Nochevieja a ritmo de swing

new years eve

Un año más llega la última noche del año, y la gente se pregunta cómo llenarla. What are you doing New Year’s Eve?, compuesta hace 70 años por Frank Loesser, es el título de la canción con la que despedimos este 2017.

Loesser fue una figura muy conocida en el teatro musical de la época, con títulos como Guys and Dolls o How to Succeed in Business Without Really Trying. Concibió el tema que nos ocupa como una canción romántica en la que el narrador propone a su amada que pase la Nochevieja con él para que sus deseos se hagan así realidad.

La primera grabación se la apuntó en 1949 un grupo de doo-wop, The Orioles, que alcanzó con ella el noveno puesto en las listas de rhythm and blues.

Una de las reinas del swing, Ella Fitzgerald, versionó esta canción en 1960.

The Carpenters la grabaron en 1978, aunque el tema no apareció hasta 1984 dentro del álbum An Old Fashioned Christmas, un año después de la muerte de Karen.

Vamos ahora con tres cantantes de country que también se han fijado en esta canción. En primer lugar, Lee Ann Womack, que la incluyó en The Season for Romance (2002).

Os dejo con Mindy Smith en My Holiday (2007).

Por último, Kacey Musgraces la grabó para su álbum navideño A Very Kacey Christmas (2016).

 

A Satisfied Mind. Joe Red Hayes y Jack Rhodes, 1954

a satisfied mind
Hoy os propongo una balada escrita hace más de sesenta años. Su autor, Joe Hayes, se inspiró en su madre, y el título, A Satisfied Mind, fue fruto de una conversación familiar. Su suegro le preguntó quién creía que era la persona más feliz del mundo, él enumeró varios candidatos y su suegro le replicó: “Estás equivocado. Es el hombre con una mente satisfecha”.
La letra habla de lo superfluo de nuestro modo de vida, que solo concede importancia al dinero. Comienza diciendo: “Cuántas veces has oído a alguien decir: ‘Si tuviera su dinero podría hacer las cosas a mi modo’, pero qué poco saben lo difícil que es encontrar a un hombre rico de cada diez con una mente satisfecha”. Y concluye: “El dinero no puede comprar de vuelta la juventud cuando eres viejo o a un amigo cuando estás solo o a un amor que se ha enfriado; una cosa es cierta, cuando llegue mi hora dejaré este mundo con una mente satisfecha”.
Escuchemos la versión original de Joe Red Hays en 1954, que apenas si tuvo eco.

Porter Wagoner la popularizó en 1955 y su versión llegó al número 1.

Red y Betty Foley también la grabaron en 1955.

Escuchemos ahora a una de las primeras mujeres en despuntar en el country, Jean Shepard, también en 1955.

Una voz alejada del country, Ella Fitzgerald, la incluyó en The First Lady of Song, el mismo año que las anteriores.

Cowboy Copas, que falleció en el mismo accidente de aviación en el que perdió la vida Patsy Cline, la incluyó en Opry Star Spotlight (1962).

Escuchemos la pureza de la voz de Joan Baez en Farewell, Angelina (1965).

Sonny James la versionó para su If she helps me get over you (1973).

Al final de su vida Johnny Cash grabó este tema, cuya versión apareció, antes de salir en disco, en Kill Bill Vol. 2 de Tarantino (2004).

Willie Nelson en Country Music (2010).

Su última gran versión es la de Lee Ann Womack, que la incorporó a The Way I’m Livin’ (2014).

El día más triste

cryin' in the chapel
Si ayer conmemorábamos el día que murió Jesús y mañana celebramos el de su resurrección, hoy los cristianos se sienten huérfanos de amor y protección: es el día de la tristeza, de la soledad más absoluta y el silencio sepulcral, según la liturgia (está vetado oficiar misa).
Como dice la canción que he elegido para hoy, no queda otro remedio que llorar en la capilla. Cryin’ in the Chapel es un tema escrito en 1953 por Artie Glenn y grabado por su hijo Darrell, a la sazón de 17 años. Fue uno de los temas más versionados de esa temporada. Su letra venera la fe cristiana: “Me viste llorando en la capilla, mis lágrimas eran lágrimas de gozo, ahora que estoy con el Señor, sé el significado del contento. Lleva tus problemas a la capilla, arrodíllate y reza, tus cargas serán más ligeras y encontrarás el camino”. En definitiva, “no hay otro lugar en el mundo donde se encuentre la paz de espíritu”.
Escuchemos la grabación original de Darrell Glenn.

La de The Orioles (1953) sonaría años después en la banda sonora de American Graffitti (George Lucas, 1973).

Ella Fitzgerald también la grabó en 1953 con la orquesta de Sy oliver.

June Valli lo hizo en los estudios de Nueva York, con el acompañamiento de la orquesta de Joe Reisman.

La versión de Rex Allen llegó al puesto número 8 de las listas ese mismo año.

Una de las más populares es la de Elvis Presley (1960), quien pensó incluirla en su disco His Hand in Mine, si bien no aparecería en el mercado hasta cinco años después.

Uno de los grupos de más éxito de los 60, The Platters, nos sedujo en 1964 con este single para Mercury Records.

El grupo de rock Santo & Johnny hizo una curiosa versión instrumental, con guitarra eléctrica, en su álbum In the still of the night (1964).

Esta versión aparece en el disco Acapella (1994), de Johnny Maestro & The Brooklyn Bridge.

I can’t stop loving you. Don Gibson, 1957

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Este clásico de las baladas country ha sido grabado por artistas especializados en todo tipo de géneros: blues, pop, swing, jazz, rockabilly, folk rock… La canción salió de la pluma de Don Gibson en 1957 y él mismo la grabó el 30 de diciembre de ese año. En 1958 apareció en un sencillo con O, Lonesome Me en su cara B. Sin lugar a dudas, la versión que más se recuerda es la de Ray Charles de 1962, tan personal y tan eterna. Fue número 1 durante 5 semanas consecutivas en el Billboard Hot 100, número 1 en las listas de R&B (rhythm and blues), número 1 en las listas británicas, número 1 en las australianas y 4 en las noruegas… Charles grabó el sencillo en febrero de 1962, junto con otro clásico de la música country, Born to lose. También lo incluyó en su LP Modern sounds in country and western music, cuyas ventas superaron el medio millón de copias y por que el que le dieron el disco de oro.
Otras versiones memorables fueron las de Kitty Wells, Roy Orbison, Frank Sinatra, Tom Jones, Ella Fitzgerald, Van Morrison o Count Basie, quien hizo una versión instrumental en clave de jazz. La última vez que el tema fue versionado fue en el disco de Madeleine Peyroux The blue room (2012).
I can’t stop loving you es, claro está, una canción de amor. El narrador recuerda una relación que tuvo y que no ha podido olvidar, por lo que decide vivir su vida con los sueños del ayer. Las horas felices que pasaron juntos no hace tanto le ponen triste, porque «no puede dejar de amarla». He aquí la versión de Ray Charles.

El country marca su territorio (VI)

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15. Georgia on my mind. Esta canción no fue ideada para el estilo country. Fue compuesta en 1930 por Hoagy Carmichael con letra de Stuart Gorrel. Sin lugar a dudas, la versión más famosa es de Ray Charles (1960), que le dio ese toque country para su álbum The Genius hits the road. Otras versiones célebres son las de Louis Armstrong, Ella FitzGerald o Billie Holliday. El tema (cuyo título no se refiere al estado, sino a una chica llamada Georgia, hermana del compositor) es el himno oficioso del estado de Georgia desde 1979.

16. Rainy Night in Georgia. Esta nostálgica balada fue escrita en 1962 por Tony Joe White y popularizada ocho años después por Brook Benton. Vendió en toda su historia la nada desdeñable cifra de un millón de discos. Otras versiones destacables han sido las de Hank Williams Jr., Tennessee Ernie Ford o Ray Charles. La letra se centra en la soledad de un vagabundo sin ningún sitio adonde ir en la noche lluviosa de Georgia. Solo le queda su guitarra y el recuerdo de una mujer.

17. The devil went down to Georgia. Esta es una de las canciones más conocidas del grupo Charlie Daniels Band. Fue grabada en 1979, y el tema alcanzó rápidamente un éxito descomunal. Desde luego, rezuma alegría por todos sus poros. La historia revitaliza el viejo mito sobre el pacto con el Diablo. En concreto, el Diablo va a Georgia a robar el alma de un violinista, Johnny, a quien propone un reto: harán los dos un concurso para ver quién toca mejor el instrumento y, si gana el chico, se llevará un violín de oro, pero si lo hace el Diablo le robará su alma. Ante el virtuosismo de Johnny, al Diablo no le quedará otra que reconocer su derrota.