Como hermanos (XVIII): York Brothers

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Brother in old town of Prague

Los York Brothers fueron unos de los pioneros del rockabilly. Se llamaban George (1910-1974) y Leslie Muddleduck (1917-1984) y nacieron en Kentucky, aunque se movieron por diversos lugares, buscando triunfar en el mundo de la música.

Intuyendo, seguramente con razón, que «Muddleduck» no era un nombre muy comercial, se lo cambiaron por York. En aquellos años, las parejas de hermanos estaban muy de moda, como estamos viendo a lo largo de esta serie, así que pronto se hicieron un hueco y firmaron con Decca Records en 1941.

La industria del entretenimiento sufrió un lógico parón durante la Segunda Guerra Mundial y hasta 1946, una vez finalizada, no pudieron reanudar su carrera. Entonces se trasladaron a Nashville y se unieron al Grand Ole Opry. Allí consiguieron su segundo contrato relevante con el desaparecido sello King Records, especializado en música hillbilly. A principios de los 60, se retiraron de los escenarios y del mundo discográfico.

La primera canción que grabaron fue Hamtramck Mama, un tema dedicado a Hamtramck, limítrofe con Detroit, ciudad esta última que les acogió durante varios años. La letra hace referencia a una mujer de Hamtramck famosa por sus artes amatorias, y provocó un escándalo tal, que el alcalde la prohibió (a la vista del interés que suscitó –vendió unas 300.000 copias solo en Detroit– se ve que la censura no surtió efecto). La grabaron en varias ocasiones; ésta data de 1947.

Otro tema dedicado a Detroit, concretamente a lo más conocido de la ciudad, su industria automovilística, es Motor City Boogie (1950).

River of Tears (1952) va de una ruptura: el protagonista se siente tan triste, que sus lágrimas harán que se forme un río.

Tras ser abandonado, el narrador de House with no Windows (1955) promete aislarse del mundo para que nadie vea su pena y su dolor.

Ahora, una muestra del primer rockabilly, Tremblin’ (1951).

You Get Mad (1956) fue compuesta por Johnny Bryant. Un tipo está harto de que su pareja se queje por cualquier cosa y le advierte de que, como siga así, la va a mandar de vuelta a la casa de su padre.

Ahora, una rareza. Los York Brothers también se atrevieron con el español y, para probar sus dotes con la lengua de Cervantes, escogieron la canción mexicana Rancho Grande. Os dejo con este dúo… y con su acento profundamente americano.

Como no podía ser menos, también rindieron homenaje al lugar que les vio nacer en Kentucky, compuesta por Carl Davis y que cuenta con numerosas versiones. Esta interpretación es de 1953.

Guitar Country. Chet Atkins, 1964

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La RCA, sello discográfico en que trabajaba el guitarrista Chet Atkins, publicó este disco de poco menos de media hora de duración en 1964. En 2001, el álbum se reeditó en formato CD por el modesto sello Collectibles y fue nominado al Grammy al mejor disco western y country, si bien perdió frente a Roger Miller por Dang Me (la canción que da título al disco la podéis escuchar aquí).
La historia de la composición de Freight Train se remonta a los albores del siglo XX, pero fue popularizada en los años 50 gracias a la grabación de Chas McDevitt. Aquí tenéis la versión que Atkins incluyó en este disco.

Vaya con Dios fue escrita como una canción pop por Larry Russell, Inez James y Buddy Pepper en 1952. Aquí Chet Atkins le da un toque country.

A su vez, el folk primigenio de Copper Kettle fue popularizado por la versión de Joan Baez de 1962. Dos años después, Chet Atkins la haría también suya.

Este tema es el que da título al álbum, Guitar Country. Fue escrito por Johnny Mercer y Willard Robison.

Atkins incluyó un instrumental, Kentucky, dedicado a dicho estado.

Otro tema instrumental es Dobro, en el que hace filigranas con este instrumento típico de la música country.

El country marca su territorio (XIII)

lovekentucky

36. It’s got to be Kentucky for me. Que Tom T. Hall es un hijo de Kentucky queda claro en este tema, otro de los que dedicó a su estado. Lo podemos encontrar en el disco Faster Horses (1976), de Mercury Records. El cantautor compara diversos estados –Georgia, Tennessee, Colorado, California–, pero al final se queda con Kentucky, la única tierra que le ama.

Louisiana

37. Louisiana Saturday Night. En 1980, vio la luz el álbum I’m Countryfied, de Mel McDaniel, y este tema fue uno de sus mayores éxitos por la alegría que desprende. Lo compuso Bob McDill y hoy en día se utiliza como sintonía para un programa musical de una radio local de Nueva Orleans. El tema ha sido versionado por The Nitty Gritty Dirty Band y grabado por Don Williams. La canción es un ordeno y mando: «coge el violín y el arco, quítate los zapatos y baila en la cocina hasta que amanezca».

38. Louisiana Stripes. Hank Williams ha gestado toda una saga en el género country. Como muestra, este botón de su nieto Shelton Hank, más conocido por su nombre artístico de Hank Williams III. La canción apareció como single en 2007 en el disco Straight to Hell. Su letra es tan curiosa como macabra: cuenta la historia de un hombre que mata a su mujer y al amante de ésta, que resulta ser un amigo suyo, y tira los cadáveres al arroyo. Le caen 99 años, pero no le importa porque acaba haciendo amigos en la prisión, y las canciones de George Jones le ayudan a sobrellevar sus penas. El título hace referencia al uniforme de presidiario de la penitenciaría de Louisiana.

El country marca su territorio (XII)

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33. Bourbon in Kentucky. Damos un salto en el tiempo: en 2013, Dierks Bentley grabó este Bourbon in Kentucky en forma de single y este mismo año lo ha incluido en su disco Riser, al que ya dediqué una entrada en febrero. La canción fue compuesta por Hillary Lindsey, Ryan Tyndell y Gordie Sampson. A través de su estribillo –»no hay en Kentucky suficiente bourbon para olvidarte»–, el cantante nos introduce en la desesperación de los corazones rotos.

34. Kentucky Waltz. Uno de los hijos más ilustres de Kentucky, Bill Monroe, compuso este tema en 1946, convirtiéndose en una de sus canciones más conocidas. Años más tarde, en 1951, Eddy Arnold lo catapultó al número 1 de las listas country, y la cantante Rosemary Clooney le dio un toque más melódico y le abrió la puerta de las listas pop. La historia se centra en un baile que tiene lugar bajo la luna después de la cosecha.

35. Kentucky in the morning. En 1969, salía a la venta el disco de Tom T. Hall (1936) Homecoming, con el que irrumpió en las listas de álbumes country. A este disco pertenece esta canción, todo un canto de amor a su estado natal. En la letra, Hall afirma que «Kentucky es un lugar donde el sol es cálido, el cielo es azul y el amor de una chica es verdadero».

El country marca su territorio (X)

kentucky 1 27. Blue Moon of Kentucky. Una de las canciones bluegrass más conocidas es esta de Bill Monroe, dedicada a su estado natal, el de la hierba azul. El padre del bluegrass, como se lo conoce popularmente, compuso el tema en 1947. Elvis Presley le cambió el ritmo para su carta de presentación en 1954, en un sencillo junto con That’s all right. Aquí os dejo su interpretación del clásico. 28. Kentucky. En su álbum Tragic Songs of Life (1956), del que ya hemos hablado aquí, The Louvin Brothers cantaron al estado de Kentucky en esta canción compuesta por Carl Davis. “Kentucky –reza la letra– es la tierra más querida aparte del cielo”. Este tema ha conocido numerosas versiones: las más conocidas son las de los Everly Brothers y los Osborne Brothers, quienes la salpicaron con unas gotitas bluegrass. Escuchad la grabación original de los Louvin Brothers. 29. My Old Kentucky Home. El himno oficial de Kentucky fue compuesto por Stephen Foster en 1852 y publicado en enero del año siguiente con el nombre de My Old Kentucky Home, Good Night. La canción observa vínculos claros con la literatura, ya que se cree que Foster se inspiró en la novela ambientada en Kentucky La cabaña del tío Tom, que había sido publicada ese mismo año por Harriet Beecher Stowe. Desde 1928, el tema goza de la consideración de canción oficial del estado, y es interpretada como tal en multitud de eventos, desde el Derby de Kentucky hasta partidos de fútbol o baseball. Escuchemos la versión de John Prine, fiel al original de Stephen Foster de mediados del siglo XIX.

Bill Monroe, el padre de la música bluegrass

Bill Monroe
Hace unas semanas, traía a colación un diálogo de la película Alabama Monroe, en el que se sostenía que Bill Monroe era el mejor compositor de todos los tiempos. Voy a intentar demostrar que esta afirmación es cierta, en particular en lo que a música bluegrass se refiere.
Monroe nació en 1911 en Kentucky. Su estado natal lo acompañó durante toda su vida, y a él le dedicó numerosas canciones que hoy se consideran himnos oficiosos del estado.
Vio la luz en el seno de una familia que se dedicaba profesionalmente a la música. Sin ir más lejos, su tío era Pen Vandiver, un virtuoso del violín del que Monroe lo aprendió todo, y es que a los 16 años se quedó huérfano de madre y padre y se fue a vivir con él.
Le solía acompañar con la mandolina, un instrumento en el que se había especializado cuando su tío tocaba el violín en bailes campestres. En 1929, se trasladó a Indiana junto con sus hermanos, Birch y Charlie, también músicos, y formó el grupo Monroe Brothers. Birch abandonó la empresa y Bill y Charlie siguieron como dúo hasta 1938. Ese mismo año formó el grupo con el que alcanzaría la fama, The Bluegrass Boys y, al año siguiente, se unió a las filas del Grand Ole Opry, institución de la que formó parte hasta su muerte.
En esos años experimentó con varios instrumentos como el acordeón, que no tardó en aparcar, o el banjo, que le dio un sonido característico a la banda. Durante un tiempo, los virtuosos del banjo Earl Scruggs y Lester Flatt se unieron al grupo, si bien lo dejarían para formar el suyo propio, The Foggy Mountain Boys.
En 1949, tras firmar con la Decca Records, se inició su edad dorada, con la grabación de multitud de clásicos del bluegrass. Aunque a finales de los 50 su carrera empezó a decaer para dejar paso a otros estilos como el rock, en los 60 se dio una revitalización de la música folk, con la proliferación de numerosos festivales dedicados al género.
Bill Monroe trabajó hasta pocos meses antes de su muerte, acaecida en 1996, cuando estaba a punto de cumplir 85 años. Su legado llega hasta la actualidad. Ricky Scaggs ha declarado: “Creo que la importancia de Bill Monroe para la música americana es como la de Robert Johnson al blues o como la de Louis Armstrong. Es probablemente el único músico cuyo grupo ha dado nombre a un estilo de música”.
Escuchemos ahora la canción que dedicó a una de sus mayores influencias musicales, su tío. En 1950, grabó Uncle Pen, versionada posteriormente por Porter Wagoner o Ricky Scaggs. Esta la cantó en el Grand Ole Opry en 1956.

Blue Moon of Kentucky. Bill Monroe, 1946

Si hubiera un himno nacional de la música bluegrass, sería este tema compuesto por Bill Monroe en 1946. El bluegrass surgió en la región de los Apalaches con raíces escocesas, irlandesas y galesas. No olvidemos que los colonos británicos llegaron a Nueva Inglaterra y trajeron sus propias influencias musicales, las cuales, al unirse con los elementos de jazz de los afroamericanos, dieron lugar a este subgénero.
En sus orígenes este tipo de música era conocido como hillbilly en general, como el resto de la música country, y el nombre de bluegrass proviene de una planta, la Poa pratensis, la “hierba azul”, que crece en el que se ha denominado “estado Bluegrass” porque Bill Monroe, el padre de este estilo, era originario de allí.
A estas alturas, ya os habréis dado cuenta de lo dados que son en Estados Unidos a asociar una canción a cada Estado, y, lógicamente, nuestro Blue Moon… se asocia con Kentucky, si bien el Kentucky Waltz, también de Bill Monroe, le hace competencia directa.
En la primera grabación de Columbia aparecían tres grandes del country: la voz de Bill Monroe, el banjo de Earl Scruggs y la guitarra de Lester Flatt. Más tarde, ya en 1954, un joven llamado Elvis Presley la eligió para grabarla dentro de su fulgurante inicio de carrera.
La canción es todo un canto a la naturaleza. El protagonista se lamenta porque ha sido abandonado por una mujer infiel (incluso las estrellas susurran que su amor se ha ido), pero, en fin, la vida sigue su curso y la naturaleza también, de modo que se consuela pensando que la luna azul, y triste, de Kentucky no dejará de brillar por eso.
Una recomendación: escuchad esta melodía con una copa en la mano una noche de calor asfixiante. Cualesquiera que sean las circunstancias, la vida siempre seguirá adelante…
En 2002 la Librería del Congreso confirió al tema una protección especial mediante su inclusión en el Registro de Grabaciones Nacionales.

Basado en hechos reales

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En numerosas ocasiones los compositores se inspiran en hechos de la vida real para sus creaciones. Hoy voy a hablar de uno de esos casos.
El compositor se llamaba Vernon Dalhart. Su inspiración, Floyd Collins, un aventurero oriundo de Kentucky que gustaba de explorar cuevas. El 30 de enero de 1925, el tal Collins se adentró en las cuevas del Mammoth National Park (Kentucky) con objeto de descubrir una nueva entrada a este complejo subterráneo e incrementar así su atractivo turístico.
Tuvo mala suerte. Una roca de más de 10 kilos le cayó en el pie y quedó atrapado en la llamada Sand Cave. A partir de ese momento, se puso en marcha un dispositivo para rescatarlo y, durante los primeros días, un reportero de Louisville, Kentucky, le llevó comida a cambio de que satisficiera el interés de los curiosos mediante entrevistas exclusivas. El tema dio mucho que hablar, y estoy seguro de que a pocos de nuestros lectores se le escapará que la historia fue utilizada por Billy Wilder para El gran carnaval (1951), un cáustico retrato de la prensa más amarillista.
Floyd Collins acabó muriendo de sed e inanición en las profundidades, tras cortarse toda comunicación con él. Su cuerpo fue hallado el 17 de febrero y los médicos dictaminaron que llevaba al menos tres días muerto. Lo dejaron allí hasta el mes de abril, cuando mejoraron las condiciones para la recuperación de sus restos.
Mucho después, una historia parecida, la del espeleólogo Aron Ralston, inspiró la cinta de Danny Boyle 127 horas, con James Franco.
Escuchemos la versión de Vernon Dalhart grabada en octubre de 1925, apenas siete meses después de la muerte del espeleólogo:

Y aquí os dejo la versión de Fiddlin’ John Carson sobre el mismo tema, interpretada de forma más lenta:

Bluegrass, la hierba azul del country

Kentucky
A mediados del siglo XX, surgió en los estados del sudoeste de Estados Unidos un nuevo género musical que bebía de las raíces de la música americana.
Fue en el siglo XVIII cuando a la región de los Apalaches llegaron inmigrantes provenientes de Inglaterra, Escocia e Irlanda, que llevaron con ellos sus influencias musicales. Las canciones que interpretaban eran baladas acompañadas de música bailable, tocada por uno o varios violines. En ocasiones también se acompañaban de otros instrumentos de cuerda, como el banjo de cinco cuerdas, la mandolina, la guitarra de resonancia o dobro y, ocasionalmente, la armónica.
En un principio, esta música era conocida como hillbilly (al igual que el resto de la música country), pero, tras la eclosión de festivales de música “rural”, se le buscó un nombre más comercial y se eligió “bluegrass”, por ser una música asociada a Kentucky, estado conocido como el de la “hierba azul” por un tipo de vegetación autóctona con pigmentos azulados. A su vez, Bill Monroe, considerado el padre de la música bluegrass, creó un grupo llamado los Bluegrass Boys.
Otros eximios representantes de este género son Lester Flatt y Earl Scruggs, los Stanley Brothers, Ricky Scaggs o Alison Krauss e, incluso, Dolly Parton o Patty Loveless, que también han coqueteado con él.
O Brother, la película de los hermanos Coen de la que ya hemos hablado aquí, presenta una banda sonora country y bluegrass que se alzó con el Grammy al álbum del año en 2002.
En fin, para aquellos que no se puedan permitir viajar a Estados Unidos a escuchar bluegrass, diré que en la República Checa son unos grandes admiradores de este estilo, celebrado por numerosos festivales anuales en todo el país.
Para más información, aquí os dejo el enlace en inglés de la Asociación de Música Bluegrass
Y qué mejor que introducirnos en esta música que escuchando una joya interpretada por Ralph Stanley (en activo a sus 86 años) y por la portentosa voz de Patty Loveless. El tema, Pretty Polly, tiene orígenes escoceses. La historia que narra es desgarradora: una mujer es atraída a un bosque, donde un hombre abusa de ella.