Gene Watson, el cantante de cantantes

gene watson
El protagonista de hoy nació en Palestina, no la de Oriente Medio sino la de Texas, hace 71 años. En la década de los 60, emprendió su carrera musical, que compaginó al principio con un trabajo en un taller de automóviles en Houston. Se movía en sellos muy modestos hasta que, en 1974, Capitol Records se fijó en él y le ofreció grabar un álbum, Love in the Hot Afternoon, que lo catapultó a la fama.
Tras este éxito, sus grabaciones –Where Love Begins, Paper Rosie, Should I Go Home o Farewell Party– siguieron gozando de gran popularidad. En 2002 entró en el Salón de la Fama de la Música Country de Texas. Actualmente sigue en activo y, en 2014, sacó un nuevo CD, My heroes have always been country, con versiones de los grandes del género (Merle Haggard, Ray Price, Lefty Frizzell…), que lo mantiene de gira por la geografía estadounidense.
Escuchemos Fourteen Carat Mind, su único número 1. Incluida en el álbum Old Loves Never Die, fue compuesta en 1981 por Dallas Frazier y Larry Lee. Cuenta la historia de una femme fatale que, literalmente, despluma a todo hombre que se enamora de ella, y nunca se da por satisfecha porque “tiene una mente ocupada por catorce quilates”. Ahora que la relación ha terminado, recuerda cómo se conocieron: ella miraba hambrienta los escaparates de las joyerías y él, como un tonto, pensó que podría complacerla.

El grupo de bluegrass The Osborne Brothers, compuesto por Sonny y Bobby Osborne, hizo una agradabilísima versión de este tema en su álbum Hillbilly Fever.

George Morgan, el crooner de la música country

george morgan
Nuestro protagonista de hoy nació en 1924 en Tennessee, aunque pasó su infancia en Ohio. Su voz suave y melodiosa, de crooner, hizo que se le comparara con otro grande de la canción del siglo XX, Bing Crosby.
A mediados de los 40 formó su primer grupo y tuvo trabajos de lo más variados, en restaurantes, panaderías… Su despegue llegó con Candy Kisses. Fue contratado por una emisora de radio de Virginia Occidental y la Columbia se fijó en él.
Morgan fue un clásico del Grand Ole Opry. Su primera actuación tuvo lugar en 1948, cuando reemplazó a Eddy Arnold, y siguió interviniendo allí hasta su muerte. Fue el último artista que actuó en dicha institución antes de que esta trasladara su sede en 1974 y el primero en hacerlo en su ubicación actual, en una ceremonia a la que acudió el entonces presidente Richard Nixon. Otros éxitos suyos fueron Almost (1952), Please Don’t Let Me Love You (1949) o Room Full of Roses (1949).
Murió en 1975 de un ataque al corazón. Años después, en 1998 entró póstumamente en el Salón de la Fama de la Música Country.
Caso curioso, con el primer single que sacó dio en el clavo. En efecto, con Candy Kisses (1949) llegó por primera y única vez al número 1 de la prestigiosa lista Billboard. La canción fue una de las que más satisfacciones le reportó, y su popularidad hizo que muchos lo empezaran a conocer como The Candy Kid (“El chico golosina”). A una de sus hijas la llamó, cómo no, Candy, mientras que la otra es una conocida cantante de country, Lorrie Morgan.
La canción nació en 1947. George lo había dejado con su chica, y en la letra le reprocha su desapego y le dice que los besos falsos de las golosinas significan para ella más que los suyos.
Escuchemos la original de George Morgan.

Ese mismo año, otra de las grandes voces del country, Red Foley, hizo su propia versión en su álbum Hillbilly Fever.

Os dejo ahora con Cowboy Copas, en su álbum Sings his All-Time Hits.

En 1984 Jerry Lee Lewis la incluyó en el disco I Am What I Am.