaparó nada menos que 11 “gramófonos” en solo dos años.

Don Rich, el principal colaborador de Buck Owens, hizo esta versión en 1965.

Y de Johnny Rivers nos llega este directo.

Buck Owens, pionero del sonido Bakersfield

Buck Owens
Uno de los mejores compositores de country de todos los tiempos fue Alvis Edgar Owens, nacido en 1929 en una granja de Texas. Su pasión por los animales hizo que su apodo de niño fuese buck (“animal macho”) y con él se quedó. Durante los peores años de la Gran Depresión, Buck y su familia se trasladaron a Mesa, Arizona. De allí, emprendió una nueva vida en California. En 1951, quedó impresionado con la ciudad californiana de Bakersfield, donde se estableció.
Durante sus frecuentes viajes a Hollywood, que no le quedaba lejos, fue labrando su carrera musical: firmó con Capitol Records y conoció a personalidades como Tennessee Ernie Ford, Del Reeves, Faron Young y muchos otros. En 1958, conoció a Don Rich, que se convertiría en su guitarrista y principal colaborador hasta la muerte de éste en 1974.
Tras crear el grupo Buck Owens and the Buckeroos, se sucedieron los éxitos: a finales de los 50, tuvo su primera entrada en las listas y, desde entonces, alcanzó nada menos que 21 números 1.
Buck Owens fue el creador del sonido Bakersfield, opuesto al que creara Chet Atkins, el Nashville. Aunque Owens empezó utilizando elementos del country más tradicional, como los fiddles o la pedal steel guitar, también demostró su versatilidad y capacidad de adaptación incorporando a sus canciones elementos del rock and roll, tan en boga en los años 60 y 70. La figura de Buck –que falleció a los 76 años tras una actuación en el Crystal Palace de su ciudad de adopción– ha influido notablemente en estrellas del country actual como Dwight Yoakam o Brad Paisley.
Os dejo aquí con su primer número 1, Act Naturally, de 1963. La canción fue compuesta por Johnny Russell y Voni Morrison (cuya única contribución fue hacer que Owens se interesara por ella). Russell recuerda en sus memorias que escribió el tema dos años antes de que alguien la tomara en consideración y la grabara. La letra habla sobre el mundo del cine y da un consejo: sólo hay que actuar con naturalidad para ser una estrella.

Tras su arrollador éxito, un grupo británico de moda en aquel momento, Los Beatles, se lanzó a hacer su propia versión en 1965.

>