Joe Diffie, un neotradicionalista muy ecléctico

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Pocos días después de la Navidad de 1958 nacía en Tulsa (Oklahoma) nuestro protagonista de hoy. A Joe Diffie empezó a picarle la curiosidad por el country desde muy niño, pues ya a los cuatro años participó el efímero grupo country de su tía.

Sus primeros trabajos relacionados con el mundo de la música fueron como miembro de un grupo góspel llamado Higher Purpose y, más tarde, se desempeñó en otro de bluegrass, Special Edition. Se trasladó a Nashville para continuar su carrera y allí, en 1990, firmó su primer contrato con Epic Records.

A principios de esa década gozó de un considerable éxito con sus álbumes A Thousand Winding Roads, Regular Joe y Honky Tonk Attitude. Gracias a su popularidad, en 1993 entró en el Grand Ole Opry y, al año siguiente, repitió –e incluso rebasó– las ventas de su disco anterior con Third Rock from the Sun.

Ya en el siglo XXI, y tras abandonar Epic Records, su estrella decayó un tanto aunque, en 2010, Homecoming, un álbum enteramente dedicado al bluegrass, recibió muy buenas críticas. Su última obra, All in the Same Boat, nos llegó hace cinco años. Todavía está en activo y hace giras esporádicamente.

Vamos a escuchar dos de sus mejores temas de su disco de debut, A Thousand Winding Roads (1990) que, además, se convirtieron en sus dos primeros números 1.

En primer lugar, una balada country, la que eligió para su primer single y que dio el pistoletazo de salida a su carrera. Home fue escrita por Fred Lehner y Andy Spooner. El protagonista, cansado de buscar la felicidad en lugares lejanos, mira con nostalgia los placeres de su hogar: «Mis pasos me llevan lejos pero en mi mente siempre vuelvo a casa».

Cambiamos de tercio hacia un estilo completamente distinto, el western swing. Kim Williams y Ken Spooner escribieron If the Devil Danced in Empty Pockets.

Honkytonkville. George Strait, 2003

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Hoy vamos con un disco de una leyenda viva del country, George Strait, concretamente su vigésimo segundo álbum, editado por MCA Nashville en 2003. Honkytonkville constituye una prueba más de lo buen cantante que es Strait, quien, aunque no escribió ninguno de los temas que lo componen, se apoyó en lo más granado de la industria del momento.

Se abre con She Used to Say That to Me, escrita por Jim Lauderdale y John Scott Sherrill. El narrador tiene una conversación con la nueva pareja de su anterior novia, en la que le advierte de que esta le dirá que nunca le dejará. Pero a él también se lo decía…

Escuchemos ahora el tema que da título al disco, Honkytonkville. Obra de Buddy Brock, Dean Dillon y Kim Williams, aquí el narrador intenta superar su ruptura en la «ciudad de los bares honky-tonk, sobre la colina de los Taburetes».

Tell me something bad about Tulsa, de Red Lane, data de mediados de los 80. George Strait la recuperó para este álbum. Se trata de un canto de amor a Tulsa (Oklahoma), donde el narrador reta a que alguien le diga algo malo sobre esa ciudad, seguro de que no lo van a encontrar.

El tema ya había aparecido en el álbum Out Among the Stars (1986), de Merle Haggard.

El hijo de Merle, Noel, la versionó para su disco de debut One Lifetime (1997).

El tema que gozó de más éxito en este Honkytonkville fue Cowboys Like Us, que llegó al segundo puesto de las listas. Compuesta por Bob DiPiero y Anthony Smith, habla de los cowboys de nuestro tiempo que, en vez de cabalgar, van «sobre caballos de acero con ruedas».

El último single fue Desperately, de Bruce Robison y Monte Warden. El protagonista anhela desesperadamente estar con su amada, que le acaba de dejar.

Randy Travis, el country y el gospel caminan de la mano

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Randy Bruce Traywick nació en Carolina del Norte en 1959. Su padre era muy fan de los grandes del country de la época, Hank Williams o George Jones entre ellos, e inculcó este amor a sus hijos. Así, Randy empezó a tocar la guitarra a los nueve años y a cantar en el coro de la iglesia, y constituyó con su hermano el grupo The Traiwick Brothers. Tras una adolescencia en la que tuvo algunos problemas con la justicia, a finales de los 70 se dedicó de lleno a la música y dejó su vida anterior.
Su carrera despegó con su álbum Storms of Life (1986), un notable éxito de ventas. Al año siguiente llegó Forever and Ever, Amen (ya escuchada aquí). A partir de los 90 diversificó su carrera con el cine y la televisión, y apareció en Legítima defensa (1997), de Francis Ford Coppola. La década siguiente se dedicó fundamentalmente al gospel. La industria del country lo tenía por un artista demasiado tradicional y su éxito en el género estaba decayendo. Se retiró en 2013 tras sufrir un derrame cerebral.
Three Wooden Crosses es un tema country-gospel escrito por Kim Williams (sirva esta canción como homenaje a este letrista, fallecido el pasado mes) y Doug Johnson. Travis la grabó en 2002 para su álbum Rise and Shine, y un año después recibió el premio a la Canción del Año de la Asociación de Música Country.
Narra un viaje en autobús nocturno hacia México, en el que van montados un granjero de vacaciones, una profesora que quiere emprender sus estudios de educación superior, una prostituta y un predicador que están buscando almas perdidas (cada uno a su manera). Entonces ocurre un accidente y tres de ellos mueren (“no se trata de lo que te llevas de este mundo, sino de lo que dejas cuando te vas: el granjero dejó una cosecha y la fe en el corazón de su hijo, la profesora dejó sabiduría en la mente de muchos niños”).
En principio no sabemos la identidad del tercer fallecido, la prostituta o el predicador, y solo al final nos enteramos de que la superviviente es la primera, a la que el predicador moribundo le dio una Biblia para que se redimiera y tuvo un hijo que se hizo predicador que, casualmente, es el narrador de la historia.

Escuchemos ahora a Randy Travis acompañado por Josh Turner.