Don Schlitz, el último compositor en entrar en el Salón de la Fama

don schlitz
El protagonista de hoy es uno de los mejores compositores que ha dado el country; entre sus canciones más conocidas, podemos citar The Gambler, When You Say Nothing At All o Forever and Ever Amen. Nacido hace 66 años como Donald Alan Schlitz Jr. en Carolina del Norte, se inició en la música a mediados de los 70 y, aunque también destacó como cantante, esta última faceta quedó relegada a un segundo plano por sus dotes como escritor de canciones.
Pocos artistas se han resistido a grabar sus temas: Kenny Rogers, Paul Overstreet, Alabama, Randy Travis, Mark Chesnutt, George Strait, Garth Brooks y muchos otros se cuentan entre sus admiradores. En 1993, entró en el Salón de compositores de Nashville y en 2017 alcanzó el mayor honor en el country, al entrar en su Salón de la Fama. En 2001 hizo una incursión en Broadway merced a la partitura y la letra del musical Las aventuras de Tom Sawyer, basado en la novela de Mark Twain.
Escuchemos la que quizá sea su canción más conocida, The Gambler, que escribió a los 23 años y que Kenny Rogers popularizó en 1978 (su versión fue elegida para engrosar los fondos de la Biblioteca de Congreso en marzo de 2018). Ya escuchamos aquella, así que os dejo con la versión de Schlitz, grabada ese mismo año. Relata un encuentro casual entre un jugador y el narrador de la canción y los consejos que aquel le da para encarar la vida, mediante una serie de símiles tomados del póker.

Al año siguiente, Schlitz grabó You’re the One Who Rewrote My Life Story, una canción de amor en la que el narrador expresa la admiración que siente por su mujer una noche que llega tarde a casa: «Eres quien reescribió la historia de mi vida».

I Swear. Gary Baker y Frank J. Myers, 1993

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Aunque el tema que vamos a escuchar hoy fue un gran éxito pop de los 90, la canción original, grabada por John Michael Montgomery unos meses antes, nació como una balada country; y, en los Grammy de 1995, mereció precisamente el premio a la mejor canción de este estilo. Se trata de la composición más conocida de Gary Baker y Frank J. Myers y, durante los años 90, no había boda en Estados Unidos en que no sonara, junto con Forever and Ever Amen (ya escuchada aquí). Creada en 1987, los autores no consiguieron interesar a ningún artista de renombre, hasta que llegó a oídos de Atlantic Records, sello que tenía en nómina al citado Montgomery.

Escuchémosle ya en su disco Kickin’ it up (1994). En la letra el protagonista jura a su pareja que siempre se mantendrá a su lado.

Como decía, unos seis meses después un grupo pop, All 4 One, que debutaba entonces y trabajaba en el mismo sello que Montgomery, hizo una versión que gozó de gran éxito en Europa.

Kenny Rogers la grabó en su álbum Always and Forever (2000).

Crece la familia del Salón de la Fama

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Uno de los mayores honores en la música country es ser nombrado miembro de su Salón de la Fama. El pasado 5 de abril se anunció la terna agraciada de este año, que se sumará a los 130 nombres que ya forman parte de él, desde que abriera sus puertas en 1961. El encargado del anuncio fue Vince Gill, miembro desde 2007. ¿Quiénes protagonizarán la ceremonia de ingreso de este otoño? A saber:

Jerry Reed (cuya biografía podéis ver aquí) es el único miembro de este año ya fallecido –en 2008–. Chet Atkins, nada menos, solía referirse a él como el mejor guitarrista del mundo. También hizo sus pinitos en la gran pantalla, sobre todo en películas de carácter comercial junto a Burt Reynolds.

The Unbelievable Guitar and Voice of Jerry Reed (1967) fue el primer disco de este guitarrista. A él pertenece Guitar Man, sobre un tipo que deja su trabajo en un taller para tocar la guitarra en distintos puntos de la geografía estadounidense. El éxito le da la espalda hasta que triunfa en un club de Alabama.

Años más tarde, la grabó Elvis Presley, insistiendo en que Jerry tocara la guitarra.

Se suele decir que «lo bueno de la música country es que siempre cuenta una historia». Pues bien, el siguiente miembro del Salón de la Fama contribuye a que así sea. Me refiero al compositor Don Schlitz, autor de la letra de temas tan memorables como The Gambler –cantada por Kenny Rogers y uno de los primeros temas que escribió–, Forever and Ever, Amen –popularizada por Randy Travis– o When You Say Nothing At All, grabada por Keith Whitley y Alison Krauss. En Nashville, hay un coqueto café, el Bluebird, con actuaciones country en directo, en el que se considera todo un honor salir al escenario. Don Schlitz fue un habitual casi desde el comienzo.

Midnight Girl in a Sunset Town (1986) fue escrita por Schlitz para el dúo country Sweetheart of the Rodeo, que la grabaría en su álbum de debut. Su protagonista es una chica que vive en una ciudad provinciana que no colma sus inquietudes. Esta «chica de medianoche en una ciudad crepuscular» reza para llegar a ser alguien en la gran ciudad.

Pero el rostro más conocido de este año es Alan Jackson, de 58 años, quien entra en el Salón de la Fama en la categoría de Era Moderna. Su trayectoria es apabullante: más de 20 álbumes –desde que se diera a conocer con Here in the Real World–, más de 60 millones de discos vendidos en sus 27 años de carrera profesional y canciones tan emblemáticas como Chattahoochee o Midnight in Montgomery. También es miembro del Grand Ole Opry y ha hecho incursiones en el gospel y el bluegrass.

Escuchemos Freight Train, de su álbum homónimo de 2010. Escrita por el compositor canadiense Fred Eaglesmith, el narrador confiesa querer ser un tren de mercancías para llegar rápidamente al lugar donde vive su novia.

Always and Forever. Randy Travis, 1987

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Un año después de su disco de debut Storms of Life, Randy Travis nos obsequiaba con uno de sus mejores trabajos, Always and Forever. Editado por Warner Bros., produjo nada menos que cuatro singles –los cuatro primeros temas que vamos a escuchar, que, por cierto, llegaron, los cuatro, al número 1 de la lista Billboard–. Las expectativas eran muy altas, y Travis se mostró a la altura con una voz de barítono que recordaba a la de Lefty Frizzell.
Uno de sus temas más populares, Forever and Ever Amen, la llamada canción country de las bodas, pertenece precisamente a este disco, y en su día le dediqué ya esta entrada.
I Won’t Need You Anymore (Always and Forever), escrita por Max D. Barnes y Troy Seals en 1981, fue grabada por primera vez aquel año por George Jones en Still the Same Ole Me. El tipo necesita tanto a su pareja, que solo se concibe sin ella en situaciones imposibles: «Cuando me veas caminar sobre el agua, cuando el mar no llegue a la orilla, cuando los fuegos del infierno se congelen».

Escuchemos la versión de Randy Travis.

Too Gone Too Long, escrita por Gene Pistilli, fue su tercer single. De ritmo ágil, la letra nos presenta a un hombre que recrimina a su pareja su larga ausencia. Ahora es demasiado tarde para volver a casa, le dice.

Escuchemos el último single, la única canción del disco que Travis escribió en solitario. Se trata de I told you so, que, tras grabar en 1983, recuperó para este álbum. «Si te llamara diciendo te amo y te pidiera que me dejaras volver, que he aprendido la lección, ¿me dirías que tú también me amas o te reirías y dirías ‘ya te lo dije’?», se pregunta la letra.

Carrie Underwood la incluyó en Carnival Ride (2009). Aquí la vemos en una actuación en el Grand Ole Opry en 2011.

What’ll You Do About Me fue compuesta por Dennis Linde en 1984, año en que la grabó Steve Earle. Un hombre obsesionado por una mujer está dispuesto a todo para conseguirla: «Puedes llamar a tu abogado, puedes hacer sonar la alarma, puedes despertar a tus vecinos, puedes llamar a la policía pero no hay nada que puedas hacer para parar a un hombre enamorado».

Vamos, ahora sí, con la versión de Travis que suena en este disco.

El talento de Carolina del Norte

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Un año más la Asociación de Música Country, en boca de la leyenda Brenda Lee, ha cumplido con la tradición, y en una ceremonia celebrada en Nashville el pasado 29 de marzo ha dado a conocer los nombres de los tres nuevos miembros de este año del Salón de la Fama de la Música Country, que suma ya 130 socios.
Como mandan los cánones, la investidura formal será a finales de año en la “Ceremonia de los Medallones”, donde se les hará entrega de la preceptiva placa de bronce.
En la categoría de veteranos, el agraciado ha sido Charlie Daniels, de 79 años, un virtuoso del fiddle conocido sobre todo por The Devil Went Down to Georgia (ya escuchada en la serie El country marca su territorio). En la de “No artista”, que homenajea a productores o personas relacionadas con el mundo discográfico en general, Fred Foster, de 84, ha merecido este honor, por impulsar con sus contratos las carreras de Dolly Parton, Roy Orbison, Kris Kristofferson (con quien escribió su éxito Me and Bobby McGee) o Willie Nelson, entre otros. Finalmente, en la categoría moderna el nuevo miembro es Randy Travis, de 57 años (aquí podéis ver su biografía y escuchar Three Wooden Crosses y, en este otro enlace, su Forever and Ever Amen). Curiosamente, estas tres figuras nacieron en Carolina del Norte.
Escuchemos aquí sendos temas del primero y el último.
De Daniels vamos con The South’s Gonna Do it Again, un tema correspondiente a su álbum Fire on the Mountain (1974). El título hace referencia a la frustración que a veces azota a los sureños, derrotados en la guerra de Secesión. La letra, sin connotaciones políticas, homenajea a distintos grupos del Sur; y, cuando el Ku Klux Klan se intentó apropiar de ella para una serie de anuncios en la radio, Charlie Daniels amenazó con demandarles y tuvieron que retirar la campaña.

Ahora le llega el turno a Randy Travis, que estuvo acompañado en el acto por su mujer y que sigue recuperándose de un derrame cerebral sufrido en 2013 que le dejó numerosas secuelas. Escuchamos de él On the Other Hand, escrita por Paul Overstreet y Don Schlitz y grabada por primera vez por Keith Whitley en su álbum L.A. to Miami (1985). Ese mismo año lo hizo Randy Travis en Storms of Life. Las dudas del narrador para abandonar a su pareja, ese es el tema.

Randy Travis, el country y el gospel caminan de la mano

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Randy Bruce Traywick nació en Carolina del Norte en 1959. Su padre era muy fan de los grandes del country de la época, Hank Williams o George Jones entre ellos, e inculcó este amor a sus hijos. Así, Randy empezó a tocar la guitarra a los nueve años y a cantar en el coro de la iglesia, y constituyó con su hermano el grupo The Traiwick Brothers. Tras una adolescencia en la que tuvo algunos problemas con la justicia, a finales de los 70 se dedicó de lleno a la música y dejó su vida anterior.
Su carrera despegó con su álbum Storms of Life (1986), un notable éxito de ventas. Al año siguiente llegó Forever and Ever, Amen (ya escuchada aquí). A partir de los 90 diversificó su carrera con el cine y la televisión, y apareció en Legítima defensa (1997), de Francis Ford Coppola. La década siguiente se dedicó fundamentalmente al gospel. La industria del country lo tenía por un artista demasiado tradicional y su éxito en el género estaba decayendo. Se retiró en 2013 tras sufrir un derrame cerebral.
Three Wooden Crosses es un tema country-gospel escrito por Kim Williams (sirva esta canción como homenaje a este letrista, fallecido el pasado mes) y Doug Johnson. Travis la grabó en 2002 para su álbum Rise and Shine, y un año después recibió el premio a la Canción del Año de la Asociación de Música Country.
Narra un viaje en autobús nocturno hacia México, en el que van montados un granjero de vacaciones, una profesora que quiere emprender sus estudios de educación superior, una prostituta y un predicador que están buscando almas perdidas (cada uno a su manera). Entonces ocurre un accidente y tres de ellos mueren (“no se trata de lo que te llevas de este mundo, sino de lo que dejas cuando te vas: el granjero dejó una cosecha y la fe en el corazón de su hijo, la profesora dejó sabiduría en la mente de muchos niños”).
En principio no sabemos la identidad del tercer fallecido, la prostituta o el predicador, y solo al final nos enteramos de que la superviviente es la primera, a la que el predicador moribundo le dio una Biblia para que se redimiera y tuvo un hijo que se hizo predicador que, casualmente, es el narrador de la historia.

Escuchemos ahora a Randy Travis acompañado por Josh Turner.

Así fue 2015

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El año que acabamos de despedir ha contado con unos singles country memorables. Repasemos los 10 mejores, aunque quizá echéis en falta algunos éxitos más comerciales. Es una lista personal, ya se sabe.
10. The Blade. En julio de 2015 Ashley Monroe sacó su tercer álbum de estudio, The Blade, del que vamos a escuchar la canción que le da título. Habla de una ruptura sentimental que es mucho más dolorosa para una de las partes, porque “el amor es como una cuchilla y tú la cogiste por el mango y yo por el filo”.

9. Head over Boots. En septiembre Jon Pardi dio a conocer el primer single de su inminente segundo álbum de estudio. Escrita por el propio Pardi junto con Luke Laird, la letra es muy alegre. El protagonista se siente feliz porque está enamorado “de la cabeza a las botas”. En palabras de su autor, “esta canción me recuerda a Forever and Ever, Amen” (ya escuchada aquí).

8. Stay a little longer. Brothers Osborne es un dúo formado por los hermanos T. J. y John, que en marzo del pasado año nos sorprendieron con este su tercer single, por el que han sido nominados a los Grammy. Escrita junto con Shane McAnalally, cuenta la historia de un hombre que no puede frenar sus deseos amorosos, llama a su novia todas las noches, quedan en su piso y tienen una velada salvajemente erótica. Es curioso cómo se parece la voz del cantante a Toby Keith.

7. Burning House. Una de las mejores canciones del disco de que hablé en diciembre, Untamed, es Burning House, también nominada a los Grammy y obra de Cam, Tyler Johnson y Jeff Bhasker. El single, que cuenta con una rica instrumentación, salió en junio y fue muy bien acogido por la crítica. Describe un sueño en el que la narradora rescata a su novio de una casa en llamas e intenta salvar de entre las cenizas lo que queda de su relación.

6. Chances Are. El tercer single del disco de Lee Ann Womack The Way I’m Living lo firma Hayes Carll. Candidata a la mejor canción country para la próxima edición de los Grammy, habla de un arrepentimiento en clave country con tintes blues. Una mujer deja a su pareja, pero se da cuenta de que no puede vivir sin él y se pregunta cuáles son ahora sus posibilidades.

5. Crossing Muddy Waters. Vamos ahora con la que ha sido la mejor expresión del bluegrass de 2015. Sara Watkins, del grupo Nickel Creek, Sarah Jarosz y Aofie O’Donovan unieron sus fuerzas y en mayo sacaron a la luz este disco de corta duración. Se trata de una versión del tema homónimo de John Hiatt de 2000. Es la historia de una mujer de una zona rural que huye de casa sin previo aviso, abandonando a su marido y a su hija.

4. Nobody to blame. Fructífera temporada para Chris Stapleton, que en mayo sacó Traveller –con influencias del southern rock y nominado al mejor álbum country– y en noviembre presentó su segundo single, este Nobody to blame. El protagonista se resigna a que su mujer acabe con su relación y reconoce que “no puede culpar a nadie sino a sí mismo”.

3. Alabama Pines. Para comenzar el año, Jamey Johnson nos regaló –y nunca mejor dicho: fue una canción promocional gratuita– este tema, del que ya me hice eco en su día (ver entrada aquí). Es la mejor prueba de que la música country se renueva cíclicamente y de que el género nunca morirá. El protagonista se traslada a Nashville desde Alabama para perseguir sus sueños como cantante.

2. 24 Frames. Jason Isbell, de 36 años, sacó en julio el que quizá sea el mejor álbum de su carrera hasta la fecha, Something more than free, al que pertenece este single. El autor nos recuerda el inevitable paso del tiempo y dice que toda nuestra vida pasa a 24 fotogramas por segundo, como en el cine. “Todo lo que construiste es irreal y lo consumirán las llamas a 24 fotogramas”.

1. I’ve been drinkin’ more. “He estado bebiendo más desde que me amas menos”. Así empieza una de las canciones con más sabor tradicional de esta temporada. Su responsable es Jason James, un texano que en agosto decidió lanzarse de cabeza a esto del country con su álbum de debut Jason James.

Forever and ever, amen. Paul Overstreet y Don Schlitz, 1987

forever and ever
Desde que apareció esta canción, se ha convertido en una de las preferidas por las parejas de recién casados americanos para que suene en sus bodas. A la vista del título, no es extraño que así sea, ya que condensa el anhelo de todos los enamorados que deciden pasar por el altar: te amaré por siempre jamás –aunque en ocasiones se olviden luego de cumplir la promesa.
El tema apareció como single en marzo de 1987, extraído del disco de Randy Travis Always and Forever, y ese mismo año se alzó con el Grammy a la mejor canción country y con el premio de la Academia de la Música Country en la misma categoría.
El narrador intenta convencer a su pareja, de todas las maneras posibles, de que su amor perdurará hasta el día de su muerte: “Dicen que la memoria juega malas pasadas y se pierde con la edad. A mí me pasa, ya me he olvidado de todas las mujeres que he conocido excepto de ti”.
Escuchemos en primer lugar a uno de los autores de la canción, Paul Overstreet, en una actuación en la cadena de televisión Blue Highways.

Sin embargo, el artista que le dio fama fue Randy Travis.

Os dejo ahora con un par de dúos entre Randy Travis y otras estrellas del country. En primer lugar, con Josh Turner, una de las voces más graves del country actual, en una interpretación de 2006.

Ahora, en la compañía del grupo Zac Brown Band.

Nuestro país es poco proclive a la música country, pero hay honrosas excepciones como la del valenciano Juáner Domínguez, que nos regaló esta versión.

Ahora, una voz femenina, la de la noruega Laila Hansen, que la incluyó en su CD Never Again (2003).

Y nos despedimos con el grupo Avett Brothers, que tradicionalmente toca bluegrass, en un concierto que dio en Huntsville, Alabama, en octubre de 2014.