Rhiannon Giddens, un tesoro escondido

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Hace poco más de un mes Manuel Cerdà, uno de los más fieles seguidores de este blog, se mostraba entusiasmado por haber descubierto a Rhiannon Giddens y me sugería dedicarle una entrada. Pues vamos a ello, no sin antes animaros a visitar su blog https://manuelcerda.com/
Giddens, a sus poco más de 40 años, se ha convertido por derecho propio en una de las figuras más interesantes del panorama musical, ya sea en el folk, el blues, el soul, el jazz, el bluegrass o el género que se le ponga por delante. A los 20 años decidió estudiar ópera en el conservatorio Oberlin. Se dio a conocer con el grupo de folk Gaelwynd, y alcanzó mayor visibilidad todavía con otra formación del mismo estilo, Carolina Chocolate Drops, con la que sacó varios discos, el más conocido de los cuales fue Genuine Negro Jig (2010), Grammy al mejor álbum folk. Aquí destacó tocando el banjo y el fiddle. Más tarde emprendió una carrera en solitario que hasta ahora ha alumbrado tres discos: Tomorrow is My Turn (2015), Freedom Highway (2017) y There’s No Other, este último en colaboración con Francesco Turrisi, que vio la luz el pasado mes de febrero.
De su primera etapa, escuchemos Raggle Taggle Gypsies, versión de una canción folk escocesa que Giddens incluyó en Northern Lights (2005).

De su etapa con Carolina Chocolate Drops, podemos disfrutar de Your Baby Ain’t Sweet Like Mine, perteneciente al citado Genuine Negro Jig.

Su primer trabajo en solitario, Tomorrow is My Turn, lleva por título la adaptación al inglés del tema de Charles Aznavour L’amour c’est comme un jour, que ya cantara Nina Simone en 1975. Esta es la versión de Giddens.

Aquí tenéis a Charles Aznavour.

En 2017 llegó Freedom Highway, al que corresponde Birmingham Sunday, inspirada en la matanza perpetrada por el Ku Klux Klan en 1963 en un iglesia baptista de esa ciudad de Alabama.

We Could Fly fue escrita por Rhiannon Giddens y Dirk Powell.

También en su segundo trabajo en solitario está incluido At the Purchaser’s Option, el lamento de una mujer esclava: «Puedes tomar mi cuerpo, puedes tomar mis huesos, puedes tomar mi sangre pero no mi alma», dice el estribillo.

Vamos a escuchar, finalmente, dos muestras de su último trabajo, There is No Other, quizás uno de los mejores discos que han aparecido este año. Empezamos con I’m On My Way.

A esta última obra también pertenece su versión de Wayfaring Stranger. Este clásico del folk parece haberse originado en el siglo XIX. La letra habla del accidentado viaje que es la vida. Un forastero que va por esta tierra de aflicción se dirige hacia su hogar celestial, un mundo donde no hay enfermedad, fatigas ni peligros.

Gordon Lightfoot, el mejor compositor de Canadá

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La figura a la que hoy rendimos homenaje, el canadiense Gordon Lighfoot, nació en 1938. Ya desde niño empezó a despuntar en esto de la música y, a los 20 años, se trasladó a Los Ángeles para estudiar jazz, aunque a su regreso a Canadá optó por el folk y el country. Su debut discográfico tuvo lugar en 1962 de la mano del productor Chet Atkins, de RCA Nashville, con quien sacó sus primeros singles, entre ellos Remember Me (I’m the One).
En 1965 firmó un contrato con United Artists, donde sacó su primer LP, Lightfoot! (1966), del que luego escucharemos una muestra. Su carrera siguió en ascenso en la década siguiente, cuando firmó con Warner Brothers y alumbró sus icónicos trabajos Summer Side of Life (1971), Don Quixote y Old Dan’s records (1972), Sundown (1974), Cold on the Shoulder y Gord’s Gold (ambos de 1975), Summertime Dream (1976) o Endless Wire (1978).
Desde entonces, su producción ya no ha sido tan prolífica, pero no ha dejado de grabar álbumes, el último de los cuales, de 2012, es All Live. Admirado por Bob Dylan, quien dijo de él que cada vez que escuchaba una de sus canciones, deseaba que no acabara nunca, en 2012 entró en el Salón de los Compositores y, todavía hoy, a sus 80 años, su agenda sigue plagada de giras. Vamos a escuchar algunas de sus mejores canciones.
Early Morning Rain fue compuesta en 1964 y salió al mercado dos años después en su disco de debut Lighfoot! Su autor volvería a grabarla para su álbum Gord’s Gold (1975). La letra nos habla de un hombre que siente nostalgia por su tierra y va al aeropuerto a ver despegar los aviones. Lighfoot se inspiró en sus propias experiencias, cuando estudiaba orquestaciones de jazz en Los Ángeles y echaba de menos su patria.

George Hamilton IV la grabó en Steel Rail Blues (1966), título extraído de otra canción de Lighfoot.

Peter Paul and Mary la incluyeron en See What Tomorrow Brings (1965).

Ese mismo año la grabaron The Grateful Dead.

Vamos ahora con Did She Mention My Name?, de su disco homónimo (1968). Aquí, el narrador se encuentra con un viejo amigo, quien le pone al día de la vida en su localidad natal.

Esta canción ha sido versionada en clave bluegrass en varias ocasiones. Escuchemos dos ejemplos. Mac Wiseman lo hizo en su álbum Sings Gordon Lightfoot (1977).

Más recientemente, el grupo Mill Run Bluegrass Band la incluyó en By Request (2016).

Termino con Sundown, escrita en 1974, sobre una pareja que se acerca al «ocaso» de su relación. «A veces pienso que estoy ganando cuando pierdo otra vez», dice la letra.

Deryl Dodd la versionó en Pearl Snaps (2002).

Y, para rematar, una versión en directo, la de Toby Keith en Bullets on the Gun (2010).

El swing nos lleva a un nuevo año

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Llegamos a la última entrada de River of Country de este año. El protagonista de hoy va a ser… el swing, esa especie de «balanceo» –es lo que significa swing– musical tan popular en los años 30 hasta su declive durante la Segunda Guerra Mundial.
Este subgénero del jazz, dominado por las big bands, no ha perdido su capacidad de contagiarnos su optimismo. Aprovechando que es Nochevieja, vamos a escuchar fragmentos del disco Swing and Sweet in New Year’s Eve, aparecido en noviembre de 2008, una colección de 24 canciones que se cuentan entre lo mejor del género.
Comencemos con una de las mejores muestras de las big bands, Sing Sing Sing With a Swing, escrita por Louis Prima en 1936 y popularizada dos años más tarde por la orquesta de Benny Goodman.

Si hubiera que citar una big band que rivalizara en calidad con la de Benny Goodman, esa sería sin lugar a dudas la de Count Basie. Jumping at the Woodside fue grabada en 1938.

Retrocedamos un poco en el tiempo para escuchar Oh, Lady Be Good (1924), de George Gershwin. En el álbum aparece la versión de Manhattan Swing Band.

Vamos ahora con uno de los mejores clarinetistas de siempre, Artie Shaw. En este álbum se incluye Special Delivery Stomp (1941).

El gran Duke Ellington también tiene cabida en este trabajo. Escuchemos su Mood Indigo (Humor Añil, 1930).

Ya hemos disfrutado de un conde (Count Basie), de un duque (Duke Ellington), así que ¿por qué no de un rey? Louis Jordan, apodado El rey de la gramola, es el artífice de este Is You Or Is You Ain’t My Baby (1943).

Termino con una orquesta de swing, la de Stan Kenton, que aquí versiona una conocida canción cubana, El manisero (1930).

El mago de las cuerdas

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Hoy os presento a un virtuoso que tocaba el banjo, la guitarra, el ukelele y casi cualquier cosa que tuviera cuerdas, por lo que fue conocido como El mago de las cuerdas.

Se llamaba Roy Smeck y nació en Pensylvania en 1900 como Leroy Smeck. Sus influencias musicales –de jazz, ragtime y música hawaiana– eran muy sólidas, pero no cantaba demasiado bien, por lo que orientó su carrera hacia las piezas instrumentales, donde sabía que podía brillar más.

Durante los años 20 y 30 fue tan popular, que hasta tocó en la presentación del presidente Roosevelt en 1933 e hizo giras por Europa (actuó también en la coronación de Jorge VI). En los inicios del cine sonoro se le pudo ver en cortometrajes como That Goes Double (1933) y, en los años 30, fundó su propio grupo, The Vita Trio.

En 1985 el documental sobre su vida The Wizard of the Strings fue nominado al Oscar. Murió a los 94 años y en 2001 fue nombrado miembro del Salón de la Fama del banjo.

Vamos ya con alguna de sus más de 500 grabaciones, que realizó para los principales sellos discográficos del momento: Victor Recordings, Decca Records o Edison Recordings (en el Salón de la Fama del Ukelele, del que también fue miembro, se conserva el cheque de 25 dólares que Thomas Alva Edison le pagó por sus grabaciones). Estas fueron recopiladas en su mayoría en The Magic Ukelele of Roy Smeck (2003).

Escuchemos su versión de Twelfth Street Rag, un ragtime compuesto en 1914.

Ahora, dos valses al ukelele. El primero de ellos lleva por título Music Box Waltz.

El segundo es Waltz of Yesteryear.

Los aficionados al cine conocerán el musical La calle 42 (1933), a cuya banda sonora pertenece Shuffle Off to Buffalo. Roy Smeck la adaptó al ukelele con este resultado.

Como dije antes, su formación musical era exquisita. Escuchemos su adaptación al ukelele de Melody in F, compuesta por Anton Rubinstein en el siglo XIX.

Otro de sus temas con este instrumento fue I Ain’t Got Nobody, versión de una canción compuesta en 1915.

Por último, escuchemos Bye Bye Blues, obra de Fred Hamm, Dave Bennett y Bert Lown de 1925.

River of Country cumple 1000 entradas

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Casi cuatro después de que este blog iniciara su andadura, ha llegado el día de soplar 1000 velas. Para celebrar este pequeño paso para el hombre, he preparado una selección de canciones –no todas country– que tienen en su título la palabra «mil».

Comencemos con las canciones ajenas a nuestro género de cabecera. Ya sabéis que aquí toda la buena música es bienvenida, y que otras veces, y con infinito placer, he abordado el folk, el blues, el R&B, el bluegrass o, en menor medida, el jazz. Vamos con ellas.

Un grupo insignia de la música doo-wop, que medró en los años 50 y 60, fue The Heartbeats. De ellos escucharemos A thousand miles away, que salió al mercado en 1957. La canción, escrita por William Miller y James Shepard, sería recuperada para la banda sonora de American Graffiti (1973).

Seguimos con el doo-wop. Corría 1960 y Kathy Young tenía solo 15 años cuando grabó esta canción, A Thousand Stars, que la catapultó al éxito. Los coros son del grupo The innocents.

Como ejemplo del pop de los 60 figura, en un lugar preeminente, Bobby Vee. The night has a thousand eyes (1962) fue uno de sus mayores éxitos. Escrita por Benjamin Weisman, Dorothy Wayne y Marylin Garrett, en la letra el narrador advierte a su pareja de que no le sea infiel porque la noche tiene mil ojos y él se enterará.

Ahora vamos con un poco de rhythm and blues. Este tema alcanzó el número 1 de la lista de este género. Aunque Land of 1000 dances, compuesta por Chris Kenner, es de 1962, la versión más famosa se la debemos a Wilson Pickett, que la incluyó cuatro años más tarde en su álbum The exciting Wilson Pickett.

Entramos en el siglo XXI con A thousand miles, una canción pop que supuso el debut de Vanessa Carlton. Aparece en su disco Be Not Nobody (2002).

Y nos acomodamos ya en el fértil terreno country con Lefty Frizzell y I love you a thousand ways (1959), en la que el protagonista está dispuesto a probar su amor de mil maneras diferentes.

Años más tarde Willie Nelson nos regaló una versión de este tema.

Webb Pierce y Mel Tillis escribieron A Thousand Miles Ago en 1959 y ambos la grabaron de forma independiente en el curso de sus carreras. Mientras va en un tren de mercancías, un tipo se pregunta por qué su amada le dejó hace mil millas. Os dejo con las dos grabaciones; la de Webb Pierce es de 1959.

Mel Tillis la grabó en 1962.

En su álbum This Time (1993), Dwight Yoakam incluyó su propia composición, A Thousand Miles from Nowhere.

En el segundo álbum de Lee Brice, Hard 2 Love (2012), sonaba Seven Days a Thousand Times, obra del mismo Brice, Billy Montana y Jon Stone. El narrador rememora los siete días de felicidad que gozó con su novia unas vacaciones, y afirma haberlos revivido mil veces.

 

Muere el arquitecto del blues

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Uno de los responsables de que el blues despegara comercialmente y se hiciera tan popular a partir de los años 50 fue el legendario Philip Chess, fundador, junto a su hermano Leonard, de Chess Records. Nacido en Polonia como Fiszel Czyz, Chess nos dejó el pasado 18 de octubre en su casa de Arizona, a los 95 años de edad.
Chess Records constituyó todo un hito por difundir la música de blues afroamericana en un país todavía muy segregado en la década de los 50. Entre el elenco de artistas que trabajaron para este sello, sobresalen Muddy Waters, John Lee Hooker, Al Hibbler o Howlin’ Wolf, entre otros. Además, acogió a Chuck Berry, pionero del rock and roll que, por cierto, cumplió 90 años el mismo día que murió Phil. Este solía decir de su amigo que el auténtico inventor del rock and roll había sido él y no Elvis.
El nombre de Chess Records traspasó las fronteras de Estados Unidos. En Gran Bretaña, Mick Jagger y Keith Richards, los padres de The Rolling Stones (cuyo nombre proviene de una de las primeras canciones que grabó Muddy Waters, Rollin’ Stone), eran muy fans, y lo primero que hicieron al llegar a Estados Unidos fue grabar 2120 South Michigan Avenue, en recuerdo de la dirección que la compañía tenía en Chicago.

Muchos de vosotros conoceréis la película Cadillac Records (2008), a propósito de nuestro sello. Pues bien: inexplicablemente, Philip no aparece en su metraje, ya que todo el protagonismo recae en su hermano Leonard, fallecido en 1969. Es cierto que este supervisaba la línea más blues del sello, mientras que Phil se dedicaba a la parte jazz y doo-wop y atendía a los asuntos financieros. Sin embargo, según el hijo de Leonard, Marshall, ambos eran igual de importantes: “Era una relación puramente simbiótica y de sinergias”. No sería la primera vez que Philip quedara a la sombra de su hermano; en 1987, el Salón de la Fama del Rock and Roll acogió a Leonard por la creación de Chess Records, sin mencionar a Phil.
Estos “olvidos” se subsanarían en otra cinta no tan conocida sobre Chess Records, Who Do You Love (2008), así como con el premio honorífico que ambos hermanos, Leonard a título póstumo, recibieron en 2013 por la Academia Nacional de Ciencias y Artes de Grabación.
Escuchemos ya algunas de las grabaciones de Chess Records. Empezamos por el que probablemente sea el primer disco que editó Chess Records en 1950, compuesto por My Foolish Heart y Bless You (en la cara B), interpretadas por Gene Ammons and His Sextet. En este vídeo podemos disfrutar de las dos.

The Four Tops fue un cuarteto de doo-wop fundado en los años 50. De su etapa con Chess Records, os dejo este memorable Could it Be You (1956).

De Muddy Waters escuchamos su primera grabación para Chess Records, cuyo título sirvió de inspiración para la creación de los Rolling Stones. Me refiero, ya lo dije antes, a Rolling Stone (1950).

En 1951 Chess Records fichó a Chester Arthur Burnett, universalmente conocido como Howling Wolf. He aquí Wolf is at your Door (1952).

Jimmy Rogers –no confundir con el precursor del country Jimmie Rodgers– también figuró en su nómina. Aquí va What Have I Done (1958).

Para finalizar, os diré que Phil siempre contó con el apoyo de su mujer Sheva, con la que estuvo casado 70 años y que cerró los ojos el pasado mes de abril. En 1968, los hermanos terminaron vendiendo el sello a General Recorded Tape (GRT) por 6,5 millones de dólares.

Un músico en la corte del rey Gustavo

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Esta mañana nos sorprendía la noticia de que el premio Nobel de Literatura recaía, por primera vez, en un compositor y cantautor, Robert Allen Zimmerman, más conocido como Bob Dylan, por «haber creado nuevas expresiones poéticas en la gran tradición de la canción americana». No podía ser una decisión más acertada, pues el Comité Nobel reconoce la importancia de la letra de las canciones, algo sobre lo que siempre he hecho hincapié desde esta humilde tribuna, River of Country.
Este reconocimiento se viene a sumar a los que Dylan ha cosechado en sus más de 50 años de carrera, jalonados por cerca de 80 discos (el último, Fallen Angels, apareció en mayo de este año): 11 Grammys, un Globo de Oro, un Oscar, el Pulitzer, miembro del Salón de la Fama de Compositores, la medalla de EE.UU. de la libertad otorgada por Obama… Tampoco era un extraño en el paraíso sueco: en 2000 fue merecedor en ese país del Polar Music Prize, el llamado Nobel de la Música.
Aunque su nombre llevaba años sonando entre los candidados, el hecho de que no escribiera novelas o ensayos, sino canciones, hacía que la consecución del premio no pareciera muy probable.
Pionero del rock and roll y maestro del folk, en temas como Like a Rolling Stone, Blowing in the Wind o A Hard Rain’s a-Gonna Fall está muy presente el componente de crítica social. Sin embargo, el versátil Dylan se ha bandeado bien en todos los estilos (blues, gospel, rockabilly e incluso pequeñas incursiones en el jazz en su último disco).
La música country jugó un papel decisivo en los inicios de su carrera. Durante su infancia era oyente habitual de emisoras locales de country, lo que lo llevó a interesarse también por el folk. En su recopilatorio Biograph (1985), que incluía una entrevista con Cameron Crowe, decía: «El rock and roll para mí no era suficiente. Había grandes frases pegadizas y ritmos atrayentes pero las canciones no eran serias ni reflejaban la vida de una forma realista. Esto cambió cuando conocí la música folk. Las canciones tienen más desesperación, más tristeza, más triunfo, más fe en lo sobrenatural y sentimientos más profundos».
Los grandes clásicos del country comparten con el folk esta verdad, y Dylan se lanzó de cabeza al género. Sin más, vamos a escuchar algunas de sus canciones country más significativas. A lo largo de su discografía, encontramos tres discos fundamentalmente country: John Wesley Harding (1967), Nashville Skyline (1969) y New morning (1970).
Del primero de ellos, escuchemos I’ll Be your Baby Tonight, en el que destaca el uso de la pedal steel guitar, uno de los instrumentos country por antonomasia.

El siguiente trabajo de Dylan, también para la Columbia, fue Nashville Skyline, una inmersión en toda regla en el country –el disco fue presentado en el programa de Johnny Cash–. Una de sus canciones más recordadas, Lay, Lady, Lay, iba a aparecer en la película Cowboy de medianoche, pero no llegó a tiempo para el montaje. Se trata de una bella canción de amor en la que el narrador se prepara para pasar una noche de pasión junto a su pareja: «Cualesquiera colores que tengas en la mente, yo te los mostraré y los verás brillar».

Escuchemos ahora una de las tomas eliminadas del disco, One more night. El narrador habla de su soledad después su reciente ruptura y admite con resignación que «una noche más, se ven las estrellas y la luna brilla pero ninguna luz brillará sobre mí».

If not for you pertenece a New Morning (1970). El protagonista enumera todo lo que le debe a su pareja: «Si no fuera por ti la lluvia se acumularía, el cielo caería y el invierno no tendría primavera».

Por último, escuchemos You Ain’t Going Nowhere, incluida en Greatest Hits Vol. II (1971) pero escrita con anterioridad, coincidiendo con el festival de Woodstock de 1967. La canción aparece en la banda sonora de I’m Not There (2007), de Todd Haynes. La letra habla de la futilidad de la vida, repleta de hechos anecdóticos que no conducen a ninguna parte.

La ceremonia de entrega, presidida por el rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, tendrá lugar el próximo 10 de diciembre.

Centenario de Charlie Christian

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Charlie Christian no se dedicó al country, sino al jazz y al swing, pero hoy, 29 de julio, se cumplen 100 años de su nacimiento y merece nuestro modesto homenaje.
Nacido en el seno de una familia de músicos pobres en Texas, que poco después se trasladó a Oklahoma, su padre murió cuando él tenía 12 años, y lo único que le heredó fueron sus instrumentos musicales. Aprendió a tocar la guitarra, el saxo tenor y la trompeta, y en 1939 Benny Goodman lo contrató para su orquesta, iniciando así una carrera artística que apuntaló en su dominio de la guitarra eléctrica, instrumento relativamente nuevo en aquel tiempo.
Su figura ha ejercido una gran influencia sobre guitarristas como Eddie Cochran, B.B. King, Chuck Berry o Carlos Santana, entre otros. Incluso el trompetista Miles Davis reconoció su deuda con él… De modo que, ¿cuál es la razón de que sea tan poco conocido en la actualidad? La razón estriba en su prematura muerte: a finales de los 30, contrajo tuberculosis y, en marzo de 1942, murió sin haber cumplido los 26 años.
Escuchemos algunas de sus grabaciones más conocidas. Aunque en vida no sacó ningún disco, su obra ha sido recopilada en diversos álbumes, el más importante de los cuales lleva por título Solo Flight: The Genius of Charlie Christian (1972), que incluye algunas de las sesiones que hizo con Benny Goodman.
Rose Room fue uno de sus primeros trabajos con el sexteto de Benny Goodman. Compuesto por Art Hickman y Harry Williams, se grabó en octubre de 1939.

Escuchemos ahora Honeysuckle rose, un estándar del jazz compuesto por Fats Waller y Andy Razaf.

Esta es su versión de I Got Rhythm, de George Gershwin. Él toca la guitarra; Jerry Jerome, el saxofón.

En 1927 Hoagy Carmichael compuso Stardust. Así lo interpretó Charlie Christian con el sexteto de Benny Goodman. La grabación data de 1939.

Otro estándar del jazz que versionó fue Tea for Two, compuesto por Vince Youmans en 1925 para el musical No, No, Nanette. Jerry Jerome al saxo, Frankie Hines al piano y Oscar Pettifor al bajo.

Una de los primeros temas basados en un riff es Royal Garden Blues, de Clarence Williams (1919). En esta grabación de 1940, podemos disfrutar también de Benny Goodman y Count Basie.

En Familia (I)

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Empiezo hoy una serie dedicada a los grandes éxitos del primer grupo conocido de la música country, la familia Carter. En 2008 la discográfica británica Not Now Music publicó un recopilatorio con dichos éxitos en un doble CD titulado The Carter Family: Wildwood Flower, no en vano uno de sus temas más populares. Echad un vistazo a la página web de esta compañía, http://www.notnowmusic.com. Encontraréis unos productos muy interesantes no solo de country, sino también de rhythm and blues, jazz, bandas sonoras de películas, soul, música clásica, orígenes del rock… pero todos con un nexo en común, que nos múisica de ahora como sugiere el nombre del sello.
Yo me hice con el CD en un reciente viaje a Bristol, Reino Unido, y no deja de ser curioso que la ciudad homónima de Tennessee guarde una relación tan profunda con la familia Carter. Fue en esa localidad donde se realizaron las primeras grabaciones country —en las que también participó la familia Carter—, de la mano del cazatalentos Ralph Peer (ver entrada dedicada a las grabaciones de Bristol).
No vamos a abundar más en la importancia de la familia Carter en la música country, os remito a la reseña biográfica que publiqué el 5 de abril de 2014. Vamos, pues, a la parte musical propiamente dicha.
Empezamos con la canción que abre y da título al disco, Wildwood Flower. El origen de este tema folk (recordemos que en los primeros tiempos los cantantes de country eran conocidos y se referían a sí mismos como cantantes de folk o de hillbilly music) habría que buscarlo en 1860, cuando se publicó por primera vez con música de Joseph Philbrick Webster (autor también de la canción de la Guerra de Secesión Lorenaentrada 24 de febrero de 2015— y del himno evangélico In the Sweet By and By) y letra de Maud Irving. Entonces se llamaba I’ll Twine ‘Mid the Ringlets. La primera grabación de la familia Carter tuvo lugar en Camden, Nueva Jersey, el 10 de mayo de 1928, y los catapultó a la fama. Maybelle Carter dijo de ella: «La primera vez que oí esta canción era una chiquilla. Mi madre la cantaba y la madre de mi madre también, lleva presente años y años. Es la canción más popular que hemos grabado nunca, y apenas hay un grupo de country que no la utilice». Va de una chica inocente que se fía de las promesas de su amado y se entrega a él, pero este la abandona. «Quiero verle y lamentar la hora oscura en que se fue y abandonó a esta flor silvestre», dice. Escuchemos ya a la familia Carter.

Reese Witherspoon la cantó en la película En la cuerda floja (2005), biografía sobre la figura de Johnny Cash en la que ella interpretaba a June Carter.

Cherokee Maiden. Bob Wills, 1941

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Una de las primeras mujeres que triunfaron en el country, no como cantante sino como compositora, fue Cindy Walker, quien, a sus poco más de veinte años, escribió este estándar que luego grabarían multitud de artistas y se convertiría en un clásico del western swing.
En la letra el narrador recuerda con nostalgia la noche de amor que pasó junto a su “doncella Cherokee” y promete que cuando vuelva a esa tierra se la llevará con él.
Bob Wills la inmortalizó con su grupo The Texas Playboys.

La versión de Asleep at the Wheel ganó un Grammy en 2001.

Merle Haggard y su banda The Strangers la grabaron en 1976 para su álbum The roots of my raising y su versión llegó al número 1 de la lista Billboard.

Ahora, George Strait en un concierto en Florida en 1999.

Kacey Musgraves la incluyó en Wanted One Good Cowboy (2003).

Anna Wilson le dio un toque jazz en Countrypolitan Duets (2011).