Como hermanos (XVI): Statler Brothers

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Brother in old town of Prague

Este influyente grupo fue descubierto por Johnny Cash en 1964. Llevaban en los escenarios desde 1955, pero les faltaba un padrino. Cuando solo eran un grupo góspel en su Virginia natal, se hacían llamar The Four Star Quartet. Cambiaron a The Kingsmen, pero, como había otro grupo del mismo nombre –que gozó de gran éxito en los 60 con el tema Rock Louie, Louie–, adoptaron el definitivo The Statler Brothers.

Curiosamente, ninguno de sus miembros llevaba por apellido Statler, aunque los dos componentes principales sí eran hermanos, sino Reid. Statler era una marca de pañuelos de la época, así que, bromeando sobre ello, decían que se podían haber llamado los hermanos Kleenex.

El grupo estaba compuesto por los hermanos Reid, Don y Harold, Phil Baisley y Lew Dewitt (sustituido en 1983 por Jimmy Fortune, por los problemas de salud de aquel). En los 90 no consiguieron colocar ninguno de sus singles entre los más vendidos –el country iba entonces por otros derroteros– y en 2002 se disolvieron de común acuerdo. Desde entonces Don Reid ha publicado varios libros.

Empiezo con el que, sin lugar a dudas, fue su mayor éxito, Flowers on the Wall (1965). Aquí podéis ver la entrada que dediqué a esta canción, un canto a lo agradable que en ocasiones resulta la soledad.

Otro de sus temas más populares fue Bed of Roses, escrita por Harold Reid en 1970. Cuenta la historia de una mujer de vida alegre –cito el término que utiliza la canción– a la que nadie dirige la palabra, que conoce a un huérfano de dieciocho años que ejerce la mendicidad para sobrevivir. Se convierten en amantes y, gracias a esa relación, el muchacho encuentra su lugar en el mundo. El tema critica la hipocresía de la gente, «que va a la iglesia pero me deja en la calle».

Los hermanos Statler compusieron un tema en homenaje a su mentor, Johnny Cash, We Got Paid by Cash. Os dejo con él.

Don y Harold Reid escribieron Do You Know You Are My Sunshine y la incluyeron en su álbum Entertainers On and Off the Record (1978). La letra hace referencia al clásico You Are My Sunshine, de Jimmie Davis.

Vamos ahora con I’ll Go to My Grave Loving You (1975), en la que el protagonista promete irse a la tumba queriendo a su amada.

Al disco Innerview corresponde Do You Remember These (1972), una canción de corte nostálgico en la que el protagonista recuerda pequeños detalles del pasado que le traen buenos recuerdos.

Jimmy Fortune escribió Elizabeth, que salió a la luz en 1984 en el álbum Today.

Escuchemos Too Much on Your Heart (1985), del disco Pardners in Rhyme. Esta balada fue su último número 1 en las listas.

Ese mismo año revitalizaron un clásico del rockabilly de 1960, Hello Mary Lou.

En 1974 grabaron una canción dedicada al grupo góspel que más les había influido, los hermanos Backwood, que nacieron durante la Gran Depresión y se han ido remozando con nuevas incorporaciones. Escuchemos The Backwood Brothers.

Termino con el góspel, el estilo de sus inicios. En primer lugar, I’ll Fly Away, una canción alegre en la que el narrador espera con ilusión el día en que muera y su alma salga volando.

Ahora, How Great Thou Art (1976). Aquí, el autor se asombra de las maravillosas creaciones de Dios. Se trata de una versión de un himno góspel basado en un poema sueco del siglo XIX.

 

No está aquí: ha resucitado

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Esta semana tan intensa para el mundo cristiano toca a su fin con el Domingo de Resurrección, que celebraremos aquí con otro tema góspel.

It is no secret what God can do fue escrito a principios de la década de los 50 por Stuart Hamblen. Este había gozado de cierto éxito en los primeros tiempos del country y es considerado uno de los primeros cowboys cantantes, que proliferaron en la radio y el cine allá por los años 30. Su estilo de vida –dio varias veces con sus huesos en la cárcel por delitos de desorden público– no hacía pensar, ni mucho menos, que terminaría escribiendo canciones de temática religiosa, si bien era hijo de un pastor metodista de Texas.

En la época en que trabajaba en el mundo del espectáculo en California, se hizo amigo del actor John Wayne y del predicador Billy Graham y, gracias a este último, se convenció de que tenía que cambiar de vida. Y tanto fue así, que en las elecciones presidenciales de 1952, las que ganó Eisenhower, fue candidato por el Partido de la Prohibición, aunque no consiguió más que unos 70.000 votos. Su aversión por el alcohol le ocasionó, por cierto, no pocos problemas con los patrocinadores de su programa, ya que se negaba a anunciar bebidas alcohólicas.

Según cuenta la leyenda, en una conversación con su amigo John Wayne, sorprendido este por su “reforma”, Hamblen le dijo: “No es ningún secreto lo que Dios ha hecho por mí”, a lo que el actor replicó que eso sonaba a canción y le recomendó que se pusiera manos a la obra para escribirla.

Hamblen le hizo caso y el resto es historia. El consejo de John fue óptimo, y la canción se considera hoy el primer crossover hit –un éxito que cruza las fronteras de su género– del góspel. A modo de ejemplo, llegó al número 1 de las listas pop gracias a las versiones de Jo Stafford o Elvis Presley, entre otros.

La letra habla del inmenso poder de Dios en nuestras vidas: “No es ningún secreto lo que Dios puede hacer; lo que ha hecho por otros lo hará por ti. Con los brazos abiertos, te perdonará”.

La primera grabación de este clásico es la de Bill Kenny, del grupo The Ink Spots junto con The Song Spinners, en 1951.

Ese mismo año Jo Stafford hizo su propia versión.

Escuchemos ahora una del propio autor, Stuart Hamblen, en su álbum It is no secret (1956).

En España, Elvis Presley es recordado sobre todo por su faceta rock, pero en Estados Unidos sus grabaciones góspel gozaron de gran éxito. En 1957 grabó It is no secret what God can do, que vio la luz en Elvis’ Christmas Album.

Su éxito hizo que todo el mundo quisiera incorporarla a su repertorio. Al año siguiente lo hizo Jim Reeves en God Be with You.

Willie Nelson la incluyó en How Great Thou Art (1996), con un espléndido acompañamiento de piano.

En 2007 apareció la recopilación Ultimate Gospel, de temas de esta naturaleza grabados por Johnny Cash a lo largo de su vida.

Por último, escuchemos la versión de la conocida reina del góspel Mahalia Jackson.

 

Un amigo que comparte todas nuestras penas

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Con motivo de la celebración de la Pascua os ofreceré cada día clásicos del góspel que, a fuerza de versiones, se han hecho un hueco en este género.

Hoy, Jueves Santo, cuando conmemoramos la Última Cena, escucharemos What a friend we have in Jesus, uno de los temas góspel más conocidos. Su origen demuestra que de la sucesión de tragedias pueden salir los poemas más hermosos, y digo poemas porque el germen de esta canción fueron unos versos de Joseph M. Scriven, un poeta irlandés de familia acomodada cuya novia se ahogó accidentalmente el día antes de la boda.

Scriven emigró entonces a Canadá, donde se refugió en la religión para sobrellevar su pérdida. Unos años más tarde, la tragedia le visitó de nuevo. Próximo a casarse con su prometida Eliza Roche, esta contrajo neumonía y murió como consecuencia de ella. En 1855, le llegaron noticias de que su madre, todavía en Irlanda, se encontraba gravemente enferma y, a modo de consuelo, le escribió un poema, que luego se convertiría en nuestro What a Friend we have in Jesus.

En un principio, no lo publicó y no fue hasta diez años más tarde que se supo que era suyo. En este himno religioso escuchamos: “Cuánta paz nos perdemos, cuánto dolor innecesario soportamos, solo porque no llevamos todo a Dios en oración”. El poeta se pregunta también: “¿Podremos encontrar un amigo tan fiel que comparta todas nuestras penas?” Los últimos años de la vida de Scriven estuvieron marcados por problemas de salud y fuertes depresiones, hasta su muerte en 1866… también ahogado (no se sabe si por accidente o se suicidó). Poco después de su muerte el poema llegó a oídos de un abogado y compositor de Massachussetts, Charles Crozat Converse, quien decidió ponerle música.

Tennessee Ernie Ford la grabó en Sings from his Book of Favorite Hymns (1962).

Escuchemos a Glen Campbell para Favorite Hymns (1989).

Willie Nelson en How Great Thou Art (1996).

Alan Jackson la incluyó en Precious Memories (2006).

Brad Paisley hizo una versión instrumental a la guitarra en Play (2008).

El único álbum góspel de Ronnie Milsap hasta la fecha es Then Sings My Soul (2009). Escuchemos su versión.

El tema también ha sido traducido a diversas lenguas y, en particular, en Asia goza de cierta popularidad. Escuchemos la versión en japonés, traducida como Itsukushimi Fukaki.

Termino con otra versión exótica, esta en hindi. Sunil Solomon canta Yeshu Kaisa Dost Piara.

Y al tercer día…

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En este día en que conmemoramos la resurrección de Jesús, hablaremos de uno de los himnos evangélicos más célebres de todos los tiempos, How Great Thou Art (“Qué grande eres”).
El origen hay que buscarlo no en Estados Unidos, sino en tierras septentrionales europeas, concretamente en Suecia, donde en 1885 un joven predicador de 26 años, Carl Gustav Boberg, escribió el poema O Store Gud (“Oh gran Dios”).
Años después, durante una reunión religiosa, Boberg se enteró de que le habían puesto música, utilizando una vieja melodía sueca. El caso es que este himno fue del agrado de la jerarquía eclesiástica y se tradujo primero al alemán en 1907 y luego al ruso en 1912.
La primera versión en inglés data de 1925, por parte de E. Gustav Johnson, aunque la más conocida –y la que ha llegado hasta nuestros días– es la de un misionero británico que había emigrado a Estados Unidos procedente del este de Europa. Stuart K. Hine escribió la letra en los años 30 del pasado siglo y, desde entonces, ha formado parte del repertorio de gran parte de los artistas que han cantado gospel.
El narrador se asombra del poder de Dios, que se despliega en todo el universo. Vamos a escuchar distintas versiones de este himno cantadas por artistas country.
Tennessee Ernie Ford la grabó con acompañamiento coral de The Jordanaires en su álbum I Love to Tell the Story (1962).

Elvis Presley lo hizo para How Great Thou Art (1967).

Os dejo con la versión de Connie Smith, que la interpretó por primera vez en Back in Baby’s Arms (1969).

Dolly Parton la ha incluido en multitud de álbumes; el primero de ellos, A Real Live Dolly (1970).

Escuchemos a The Statler Brothers en Holy Bible New Testament (1976).

Martina McBride la incluyó en Amazing Grace (1995).

Alan Jackson la versionó en Precious Memories (2006).

En 2008 apareció el álbum colectivo How Great Thou Art: Gospel Favorites Live from the Grand Ole Opry, en el que Carrie Underwood nos regaló esta versión.

Disco del mes (diciembre)

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El pasado 9 de diciembre una de las cantantes country de más éxito en la actualidad, Carrie Underwood, sacó un nuevo disco, Greatest Hits: Decade#1, a modo de recopilatorio para conmemorar su primera década en esto del country, desde que en 2005 ganara la cuarta edición del concurso American Idol.
El trabajo se compone de 25 canciones divididas en dos Cds. Hasta ahora ha visto la luz un single, Something in the Water, una de sus canciones más recientes y nominada, por cierto, para la próxima edición de los Grammy. Pero, además, el recopilatorio contiene éxitos de varios de sus álbumes anteriores: Some Hearts (2005), Carnival Ride (2007), Play On (2009) y Blown Away (2012). Underwood, que el pasado mes de septiembre anunció que estaba embarazada, también nos cautiva con una pequeña incursión en el gospel, a través de su colaboración con Vince Gill en How Great Thou Art.
Escuchemos una de las dos novedades de este año que incluye el disco, Little Toy Guns. La canción habla de las discusiones de una pareja, presenciadas por su hija pequeña, cuyo único deseo es que las palabras fueran como armas de juguete que no clavaran su aguijón ni hicieran daño.

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