Uno de los episodios más lamentables de la historia de Estados Unidos, en concreto del Sur, donde asienta sus raíces el country, es la discriminación racial. Durante los siglos XVII y XVIII, se dio un copioso tráfico de esclavos negros para trabajar en las grandes plantaciones sureñas. La esclavitud prosiguió en el siglo XIX y, cuando los estados del Norte, más industrializados, quisieron revertir este orden de cosas, los sureños se rebelaron con el fin de perpetuar su fuente de riqueza. Al final, el Norte ganó la Guerra de Secesión, pero no todos lo aceptaron, y el Ku Klux Klan, que había nacido para amedrentar a la población negra, empezó a hacer de las suyas.
Pues bien, un cantante country se ha distinguido por sus canciones de corte racista. Me refiero a Clifford Joseph Trahan, más conocido por su nombre artístico de Johnny Rebel, nacido en Luisiana hace 75 años. No hay más que echar una ojeada a los títulos de sus canciones (Who likes a nigger?, Stay Away from Dixie, Move them Niggers North, Some Niggers never die (they just smell that way) para ver que ha hecho del racismo su principal inspiración.
Su rechazo a las fotografías y el hecho de que durante mucho tiempo se escondiera tras un pseudónimo hizo que su identidad se confundiera con la de otros cantantes country, como David Allan Coe o incluso Johnny Horton, con quien solo tiene en común que este último grabó una canción llamada Johnny Reb.
Escuchemos uno de sus temas más famosos, The Kajun Ku Klux Klan (1967), en el que la dueña de un bar se niega a atender a un cliente por su raza y llama al Ku Klux Klan.