Lester Flatt nació en 1914 en Tennessee en el seno de una familia numerosa. A los siete años ya tocaba la guitarra y cantaba en el coro de su iglesia. Cuando se casó en 1934, inició una colaboración vocal amateur con su mujer y poco después aprendió a tocar también la mandolina, si bien su especialidad seguía siendo la guitarra.
Su carrera despegó junto a la de Bill Monroe, y su amor por la música bluegrass no dejó de crecer con el paso del tiempo.
Se asoció con Earl Eugene Scruggs, en aquel entonces un alumno aventajado de Bill Monroe, y se convirtió en su compañero ideal durante la mayor parte de la carrera de ambos. Juntos formaron el grupo The Foggy Mountain Boys, que se mantuvo sólidamente unido hasta 1969, año en que Flatt formó The Nashville Grass, contratando, eso sí, a la mayor parte de los miembros de su antiguo grupo. Y con él trabajó hasta el mismo momento de su muerte, en 1979.
Admitido como miembro del Country Music Hall of Fame en 1985, tras su muerte su ciudad natal de Tennessee organizó durante años un festival de música bluegrass.
Os dejo con The Ballad of Jed Clampett, una de sus más famosas colaboraciones con su compañero, el virtuoso del banjo Earl Scruggs. La canción fue grabada en 1962 y se utilizó como sintonía de un programa de televisión de principios de los 60, The Beverly Hillbillies. Fue compuesta por Paul Henning y cantada por Jerry Scoggins, pero lo más destacable, desde luego, es el acompañamiento musical de Scruggs y de la guitarra de nuestro protagonista. Dada la popularidad del tema, se editó un single que llegó al número 1 de las listas en 1962.
guitarra
Bluegrass, la hierba azul del country
A mediados del siglo XX, surgió en los estados del sudoeste de Estados Unidos un nuevo género musical que bebía de las raíces de la música americana.
Fue en el siglo XVIII cuando a la región de los Apalaches llegaron inmigrantes provenientes de Inglaterra, Escocia e Irlanda, que llevaron con ellos sus influencias musicales. Las canciones que interpretaban eran baladas acompañadas de música bailable, tocada por uno o varios violines. En ocasiones también se acompañaban de otros instrumentos de cuerda, como el banjo de cinco cuerdas, la mandolina, la guitarra de resonancia o dobro y, ocasionalmente, la armónica.
En un principio, esta música era conocida como hillbilly (al igual que el resto de la música country), pero, tras la eclosión de festivales de música “rural”, se le buscó un nombre más comercial y se eligió “bluegrass”, por ser una música asociada a Kentucky, estado conocido como el de la “hierba azul” por un tipo de vegetación autóctona con pigmentos azulados. A su vez, Bill Monroe, considerado el padre de la música bluegrass, creó un grupo llamado los Bluegrass Boys.
Otros eximios representantes de este género son Lester Flatt y Earl Scruggs, los Stanley Brothers, Ricky Scaggs o Alison Krauss e, incluso, Dolly Parton o Patty Loveless, que también han coqueteado con él.
O Brother, la película de los hermanos Coen de la que ya hemos hablado aquí, presenta una banda sonora country y bluegrass que se alzó con el Grammy al álbum del año en 2002.
En fin, para aquellos que no se puedan permitir viajar a Estados Unidos a escuchar bluegrass, diré que en la República Checa son unos grandes admiradores de este estilo, celebrado por numerosos festivales anuales en todo el país.
Para más información, aquí os dejo el enlace en inglés de la Asociación de Música Bluegrass
Y qué mejor que introducirnos en esta música que escuchando una joya interpretada por Ralph Stanley (en activo a sus 86 años) y por la portentosa voz de Patty Loveless. El tema, Pretty Polly, tiene orígenes escoceses. La historia que narra es desgarradora: una mujer es atraída a un bosque, donde un hombre abusa de ella.