The Story of My Life. Burt Bacharach y Hal David, 1957

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El de hoy es uno de los mejores ejemplos de cómo una canción compuesta por dos músicos totalmente ajenos al country –el compositor Burt Bacharach y el letrista Hal David concibieron clásicos de los 60 como Alfie, Raindrops Keep Fallin’ on My Head, This Guy’s in Love with You, I’ll Never Fall in Love Again o Do You Know the Way to San Jose, entre otras– triunfó rotundamente en este estilo.
Y lo hizo gracias a Marty Robbins, uno de los rostros más emblemáticos del género. La canción anticipaba ya el sonido Nashville que triunfaría en el country durante los años 60 e igualmente se percibía en ella la influencia pop que sustituiría, paulatinamente, al honky-tonk predominante en las décadas anteriores. 1957 fue un año óptimo para Robbins, ya que este fue su segundo número 1 (el otro, A White Sport Coat and a Pink Carnation lo escuchamos la semana pasada).
Esta es la versión original de Marty Robbins de 1957.

He aquí una grabación radiofónica de Jim Reeves de ese mismo año que apareció en su disco póstumo I’m a Hit Again (2008).

Michael Holliday la grabó el año siguiente y la dio a conocer en el mercado británico.

Don Williams sobresalió por sus grandes versiones de clásicos del country. Aquí mejora el original, suprimiendo esos silbidos de acompañamiento un tanto molestos y empalagosos, en mi opinión. La incluyó en el disco Yellow Moon (1983).

De Gibraltar a California

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Sin duda alguna, el músico más importante que ha dado la historia de Gibraltar ha sido Albert Hammond, de 73 años.

En 1972, Hammond escribió, con el ya fallecido Mike Hazlewood, una canción con la que multitud de artistas se habrán sentido identificados, ya que habla de las dificultades para triunfar y del temor al fracaso. Me refiero a It never rains in Southern California.

Hammond la escribió en Londres, como una remembranza de los años en que trataba de abrirse camino en el mundo de la música y viajó de su Gibraltar natal a Londres y luego a California. La letra compara el probable fracaso del músico con la lluvia. «Dicen que nunca llueve al sur de California, pero de lo que no te avisan es de que a veces diluvia». La letra sigue la estela del clásico popularizado por Bobby Bare Detroit City (1963) o, fuera del country, de Do You Know the Way to San Jose, de Burt Bacharach y Hal David (1968).

Escuchemos ya la interpretación de Albert Hammond en 1972.

El grupo country oriundo de Tennessee Trent Summar & the New Row Mob la versionó en su disco de debut en 2000.

Por último, vamos a escuchar la versión del grupo irlandés Miami Showband, que, en los años 60 y 70 del pasado siglo, destacó en los terrenos del pop y el country. Quizá recordéis las circunstancias de su muerte. En 1975 se dirigían a casa tras un concierto en Irlanda del Norte. Eran los años más negros del IRA. Un grupo paramilitar les paró en la carretera, les hizo salir del coche e introdujo una bomba en el mismo. Cuando reanudaron la marcha, explotó, matando a tres miembros del grupo e hiriendo gravemente a los dos restantes. Desde 2007 se les recuerda con una placa en Dublín.

 

To All the Girls I’ve Loved Before. Albert Hammond y Hal David, 1975

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Hoy vamos a disfrutar de una de las más incursiones más aplaudidas de un cantante español en el terreno country. Julio Iglesias y Willie Nelson la grabaron cuando ya llevaba varios años escrita y había sido grabada en alguna ocasión, pero su versión le debe toda su popularidad a ellos. Albert Hammond compuso la melodía y Hal David le añadió la letra. El protagonista echa la vista atrás, recuerda a todas las chicas que ha amado y les dedica esta canción.

El propio Hammond presentó la versión original en 99 miles from L.A. (1975).

Os dejo ahora con Bobby Vinton en Encore (1980).

Como os decía antes, la versión más conocida es la que cantaron a dúo Willie Nelson y Julio Iglesias, que apareció en el disco de este último 1100 Bel Air Place (1984). Su éxito le abrió al madrileño las puertas del mercado americano.

Ese mismo año, Merle Haggard la grabó para su álbum It’s All in the Game.

Engelbert Humperdinck la incorporó a su repertorio en su disco Remember I Love you (1988).

Floyd Cramer la interpretó al piano y cautivó al público en el recopilatorio Best of Floyd Cramer (2004).

Un tanto alejada del country, Felix Gray y Didier Barbelivien nos regalaron una versión en francés con el título À toutes les filles (que j’ai aimé avant), en 1990.

Seguimos en Europa. En Reino Unido, Tom Jones la grabó para su álbum More Great Hits from Tom Jones (1998).

Ronnie Milsap, el cantante ciego

Ronnie Milsap
El protagonista de hoy nació en Carolina del Norte en 1943. Sufría una enfermedad congénita y se quedó sin visión a temprana edad. Fue educado por sus abuelos –su madre lo había abandonado–, hasta que ingresó en un colegio especial para ciegos, donde estudió música clásica y se especializó en tocar el piano.
Le interesaban todos los estilos: el góspel, el rhythm and blues, el country, el rock and roll…, y, a principios de los años sesenta, se lanzó profesionalmente a la música. Su primer single data de 1963, si bien el éxito le llegó al trasladarse a Nashville. En 1971 salió su primer LP y quiso el azar que conociera a Charley Pride, quien le recomendó para su sello, la RCA de Chet Atkins, con la que firmó un contrato en 1973. Su carrera subió como la espuma –a lo largo de su vida ha tenido 40 números 1, sólo por detrás de George Strait y Conway Twitty–.
En 1975 ganó el primero de sus seis Grammy y, en los ochenta, siguió cosechando éxitos con títulos como She Keeps the Home Fires Burning, In love o Snap your Fingers. En 1993, dejó la RCA para fichar por Liberty Records, donde su éxito no fue ni mucho menos comparable al que había tenido antes. Hoy, sigue en activo y en abril de este año entró en el Salón de la Fama de la Música country.
Su single It was almost like a song (1977) fue el mayor éxito de su carrera. La balada, escrita por Hal David y Archie Jordan, llegó al número 1 de la Billboard. La letra habla sobre la felicidad que experimentó el narrador con un nuevo amor, a quien compara con una canción. Cuando se separan, su corazón roto llora por ella “casi como en una canción”, pero ésta “demasiado triste para escribirla”. Años después, en 1990, Milsap utilizaría este título para su autobiografía.

Dionne Warwick, que interpretó otras composiciones de David, también puso voz a ésta de manera espléndida.

Es una balada lenta que se presta a otros estilos. El cantante de jazz Johnny Hartman nos dejó una versión que el gran Clint Eastwood incluyó en la banda sonora de su película Los puentes de Madison

Escuchemos a Johnny Mathis, esta vez con un estilo más soul.