Norte y Sur (X)

guerradesecesion
En esta exploración musical sobre la guerra de Secesión, hoy me voy a centrar en la caballería, que desempeñó un papel preeminente en el conflicto. Puede que no fuera el cuerpo más numeroso, pero sí es el que nos brinda la imagen más evocadora de aquella época: soldados a caballo, armados de sables, carabinas o pistolas, que a menudo echaban pie a tierra y se desempeñaban como infantería. Entre las batallas más memorables en que combatieron, podríamos citar la de Gettysburgh (Pennsylvania) o la de Chancellorsville (Virginia), ambas en 1863.
Una pieza universalmente conocida es el “himno” utilizado por el Séptimo de Caballería, de origen irlandés -aprovechando que hoy es el día de San Patricio, fiesta nacional de Irlanda. Al principio se llamó Garryowen, nombre de una pequeña localidad irlandesa cerca de Limerick, y surgió no como una canción militar, sino como una tonada popular para acompañar uno de los pasatiempos favoritos de los irlandeses: beber.
Su ritmo perfecto hizo que el ejército se la apropiara. Hay noticias de que los británicos la entonaron ya en el siglo XVIII. Luego, los emigrantes irlandeses la introdujeron en Estados Unidos y los americanos la hicieron suya.
¿Quién no la ha oído alguna vez en el cine? Una de las películas en que “suena” es Murieron con las botas puestas (Raoul Walsh, 1942), que narra la vida del teniente Custer (Errol Flynn), y en Centauros del desierto, y en Fort Apache, y en Pequeño Gran Hombre, y en Gangs of New York, y en muchas otras.
Escuchemos primero la versión de la melodía con la letra original, que, naturalmente, invita a beber: “En vez de agua beberemos cerveza y pagaremos por ella al punto, ningún hombre irá a la cárcel por deudas. Desde Garryowen hasta la gloria”.

Ahora la versión meramente instrumental, inmortalizada por la historia americana en episodios como la batalla de Little Big Horn (1876) contra los indios –o nativos americanos, por utilizar el término políticamente correcto.

Veamos seguidamente la escena de Murieron con las botas puestas con la letra adaptada por los americanos. Los soldados se enorgullecen de pertenecer al Regimiento del Séptimo de Caballería.

Y, finalmente, una canción de corte alegre, Join the Cavalry (Jine the Cavalry en la grafía antigua), que cantaban las tropas Confederadas y se convirtió, de hecho, en el himno no oficial de su caballería. La letra hace referencia a varios personajes históricos: el general McClellan, que organizó el ejército que luchó en Potomac, y Joe Hooker, un oficial del ejército de la Unión que sufrió una estrepitosa derrota en Chancellorsville. Escuchemos su versión canónica, interpretada por el Second South Carolina String Band.

Norte y Sur (IX)

guerradesecesion
Rose of Alabamy, escrita en 1846 por Silas S. Steele, tiene su origen en los espectáculos de minstrel o trovadores ambulantes negros, que causaron furor en Estados Unidos allá por el siglo XIX. El protagonista es un tipo que trabaja en una plantación de algodón de Mississippi, y parte con su inseparable banjo a visitar a su “rosa de Alabama”.
Esta es la versión canónica:

Ahora viene la de Second South Carolina String Band.

James Pentecost, Cory Rosenberg, Carl Anderton, John Allin y Mark Weems nos regalaron los oídos con instrumentos de la época.

Dear Evelina, Sweet Evelina –o simplemente Sweet Evelina– fue publicada en Nueva York en 1863, aunque es posible que fuera conocida con anterioridad por la tradición oral. Los autores se mantuvieron en la sombra y solo dieron a conocer la pista de sus iniciales: M. hizo la letra y T. puso la música, como en una película de espías. La canción resultó muy popular entre las tropas confederadas.
Tom Roush la recuperó para su CD Somewhere between the blue and the gray (2011).

Escuchad ahora la versión del grupo de cuerda 97 Regimental String Band.

He aquí una lectura alejada del country. Se la debemos al prestigioso Mormon Tabernacle Choir, que la incluyó en su disco Songs of the Civil War.

Nacido en Arkansas, Thomas Paulsley LaBeff, más conocido como Sleepy LaBeef, grabó este tema para su disco Roots, junto con Mike Bailey, David Irvin y Katy J. Arnovick.

Terminamos este recorrido por las canciones de amor de la guerra de Secesión con una de las más antiguas, The girl I left behind me, melodía que entonaban ya los soldados británicos en el siglo XVIII con el título de Brighton Camp. Se sabe que fue publicada en Dublín en 1791, y que de allí navegó a Estados Unidos. Ha aparecido en numerosas películas: Fort Apache, La legión invencible y Río Grande –todas ellas de John Ford–, Waterloo, de Sergei Bondarchuck, y La carga de la Brigada Ligera, de Tony Richardson, entre otras.
Escuchemos la marcha de David Butolph.

The Redcoats (“Los casacas rojas”, como se conocía al ejército británico) grabaron esta versión.

California Consolidated Drum Band aportó esta otra interpretación.