Déjame refugiarme en Ti

rock of ages
Para conmemorar la resurrección de Jesús, escucharemos hoy Rock of Ages, el himno religioso más antiguo que he recopilado en esta serie, ya que se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII.
Fue escrito por el reverendo Augustus Montague Toplady en 1763 y publicado en The Gospel Magazine en 1775, tres años antes de que Toplady muriera de tuberculosis. Según parece, lo escribió durante un viaje a las montañas de Mendip Hills, en los alrededores de Bristol y Bath. Concretamente, cuando se encontraba en el desfiladero de Burrington, Combe fue sorprendido por una tormenta y se refugió allí, lo que le sirvió de inspiración para escribir este tema en el que compara a Dios con una «roca de la eternidad».
La historia ha calado tan hondo en la población local, que una de las rocas de esta garganta se conoce como Rock of Ages y es hoy un notable atractivo turístico. Asociado a los funerales protestantes, se dice que el príncipe Alberto, marido de la reina Victoria de Inglaterra, mandó que lo tocaran en su lecho de muerte, y también sonó en el funeral del primer ministro británico William Gladstone.
El séptimo arte lo ha utilizado en varias ocasiones –siempre en escenas relacionadas con entierros–, véanse La conquista del Oeste (1962), Luna de papel (1973) o El silencio de los corderos (1991). Escuchemos ya algunas de sus versiones.
Jo Stafford y Gordon McRae lo incluyeron en Songs Of Faith (1950).

Johnny Cash en Sings Precious Memories (1975).

Esta es la versión de Tennessee Ernie Ford.

Rosemary Clooney la interpretó en Hymns from the Heart (1959).

La versión de los Statler Brothers forma parte de su álbum Gospel Favorites (1992).

Este tema ha sido traducido al alemán con el título Fels des Heils (Roca de la salvación). Escuchémoslo.

Ahora, una curiosidad: también ha sido traducido al telugu, una de las múltiples lenguas de la India, con el título Naakai cheelcha badda.

Y terminamos con una versión instrumental al dobro.

Pee Wee King, un polaco americano en el country

pee wee king

Nacido en 1914 como Julius Frank Anthony Kuczynski en el seno de una familia de inmigrantes polacos, su padre fue un músico profesional especializado en la polka y de él aprendió a tocar el acordeón. Cuando tenía poco más de veinte años, al igual que tantos jóvenes de aquel tiempo, buscó fortuna en el cine y llegó a trabajar con Gene Autry. Sin embargo, poco después decidió dedicarse por entero al country y, en 1937, entró en el Grand Ole Opry. King es recordado como compositor más que como cantante, aunque también despuntó en esta última faceta. Su composición más famosa fue el espléndido Tennessee Waltz, ya escuchado aquí, que también grabó aunque popularizó Patti Page. Como cantante, su mayor éxito fue Slow Poke, que también escuchamos cuando os hablé del film La última película, en cuya banda sonora también sonaba la popular balada You Belong to Me, coescrita por él en los años cincuenta y popularizada por Jo Stafford.

En la década de los 40 el Grand Ole Opry no permitía que sus miembros utilizaran instrumentos de percusión o electrificados. Pee Wee King contribuyó a que esta política fuera cambiando. Y fue también él quien introdujo en el country la estética de los trajes de cowboy con diamantes falsos, tan de moda luego entre las estrellas del género. En 1970 fue nombrado miembro del Salón de la Fama de compositores de Nashville y en 1974 entró a formar parte del Salón de la Fama de la música country. Murió en el año 2000.

Escuchemos una grabación suya de 1950 que llegó a entrar en las listas, Bonaparte’s Retreat. Es un tema de western swing en el que el fiddle se convierte en protagonista. Pee Wee King se basó en una popular melodía de principios del siglo XIX, puramente instrumental y de origen europeo. Él la adaptó, le añadió letra y, desde entonces, ha tenido multitud de versiones. La letra habla de un hombre que conoce a una chica en un baile, mientras la orquesta está tocando Bonaparte’s Retreat.

Os dejo con la interpretación de Hank Locklin.

Glen Campbell hizo su propia versión en Houston, I’m Coming to You (1974). Como novedad, introdujo un instrumento al que el country no está muy acostumbrado, la gaita, que aquí le da ese aire tan animado.

Willie Nelson la incluyó en su Red Headed Stranger (1975).

No está aquí: ha resucitado

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Esta semana tan intensa para el mundo cristiano toca a su fin con el Domingo de Resurrección, que celebraremos aquí con otro tema góspel.

It is no secret what God can do fue escrito a principios de la década de los 50 por Stuart Hamblen. Este había gozado de cierto éxito en los primeros tiempos del country y es considerado uno de los primeros cowboys cantantes, que proliferaron en la radio y el cine allá por los años 30. Su estilo de vida –dio varias veces con sus huesos en la cárcel por delitos de desorden público– no hacía pensar, ni mucho menos, que terminaría escribiendo canciones de temática religiosa, si bien era hijo de un pastor metodista de Texas.

En la época en que trabajaba en el mundo del espectáculo en California, se hizo amigo del actor John Wayne y del predicador Billy Graham y, gracias a este último, se convenció de que tenía que cambiar de vida. Y tanto fue así, que en las elecciones presidenciales de 1952, las que ganó Eisenhower, fue candidato por el Partido de la Prohibición, aunque no consiguió más que unos 70.000 votos. Su aversión por el alcohol le ocasionó, por cierto, no pocos problemas con los patrocinadores de su programa, ya que se negaba a anunciar bebidas alcohólicas.

Según cuenta la leyenda, en una conversación con su amigo John Wayne, sorprendido este por su “reforma”, Hamblen le dijo: “No es ningún secreto lo que Dios ha hecho por mí”, a lo que el actor replicó que eso sonaba a canción y le recomendó que se pusiera manos a la obra para escribirla.

Hamblen le hizo caso y el resto es historia. El consejo de John fue óptimo, y la canción se considera hoy el primer crossover hit –un éxito que cruza las fronteras de su género– del góspel. A modo de ejemplo, llegó al número 1 de las listas pop gracias a las versiones de Jo Stafford o Elvis Presley, entre otros.

La letra habla del inmenso poder de Dios en nuestras vidas: “No es ningún secreto lo que Dios puede hacer; lo que ha hecho por otros lo hará por ti. Con los brazos abiertos, te perdonará”.

La primera grabación de este clásico es la de Bill Kenny, del grupo The Ink Spots junto con The Song Spinners, en 1951.

Ese mismo año Jo Stafford hizo su propia versión.

Escuchemos ahora una del propio autor, Stuart Hamblen, en su álbum It is no secret (1956).

En España, Elvis Presley es recordado sobre todo por su faceta rock, pero en Estados Unidos sus grabaciones góspel gozaron de gran éxito. En 1957 grabó It is no secret what God can do, que vio la luz en Elvis’ Christmas Album.

Su éxito hizo que todo el mundo quisiera incorporarla a su repertorio. Al año siguiente lo hizo Jim Reeves en God Be with You.

Willie Nelson la incluyó en How Great Thou Art (1996), con un espléndido acompañamiento de piano.

En 2007 apareció la recopilación Ultimate Gospel, de temas de esta naturaleza grabados por Johnny Cash a lo largo de su vida.

Por último, escuchemos la versión de la conocida reina del góspel Mahalia Jackson.

 

La canción de los valles

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En la anterior entrada, escuchábamos un tema en el que el protagonismo recaía sobre las praderas. Los valles son hoy las estrellas de Red River Valley.

Su título puede hacer referencia bien al valle del Río Rojo, frontera entre Texas y Oklahoma, bien al del mismo nombre en Dakota del Norte y Minnesota, que se adentra también en Canadá. La segunda opción es la más probable. Aunque ya era conocida hacia 1870, el primero en publicarla por escrito fue James J. Kerrigan en 1896.

Nos encontramos ante una balada western de temática amorosa en la que el protagonista se lamenta de que su amada vaya a abandonar el valle. Al igual que Bury Me Not on the Lone Prairie, este también es muy cinematográfico, más incluso. Gene Autry la popularizó en Red River Valley (1936), John Ford la utilizó en Las uvas de la ira (1940), Bogdanovich en La última película (1971), George Cosmatos en Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp (1993)…

La versión de Gene Autry está incluida en The Essential Gene Autry, que recogía sus grabaciones entre 1933 y 1946.

Sons of the Pioneers grabó una colección de canciones western en Western Classics (1953).

Ahora una voz femenina, la de Jo Stafford en Starring Jo Stafford (1953).

“El otro” Jimmie Rodgers la incluyó en Twilight on The Trail (1959).

La primera vez que Marty Robbins la grabó fue para su álbum More Greatest Hits (1961).

Slim Whitman alcanzó un gran éxito en el mercado británico con Red River Valley (1977).

A su vez, Michael Martin Murphey triunfó con su versión de este clásico en Cowboy Songs (1990), que alcanzó además la consideración de disco de oro, algo que no ocurría con un disco de temática cowboy desde 1959 con Marty Robbins y su Gunfighter Ballads and Trail Songs.

Termino con una versión instrumental en la que la armónica se adueña del pentagrama.

La última película

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Hoy os invito a que veáis por primera vez –si no la habéis visto– o a que volváis a ver, en caso de que lo hayáis hecho ya, una de las grandes películas de los 70, que, además, presenta una banda sonora country de excepción. Me refiero a La última película, de Peter Bogdanovich (1971). Basada en una novela de Larry McMurtry, guionista de Brokeback Mountain y autor de La fuerza del cariño, la historia se desarrolla a principios de la década de los 50 y narra la vida cotidiana en un pueblo de Texas (McMurtry es de allí y conocía bien el ambiente).
Los personajes se hallan en la encrucijada del paso de la adolescencia a la edad adulta, y se enfrentan como todo el mundo a la soledad, el amor, los celos…, todo ello con el fondo de la amistad que une a los dos protagonistas, Sonny (Timothy Buttons) y Duane (Jeff Bridges), que se disputan las atenciones de Jacy (la debutante Cybill Shepherd). Los más veteranos lidian, a su vez, con el recuerdo de la juventud perdida, así Sam el León, Ruth Popper o los padres de Jacy. La película tuvo ocho candidaturas a los premios Oscars y recibió dos estatuillas por sus interpretaciones secundarias. En 1990, Bogdanovich dirigió Texasville, una secuela también basada en una novela de McMurtry, que se centra en la vida de los personajes treinta años después de La última película. Y sus seguidores esperamos ávidos She’s Funny That Way, que el cineasta terminó de rodar en 2014 y que, en principio, se estrenará en Estados Unidos este verano.
La banda sonora fluye de manera natural en la cinta. Percibimos las canciones –nada menos que 17– cuando alguno de los personajes pone la radio, y entre ellas sobresale el clásico de Hank Williams Cold, cold heart (ya escuchada aquí), y otras canciones muy populares en la época, de Pee Wee King, Lefty Frizzell, Hank Snow, Jo Stafford y muchos otros.
Texas fue un inmenso granero de honky-tonk en la época, y no es de extrañar, por tanto, la propensión de la banda sonora por este estilo. He aquí la grabación original de Slow Poke (1951), de Pee Wee King, Redd Stewart y Chilton Price.

La siguiente canción, You belong to me, también fue escrita por Wee, Stewart y Price, aunque la versión que escuchamos en la cinta es la más popular de Jo Stafford. Un apunte: en realidad, y al igual que la anterior, You belong to me fue escrita por Price en solitario, pero este incluyó en los créditos a King y Stewart para tener más publicidad y que se vendiera mejor. A juzgar por las ventas, acertó.

Os dejo con Give More More More (Of Your Kisses), interpretada por Lefty Frizzell y escrita por el propio Frizzell en colaboración con Ray Price y Jimmy Beck.

Why Don’t You Love Me (Like You Used to Do), de Hank Williams, aparece en los créditos finales y salió como single en 1950.

Ahora, una balada country de Hank Snow, A Fool Such As I en una interpretación que hizo Snow en 1965.

Por último, Rose, Rose, I love You, que triunfó en 1951. Escuchémosla en la voz de Frankie Laine.

Sentimentally Yours. Patsy Cline, 1962

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Aparecido en agosto de 1962, el disco se convirtió en el último LP de Patsy Cline antes de su prematura muerte solo un año después. Producido por Owen Bradley y editado por Decca Records, tras el cambio de nombre de este sello por el de MCA, fue publicado de nuevo en 1973 y en 1988 en formato CD. El disco sedujo al público pop, al que Cline guiñó el ojo con una serie de canciones de este estilo, de resultas de lo cual surgió una perfecta mezcla entre el sonido Nashville y las baladas románticas.
El álbum consta de 12 canciones, todas –a excepción de She’s got you (ya escuchada aquí)y Strange– versiones de clásicos imperecederos.
En primer lugar, os dejo con Strange, de Mel Tillis y Fred Burch.

Your cheating heart, compuesta por Hank Williams en los años 40.

Half as much es otra versión de una canción de Hank Williams de 1951.

Escuchemos ahora su interpretación de You belong to me, de Jo Stafford.

That’s my desire, de 1931.

Por último, de este disco se publicaron dos singles, She’s got you y Heartaches, una canción de 1931 escrita por Al Hoffman y con letra de John Klenner.