Cincuenta años después

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Tal día como hoy, hace 50 años, se grabó la canción que vamos a escuchar en esta entrada. Me refiero a Honey, escrita por Bobby Russell y popularizada por Bobby Goldsboro.

Desde luego, fue uno de los temas más escuchados en 1968; y una de las razones de su éxito fue un hecho fortuito. Cuando el single llevaba poco más de un mes en el mercado, mataron a Martin Luther King y, por una extraña asociación de ideas –la canción habla de la muerte de la persona amada cuando esta todavía es joven–, el tema subió como la espuma y se instaló en el número 1 durante cinco semanas consecutivas.

Es cierto que no le faltan detractores: en algunas listas de “las peores canciones” –por ejemplo, en la de la CNN de 2006 o en la de Rolling Stone de 2011– ocupa un lugar destacado por su almibaramiento. En la letra, el narrador evoca varias anécdotas anodinas relacionadas con su joven y difunta esposa, a la que se refiere como «un poco tonta y un poco lista» y a la que recuerda cuando ve el árbol que ella misma plantó al inicio de su relación.

El primero en grabarla fue Bob Shane, de The Kingston Trio.

Vamos ahora con la versión más conocida de la canción y de cuya grabación se cumplen 50 años. Bobby Goldsboro, percibiendo su potencial lacrimógeno, se apresuró a grabarla solo una semana después con una producción algo más elaborada, y la convirtió en un éxito, el mayor de su carrera.

Su éxito hizo que gozara de multitud de versiones. Escuchemos algunas de ellas. Eddy Arnold en Romantic World of Eddy Arnold (1968).

Roger Miller la incluyó en A tender Look of Love (1968).

John D. Loudermilk la grabó para Country Love Songs Plain and Simply Sung (1968).

Jack Greene en Love Takes Care of Me (1969).

En la versión de Tammy Wynette se cambió levemente la letra para que la pudiera cantar desde el punto de vista de la mujer fallecida. La incluyó en su álbum Divorce (1968).

Escuchemos, por último, la interpretación de su autor, Bobby Russell.

 

Ernest Ashworth, la estrella radiofónica

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Ernest Bert Ashworth nació en 1928 en Alabama. Su vocación era la radio y su destino estaba en el country. Empezó como locutor en una emisora de su ciudad natal y, en 1949, se trasladó a Nashville, donde prosiguió su trabajo en las ondas, lo que lo llevó a firmar su primer contrato con Acuff-Rose Music (la discográfica de Hank Williams y, por tanto, la meca del country en aquel momento).

Aunque al principio no destacó como cantante, sí lo hizo como compositor, y nombres tan emblemáticos como Carl Smith, Little Jimmy Dickens o Johnny Horton grabaron sus temas. En 1960 fichó por Decca Records, y posteriormente por Hickory Records, lo que revitalizó su carrera. En 1963 le llegó su mayor éxito con Talk Back Trembling Lips, que luego escucharemos. Gracias sobre todo a este éxito, entró en el Grand Ole Pry en 1964. Pero Ernie Ashworth también fue empresario, y llegó a comprar dos emisoras de radio. En 1992 entró al Salón de la Fama de la Música de Alabama, y mantuvo su presencia en el Grand Ole Opry con intervenciones regulares hasta su muerte en 2009.

Como os decía antes, vamos con el único número 1 de su carrera, Talk Back Trembling Lips, de John D. Loudermilk. El narrador se dirige a distintas partes de su cuerpo: a sus labios y piernas temblorosos (para que mantengan la compostura y no dejen traslucir a su pareja su completa rendición ante su amor) y a su corazón (para que no le deje saber que se está rompiendo en dos). Aquí va la versión original de Ernest Ashworth.

El mismo año la grabó Johnny Tillotson y consiguió uno de los últimos éxitos de su carrera.

Esta versión de George Jones presume de un ritmo un poco más rápido.

En 1990 Becky Hobbs la redescubrió a un público más joven.

Not a Moment Too Soon. Tim McGraw, 1994

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El álbum de debut de Tim McGraw tuvo una recepción comercial más que discreta, pero su siguiente trabajo, que os traigo hoy, fue un éxito total. Llegó al primer puesto de las listas y se colocó como el álbum country más vendido del año. Fue, sin duda, la auténtica carta de presentación de este artista. Editado por Curb Records, alumbró nada menos que cinco singles, en los que se aprecia la influencia del rock sureño.
Indian Outlaw fue el primero de ellos. Escrito por Tommy Barnes, Gene Simmons y John D. Loudermilk, los estereotipos con que caracteriza a los indios soliviantaron al público de la época.

El segundo single que apareció es más propio del country tradicional, y su letra cuenta una historia más elaborada. Don’t Take the Girl fue compuesta por Craig Martin y Larry W. Johnson. La historia sigue la relación a lo largo del tiempo entre un chico y una chica. Empieza en la niñez, cuando él le pide a su padre que no se lleve a la niña de pesca porque quiere estar junto a ella. Luego pasan diez años: los jóvenes amantes disfrutan del cine cuando les sorprende un ladrón y el chico le da todo su dinero con tal de que no se lleve a la chica. Transcurren cinco años. Los protagonistas ya se han casado y esperan su primer hijo. El bebé nace bien, pero surgen complicaciones en el parto y la vida de la mujer corre peligro. Su marido reza a Dios para que no se lleve a la chica (“Quítame el aliento que me diste, quítame este corazón del pecho, con gusto tomaría su lugar si me dejas, llévame de este mundo pero por favor no te lleves a mi chica”). La canción termina repitiendo la primera estrofa, para ilustrar que la vida y las historias de amor son como un ciclo que nunca termina.

Down on the Farm es una composición de Jerry Laseter y Kerry Kurt Phillips. Se trata de un tema alegre que rinde homenaje a las fiestas en las zonas rurales, que superan siempre a los “encorsetados” saraos de la ciudad.

El tema que da título al disco, Not a Moment Too Soon, fue compuesto por Wayne Perry y Joe Barnhill. El protagonista se siente agradecido a su pareja porque su amor le salvó “justo a tiempo”. El single llegó al número 1 de las listas.

Refried Dreams recupera el típico ambiente del honky-tonk, en el que un hombre se lamenta en un bar por el abandono de su novia. La composición de Jim Foster y Mark Peterson incluye sonidos propios del pop.

Termino con It doesn’t get any countrier than this, la única de las que vamos a escuchar que no salió como single. Jerry Vandiver y Randy Archer, sus autores, tiran de metáfora para perfilar la apasionada relación de dos amantes: “Hace que arranque el motor de mi tractor con solo un beso, sé que no creció en una granja pero sabe cómo actuar detrás de un granero”. No puede ser más country.

 

2016: Un año para la historia

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Hoy toca mirar atrás, hacer repaso; y empezamos con una selección de diez canciones que me han convencido en este 2016. Todas ellas presentan un denominador común y es el tratamiento pop que las acompaña y que parece haberse adueñado ya del cuerpo de la música country. Como todas las listas, esta puede pecar de subjetividad, pero ¡qué importa! Procedamos ya al donoso escrutinio de estos diez singles.
Blue Ain’t Your Color. El noveno disco de Keith Urban, Ripcord, ha producido varios singles, entre ellos este, que vio la luz en agosto. La interpretación de Urban le ha valido una nominación para los premios Grammy, que tendrán lugar el próximo 12 de febrero. Compuesta por Hillary Lindsey, Clint Lagerberg y Steven Lee Olsen, nos presenta a un tipo que observa a una mujer en un bar que lo está pasando mal en su relación, y piensa que quizá ese no sea el hombre apropiado para ella.

Hands of Time. Margo Price ha debutado este año con su disco Midwest Farmer’s Daughter, del que hasta la fecha han salido dos singles, uno de ellos este, que escuchamos en marzo. En la más pura tradición de la música country, narra la vida llena de sinsabores de una mujer que se lamenta de las “crueles manecillas del tiempo”.

Vice. En julio aparecía este Vice de Miranda Lambert como parte de su álbum The Weight of These Things. La canción fue escrita por ella misma junto con Shane McAnelly y Josh Osborne.

21 Summer. Este año ha visto la luz el segundo álbum de Brothers Osborne, Pawn Shop. Este que vamos a escuchar es su cuarto single, obra de los miembros del dúo y Craig Wiseman. El narrador recuerda un amor de verano de su juventud.

From the Ground Up. Vamos con otro dúo, el compuesto por Dan Smyers y Shay Mooney. En su segundo trabajo, Obsessed, encontramos este tema, escrito por ellos junto con Chris DiStefano. Se trata de una balada country que ilustra el principal objetivo que habríamos de seguir en la vida: encontrar el amor verdadero y vivir la vida junto a la persona amada.

Better Man. Como anticipo del disco que sacará Little Big Town en 2017, The Breaker, en octubre saboreamos este single, concebido por Taylor Swift. Una mujer, que ve que su relación no tiene futuro, desea que su pareja sea un hombre mejor, pero, a la vez, no puede evitar seguir echándole de menos.

My Church. El disco de debut de Maren Morris, Hero, contiene este tema, candidato en la próxima edición de los Grammy en la categoría de mejor canción country. La verdadera iglesia de la protagonista es, según la letra, la música country y su verdadera redención la encuentra cuando escucha country en la radio.

Hometown Girl. Figura en el próximo disco de Josh Turner, cuyo título todavía no ha sido anunciado. El tema, obra de Marc Beeson y Daniel Tashian, expone las virtudes de una chica de campo.

Came Here to Forget. En mayo de este año salió el décimo trabajo de Blake Shelton, If I’m Honest. Dos meses antes apareció este single, que firman Craig Wiseman y Deric Ruttan. Un hombre y una mujer intiman en un bar tras superar ambos una ruptura sentimental y se proponen seguir adelante “hasta que no recordemos lo que vinimos a olvidar”.

Setting the World on Fire. En julio aparecía esta canción del disco de Kenny Chesney Cosmic Hallelujah, que incluye la colaboración de la cantante Pink. Escrita por Ross Copperman, Matt Jenkins y Josh Osborne, describe la noche de pasión de dos amantes que prometen “poner el mundo en llamas”.

Pasamos ahora al capítulo de las noticias, y lo hacemos de la mano del veterano Don Williams, que a sus 77 años ha anunciado que se retira tras seis décadas dedicado a esto del country. Todo lo contrario que Dolly Parton, quien a sus 70 años, y más vital que nunca, llevó a cabo una de las mayores giras de su carrera en Estados Unidos.
Este año también hemos celebrado el 50 aniversario de la Asociación de Música Country, que se dio un homenaje con el lanzamiento de un single, Forever Country, cantado por varias figuras de este género. Y en el Salón de la Fama de la Música Country ingresaron Fred Foster, Randy Travis y Charlie Daniels.
Entre los singles que han pegado fuerte, podemos mencionar Die a Happy Man, de Thomas Rhett que, aunque data de finales de septiembre de 2015, ha arrasado en esta temporada.
Finalmente, hagamos balance de los artistas que nos han dejado este año.
En febrero murió Sonny James, miembro del Salón de la Fama de la Música Country, a los 87 años.
El día de su cumpleaños –6 de abril– se nos fue Merle Haggard, pionero del sonido Bakersfield.
En mayo nos sorprendía la muerte de Guy Clark, conocido sobre todo en su faceta de compositor, si bien también grabó algunas canciones él mismo.
La mayor leyenda viva del bluegrass, Ralph Stanley, nos dejó en junio a los 89 años.
En septiembre, y con solo cuatro días de diferencia, cerraban los ojos el compositor John D. Loudermilk y Jean Shepard, una de las pioneras de la música country.
Por último, en octubre se despedía otro gran compositor, Curly Putman, a los 85 años de edad. Fue autor de canciones tan famosas como Green, Green Grass of Home –popularizada por Porter Wagoner– y co-autor de He Stopped Loving Her Today, un éxito para George Jones.
¿Qué nos deparará 2017?

Then You Can Tell me Goodbye. John D. Loudermilk, 1962

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A medio camino entre el country y el soul –varios artistas de este estilo la han interpretado–, este tema de amor fue compuesto por el prolífico John D. Loudermilk, primo de los Louvin Brothers y a quien debemos canciones tan importantes como Abilene o Waterloo, ambas escuchadas aquí.
Un hombre suplica a su pareja que se decida a dar el paso de iniciar una relación o se despida de él: «Endulza mi café con un beso de buenos días, suaviza mis sueños con tus suspiros, dime que me amarás un millón de años y, si no funciona, entonces puedes decirme adiós».
El primero en grabarla en plan country fue Don Cherry en 1962.

Escuchemos la versión de Johnny Nash en 1964.

El propio John D. Loudermilk la grabó para su álbum Suburban Attitudes in Country Verse (1967).

The Casinos arrasaron en 1967 con su toque doo-wop.

De Eddy Arnold en Walking in Love Land (1968).

La cantante de soul Betty Barton, conocida como Bettye Swann, hizo una personal versión en The Soul View Now (1969).

El grupo de Texas Toby Beau alcanzó uno de sus mayores éxitos con su interpretación de este tema en More than a Love Song (1979).

Otra versión que bebe del soul es esta de John Mathis, incluida en el álbum In the still of the Night (1989).

En los inicios de su carrera, Neil McCoy consiguó un considerable éxito con ella. Apareció en Neil McCoy (1996).

Waterloo. John D. Loudermilk y Marijohn Wilkin, 1959

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Muchos de vosotros, al leer este título, habréis pensado en la canción homónima del grupo sueco ABBA. Lógicamente, no es esta la que vamos a escuchar, sino un tema country, en su vertiente honky-tonk, que fue muy popular en 1959 gracias al single que sacó Stonewall Jackson, un cantante de country así llamado por el famoso general de la Confederación (de hecho, alguna publicidad de la época decía que era descendiente suyo, algo más que improbable).
El tema fue número 1 durante cinco semanas y vendió más de un millón de discos. Aunque se atribuya a los compositores arriba mencionados, la melodía no es enteramente original, puesto que se basa en un antiguo himno gospel, compuesto en 1916 por Charles A. Tindley con el título Leave it There, también conocido como Take your Burden to the Lord, que escucharemos luego.
La letra de Waterloo incide en la idea de que todo el mundo debe encontrarse con su destino, es decir, «con su Waterloo», en referencia a la batalla donde Napoleón fue derrotado. Se cita al propio Napoleón, a Adán, que se enfrentó a su Waterloo particular cuando Eva le incitó a morder la manzana, y a Tom Dooley, personaje histórico muy conocido en Estados Unidos, ahorcado por el asesinato de una chica en 1868 en Carolina del Norte (aquí podéis ver la entrada que dediqué a la canción folk sobre el suceso).
Os dejo con la versión original de Stonewall Jackson en 1959.

Ahora, escuchemos el himno gospel del que os hablaba antes, Leave it There (Take your Burden to the Lord), en el que se repite: «Lleva tus cargas al Señor y déjalas allí». La primera versión que se conserva es la de Washington Phillips, de 1927.

Termino con una interpretación de Joey+Rory, que revitalizaron esta canción en 2013.

Glen Campbell, el artista que ha vendido 45 millones de discos

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Glen Travis Campbell vio la luz en una pequeña localidad de Arkansas en 1936, en el seno de una familia numerosa (eran 12 hermanos). A los 18 años se trasladó a Albuquerque (Nuevo México) para iniciar su carrera musical y colaboró en el grupo de su tío, quien le metió en la radio local. Poco después se trasladó a Los Ángeles y se empezó a codear con los grandes del momento –Bobby Darin, Ricky Nelson, Nat King Cole o Elvis Presley, entre otros– e inició una gira con los Beach Boys.
En 1962 firmó con Capitol Records y a finales de esa década su carrera se catapultó con éxitos como By the time I get to Phoenix, Gentle on my mind, I wanna live o Wichita Lineman. A partir de 1969 su popularidad se consumó con un programa de televisión semanal que duró tres años. Durante la década siguiente siguieron sus éxitos: Galveston, Rhinestone Cowboy, Southern Nights
También ha brillado en su carrera cinematográfica: su incursión más recordada en el cine fue la del personaje de LaBoeuf en Valor de ley (1969), con John Wayne, por el que fue candidato a los Globos de Oro, amén de poner voz a la canción del título, que fue nominada al Oscar. En La gran pelea (1980), con Clint Eastwood, volvió a grabar el tema principal.
Entró en el Salón de la Fama de la Música Country en 2005 y en 2011 anunció que le habían diagnosticado Alzheimer. Al año siguiente se retiró de los escenarios, aunque hace poco ha sacado un single –grabado en enero de 2013– titulado I’m not gonna miss you, en cuya letra hace referencia explícita a su enfermedad. La canción ha sido incluida en la banda sonora de un documental sobre la etapa final de su vida, I’ll Be Me, que se estrenó el pasado octubre. Actualmente, se encuentra ingresado en un centro sanitario, ya en los últimos estadios de su enfermedad.
Escuchemos su primer número 1 en las listas, I wanna live, de John D. Lodermilk. La canción pertenece al álbum Hey Little One (Capitol) y salió como single en marzo de 1968. Inspirada por el espíritu de paz y amor del 68, pone de manifiesto que, a pesar de las diferencias, todas las personas tienen algo en común: quieren “vivir hasta envejecer, dejar vivir, sonreír, y aprovechar el amor que la vida tiene que ofrecer”. Os dejo con ella.

Ese mismo año la cantante alemana Cornelia Möller, más conocida por su nombre artístico de Cornelia, grabó esta versión.

Esta es la reinterpretación de Don Gibson en 1970.

Uno de los primeros cantantes country de raíces hispanas, Juan Raúl Davis Rodríguez, conocido como Johnny Rodriguez, versionó este tema en 1979.