Un éxito dormido

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No siempre un tema consigue la popularidad que merece cuando sale a la luz. Este fue el caso de la canción que vamos a escuchar hoy. Ned Miller, el autor de From a Jack to a King, publicó esta canción como single en 1957 –debutó con él– en Fabor Records a nivel local y en Dot Records a escala nacional. En ese momento, pasó inadvertida, en mi opinión injustamente. Sin embargo, Miller no se dio por vencido y cinco años después convenció a Fabor Records de que la reeditara.

El sello así lo hizo. Miller se encontraba en su mejor momento, tras haber trabajado brevemente para Capitol Records, que le había dado mayor notoriedad. Y la decisión no pudo ser más acertada, pues From a Jack to a King se convirtió en una de las canciones más escuchadas de 1963 y no solo en Estados Unidos, sino en otros mercados como el británico, el irlandés o el sudafricano, gracias ahí a la versión de Jim Reeves, que luego escucharemos.

La letra habla de un hombre que se siente como un rey por haber conquistado el corazón de su mujer. El título hace referencia a una baraja de cartas en la que el narrador asciende de Jack (sota en la baraja española, jota en la americana) a King (rey). Su temática resultaba idónea para acompañar la trama de la serie The Crown, y sus acordes suenan en su última temporada hasta la fecha, significando que el marido de la reina de Inglaterra ha ascendido, por su matrimonio, de miembro anónimo de la nobleza a Duque.

Os dejo con el original de From a Jack to a King, de Ned Miller.

Al año siguiente la grabó “el caballero Jim”, Jim Reeves.

Bill Anderson la versionó en su álbum Still (1962).

Ricky van Shelton la incluyó en Loving Proof (1988).

Mud fue un grupo de rock británico muy representativo de los 70. Su versión de From a Jack to a King está incluida en su álbum Mud Rock (1974).

El cantante sudafricano Ray Dylan la recuperó en Goele ou Country (2009).

 

Roy Clark, la estrella televisiva

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Roy Linwood Clark nació en Virginia en 1933, y creció entre dos grandes urbes, Nueva York y Washington. Desde muy joven, pudo desarrollar su talento para los instrumentos musicales. A los 15 años, ganó un campeonato de banjo y otro de banjo y guitarra, y a los 17 hizo su primera aparición en el Grand Ole Opry. En los años 50 empezó su fulgurante carrera televisiva, y contribuyó enormemente a popularizar el country.
Empezó a trabajar en el programa de uno de los grandes del género, Jimmy Dean, pero lo despidieron por problemas de puntualidad. Se dice que Dean le dijo: “Eres la persona de más talento a la que me he visto obligado a despedir”. En cualquier caso, no le guardó ningún rencor, ya que, en cuanto tuvo otro programa a principios de los sesenta, se apresuró a contar con él.
Sin dejar ese formato, en 1963 dio el salto a la grabación de discos. Firmó primero con Capitol Records y luego se inclinó por Dot Records. Seis años después, le llegó la oportunidad de presentar su propio programa, Hee Haw, junto con Buck Owens, que se emitiría hasta 1992. Clark también se dejó ver en la gran pantalla: Matilda (1978) o Uphill All The Way (1986) fueron algunas de las cintas en que intervino. En 1987, entró formalmente en el Grand Ole Opry y, en 2009, en el Salón de la Fama de la Música Country.
Escuchemos Alabama Jubilee, que le valió el Grammy a la mejor actuación instrumental country en 1981. El vídeo en cuestión corresponde a un programa de Porter Wagoner emitido en 1969.

Este 2015 se cumple un siglo desde que George L. Cobb y Jack Yellen escribieran el tema de marras, y desde entonces ha conocido multitud de versiones. Una de las primeras grabaciones fue la de los Skillet Lickers, en 1926.

La versión de Red Foley (1951) llegó al tercer puesto en las listas de country.

Escuchemos la versión instrumental de The Ferko String Band (1955).

Ahora vamos con dos virtuosos de la guitarra. En primer lugar, Chet Atkins (1956).

Y, finalmente, Jerry Reed, quien la incluyó en su álbum Cookin’ (1970).

Sonny James, el caballero sureño

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James Hugh Loden nació en 1929 en una pequeña localidad de Alabama. Sus padres eran músicos no profesionales y le infundieron su amor por este arte: se dice que a los tres años hizo sus primeros pinitos con la mandolina y no tardó en actuar junto con su familia en diversos programas de radio.
Cuando regresó de la guerra de Corea en 1951, se dedicó de lleno a su carrera musical en solitario. Su descubridor fue Slim Whiteman, que quedó admirado por su forma de tocar el fiddle y por su voz. Su creciente popularidad le llevó al Grand Ole Opry en 1962 y su porte y modales educados le valieron el sobrenombre de El caballero sureño. Su fulgurante carrera continuó en sellos como RCA, Columbia o Monument Records y con temas como Is it wrong?, Paper Roses o Here Comes Honey Again.
Se retiró en 1983 y actualmente vive en Nashville. En 2006 entró en el Salón de la Fama de la Música Country y es uno de los miembros de mayor edad de esta institución –el otro es Mac Wiseman, de quien os hablé hace dos semanas.
Escuchemos su primer número 1, Young Love (1956), una romántica balada escrita por Ric Cartey y Carole Joyner que constituye todo un himno al primer amor. Después de este, llegarían otros 22 números 1, 16 de ellos con carácter consecutivo entre 1967 y 1971. El primero en grabar Young Love fue Ric Cartey, uno de sus autores, aunque su versión pasó prácticamente desapercibida.

El éxito llegó de la mano de nuestro protagonista, Sonny James, quien la grabó ese mismo año para Capitol Records. Vendió más de un millón de copias.

El actor y cantante Tab Hunter la interpretó para Dot Records.

El grupo The Crew Cuts versionó también el éxito ese mismo año, esta vez para Mercury Records.

Escuchemos ahora la versión de Stella Parton, hermana de la gran Dolly Parton, en su álbum So Far… So Good.

Mac Wiseman, la voz con corazón

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Hoy os voy a hablar de una destacada personalidad del bluegrass, Malcolm Wiseman, nacido en Virginia en 1925. De exquisita formación musical, estudió en el conservatorio Shenandoah de Dayton (Virginia). Su destreza con el bajo y la guitarra llamó la atención de Earl Scruggs y Lester Flatt, máximos exponentes de la música bluegrass, que le ofrecieron entrar como guitarrista en su grupo, The Foggy Mountain Boys. También trabajó junto con el llamado padre del bluegrass, Bill Monroe. Durante los años 60, alcanzó su apogeo, coincidiendo con la recuperación del folk en general. A lo largo de su trayectoria ha trabajado en varios sellos discográficos, el principal Dot Records. En 1993 entró en Salón de Honor de la música bluegrass.
Pese a su avanzada edad, 89 años, sigue en activo, tras más de 70 años sobre el escenario, desde 1944. En 2014 publicó un nuevo disco, Songs from my mother’s hand, inspirado por los cuadernos escritos por su madre con las canciones que marcaron su niñez, del que luego escucharemos algún tema. En una entrevista promocional para Rolling Stone, declaró que quería grabar un disco con canciones antiguas. En su opinión (y en la nuestra), es una pena que las generaciones actuales no las conozcan, ya que son “una porción de vida”, no como las actuales, que no perduran porque “no dicen mucho”. En esa misma entrevista, Wiseman reconoció que todavía tenía material para unas 200 canciones, que le gustaría grabar “si el tiempo lo permitiera”. Ahora mismo está trabajando en un álbum con Merle Haggard y vive en Nashville. En 2014 entró en el Salón de la Fama de la Música Country.
Escuchemos uno de sus grandes éxitos, Jimmy Brown the Newsboy (1959). La letra cuenta la historia de un chico pobre, huérfano de padre –murió alcoholizado–, que se ve obligado a ir de un sitio a otro para ganarse el pan, vendiendo periódicos para ayudar a su madre.

Answer to Weeping Willow es un tema de su último disco. Lo popularizó la familia Carter allá por los años 30 y era uno de los preferidos de su madre. La canción es el lamento de un tipo, cuya novia muere antes de que él pueda decirle que la ama. Ahora se arrepiente y pide perdón por lo que le hizo sufrir en vida.

Old Rattler, también perteneciente a este disco, fue un éxito para Grandpa Jones. Es una canción amable, divertida, que cuenta la amistad entre un perro ciego llamado Rattler y un mapache.

Hank Thompson, una voz de barítono

Hoy os voy a hablar de un tipo nacido en Waco, Texas, en 1925, que desde niño se interesó por la música y aprendió a tocar la armónica. Tras el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial, en la que sirvió en la Marina, inició, en 1948, su carrera musical. Su primer gran éxito no llegó hasta 1952 con The wild side of life y la publicación de su primer LP. Sus principales influencias fueron Ernest Tubb y Bob Wills y, como este último, fue un gran representante del western swing. Trabajó para Capitol Records (1948-1967), Warner Bros. (1967-1968) y Dot Records (1968-1980), y, fumador empedernido, murió en 2007 de cáncer de pulmón… y con las botas puestas.

Hank Thompson

The wild side of life fue su primer número 1 y en ese puesto se mantuvo nada menos que 15 semanas. Nos encontramos ante una de las melodías más reconocibles del country, que inspiró, por ejemplo, la canción-respuesta de Kitty Wells It wasn’t God who made honky-tonk angels. Pero ojo, que el clásico de Thompson se remonta más atrás en el tiempo: en 1925, Welby Toomey y Edgar Boaz grabaron Thrills that I can’t forget, y aún más famosas fueron la grabación de 1929 de la familia Carter, I’m thinking tonight of my blue eyes, y la de Roy Acuff Great Speckled Bird en 1936.
En la letra de The wild side of life, el narrador se muestra dolido porque su mujer le ha abandonado y ha preferido “el lado turbio de la vida”, con garitos donde “fluye el vino y el licor”. No es extraño que las féminas exigieran la citada réplica de Kitty Wells.