Lee Ann Womack, la evolución en el country

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Hace 51 años nacía en Texas Lee Ann Womack. Su padre le insufló su amor por el country y, tras estudiar piano, se matriculó en una de las primeras universidades que ofrecían grados en este género. Allí formó parte del grupo Country Caravan y, a mediados de los 90, irrumpió con fuerza en la industria y consiguió un contrato con Decca Nashville. Con ellos sacó su disco de debut Lee Ann Womack (1997), que tuvo un considerable éxito. El cierre de ese sello hizo que fuera transferida a MCA Nashville, al que se mantuvo fiel durante 10 años.

Su canción más conocida –vendió más de 3 millones de copias– y la que le lanzó al estrellato fue la radicalmente positiva I Hope You Dance (2000), que podéis volver a escuchar aquí. Su mensaje es que nunca hay que perder la ilusión por la vida, y constituyó todo un éxito incluso fuera de los círculos estrictamente musicales: Womack la interpretó en la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz en Oslo en 2000 y, más recientemente, en 2014, en el funeral de la escritora Maya Angelou.

Aunque en sus inicios se caracterizó por un sonido country puro, con el cambio de siglo Womack evolucionó hacia un estilo más pop. No sería ese el único signo de su renovación: en 2014 introdujo en su álbum The Way I’m Living un sonido entre country y Americana que le ha granjeado los aplausos de la crítica.

Vamos a escuchar dos muestras de su trayectoria. El primer single que sacó en 1997 llevaba por título Never Again, Again. Womack estaba muy orgullosa del mismo y no pudo evitar cierta decepción cuando solo escaló al puesto 23 de las listas. La critica valoró su trabajo muy positivamente, y comparó a la artista con leyendas como Tammy Wynette o Loretta Lynn. Escrita por Monty Holmes y Barbie Isham, nos presenta a una mujer incapaz de echar de su vida a su pareja, aunque sabe que le va a romper el corazón otra vez.

Su último single hasta la fecha es All the Trouble, perteneciente a su último disco The Lonely, the Lonesome and the Gone, que salió veinte años después que aquel. Aquí, Lee Ann Womack nos ofrece un tema de Americana con tintes de blues en el que la narradora reconoce haber tenido todos los problemas a los que podía hacer frente y confía en un final feliz para su vida.

 

My Woman, My Woman, My Wife. Marty Robbins, 1970

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En varias ocasiones me he centrado en este blog en los temas por los que Marty Robbins es más recordado, y casi todos ellos tienen algo en común: captan a la perfección el espíritu del western (véase El Paso; Big Iron; su antológica versión de The Streets of Laredo; o el tema principal de la película The Hanging Tree, por citar solo unos cuantos).
De ahí que la canción de hoy –un tema de amor lento que han grabado artistas del todo ajenos al country– resulte una sorpresa en su trayectoria. En My Woman, My Woman, My Wife, perteneciente al álbum homónimo, el narrador, en su madurez, rinde homenaje a su esposa y su infatigable trabajo, al tiempo que reconoce que es “el cimiento sobre el que me apoyo”. Así, escuchamos: “Manos que son fuertes aunque arrugadas, trabajando en lo que si no no se haría, pelo que ha perdido algo de su belleza por haber pasado demasiadas horas al sol, ojos que muestran algo de decepción, labios cansados pero tiernos con un amor que fortalece mi vida. Soy débil y me desanimo fácilmente, ella simplemente sonríe cuando quiero parar”. La letra evoca la temprana muerte de sus hijos, que nacieron en primavera y fallecieron el invierno siguiente; fue la fe de su mujer la que le hizo seguir adelante. Por ello, termina suplicando a Dios que le dé a ella su porción de cielo, porque es quien en realidad se lo merece.
Escuchemos la versión original de Marty Robbins, que consiguió el Grammy a la mejor canción country de 1971 y llegó al número 1 de las listas.

Ese mismo año Dean Martin la grabó en My Woman, My Woman, My Wife.

Robert Goulet no proviene de la música country sino de los escenarios de Broadway. Os dejo con su versión.

Desviémonos del country un momento para escuchar la interpretación más famosa de Goulet: If Ever I Would Leave You, del musical Camelot (1960), en el que interpretaba a sir Lancelot. Aquí, el narrador habla de la imposibilidad de dejar a su amada “en primavera, en otoño, en verano o en invierno”.

Ralph Stanley, un doctor para el bluegrass

Bluegrass banjo player and bandleader Ralph Stanley continued as a solo act after his brother and longtime musical partner Carter Stanley died in 1966. Though Ralph  has played a primarily traditional repertoire, he has also written his own songs. Courtesy National Council for the Traditional Arts

Bluegrass banjo player and bandleader Ralph Stanley continued as a solo act after his brother and longtime musical partner Carter Stanley died in 1966. Though Ralph has played a primarily traditional repertoire, he has also written his own songs. Courtesy National Council for the Traditional Arts

Nuestro protagonista de hoy nació en 1927, es decir, que su infancia estuvo marcada por lo más virulento de la pobreza y la miseria de la Gran Depresión. Él mismo recordaba las vicisitudes para conseguir su primer banjo: “Tenía 15 o 16 años. Mi tía tenía uno y mi madre me lo compró… pagó cinco dólares, que serían unos 5.000 dólares de ahora (una exageración en toda regla: en realidad equivaldría a unos 100 dólares actuales). Mis padres tenían una pequeña tienda y recuerdo que mi tía se lo cobró en provisiones”.
Tras graduarse, sobrellevó una breve experiencia como soldado, pero el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando tenía 18 años, le devolvió a la vida civil. Formó entonces un grupo con su hermano Carter, The Clinch Mountain Boys, que luego se convertiría en The Stanley Brothers. Colaboraron estrechamente hasta la muerte de este en 1966, y Ralph siempre reconoció que su hermano era mejor que él.
Siguió luego una carrera en solitario para la que revitalizó su grupo The Clinch Mountain Boys, en el que colaboraron artistas de la talla de Ricky Skaggs o Keith Whitley. En 1976, una universidad de Tennessee le concedió un doctorado honorario de música bluegrass y, tras entrar en el Salón de la Fama de la Música Bluegrass –antes Salón de Honor–, ingresó en el Grand Ole Opry en 2000, el mismo año en que los hermanos Coen lo recuperaron para su película O Brother y consiguió un Grammy por O Death, incluido en la banda sonora de esa cinta. En 2009 publicó su autobiografía, titulada como el clásico del bluegrass Man of Contant Sorrow (“El hombre de la aflicción constante”).
Admirado por todos –Dwight Yoakam llegó a decir que era su ídolo–, este gran icono del bluegrass falleció el pasado mes de junio a los 89 años (aquí podéis ver la entrada que le dediqué con motivo de su muerte).
Su hijo, Ralph Stanley II, produjo un disco dedicado a su figura, Shine On (2005), en el que este nos brindaba una excelente versión del clásico infantil gospel This Little Light of Mine. Escrita alrededor de 1920, con letra de Avis Christiansen y música de Harry Loes, su letra anima a los niños a conservar su pureza de carácter: “Esta pequeña luz mía la voy a dejar brillar y no voy a dejar que nadie la extinga”.

El tema alcanzó gran popularidad en la época de los derechos civiles, los años 60, convirtiéndose en todo un himno para las personas de raza negra. Escuchemos la versión de Odetta.

Secularizada y transformada en This Little Girl of Mine, constituyó todo un éxito en la voz de los Everly Brothers (1958).

Con nombre propio (III)

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La siguiente canción habla de un personaje real, Marie Laveau, conocida como “la reina vudú de Nueva Orleans”. Laveau vivió durante el siglo XIX y se casó con un hombre libre de Haití, el primer país americano en abolir la esclavitud. Este murió en extrañas circunstancias y, desde entonces, Marie se dedicó a practicar el vudú. Bobby Bare grabó esta canción, escrita por Shel Silverstein y Baxter Taylor, para su álbum Bobby Bare Sings Lullabies, Legends and Lies (1974). La acción se sitúa en la actualidad. Un hombre visita a una de las descendientes de Marie Laveau, que también se dedica al vudú, y le pide que haga un hechizo que le reporte un millón de dólares: si lo hace, se casará con ella. Cuando la bruja le consigue el dinero, el hombre se niega a cumplir su palabra, y la Laveau le lanza un conjuro que acaba con su vida.

Escuchemos ahora una versión en clave bluegrass por el grupo Dailey and Vincent, en el programa de Marty Stuart. Esta versión fue nominada a los Grammy.

The River and the Thread (2014) es uno de los mejores trabajos de Rosanne Cash. A este álbum pertenece Etta’s Tune, cuyo título hace referencia a Etta Grant, la mujer del bajista de Johnny Cash y un gran amigo de la familia, fallecido en 2011. El tema, escrito por John Leventhal y Rosanne Cash, habla del paso del tiempo siguiendo la conversación del ya anciano matrimonio.

I Miss My Mary pertenece al disco Past the Point of Rescue (1991), de Hal Ketchum. Narra la historia de un hombre que, pasados los años, se arrepiente de la decisión que tomó de abandonar a su mujer.

El segundo número 1 de los Statler Brothers les llegó con Elizabeth, en 1983. El tema fue escrito por Jimmy Fortune, quien también intervino en su grabación.

Linda Ronstadt en español

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Aprovechando que hoy es el cumpleaños de una de las leyendas vivas más grandes del country, Linda Ronstadt, os voy a hablar de sus tres discos cantados íntegramente en español (los tres se alzaron con el Grammy en sus años respectivos).
Ronstadt nació en 1946 en Tucson, Arizona, estado fronterizo con México. Su abuelo, Federico José María Ronstadt, era mexicano y emigró a Tucson, donde triunfó como empresario (la principal estación de autobuses de Tucson lleva su nombre). Cuando Linda decidió dedicarse a la música, no se olvidó de sus raíces.
En 1987 salió su primer disco en español, Canciones de mi padre, de sabor netamente mexicano, con bandas mariachi y todo (en concreto, intervienen los grupos Mariachi Vargas, Mariachi Los Camperos y Mariachi Sol de México). Ostenta el honor de ser el disco en español más vendido en Estados Unidos de todos los tiempos. Linda señaló que la cantante mexicana Lola Beltrán había ejercido una notable influencia sobre ella y recordó cómo Eduardo Lalo Guerrero, amigo de la familia y padre de la música Chicano, solía cantar para ella cuando era niña.
Escuchemos tres temas de cada álbum. Del primero os dejo con Por un amor, escrito por Gilberto Parra.

Otro tema del disco es Tú solo tú, compuesto por Felipe Valdez Leal.

Ahora, Hay unos ojos, de Rubén Fuentes.

Su segundo álbum en español llegó cuatro años después. Lleva por nombre Mas canciones, y en él contó con la colaboración de sus hermanos Pete y Mike. Sobre su realización, la artista contó que «había empezado a grabar un disco en inglés pero no me gustaba y lo deseché. Dormía y soñaba en español y estas canciones me volvían loca. Me levantaba en mitad de la noche y pensaba que quienes se sabían estas canciones eran mayores y cuando se fueran no habría nadie que me ayudara a hacerlo. No lo quise posponer un minuto más».
En primer lugar, Tata Dios, de Valeriano Trejo.

El Toro Relajo, compuesto por Felipe Bermejo.

Siempre Hace Frío, obra de Cuco Sánchez.

Escuchemos ahora fragmentos del tercero, Frenesí (1992), inspirado en su trabajo para la banda sonora de Los reyes del Mambo, del mismo año.
Frenesí, el tema que da título al disco, fue escrito por Alberto Domínguez y Leonard Whitcup.

Ahora, Entre Abismos, de Víctor Manuel Mato, en una interpretación en directo.

Os dejo con Piel Canela, escrita por Bobby Cappó, Silvano Michelino y X. Regianni.

Existe otro álbum recopilatorio, aparecido en 2004, con el título Mi Jardín Azul: Las Canciones Favoritas, que incluye grabaciones provenientes de los tres anteriores, así como Lo siento mi vida y Adonde voy, que vamos a escuchar a continuación.


Finalmente, tampoco podemos olvidar que Linda Ronstadt versionó en español una de sus canciones más emblemáticas, Blue Bayou, de Roy Orbison, con el nombre El Lago Azul (ya tuvimos ocasión de escucharla en la entrada correspondiente a Blue Bayou).

Alison Krauss, donde la juventud se une con el talento

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De ascendencia alemana, Krauss nació en Illinois en 1971. A los cinco años empezó a estudiar violín clásico por influencia de su madre, aunque luego se orientó hacia el bluegrass. Tras ganar algunos premios en certámenes locales, a los 14 años empezó a dedicarse profesionalmente a la música y un sello independiente costeó su primer álbum en 1985, Different Strokes, en el que también aparecía su hermano Viktor. Ese mismo año firmó con Rounder Records y con ellos sacó Too Late To Cry (1987), que obtuvo un considerable éxito, arropada ya por su grupo Union Station, con el que sigue hoy en día. Jerry Douglas al dobro, Dan Tyminski a la guitarra y la mandolina, Ron Block al banjo y la guitarra y Barry Bales al bajo, con la voz y el fiddle de Alison Krauss son sus miembros.
Nuestra protagonista entró en la historia de los Grammy con apenas 20 años, cuando ganó el primero de sus 27 premios en 1991. Hoy ostenta el segundo puesto en cualquier categoría, empatada con Quincy Jones, y solo por detrás del director de orquesta húngaro, ya fallecido, Georg Solti (31).
Los 90 fueron su edad dorada: miembro del Grand Ole Opry desde 1993, sacó discos como Every Time We Say Goodbye, I Know who Holds Tomorrow, Now that I’ve Found You o So Long So Wrong. En 2000 colaboró en la banda sonora de O Brother Where Art Thou, de los hermanos Coen, que vendió nada menos que siete millones de copias y puso de moda el bluegrass. Luego le seguiría su trabajo en Cold Mountain, que incluía dos temas candidatos al Oscar.
Su último álbum, de 2011, lleva por título Paper Airplane, aunque no se puede decir que haya estado desaparecida desde entonces, y en abril de este mismo año hemos podido escuchar el último single de Alabama Come Find Me.
Disfrutemos ya de su mayor éxito en la lista Billboard, When You Say Nothing At All, que llegó al número 3. “Sin decir nada, puedes iluminar la oscuridad. El tacto de tu mano dice que me cogerás si alguna vez caigo. Cuando eres más elocuente, es cuando no dices nada”, nos arrulla su letra. Sus autores, Paul Overstreet y Don Schlitz, no dejaron de asombrarse por su éxito: pensaban que estaba bien, pero que no era para tanto. Krauss la grabó como parte de su álbum-homenaje a Keith Whitley –Keith Whitley: A Tribute Album (1994)–, que fue el primero en grabarla.

Esta es la versión original de Keith Whitley (1988).

El irlandés Ronan Keating la grabó nuevamente para la película Notting Hill (1999), y conquistó el número 1 en Reino Unido e Irlanda.

Clint Black, un tradicionalista del country

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Nuestro biografiado nació en 1962 en New Jersey, estado que no se caracteriza precisamente por su pasión country, pero creció en Texas, y no hay mucho más que decir sobre esto. De precoz interés por la música, a los 14 años escribió su primera canción y un año más tarde aprendió a tocar la guitarra, que se sumó a su destreza con la armónica. Formó un grupo con sus hermanos y los fines de semana los vecinos de la zona se reunían para escucharlos.
No fue hasta principios de los ochenta cuando Black se decantó por el country. A finales de esa década conoció al guitarrista Hayden Nicholas y, desde entonces, escribieron muchos temas juntos y se hicieron inseparables. Su álbum de debut, Killin’ Time, llegó en 1989. Fue un éxito instantáneo. En 1990, una encuesta entre los fans de country lo incluyó junto a Garth Brooks como uno de los nombres con más proyección del género. Un año después fue nombrado miembro del Grand Ole Opry, y en los noventa fue uno de los grandes reyes del country. RCA Records, sello en el que permaneció hasta 2003, se forró literalmente con él; en sus años de colaboración, vendió 12 millones de discos.
Aunque su popularidad ha decaído un poco, aún sigue en activo, y su último disco, On Purpose, apareció el pasado mes de septiembre. La estética que luce en sus conciertos, con un sombrero de cowboy, le ha valido formar parte de la generación “de los cantantes con sombrero”, a la que también pertenecen Garth Brooks, Alan Jackson o Mark Chesnutt.
Like the Rain es una balada country escrita por Black y por su colaborador habitual Hayden Nicholas. Fue incluida en el disco Greatest Hits (1996) y, cuando salió como single de la mano de RCA Records, se convirtió en su décimo número 1 en la lista Billboard. En la edición de los Grammy de 1997, Black fue nominado por esta interpretación en la categoría de mejor actuación de artista masculino. El narrador nos cuenta que no le gustaba la lluvia hasta que un día se puso a caminar bajo ella con su pareja y ahora que “la escucha a través de los árboles y en el cristal de la ventana, no puede creer que no le gustara”.

Escuchemos ahora la cara B de este single, que no es otra que la conocidísima Desperado de los Eagles.

Cherokee Maiden. Bob Wills, 1941

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Una de las primeras mujeres que triunfaron en el country, no como cantante sino como compositora, fue Cindy Walker, quien, a sus poco más de veinte años, escribió este estándar que luego grabarían multitud de artistas y se convertiría en un clásico del western swing.
En la letra el narrador recuerda con nostalgia la noche de amor que pasó junto a su “doncella Cherokee” y promete que cuando vuelva a esa tierra se la llevará con él.
Bob Wills la inmortalizó con su grupo The Texas Playboys.

La versión de Asleep at the Wheel ganó un Grammy en 2001.

Merle Haggard y su banda The Strangers la grabaron en 1976 para su álbum The roots of my raising y su versión llegó al número 1 de la lista Billboard.

Ahora, George Strait en un concierto en Florida en 1999.

Kacey Musgraves la incluyó en Wanted One Good Cowboy (2003).

Anna Wilson le dio un toque jazz en Countrypolitan Duets (2011).

Hasta el último momento

NASHVILLE, TN - JUNE 16:  (L-R) Singer Joey Martin Feek and Rory Lee Feek attend the 2009 CMT Music Awards at the Sommet Center on June 16, 2009 in Nashville, Tennessee.  (Photo by Rick Diamond/Getty Images)

NASHVILLE, TN – JUNE 16: (L-R) Singer Joey Martin Feek and Rory Lee Feek attend the 2009 CMT Music Awards at the Sommet Center on June 16, 2009 in Nashville, Tennessee. (Photo by Rick Diamond/Getty Images)


Se hicieron un hueco en la industria country y en nuestros corazones. Rory y Joey Feek, marido y mujer, triunfaron con el nombre artístico de Joey + Rory. Ella ponía la voz, él la guitarra.
Pues bien: el pasado viernes nos sorprendía la noticia de la muerte de Joey, a los 40 años de edad, víctima de un cáncer. Habían empezado su andadura en 2008 con el álbum The Life of a Song, editado por Sugar Hill Records. En 2010, la Academia de la Música Country los distinguió como el mejor nuevo dúo vocal del año y, desde entonces, no dejaron de grabar discos. Ni siquiera abandonaron su trabajo cuando a Joey le diagnosticaron la enfermedad que finalmente se la ha llevado. Fue en el verano de 2014.
Su último disco –y sabían que lo era porque el cáncer había avanzado ya a la fase terminal– se titula Hymns That Are Important to Us y vio la luz el pasado 12 de febrero. Es un álbum de country cristiano, y debutó como número 1 en la lista Billboard. En la última edición de los Grammy, fueron candidatos a la mejor actuación country de un dúo por If I Needed You.
“Elogiemos ahora a hombres famosos”, como dijo James Agee. Homenajeemos a esta maravillosa pareja.
Cheater, cheater fue su primer single. Escrito por Joey y Rory Feek, Kristy Osmunson y Wynn Varble, salió en su álbum The Life of a Song (2008).

When I’m Gone escaló hasta el puesto 21 de la lista Billboard y fue su mayor éxito. Compuesta por Sandy Emory Lawrence, pertenece al disco His and Hers (2012).

Por If I Needed You, escrita por Townes van Zandt e incluida en el álbum Made to Last (2013), fueron, como hemos comentado, candidatos al Grammy.

Take my hand, precious Lord es un tema gospel escrito en 1932 por Thomas A. Dorsey que han versionado multitud de artistas. Escuchemos a Joey + Rory en Hymns that are important to us (2016).

Hace más de 100 años el tema The old rugged cross evocaba la crucifixión de Jesús.

I’ll Fly Away, original de 1929, revela que la muerte no tiene por qué ser triste. “Un día, cuando esta vida acabe, volaré hacia la orilla celestial de Dios; cuando las sombras de esta vida desaparezcan, volaré como un pájaro de los muros de esta prisión, y ya no habrá fríos grilletes de hierro en mis pies”.

Alan Jackson o cómo recuperar el honky-tonk

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Nacido en Georgia en 1958, como tantos artistas country empezó en el coro de la iglesia local, donde se embebía con el gospel. Años más tarde, empezó a interesarse por el country (en particular por el honky-tonk) y se trasladó a Nashville a mediados de los ochenta. Allí entró en contacto con Glen Campbell, que cimentó su carrera. Esta despegó en 1999, cuando fue nominado a varios premios en la Asociación de la Música Country. Dos años más tarde, Randy Travis y la leyenda del country Roy Acuff le presentaron como miembro del Grand Ole Opry.
Los años noventa fueron su década. Sus discos Arista Records Here in the Real World (1990), Don’t Rock the Jukebox (1991) y A lot ‘bout Livin’ (and a little ‘bout Love) (1992) y su fértil colaboración con Randy Travis constituyeron otros tantos aciertos.
Por cierto que Jackson es un tipo fiel. Trabajó para Arista Records desde sus inicios, en 1989, hasta 2011. El cambio de siglo inclinó la balanza del country hacia el pop, lo que no agradó a nuestro protagonista que, sin embargo, supo adaptarse al nuevo escenario, a raíz sobre todo de la canción Where Were You (When the World Stopped Turning), que compuso en homenaje a las víctimas del 11-S y por la que ganó un Grammy.
En 2006 sacó uno de los álbumes gospel más vendido de los últimos años, Precious Memories, un guiño a la música que le acompañó durante su infancia. En la actualidad, sigue dando guerra y, en julio del pasado año, publicó Angels and Alcohol, del que ya os he hablado aquí. Actualmente está inmerso en la gira Keepin’ it Country, para celebrar sus 25 años de trayectoria.
Escuchemos uno de sus múltiples números 1, Livin’ on Love, de su álbum Who I Am (1994) y que salió como single ese mismo año. En este emotivo himno al amor, una pareja une sus destinos cuando son jóvenes y envejecen juntos. No tienen nada material, pero no importa: sólo necesitan el amor para vivir. Veamos el vídeo de 1994 (ojo al acompañamiento del fiddle).