Johnny Cash with his Hot and Blue Guitar. Johnny Cash, 1957

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Famosa es la frase de Sam Phillips, fundador de Sun Records –“Peca y vuelve con una canción que pueda vender”– cuando Johnny Cash se presentó ante él por primera vez como cantante góspel, algo que no impresionó en absoluto al poderoso productor. Pues bien, Johnny Cash así lo hizo y el disco de hoy fue el resultado.

Publicado en 1957, este debut se nutría de grabaciones de multitud de estilos, desde canciones tradicionales hasta country, rockabilly y góspel (aunque estas últimas no salieron como singles, ya que Phillips intuía que tendrían más éxito los temas country y los de rockabilly).

So Doggone Lonesome fue una de las primeras grabaciones de éxito de Johnny Cash. Según dice la leyenda, la escribió pensando en Ernest Tubb, uno de sus cantantes de country preferidos, quien la grabaría al año siguiente. Cash solía contar que, cuando Tubb grabó su canción, sintió que había conseguido hacerse un hueco en la industria. En la letra, el narrador confiesa sentirse muy solo a raíz de que su pareja le haya abandonado, pero se niega a reconocerlo ante sus amigos.

Los otros tres singles del disco ya los hemos escuchado aquí. En primer lugar, Cry Cry Cry, en la que un hombre sospecha que su mujer le es infiel y predice que terminará llorando cuando él la abandone.

Una de las canciones más conocidas de Johnny Cash, I Walk the Line, también pertenece a este disco. El narrador está dispuesto a hacer cualquier cosa por su pareja con tal de conservar su amor. Aquí la podéis escuchar.

Una de las canciones de trenes más famosas es Folsom Prison Blues, en la que un recluso añora la libertad cuando escucha el tren que pasa cerca de la prisión.

Rock Island Line es una canción tradicional de finales de los años 20 que habla de la extinta compañía de ferrocarril Rock Island Line, con sede en Chicago. Fijaos en cómo el ritmo de la canción aumenta para imitar cuando tren coge velocidad.

Ahora, una versión de una canción de Hank Williams y Jimmie Davis, I Heard the Lonesome Whistle Blow, que el primero grabó en 1951, y que probablemente sirviera de inspiración a Johnny para escribir su Folsom Prison Blues, pues la historia de ambas es muy similar. Después de dejar a su novia, un hombre se mete en problemas, es encarcelado y escucha el silbato solitario del tren.

La única canción góspel del álbum es I Was There When it Happened, escrita por Jimmie Davis y Fern Jones. El protagonista se muestra satisfecho porque su alma haya sido salvada y reniega de quien le dice que la salvación no existe, ya que él estaba allí cuando pasó, así que, ¿quién mejor que él lo va a saber?

 

El silbato del tren (IX)

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Hank Williams y Jimmie Davis escribieron Lonesome Whistle en 1951 y este último la grabó el 25 de julio de ese año con sus colaboradores habituales, Don Helms a la steel guitar, Jerry Rivers al fiddle, Sammy Pruett a la guitarra, Howard Watts al bajo y, probablemente, Jack Rook a la guitarra rítmica. La letra, que incluye trenes y prisiones –un hombre es encarcelado, condenado a trabajos forzados y escucha el silbato del tren– pudo servir de inspiración a Johnny Cash para su famoso Folsom Prison Blues, que ya escuchamos al principio de esta serie. Disfrutemos de Hank Williams.

Ahora, una melodía de carácter más alegre. Night Train to Memphis fue un éxito para Roy Acuff en 1943. En la canción el narrador invita a su novia a que tome el tren nocturno a Memphis para reunirse con él y promete que cuando vaya a recibirla a la estación será toda una fiesta.

Pan American es una canción de Hank Williams escrita como homenaje a Roy Acuff en 1947 (ya hemos escuchado otra, California Zephyr, pero en este caso las similitudes con el éxito de Acuff Wabash Cannonball son más evidentes). El tren del que habla la canción, el Pan American Clipper, existió de veras: pasaba por Louisville, Nashville, Cincinatti, Nueva Orleans y Montgomery. Os dejo con la versión de Hawshaw Hawkins.

El silbato del tren (I)

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Ya iba siendo hora de que River of Country afrontara otra de esas series temáticas a la que nos tiene acostumbrados. ¡No hay que perder los buenos hábitos! En concreto, hoy empieza una serie dedicada a los trenes y a los ferrocarriles, un tema que abunda en el country y en el folk. Y es que las canciones de trenes sirven muy bien al propósito de la música country, que no es sino el de contar historias –historias de libertad, de nostalgia, de individuos que persiguen su fortuna…–. Asimismo, en las canciones góspel un tren puede simbolizar el camino más rápido hacia el cielo.
Uno de los clásicos que primero se nos vienen a la mente al pensar en trenes es Folsom Prison Blues, grabado por Johnny Cash en 1955. Aquí se cuenta la historia de un recluso de la prisión de Folsom que no puede soportar escuchar desde su celda el sonido del tren, porque le recuerda justo lo que él no puede tener: la libertad de movimientos. Como el original de Johnny Cash ya lo escuchamos en su día, os dejo con la versión que hizo Josh Turner de este emblema del country.

Y seguimos con una canción folk que ha tenido multitud de versiones, Wabash Cannonball. Se cree que fue escrita a finales del siglo XIX con una letra ligeramente distinta; en 1929, la grabó ya en clave country la familia Carter, pero su verdadera popularidad llegó con la versión de Roy Acuff en 1936 –más de 10 millones de unidades vendidas y eso en plena Gran Depresión–. La letra describe las bellezas naturales que va atravesando en su trayecto el tren ficticio Wabash Cannonball y su magnificencia. Escuchemos la versión de Boxcar Willie.

De viaje con el country

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Como su propio nombre indica, la música country es música de campo y la mejor forma de explorarlo es haciendo un viaje, un concepto muy recurrente en este género, como vamos a ver en este repaso a esas canciones en las que el viaje, ya sea por carretera o en otro medio de transporte, desempeña un papel fundamental.
Empezamos con una canción de Willie Nelson, On the Road Again (1980), que ganó el Grammy a la mejor canción country al año siguiente. Willie la compuso para la banda sonora de Honeysuckle Rose, de Jerry Schatzberg. Su letra constituye una invitación en toda regla a ponerse en camino: «En la carretera otra vez, yendo a sitios en los que nunca he estado, viendo cosas que puede que no vea más, no puedo esperar para echarme a la carretera».

John Denver compuso Take Me Home, Country Roads en 1971. Aquí habla de su deseo de que las carreteras comarcales le lleven a su casa en Virginia Occidental. Con más de un millón y medio de copias, se ha convertido en una de las canciones más conocidas de Denver.

Alabama Song, de Allison Moorer, habla de la importancia no ya del viaje como objetivo último, sino de las personas que nos acompañan en él. «¿Vas a Alabama? Me gustaría ver el Golfo de México. Si vas, llévame contigo. Pero si vas a California, está bien, cualquier sitio vale. Supongo que lo único que quiero es ir contigo».

En 1964, Roger Miller grabó King of the Road, acerca de un vagabundo («un hombre de medios sin ningún medio») que ha hecho del movimiento su forma de vida, y a quien el ingenio de que hace gala le ha valido el sobrenombre de «rey de la carretera».

En Leaving on a Jet Plane, también de John Denver, el viaje se hace más por obligación que por placer. El protagonista se despide de su amada antes de coger un avión que le separará de ella.

La canción que traigo a continuación, I’ve Been Everywhere, fue escrita en 1959 por Geoff Mack y popularizada tres años más tarde por Hank Snow. Un hombre que hace autoestop inicia una conversación con el tipo que le ha recogido, enumerando las ciudades por las que ha pasado.

Hemos escuchado varios ejemplos de canciones de carretera y otro de un viaje en avión. ¿Qué tal si nos montamos en el tren? 500 miles es un tema folk de autoría desconocida que fue popularizado a raíz del revival del folk en los años 60 del pasado siglo. En este lamento, el protagonista emprende un viaje en tren que le aleja 500 millas de su casa y se siente nostálgico por volver a ella. La primera grabación que se conserva es la de The Journeymen (1961).

Y, cómo no, no podía faltar en nuestro viaje una de las canciones más famosas de Johnny Cash, Folsom Prison Blues. Un recluso de esta prisión oye desde su celda el silbato del tren y envidia la libertad que deben sentir los viajeros que van en él.

Enjaulados (III)

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Otro de los representantes del outlaw country más conocidos, Johnny Paycheck, también ha tenido problemas con la justicia. En diciembre de 1985 entró en un bar y se desencadenó una pelea con uno de los clientes, un tal Wise, que resultó ser un fan de Paycheck. Las circunstancias no están del todo claras, el caso es que Paycheck disparó su arma hiriendo a Wise. Aunque dijo que lo había hecho en legítima defensa, no lo pudo probar y fue condenado a nueve años de prisión. Recurrió el fallo, y acabó entrando en prisión en 1989, hasta que obtuvo el indulto del gobernador de Ohio, Richard Celeste, 22 meses después. Johnny Paycheck murió en 2003.

Curiosamente uno de sus primeros éxitos llevaba por título (Pardon Me) I’ve Got Someone to Kill. El tema pertenece a su álbum The Outlaw (1978), que incluía temas de juventud grabados en la década de los 60.

Glen Campbell circulaba totalmente bebido en noviembre de 2003 cuando provocó un accidente en el que se vio involucrado otro coche. Huyó de la escena, pero por suerte no hubo víctimas mortales y fue condenado a una multa de 2.000 dólares y 10 días de prisión, que cumplió en julio de 2004 en Arizona.

A finales de los 60 Campbell presentaba un programa de TV llamado Goodtime Hour, en el que interpretaba dúos con otras estrellas del country. Veámosle aquí junto a Johnny Cash, cantando el éxito de éste Folsom Prison Blues.

El folk según Johnny Cash

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Hoy vamos a escuchar dos canciones folk de uno de los intérpretes y compositores más prolíficos de la música country.
A lo largo de una carrera que se prolongó cerca de 50 años, Johnny Cash grabó casi 100 discos y no hubo género que se le resistiera: country, folk, gospel, rockabilly, rock sureño… Desde luego, el hombre de negro era un trabajador incansable.
El primer tema, The Folk Singer, co-escrito por él junto con Charles E. Daniels, fue grabado por Cash en 1968. La versión original salió como single en la cara B de su conocidísima canción Folsom Prison Blues. La letra habla de un cantante de folk que se siente desubicado en este mundo: “Nacido 200 años demasiado tarde y 200 años demasiado pronto, soy el hijo de una era encerrada en las páginas de tu libro”.

Ese mismo año, el actor y cantante Burl Ives la incluyó en su álbum The Times They Are A-Changing.

Glen Campbell también hizo una versión en Try a Little Kindness (1970).

The Ballad of Ira Hayes es otra canción que Johnny Cash lanzó al estrellato, aunque no fue compuesta por él sino por Peter La Farge. Cuenta la historia de un personaje real, Ira Hayes, un indio –nativo americano, por utilizar la denominación políticamente correcta– de la tribu Pima, conocido por haber participado en la batalla de Iwo Jima y ser uno de los que izaron la bandera en el monte Suribachi. Cash la grabó en su álbum Bitter Tears (1964).

Smiley Bates la incluyó en Songs of Life (1971).

Escuchemos ahora la versión de Townes van Zandt en su disco Road Songs (1994).

Con motivo del cincuenta aniversario de la aparición de Bitter Tears salió al mercado un disco de homenaje llamado Look Again to the Wind: Johnny Cash’s Bitter Tears Revisited (2014), en el que esta canción era interpretada por Kris Kristofferson.

At Folsom Prison. Johnny Cash, 1968

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Uno de los mejores discos en directo que ha dado la música country ha sido este At Folsom Prison, que Johnny Cash grabó en un concierto en esa prisión de California el 13 de enero de 1968.
El álbum es uno de los más emblemáticos de Johnny y, en parte, le valió el sobrenombre de El hombre de negro, que le acompañaría el resto de su carrera, ya que solía cantar canciones de tema sombrío vestido de ese color.
A Cash siempre le había atraído la idea de actuar en una cárcel, pero sus productores se mostraban reacios a la idea. Todo cambió cuando se fue a la Columbia, bajo la supervisión de Bob Johnston, quien le animó a cumplir su sueño.
Muchos años antes, Cash había visto un drama carcelario, Inside the walls of Folsom Prison (1951), de Crane Wilbur, que le inspiraría el single Folsom Prison Blues (ya escuchado aquí). Se dirigió a Sacramento (California), donde el entonces gobernador del Estado Ronald Reagan se entusiasmó con la idea. En sus dos actuaciones, Johnny estuvo acompañado por Carl Perkins –que cantó su éxito Blue Suede Shoes– y los Statler Brothers –que hicieron lo propio con Flowers on the Wall–. A los cuatro meses, salió el disco, que se convirtió unánimemente en un éxito de crítica y público –en 2003, año de la muerte de Cash, había vendido más de tres millones de discos– y, en 1968, alcanzó el primer puesto de los álbumes country. Ha sido reeditado, además, en multitud de ocasiones: en 1999, y, merced a su éxito, prácticamente cada año hasta 2013.
Dark as a dungeon, de Merle Travis, es un tema sobre la dura vida en las minas de Tennessee. Al final, el cantante advierte que, como esta actuación está siendo grabada, los presos no pueden decir “hell” o “shit”, ni nada parecido.

I still miss someone es obra del propio Cash y su padre, Roy.

T. J. Arnall escribió Cocaine Blues. La historia habla sobre un hombre que mata a su mujer bajo la influencia del whisky y la cocaína y es condenado a 99 años en la penitenciaría de San Quintín.

Escuchemos ahora una de las canciones sobre trenes más conocidas, Orange Blossom Special. Fue escrita en 1938 y ha conocido multitud de versiones.

The Long Black Veil fue un éxito para Lefty Frizzel en 1959. Ya hemos escuchado su versión. Os dejo ahora con la del “hombre de negro”.

Johnny Cash, el hombre de negro

Johnny Cash
La semana pasada hablaba aquí sobre Faron Young. Pues bien, el artista del que os voy a hablar hoy, Johnny Cash, nació justo el día siguiente, el 26 de febrero de 1932… pero a cientos de kilómetros de distancia, en una pequeña localidad de Arkansas.
Tenía tres años cuando su familia se trasladó a Dyess, Arkansas, donde Roosevelt había organizado un programa para ganaderos azotados por la Gran Depresión, en el marco del New Deal. Para ayudar a la familia, Johnny empezó a trabajar en los campos de algodón. La muerte de su hermano mayor en 1944, como consecuencia de un accidente laboral, le marcaría toda la vida.
Su carrera musical se vio influida por el gospel y por la música irlandesa que escuchó en su adolescencia. En 1950 se alistó en la Fuerza Aérea Estadounidense y fue destinado en Alemania, donde permaneció hasta 1954, año en que regresó a Texas. Poco después se casó con Vivien Liberto, a la que había conocido mientras hacía prácticas en el ejército. Se divorciaron en 1966 debido al abuso de drogas y alcohol de Johnny y a sus continuos escarceos amorosos.
En 1954, Cash emprendió su carrera musical y se trasladó a Tennessee, donde intentó fichar por la Sun Records que, en un primer momento, se mostró reticente a contratarlo. Se cuenta que uno de sus directivos, tras escucharle cantar gospel, le dijo que eso no vendía y le aconsejó que se fuera a casa, pecara y volviera con una canción que pudiera vender.
Sea cierta o no esta leyenda, Cash consiguió el contrato y, uno tras otro, fue hilando sus mayores éxitos: I walk the line, Folsom Prison Blues o Hey, Porter. Dos años más tarde fichó por la Columbia, donde grabó, entre otros clásicos, Don’t Take Your Guns To Town.
En los años 60 conoció a June Carter y entró en relación con la familia Carter. Fue la época de Ring of Fire y también del deterioro de su imagen pública, tras pasar varias veces por comisaría por delitos menores, si bien se salvó de la condena. En 1965 tuvo nuevos problemas con la justicia: su coche se incendió y el fuego destruyó parte de un parque nacional de California, por lo que tuvo que pagar una sustanciosa multa.
Adquirió como costumbre comenzar todos sus conciertos con la lacónica frase: Hello, I’m Johnny Cash. En 1968 se casó con June Carter y, gracias a ella, comenzó a “ir por el buen camino”; su nuevo matrimonio fue, como gustaba de decir, un renacimiento. A principios de los 70 tenía su propio programa de televisión y empezó a cultivar una imagen que era la antítesis de su pasado.
En 1980 se convirtió en el miembro más joven del Salón de la Fama del Country. Durante los últimos 20 años de su vida gozó de un éxito mucho más templado, hasta que una enfermedad lo alejó de los escenarios en 1997, si bien siguió sacando discos.
Murió en septiembre de 2003, cuatro meses después de su mujer June. Tanto su hija Rosanne Cash –de su primer matrimonio– como su hijo John Carter –del segundo– y su hermano menor Tommy Cash se dedican actualmente a la música country.
Escuchemos una de sus primeras grabaciones, Get Rhythm (1956), que era la Cara B de I walk the line. Se trata de una canción de corte optimista sobre un limpiabotas que, gracias a su ritmo, lleva una vida feliz. Fue reeditada en 1969 y alcanzó el primer puesto en las listas canadienses.

En 2005 se estrenó la película biográfica sobre Johnny Cash Walk the line y su protagonista, Joaquin Phoenix interpretó esta canción entre otras.