El silbato del tren (IX)

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Hank Williams y Jimmie Davis escribieron Lonesome Whistle en 1951 y este último la grabó el 25 de julio de ese año con sus colaboradores habituales, Don Helms a la steel guitar, Jerry Rivers al fiddle, Sammy Pruett a la guitarra, Howard Watts al bajo y, probablemente, Jack Rook a la guitarra rítmica. La letra, que incluye trenes y prisiones –un hombre es encarcelado, condenado a trabajos forzados y escucha el silbato del tren– pudo servir de inspiración a Johnny Cash para su famoso Folsom Prison Blues, que ya escuchamos al principio de esta serie. Disfrutemos de Hank Williams.

Ahora, una melodía de carácter más alegre. Night Train to Memphis fue un éxito para Roy Acuff en 1943. En la canción el narrador invita a su novia a que tome el tren nocturno a Memphis para reunirse con él y promete que cuando vaya a recibirla a la estación será toda una fiesta.

Pan American es una canción de Hank Williams escrita como homenaje a Roy Acuff en 1947 (ya hemos escuchado otra, California Zephyr, pero en este caso las similitudes con el éxito de Acuff Wabash Cannonball son más evidentes). El tren del que habla la canción, el Pan American Clipper, existió de veras: pasaba por Louisville, Nashville, Cincinatti, Nueva Orleans y Montgomery. Os dejo con la versión de Hawshaw Hawkins.

Justin Tubb, herencia country en su ADN

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El hijo de Ernest Tubb llevaba el country en la sangre. Su padre, «el trovador de Texas», había sido uno de los grandes del género en los años 40 y 50 del pasado siglo. A mediados de esa última década, el joven Tubb se asoció con otra cantante de la que ya hemos hablado aquí hace unos días, Goldie Hill, y fue entonces cuando se dio a conocer y consiguió actuar en el Grand Ole Opry. Aunque grabó algunas canciones que le reportaron cierta fama, destacó más como compositor y escribió algunos éxitos, el mayor de los cuales fue Lonesome 7-7203, interpretado por Hawkshaw Hawkins (ya escuchado aquí). Aunque siguió en activo hasta principios de los 80, su estrella se había apagado tiempo atrás, ya que su estilo no conectaba con los cambios que se estaban produciendo en el country. Tras su muerte en Nashville en 1998, salió al mercado un recopilatorio de dúos grabados con su padre, Just You and Me, Daddy. Los Tubb, por cierto, se siguen dedicando a la música.

Desempolvemos ya la primera entrada en las listas de Justin Tubb (junto con su compañera profesional de esos años, Goldie Hill). Looking Back to See es una alegre canción country, grabada en 1954, que llegó al cuarto puesto de las listas. Escrita por Jim Ed Brown y Maxine Brown, nos presenta los ingenuos albores de una relación: «Me di la vuelta para mirar si tú te habías dado la vuelta para mirar…».

Esos compositores también formaron un grupo llamado The Browns, que incluyó el tema en su disco de debut Jim Edward, Maxine y Bonnie Brown (1957), nombres de sus tres miembros.

En 1962 un joven George Jones la grabó con Margie Singleton.

Y nos despedimos con otra versión. A principios de los 70, Buck Owens colaboró con Susan Raye y, entre las canciones que grabaron al alimón, se encontraba esta.

Hawkshaw Hawkins, el halcón del country

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Harold Hawkins nació en 1921 en Virginia Occidental. Tras la Segunda Guerra Mundial firmó un contrato con King Records, donde gozó de una notable popularidad con temas como Pan American o Dog House Boogie, y entró en el Grand Ole Opry. Cuando su carrera estaba en lo más alto, murió en el accidente aéreo de 1963 que también le costó la vida a Patsy Cline y Cowboy Copas cuando se dirigían a un concierto.Escuchemos su único número 1, Lonesome 7-7203, que fue, además, su última grabación. Compuesta por Justin Tubb, el single de Hawkins salió solo tres días antes de su fatal accidente. En esta balada un chico cambia su número de teléfono tras separarse de su novia: no puede soportar que siempre que lo llaman sea para preguntar por ella. A él le gustaría que su chica apuntara su nuevo número por si un día cambia de opinión y quiere volver a su lado. ¿Dónde podría localizarlo? Pues en «Solitario 7-7203».

El compositor, Justin Tubb, señaló que habría sido más apropiado que la cantara una chica, ya que el hombre suele ser el que se tiene que ir tras una ruptura, y por eso se la ofreció en primer lugar a Jean Shepard, la mujer de Hawkshaw. Sin embargo, el sello pensó que el tema ayudaría a relanzar la carrera de éste y, desde entonces, curiosamente, las versiones más conocidas han sido cantadas por hombres.

El actor y cantante Burl Ives la grabó en 1967.

Tony Booth, un representante del sonido Bakersfield, consiguió un gran éxito con su versión de 1972.

El single de debut de Darrell Clanton, en 1983, fue este Lonesome 7-7203.

 

Jimmy Driftwood, el profesor que componía canciones

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James Corbitt Morris nació en Arkansas en 1907. Su padre era cantante de folk, y aprendió a tocar la guitarra en el instrumento casero de su abuelo. Aun así, orientó su carrera profesional a la enseñanza y se hizo maestro, compaginando sus dos pasiones: la enseñanza y la música. Empezó a componer canciones, fundamentalmente de temática histórica, para suscitar el interés de sus alumnos por esta disciplina.
Uno de sus temas más recordados abordaba, por ejemplo, la batalla de Nueva Orleans -en 1814 la recién creada nación americana luchó contra los británicos, que intentaban recuperar el territorio perdido treinta años antes-. Editada en 1959, había sido escrita en 1936. Aquí podéis ver la entrada que dediqué a este clásico y escuchar la icónica versión de Johnny Horton, que la popularizó.
Prolífico autor, Driftwood escribió unas 1.000 canciones, de las que se conservan unas 300. Lo cierto es que no se dedicó en serio a la música -era una mera herramienta para apoyar su labor docente- hasta los 50 años. Fue entonces cuando un editor de Tennessee se fijó en él y le ofreció un contrato discográfico. Su popularidad llegó a tales extremos, que lo invitaron a cantar ante Nikita Kruschev en su histórica visita a EE.UU. de 1959, de la que el soviético se llevó un recuerdo de la música tradicional americana. Sus canciones fueron grabadas por Eddy Arnold, Johnny Cash o Hawkshaw Hawkins, entre otros. Murió a los 91 años en su Arkansas natal.
He had a long chain on, grabada en 1960, se inspira en una historia que le contaron. Durante la Guerra de Secesión, algunos hombres de Arkansas se negaron a luchar y fueron encarcelados por desertores. En aquel entonces los prisioneros eran encadenados con grilletes. Pues bien, uno de ellos consiguió escapar, y la canción relata cómo fue a pedir comida a la granja de un lugareño y este no se la negó. Nos encontramos ante una crítica a las condiciones inhumanas de los presidiarios: «No parecía un atracador, no parecía un ladrón, su voz era suave como la luz de la luna, un rostro lleno de pena y dolor». Está disponible en el recopilatorio Americana, que Bear Family Records sacó en 1998, pocos meses después de su muerte. Escuchémosla.

Uno de los mejores grupos de folk de los años 60, Peter, Paul and Mary, nos regaló esta versión en In the Wind (1963).

Robert Earl Keen, Jr. la actualizó en su álbum What I Really Mean (2005).

Becky Buller, una violinista de bluegrass nominada en la pasada edición de los International Bluegrass Awards, la interpretó con su grupo.

Shotgun Boogie. Tennessee Ernie Ford, 1950

shotgun boogie
Antes del nacimiento oficial del rock, hubo pioneros que anticiparon las característicos de este estilo. Tennesse Ernie Ford fue uno de ellos, y con Shotgun Boogie –25 semanas en las listas, tres de ellas como número 1–, triunfó por todo lo alto.
Este «boogie de la escopeta» presenta una letra muy divertida: el protagonista ve un conejo y una ardilla haciendo estropicios en su jardín. Va a buscar su escopeta, pero se encuentra con una chica y, con el fin de utilizar su escopeta, se van a los arbustos a disparar «grandes palomas». La chica le dice que debería conocer a su padre porque también tiene una escopeta que está siempre cargada. Cuando aparece el padre, dispara con su rifle («ningún cazador de arbustos va a quedarse con mi hija») y el protagonista se va corriendo, pero promete volver cuando al padre se le acaben los casquillos.
Escuchemos primero a nuestro autor, Tennessee Ernie Ford.

Ahora, una grabación radiofónica de Hank Thompson en 1952.

En 1991 la discográfica Bear Family Records sacó una antología llamada Johnny Horton: The Early Years, en la que nos brinda esta otra versión.

En el accidente aéreo en el que murió Patsy Cline también falleció Hawkshaw Hawkins. ¿Lo escuchamos?

Un galés, Shakin’ Stevens, también se atrevió con ella.

Ahora, un artista no tan conocido, Jesse Lee Turner, en 1962.

En 1995 Don Walser la versionó acompañado por grandes instrumentistas de fiddle, steel guitar, piano y percusión.

Ya en nuestro siglo, Chris Scruggs, nieto del virtuoso del banjo Earl Scruggs, y su grupo BR549, nos regalaron este directo en el Grand Ole Opry.

La segunda mujer

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Dediqué la entrada del 7 de mayo a Kitty Wells, la primera mujer que triunfó como solista en la música country. La historia, sin embargo, no suele tener en cuenta al segundo en llegar a cualquier disciplina.
Es por ello por lo que hoy os quiero hablar de Jean Shepard, la segunda mujer que grabó un single de música country. Sucedió solo unos meses después de que Wells grabara su It wasn’t God who made honky-tonk angels, en mayo de 1952. A finales de ese año, salió Cryin’ Steel Guitar Waltz, cuyo título recuerda, cómo no, al gran éxito de George Harrison While my Guitar Gently Weeps.
La canción, grabada por la misma Shepard y escrita por Susan Heather, Dolly Long y Shorty Long, pasó desapercibida para el gran público. Aquí vamos a escucharla en la versión de su disco This is Jean Shepard (1959).

Su primer éxito importante fue un dúo con Ferlin Husky, A Dear John Letter (1953), sobre una carta que recibe un soldado en la guerra de Corea, en la que su novia le anuncia que lo deja… para casarse con su hermano.

Nuestra Jean lo hizo (casarse) con Hawkshaw Hawkins, quien, años más tarde, moriría en el accidente de aviación que le costó la vida a Patsy Cline y Cowboy Copas. Firme defensora de la pureza del country, la artista ha criticado la deriva pop que ha adoptado últimamente, y ha llegado a polemizar con la estrella Blake Shelton a propósito de unas declaraciones en las que éste tildó de “anticuado” el country puro.
Shepard entró en el Salón de la Fama de la Música Country en 2011 y es el miembro femenino más anciano del Grand Ole Opry.

El country marca su territorio (I)

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La música country –¡fijaos si no en el nombre!– está especialmente unida a la tierra. Escuchando sus canciones, se podría escribir un tratado de geografía en toda regla. Para demostrarlo, iniciamos aquí un recorrido por estados fundamentalmente sureños –aunque alguna excepción habrá– a los que la música country ha dedicado canciones, ya ensalzando sus paisajes, ya contando historias que transcurren en dichos estados. Si cerráis los ojos, podréis ver los campos de maíz o algodón, o tal vez esas interminables carreteras de las que tanto hemos oído hablar en los éxitos country.
1. North to Alaska. Empezamos por uno de los mayores éxitos de Johnny Horton, una canción escrita por Mike Phillips que se oye en la película homónima de Henry Hathaway (1960). La letra se centra en la búsqueda casi enfermiza de oro en Alaska durante los últimos años del siglo XIX.

2. Alabam. Cowboy Copas compuso esta canción en 1960, y rápidamente se convirtió en un éxito: se mantuvo en el primer puesto durante nada menos que tres meses. Su autor se la dedicó a Alabama –Alabam, según pronuncia él–, pero curiosamente Copas había nacido en Ohio y posteriormente vivió en Tennessee, sin tener nunca una relación muy profunda con Alabama. The day the (country) music died… Fue un día triste cuando Cowboy Copas murió junto con Patsy Cline y Hawkshaw Hawkins en un accidente de aviación. The Father, Son, and the Holy Ghost, que diría Don McLean.