Apoyémonos en los brazos eternos

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Para hoy, Viernes Santo, he elegido Leaning on the Everlasting Arms, un himno publicado en 1887. Sus autores fueron Anthony Johnson Howalter –la música– y el mismo Showalter y Elisha Hoffman –la letra–. De este último también escuchamos una Semana Santa anterior Are you washed in the blood?
La inspiración le llegó a Showalter cuando se disponía a escribir cartas de consuelo a dos ex-alumnos suyos –aparte de compositor de música religiosa se dedicaba a la docencia como profesor de canto–, cuyas mujeres habían fallecido. Utilizó en su carta un verso del libro del Deuteronomio en el que se dice: «El eterno Dios es tu refugio y aquí abajo están los brazos eternos». Tras escribir la música y un pequeño estribillo, se puso en contacto con Elisha Hoffman, quien, tras luchar en la Guerra de Secesión y atormentado por los horrores que había visto, se había ordenado sacerdote, para que escribiera el resto de estrofas. Suyos son estos versos: «Qué bendición, qué paz la mía, qué dulce caminar como un peregrino, cómo brilla el sendero día a día al apoyarme en los brazos eternos».
Este tema también ha aparecido en el cine, concretamente en la banda sonora de La noche del cazador (1955), cantado por Robert Mitchum y Lillian Gish. Veamos la escena.

Más recientemente ocupó un lugar destacado en la banda sonora de la nueva versión de Valor de Ley (2010), de los hermanos Coen. Escuchemos la que aparece allí, que corresponde a la interpretación de Iris DeMent que cierra la película.

Como vemos, un tema góspel muy cinematográfico, y es que también suena en Phase IV (1974), Wild Bill (1995), Next of Kin (1989) o First Reformed (2017).
George Jones la versionó para Old Brush Arbors (1966).

Alan Jackson la incluyó en Precious Memories (2006).

The Grascals es un grupo de bluegrass “descubierto” por Dolly Parton en 2004. También ellos se fijaron en este tema.

Guy Penrod la grabó en Hymns (2012).

Terminemos con dos versiones que se desvían del country: la de Mahalia Jackson, la «reina de la música góspel».

Y una excelente versión jazz grabada en 2017 en una iglesia baptista, realizada por el grupo True Worshippers.

In Spite of Ourselves. John Prine, 1999

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Hoy vamos a escuchar varias piezas de un álbum de dúos de canciones clásicas que vio la luz en 1999. Quizá porque no seguía la corriente principal del country-pop que triunfaba en esos momentos, no le fue del todo bien –se quedó en un discreto puesto 21 de las listas–, una injusticia dada la calidad de su contenido. La crítica, al menos, sí que reconoció sus encantos.

El disco fue la oportunidad para que John Prine colaborara con sus cantantes de country femeninas preferidas –en todas se pone al micrófono con una mujer–, así como para rescatar los temas folk con los que había crecido. En las notas que acompañan al álbum, Prine escribe: «Hice una lista con mis cantantes femeninas preferidas de country y las primeras nueve dijeron que sí. No me lo podía creer».

La canción con la que se abre lleva por título We´re not the jet set, compuesta por Bobby Braddock en 1974. La letra juega con el hecho de que Roma, París o Atenas son consideradas ciudades muy románticas, pero, para llegar a esos lugares desde Estados Unidos, sobre todo en los años 70, había que ser por lo menos «de la jet set». Los protagonistas no lo son, y descubrimos que en realidad se encuentran en Paris (Tennessee), Rome (Georgia) y Athens (Texas). Prine la interpreta con Iris DeMent.

Este clásico del country fue todo un éxito para un legendario dúo del country, el formado por George Jones y Tammy Wynette.

Escuchemos ahora So sad to watch good love go bad. Aquí, la pareja protagonista se lamenta de que su amor ha tocado a su fin. Os dejo con la versión que aparece en el álbum, en la que Prine canta con Connie Smith.

La canción data de 1960 y fue escrita por Don Everly, quien la grabó junto a su hermano. Esta es la versión original de The Everly Brothers.

I Know One es una canción escrita por Jack Clement. El protagonista se muestra dispuesto a perdonar a su pareja en el momento en que vuelva a su lado. «Si necesitas a un tonto que te perdone, conozco a uno», dice la letra. Escuchemos su dúo con Emmylou Harris.

Jim Reeves la grabó por primera vez en 1960.

La canción que da título al disco, In spite of Ouselves, es la única que fue escrita por John Prine y, a mi juicio, es una de las mejores del mismo. Prine, que la interpreta con Iris DeMent, la escribió para la banda sonora de una película de Billy Bob Thornton, Daddy and Them. Se trata de una canción alegre en la que una pareja se halla en la cumbre de su amor: «A pesar de nosotros mismos, terminaremos sentándonos en un arcoíris».

Big City. Merle Haggard y Dean Holloway, 1981

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La inspiración para escribir una canción puede nacer en cualquier parte, incluso en la conversación más intrascendente, como prueba la canción que vamos a escuchar hoy.

Dean Holloway no estaba metido en el mundo de la música –era conductor de autobús–, pero Merle Haggard se contaba entre sus amigos. Tras una sesión de grabación, empezaron a hablar como si tal cosa. Merle le preguntó qué tal le iba, a lo que Dean replicó: “Odio este lugar. Estoy harto de esta sucia ciudad”. Su compadre le preguntó entonces dónde le gustaría estar y Dean le contestó: “En algún lugar en el medio de Montana” (uno de los lugares más deshabitados de Estados Unidos). Merle se encontraba a la sazón grabando un álbum sobre las ventajas del campo sobre la ciudad, y pensó que esa idea encajaría en su trabajo (al que, por si fuera poco, le dio título). Ese mismo día Haggard escribió la letra, que comienza diciendo: “Estoy harto de esta sucia ciudad” y más tarde agrega: “Libérame en algún lugar en medio de Montana”.

En un acto de generosidad, el artista quiso que su amigo Dean Holloway también figurara en los créditos para recibir los derechos de autor correspondiente, que en su caso ascendieron a la nada desdeñable cifra de medio millón de dólares. La canción suena de fondo, por cierto, en una escena de la película Fargo (1996).

Escuchemos la versión original de Merle, que apareció en su álbum homónimo Big City.

En 1994 salió Tulare Dust: A Songwriter’s Tribute to Merle Haggard, un disco homenaje en el que varios compositores hacían versiones de éxitos suyos. Iris DeMent interpretaba Big City.

Una de las jóvenes promesas del country, Glen Templeton, también versionó este clásico.

Crucemos ahora el mundo para escuchar una versión de un grupo country japonés, The Mockingbirds, con Daisuke Tamura en la voz y Haruka Yoshitomi al fiddle. La actuación es de 2012.

T. Graham Brown la interpretó en un homenaje a Merle Haggard tras la muerte de este en abril del pasado año.

Escuchemos un directo de Eric Church de hace solo cuatro meses.