Rawhide. Dimitri Tiomkin y Ned Washington, 1958

rawhide
Rawhide es una de las canciones western más «cinematográficas» que se han escrito, con permiso de High Noon para la película homónima, Solo ante el Peligro en España.
Seis años después, los mismos autores volvieron a escribir otro éxito del género que se utilizó como sintonía de una serie del Oeste emitida entre 1959 y 1966, Rawhide. La canción, grabada por primera vez por Frankie Laine, simula los sonidos de una caravana de ganado y cómo el conductor la dirige con el látigo. El título hace referencia al material con que solían hacerse los látigos de los cowboys para azuzar a las bestias, el cuero crudo o sin curtir.
La grabación de Laine se convirtió en uno de los mayores éxitos de su carrera, si no el mayor.

La popularidad del tema hizo que se multiplicaran sus versiones. Una de ellas fue la de Johnny Western.

Escuchemos ahora la grabación que hizo el autor, Dimitri Tiomkin.

Los Blues Brothers la incluyeron en la banda sonora de la película The Blues Brothers, de John Landis (1980).

El grupo de rock italiano The Legendary Kid Combo la incorporó a su disco Booze, Bucks, Death & Chicks (2007).

There’s a New Moon Over My Shoulder. Jimmie Davis, Ekko Whelan y Lee Blastic, 1944

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La luna siempre ha sido un tema recurrente en las canciones de amor. La balada de hoy es un buen ejemplo de ello: su título hace referencia a la fase de la luna nueva, aquella en la que esta no es visible desde la Tierra, ya que la parte del satélite frente a nosotros no está iluminada por el Sol (exactamente lo contrario a la luna llena). Casualmente, hoy, 7 de noviembre, si estáis en Madrid podréis ver –o mejor dicho, no ver– la luna llena. Pero no nos desviemos, que este es un blog de música, no de astronomía…
There’s a New Moon Over My Shoulder fue escrita por un viejo conocido nuestro, el gobernador Jimmie Davis, quien, justo aquel año, 1944, ganó las elecciones para su primer mandato como gobernador de Louisiana. La canción se podría encuadrar en el western swing. Su letra nos presenta a un hombre que espera en vano a que su pareja vuelva con él, porque esta le prometió que lo haría con la llegada de la luna nueva. Desde entonces, muchas lunas nuevas han pasado y sigue sin aparecer.
El primero en grabarla, en 1944, fue Tex Ritter. Constituyó uno de los éxitos sobre los que cimentaría su carrera posterior (los más cinéfilos recordaréis que Ritter fue quien puso voz al tema principal de High Noon, Solo ante el peligro).

Uno de sus autores, Jimmie Davis, la grabó al año siguiente y su versión, aún más conocida que la anterior, llegó al número 1 de las lista folk.

Con la influencia que ejercía el sonido Nashville en la época, Jim Reeves la versionó en su disco Moonlight and Roses (1964).

Ahora, una voz femenina, la de Wanda Jackson, que la incluyó en Wanda Jackson Salutes the Country Hall of Fame (1966).

Bill Haley la interpretó a ritmo de rock en su disco grabado en Nashville Rock Around the Country (1971), que parafrasea su canción más emblemática, Rock Around the Clock.

Tres grandes del bluegrass, Mac Wiseman, Doc Watson y Del McCoury, la incluyeron en su álbum Mac Doc & Del (1998).

Y seguimos en el bluegrass. Larry Sparks la grabó como parte de la banda sonora de la película Transamerica (2005), en la que participaron Old Crow Medicine Show o Dolly Parton, entre otros.

La canción de las praderas

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Esta es una de las canciones más famosas sobre cowboys que se han escrito nunca. El origen de Bury Me Not on The Lone Prairie, también conocida como Cowboy’s Lament o The Dying Cowboy, se sitúa en las grandes llanuras de Texas según diversas fuentes, que precisan que la localidad de Lohn habría evolucionado al lone –“solitario”– del título.

Sea como fuere, la canción parece estar inspirada en una antigua balada de corte marinero, Ocean Burial, en la que el protagonista pide que si muere no le entierren en el mar, sino en el cementerio familiar. En la que nos ocupa, cambia el deseo de no ser enterrado en el mar por el de la pradera solitaria, aunque al final no lo atienden, y el personaje es sepultado en esa vastedad.

Si sois aficionados al cine, os resultará vagamente familiar, pues John Ford utilizó esta melodía como música de fondo en el clásico La Diligencia (1939), y su popularidad inspiró también un western menor con el mismo título, Bury Me Not on the Lone Prairie (1941). Escuchemos ahora unas cuantas versiones del tema.

En 1965 Johnny Cash la incluyó en su álbum Sings the Ballads of the True West.

Ese mismo año el grupo Sons of the Pioneers, con la participación de Roy Rogers, la grabó en Legends of the West.

Os dejo con la versión de Cisco Houston, conocido sobre todo por haber trabajado con Woodie Guthrie.

Tex Ritter, al que hoy en día todo el mundo recuerda por ser la voz del tema de apertura de High Noon (Solo ante el peligro), también la interpretó.

Johnnie Ray fue muy popular en los 50. De él es la versión que sigue.

Escuchemos ahora dos versiones corales. La primera se la debemos a Roger Wagner Chorale en Folksongs of the Frontier (1956) y la siguiente a Norman Luboff Choir en Songs of the West (1955).

En la década de los 60 el actor y cantante Burl Ives grabó esta canción, que apareció en el recopilatorio A Little Bitty Tear: The Nashville Years (1994).

Jimmie Rodgers la incluyó en On the Trail (1959).

Termino con un instrumental en el que priman las mandolinas.

The Cattle Call. Tex Owens, 1934

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La canción de hoy, reconocida como una de las 100 mejores del género western por la Asociación Western Writers of America, fue compuesta en los peores años de la Gran Depresión, lo que explica que su primera versión no vendiera lo que merecía. Su autor, Tex Owens, que había sido cowboy en su juventud, la escribió mientras esperaba en un estudio de Kansas a entrar en un programa de radio un día que nevaba. “Mirando la nieve, pensé en el ganado y en lo agradable que sería poder reunirlo en torno a mí. Así es como se me ocurrió el título La llamada del ganado. Cogí mi guitarra y en 30 minutos ya había escrito la música y cuatro versos de la canción”.
La grabó primero en 1934 y luego dos años más tarde. Owens se trasladó a Hollywood en 1943 y empezó a participar en películas del oeste. Durante el rodaje de Río Rojo (1948), su caballo cayó sobre él y se rompió la espalda, lesión de la que nunca se recuperó.
Escuchemos la grabación de Tex Owens de 1936.

Eddy Arnold, una de las mayores estrellas del country de los 40 y 50, la grabó en varias oportunidades. La catapultó a la fama en 1944, reeditó el éxito en 1949, y años después, en 1955, la volvió a grabar y permaneció 26 semanas en las listas. Todavía la grabaría una vez más, en 1961. Aquí lo escuchamos en 1955, con la orquesta de Hugo Winterhalter.

Antes de grabar High Noon, Tex Ritter versionó este clásico en 1947.

Este es Slim Whitman en 1954.

Dottie West la incluyó en su álbum Dottie Sings Eddy (1969).

Emmylou Harris (1992) en su álbum Songs of the West, que apareció en 1994.

LeAnn Rimes y Eddy Arnold la cantaron a dúo en 1996. Ella tenía solo 14 años; Arnold, 78.

Dwight Yoakam, que la interpretó en El hombre que susurraba a los caballos (1998), la incorporó a su álbum recopilatorio In others’ words (2003).

Un estándar del jazz en clave country

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Hay multitud de canciones que no nacieron como tonadas country, pero, debido a su popularidad, acabaron siendo grabadas por artistas de este género. Es el caso de Ain’t Misbehavin’ (“No me estoy comportando mal”), escrita en 1929 por Thomas Wright Waller, más conocido como Fats Waller, en colaboración con Harry Brooks –los artífices de la melodía–, con letra de Andy Razaf. El protagonista alega a su pareja que no se está portando mal y que reserva todo su amor para ella.
Escuchemos una selección de versiones ejecutadas por artistas country de este estándar del jazz.
En primer lugar, la de Hank Williams, Jr., que pertenece a su álbum Five-O (1985). En 1987, Williams fue candidato al Grammy y al premio de la Asociación de Música Country en la categoría de mejor interpretación masculina por esta canción.

Este instrumental de Chet Atkins lleva fecha de 1957. Es una muestra más de su virtuosismo en la guitarra.

El grupo Asleep at the Wheel, capitaneado por Ray Benson, revitalizó este clásico.

Frankie Laine, conocido por haber cantado clásicos como High Noon o el tema principal de Gunfight at O.K. Corral, hizo esta versión.

Ahora es el turno de otro de los grandes del country, Willie Nelson, que, por cierto, protagonizó la película Honeysuckle Rose (1980), cuyo título proviene de otra composición de Waller. Su versión está incluida en el álbum American Classic (2009).

Los cowboys cantantes

singing cowboys Con la explosión del cine sonoro, Hollywood se esforzó por aprovechar el tirón de la incipiente música country o, más específicamente, de su subgénero, la música western. Así comenzaron a surgir los llamados “singing cowboys” que, a lomos de un caballo, entonaban melodías sobre la vida en los campos y el camino. Se trataba de producciones de serie B, que alcanzaron gran popularidad hasta la década de los 40. Escuchemos la primera canción de este tipo, When the Work’s All Done This Fall, grabada por Carl T. Sprague en 1925 –antes, pues, de que comenzara el sonoro– para la RCA Victor. La historia narra las ansias de un joven cowboy, Charlie, por visitar a su madre al terminar sus tareas como guardián de ganado. Sin embargo, se produce una estampida y, cuando está intentando reagrupar el ganado, el buen hijo sufre una caída mortal. En la inscripción sobre su tumba se lee: “Charlie murió al amanecer de una caída; no visitará a su madre cuando acabe el trabajo este otoño”. Esta canción fue grabada también por Marty Robbins y figura en el disco Saddle Tramp (1966). El primer singing cowboy que apareció en una película sonora fue Ken Maynard, en Sons of the Saddle (1930). Escuchemos Cowboy’s Lament en la voz de Maynard, que luego se convertiría en un gran éxito con el título The Streets of Laredo. “El rey de los cowboys” fue Roy Rogers, que intervino en más de 100 películas. Escuchemos su interpretación de Don’t Fence Me In, de Cole Porter, en Hollywood Canteen (1944). Otro de los grandes clásicos es Gene Autry, a quien ya dediqué una entrada el pasado 1 de abril (aquí podéis verla). Y una última celebridad: Tex Ritter, que puso voz a High Noon, el oscarizado tema principal de Solo ante el peligro. Ritter actuó en unas 40 películas entre los años 30 y la primera mitad de los 40, para dedicarse luego en exclusiva a grabar discos. Os dejo con Rye Whiskey, que interpretó en Song of the Gringo (1936). Rodeo Boy es un tema de El héroe de Texas, (1937), que protagonizó junto con Rita Hayworth.