Carl Belew, del Louisiana Hayride al estrellato

carl belew
El protagonista de hoy nació en Oklahoma en 1931. Su niñez y adolescencia coincidieron con los peores años de la Gran Depresión, período durante el cual tuvo que hacer múltiples trabajos para sostener económicamente a su familia.
Carl buscó refugio en la música y muy pronto aprendió a tocar la guitarra. Debutó en el programa radiofónico Louisiana Hayride, especializado en country, y firmó su primer contrato discográfico en 1955 con Four Star Records. En este sello trabajaba, a la sazón, Patsy Cline, la primera en grabar las composiciones de Carl Belew. De ahí dio el salto a Nashville, donde empezó a trabajar para Decca Records. Más recordado como compositor que como solista, entre los cantantes que grabaron sus temas cabe citar a Skeeter Davis, Don Gibson, Jim Reeves, Leon Russell, Gene Vincent, todos de country; o Andy Williams, Engelbert Humperdinck o la actriz Debbie Reynolds, de otros géneros. En 1976, entró en el Salón de la Fama de Compositores de Nashville y murió en 1990. Escuchemos algunas de sus composiciones.
Su primer single fue también uno de sus mayores éxitos. Hablo de Am I That Easy to Forget, escrita por él y W. S. Stevenson, seudónimo de Bill McCall. Un hombre no puede concebir que su amada se marche con otro y se pregunta retóricamente si es que él es tan fácil de olvidar.

Escuchemos la versión de Jim Reeves, el cantante «de la voz de terciopelo», publicada póstumamente en 1973.

Crystal Chandelier fue escrita por Ted Harris y Belew la incluyó en Twelve Shades of Belew (1965).

La versión más conocida de esta canción es la de Charley Pride.

El primer éxito importante de su carrera fue Stop the World and Let Me Off (1957); en esta canción, el protagonista «ha jugado el juego del amor y perdido». Está tan deprimido, que quiere que «paren el mundo y le dejen salir».

Entre las versiones de este clásico, la de Merle Haggard es sensacional.

La de Waylon Jennings pertenece a su disco en directo Waylon Live.

Más recientemente, en 2003, Dwight Yoakam la grabó en I’ve always been crazy: Tribute to Waylon Jennings.

Centenario de fin de la Gran Guerra

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Armisticio: “Suspensión de hostilidades pactada entre pueblos o ejércitos beligerantes”. Así define la Real Academia Española lo que conmemoramos hoy. El 11 de noviembre de 1918 terminaba oficialmente el conflicto armado que había desangrado Europa los cuatro años anteriores, que con el tiempo sería conocido como Primera Guerra Mundial. El tratado entró en vigor el 11 del 11 a las 11 y, en la ingenuidad de la época, se creía que esa iba a ser la guerra que acabara con todas las guerras. Nada más lejos de la realidad, pues sólo 21 años después empezaría otra todavía más cruel y sanguinaria.
La música country empezó a dar sus primeros pasos en los años 20, así que no es posible escuchar grabaciones de esa época. Sin embargo, podemos explorar algunas canciones antibelicistas que nos han dado el country y el folk a lo largo de la historia.
Comenzamos con 1917, que cantan a dúo Linda Ronstadt y Emmylou Harris en su disco Western Wall (1999). La historia nos presenta a un atemorizado soldado que está disfrutando de un permiso con una mujer –presumiblemente una prostituta– que le hace olvidar los horrores de las trincheras y le pide que actúen como si todo hubiera terminado.

La siguiente canción hace referencia a un acontecimiento histórico. Al inicio de las hostilidades, el ministro de la guerra Lord Kitchener se encargó de reclutar voluntarios para luchar en la contienda. Entre ellos se encontraba un grupo de amigos, los Accrington Pals, que tomaron parte en la batalla del Somme (1916), una de las más feroces de la guerra. Tristemente, pasaron a la historia porque en cuestión de minutos fueron masacrados por el ejército enemigo. Mike Harding escribió una canción folk dedicada a ellos, The Accrington Pals, en cuya letra el narrador se lamenta de que «fueron a la guerra creyendo las mentiras que les dejaron agonizando en el barro».

The High Kings es un grupo folk proveniente de Irlanda y creado en 2008. Escuchemos The Green Fields of France, un tema que homenajea a todas las víctimas de la guerra y en el que el protagonista se sienta al lado de una tumba y habla con el soldado que allí yace para concluir que «el dolor, el sufrimiento, la gloria, la vergüenza, las masacres y las muertes fueron todas en vano».

Masters of War es una diatriba de Bob Dylan contra los políticos, esos maestros de la guerra que las empiezan y envían a los soldados a morir pero luego se esconden tras las paredes de sus despachos. Esta es la versión de Leon Russell.

Alejémonos momentáneamente del country y el folk para escuchar All Quiet on the Western Front, que Elton John incluyó en el álbum Jump Up! (1982). La letra, obra de Bernie Taupin, se inspira en la novela homónima de Erich Maria Remarque, Sin novedad en el frente (1928), que, por su carácter antibelicista, fue prohibida por las autoridades nazis.

Disco del mes (abril)

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Hoy la mayor leyenda viva del country cumple 84 años y lo ha celebrado de la forma que mejor sabe, sacando un nuevo disco, algo en absoluto excepcional si tenemos en cuenta que en los últimos diez años hemos asistido al nacimiento de otros tantos álbumes de su autoría, sin contar sus discos en directo o en colaboración.

Me refiero, claro, a Willie Nelson, que ayer sacó al mercado God’s Problem Child. Haciéndome eco de lo que publicó Los Angeles Times al reseñar este disco, las dos máximas principales en las que se apoyan sus letras son «Nadie se hace más joven» y «nadie sale de aquí vivo» (en alusión a la vieja canción de Hank Williams).

El disco, compuesto por trece canciones, ha sido producido por su colaborador habitual Buddy Cannon, de Legacy Recordings, una división de Sony Music. Y parece que Willie no se ha planteado aún el retiro, ya que ha anunciado que tiene listo otro álbum grabado junto con sus hijos Lukas y Micah Nelson, si bien ignoramos su fecha de salida.

De momento hemos podido disfrutar de tres vídeos de God’s Problem Child. El primero pertenece al primer single, A Woman’s Love, escrito por Sam Hunter y Mike Reid. Se trata de una canción de amor en la que Nelson proclama: «Hace falta el amor de una mujer para ver la luz, es el amor de una mujer lo que te da vida».

En It Gets Easier, el segundo single, Willie aborda el tema de la muerte: «Cada vez se hace más fácil, a medida que envejecemos, decir: ‘Hoy no’». A buen seguro, las muertes de varios gigantes de la música en 2016 habrán inspirado esta suerte de elegía, y quizá ninguna le afectara tanto como las de Merle Haggard o Leon Russell, cuya última grabación también aparece en este disco, en la pista que le da título.

El tercero de los vídeos es Old Timer, de Donnie Fritz y Lennie LeBlanc. En esta melancólica balada, Willie, que colabora con el intérprete de armónica Mickey Raphael, reflexiona acerca de la mortalidad: «Has estado en todas las carreteras, quemado todos tus puentes, encontrado el perdón, crees que todavía eres un joven jinete, hasta que te miras en el espejo y ves a alguien de los viejos tiempos».

La canción con la que se cierra el disco es He Won’t Ever Be Gone, escrita por Gary Nicholson. En este caso, nos encontramos ante un tributo a Merle Haggard, con quien grabó su último disco, Django and Jimmie; y en su letra descubrimos varias referencias a algunos de los éxitos de éste, I’m a Lonesome Fugitive, Mama Tried o Branded Man.

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La canción de la penitenciaría

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Hoy os voy a hablar de una canción folk interpretada por un músico de blues con una curiosa historia detrás.
El músico atiende al nombre de Huddie William Ledbetter, más conocido como Leadbelly, nacido en Louisiana en 1889. En su juventud, sorteó más de una vez las rejas por su carácter pendenciero. Al fin, en 1918 fue encarcelado por primera vez, acusado de asesinato. No llegó a cumplir íntegramente su pena, tanto por su buena conducta como porque, según cuenta la leyenda, el entonces gobernador de Texas lo indultó merced a la admiración que profesaba a su música. Pocos años después, en 1930, y en su Louisiana natal, pasó otra temporada a la sombra, esta vez por intento de homicidio.
Allí, los folkloristas John y su hijo Adam Lomax, que como en la película Un rostro en la multitud iban recorriendo prisiones a la caza de talentos locales, lo descubrieron. Fue entonces cuando entró en escena la canción que vamos a escuchar, Goodnight Irene, que Leadbelly cantó para ellos y que, en cierto modo, lo salvó por segunda vez de su condena (los Lomax recomendaron al gobernador su libertad, que ellos mismos supervisarían, y Leadbelly llegó a ser su chófer), si bien la razón oficial fue de nuevo su buen comportamiento.
Se cree que el tema fue compuesto a finales del siglo XIX por Gussie L. Davis. Leadbelly la aprendió de sus tíos, y, en cualquier caso, fue él quien la grabó por primera vez y reescribió su letra, de modo que se suele considerar de su autoría. A esta grabación seguirían otras como Cotton Fields, Midnight Special o In the Pines, todas ellas escuchadas en River of Country. Goodnight Irene es una canción de amor en la que el protagonista asegura que no dudaría en quitarse la vida si su mujer lo dejara.
Escuchemos, en primer lugar, la original de Huddie Ledbetter Leadbelly, en una de sus múltiples grabaciones, esta de 1935.

Tras la muerte de Leadbelly, el grupo folk The Weavers, del que formaba parte el legendario Pete Seeger, recuperó el tema en 1950.

Frank Sinatra la incluyó en su repertorio ese mismo año, siendo uno de los pocos temas folk que grabó en su vida.

Dos estrellas del country, Ernest Tubb y Red Foley, hicieron su propia versión también en 1950.

Uno de los grandes exponentes del sonido Nashville, Jim Reeves, la grabó en Girls I Have Known (1958).

Esta es la versión del grupo folk más famoso de los años 60, Peter, Paul and Mary.

Johnny Cash la incluyó en The Original Sun Sound of Johnny Cash (1964).

Sirva esta versión como homenaje a Leon Russell, fallecido el pasado 13 de noviembre. Su versión pertenece al disco Hank Wilson’s Back (1973).

Ry Cooder, acompañado al acordeón por Flaco Jiménez, la grabó para su Chicken Skin Music (1976).

Por último, os dejo con Boxcar Willie en Boxcar´s Best (1997).

Heartbreak Hotel. Mae Boren Axton, Thomas Durden y Elvis Presley, 1955

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Esta canción fue el primer número 1 de Elvis Presley en las listas –permaneció nada menos que 27 semanas en el Top 100–. Sus autores se inspiraron en una noticia que apareció en el Miami Herald sobre el suicidio de un hombre en un hotel, que dejó una nota en la que se leía: «Camino por una calle solitaria». De aquí, surgió la idea del «hotel de los corazones rotos» que se encuentra, según la letra, «al final de una calle solitaria».
Aunque Elvis no contribuyó en la letra, su representante consiguió un trato de lo más lucrativo: a cambio de que la grabara, lo incluyeron en los créditos. Los autores habían intentado convencer a The Wilburn Brothers, pero estos rehusaron (una decisión a todas luces errónea, ya que fue uno de los temas más vendidos de aquel año). En 1995, entraría a formar parte del Salón de la Fama de los Grammy.
En primer lugar, la versión original de Elvis Presley, grabada en enero de 1956 y sin duda la más exitosa. Chet Atkins interviene a la guitarra y Floyd Cramer al piano.

Roger Miller la versionó en su álbum Words and Music (1966).

Merle Haggard la incluyó en su álbum de tributo a Elvis Presley, My Farewell to Elvis (1977).

La versión de Willie Nelson y Leon Russell llegó al número 1 en 1979.

Incluso Bill Clinton, antes de convertirse en presidente, la interpretó en un solo de saxo tenor en 1992.

El grupo de rock sureño Lynyrd Skynyrd hizo su correspondiente versión en Endangered Species (1994).

Hank con otros ojos

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La música country, y en particular el honky-tonk, le debe mucho, si no todo, a Hank Williams. Su importancia es tal, que incluso puede presumir de haber “inventado” el rock and roll con su primera canción, Move It On Over (1947).
Mucho se ha estudiado ya su figura, así que, para no ser repetitivo, me voy a centrar en las versiones que otras leyendas del country han ejecutado de clásicos suyos como Jambalaya, I saw the light, Howlin’ at the Moon y otros.
En 1978, para conmemorar el 25 aniversario de su muerte, el sello Mercury Records publicó una recopilación de 40 grandes éxitos del cantante: algunos de esos hits aparecerán hoy aquí pero, como he señalado, en la voz de otros cantantes como Johnny Cash, Patsy Cline o Willie Nelson.
Williams nació en 1923 en Alabama. Sufría de la espalda –espina bífida–, lo que le ocasionó graves dolencias a lo largo de su vida. De hecho, murió el día de Año Nuevo de 1953 a los 29 años de edad, por el abuso de calmantes para mitigar esos dolores. Falleció de camino a un concierto en Canton, Ohio, al que lo llevaba el estudiante Charlie Carr. En el trayecto pararon para visitar a un médico que le puso la inyección que presuntamente fue la causa última de su muerte.
Su carrera no fue, pues, excesivamente larga, pero sí muy fructífera –se conservan más de 200 grabaciones suyas en cinco años–. En 1947 le dio la mano al éxito, y ya nunca le abandonó.
Lovesick Blues, escrita por Friends y Mills en 1922 para el musical Oh, Ernest, fue revitalizada por Williams en una versión de 1949. Escuchémosla aquí en la voz de Patsy Cline, otra cantante que también falleció muy joven, a los 30 años. Esta versión es de 1960.

My Bucket’s got a Hole in it. También de 1949, fue escrita, como la anterior, unos años antes. Un joven Ricky Nelson –tenía 18 años cuando la versionó– la incorporó a su repertorio en 1958.

Como dije al principio, el rock, que eclosionó a partir de la segunda mitad de los 50, bebe en parte de Move it On Over, que se adelantó a su tiempo. Escuchemos aquí la versión de George Thorogood and the Destroyers (1978) en su disco Move It On Over.

I’m so lonesome I could cry (1949) es, en palabras de Elvis, “una de las canciones más tristes que he oído”. He aquí la interpretación de Johnny Cash de 1960, en su disco Now there was a song.

Os dejo ahora con la de Mr. Presley en el concierto que ofreció en Hawai en 1973.

Ahora es el turno de uno de los grandes de la música country, George Jones, quien en 1960 versionó este Howlin’ at the Moon.

Jambalaya. Estamos ante una de las canciones más versionadas de Hank Williams. Fue escrita y grabada por él mismo en 1952, tomando como inspiración la jambalaya, un plato a base de arroz y marisco de la cocina cajun. En 1973, y tras abandonar el legendario grupo CCR, John Fogerty grabó su primer disco en solitario con el título The Blue Ridge Rangers.

Como no podía ser de otra manera, el citado Elvis versionó numerosos temas de Hank Williams, entre ellos el archiconocido Your Cheatin’ Heart. Esta grabación, de 1958, no vería la luz hasta 1965; y había sido escrita por Williams en 1952, tras divorciarse de su primera mujer, Audrey Sheppard, el “corazón infiel” de la composición.

Termino la entrada con una versión de I saw the light, con la que Hank Williams solía terminar sus conciertos. Fue una de las primeras que grabó, en 1947, aunque no salió al mercado hasta el año siguiente. Willie Nelson y Leon Russell hicieron una excelente versión en su disco de 1979 One for the Road.

Shotgun Willie. Willie Nelson, 1973

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Un año antes de que saliera este disco, Willie Nelson rompió con la RCA y empezó a trabajar para Atlantic Records, que le publicó este. El álbum supuso un cambio de estilo en la carrera de Nelson, que evolucionó desde el más conservador sonido Nashville hasta el “outlaw country”, lo que lo encumbró entre el público más joven. En palabras del artista, este fue el disco que “aclaró mi garganta”.
Comercialmente, no funcionó demasiado bien, pero con el tiempo se ha convertido en un álbum de culto y hoy se ve como una interesante cesura en su trayectoria. De poco más de 30 minutos de duración, se grabó en los estudios de Nueva York en febrero de 1973 y apareció en junio de ese mismo año, producido casi en su totalidad por Arif Mardin. Entre el extenso personal que trabajó en él, destaca Waylon Jennings a la guitarra.
Aquí tenéis el tema que da título al disco, Shotgun Willie. Fue escrito por un Nelson falto de inspiración, que aprovechó ese desmayo para la letra: “No puedes hacer un disco si no tienes nada que decir, no puedes tocar música si no tienes qué tocar”.

Una de las canciones más conocidas del disco es Whiskey River, obra de Johnny Bush y Paul Stroud, que habla del consuelo que encuentra el narrador en un río de whiskey: “Estoy bañando mi mente llena de recuerdos en la sequedad de su alma”.

Otra composición de Willie Nelson es Slow Down Old World. Se trata de una canción de ritmo lento, que se corresponde con el título: “Ralentiza tu ritmo, mundo, no hay prisa porque mi vida ya no es mía”.

Stay All Night (Stay a Little Longer) es una canción escrita en los años 40 por los máximos representantes del western swing, Bob Wills y Tommy Duncan. Nelson la recuperó para este álbum.

Otro tema de Bob Wills es Bubbles in My Beer, esta vez en colaboración con Tommy Duncan y Cindy Walker. La letra habla de un tipo que reflexiona sobre los fracasos de su vida, contemplando las burbujas de su cerveza en un bar en medio de la algarabía general.

Leon Russell compuso la siguiente canción, You Look Like the Devil.

Disco del mes (enero)

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El pasado martes 27 apareció en el mercado el noveno álbum de estudio de T. Graham Brown, Forever Changed, de la mano de la discográfica Mansion Entertainment.
Brown, natural de Georgia y de sesenta años de edad, no publicaba ningún disco desde 2006, y en su opinión es probablemente su mejor trabajo hasta la fecha.
Se trata de un disco a medio camino entre el country y el gospel y, de hecho, ha conseguido una nominación (la primera de su carrera) al mejor álbum gospel en la próxima entrega de los Grammy. Está producido por Mark Carman e incluye la actuación de varias estrellas del country actual, como Leon Russel, The Oak Ridge Boys o Steve Cropper, entre otros.
Escuchemos el único single que hemos podido disfrutar hasta el momento. Salió en julio del año pasado, y lleva por título He’ll take care of you. En esta canción, escrita por Dan Penn, Gary Nicholson y Donnie Fritts, T. Graham Brown comparte cartel con Vince Gill. La letra nos recomienda que olvidemos el dolor y los problemas que acucian nuestra vida y nos dirijamos a Él, porque “aliviará nuestra alma y hará que nuestro corazón cante”.

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Un todoterreno en concierto

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Claude Russell Bridges, más conocido por su nombre artístico, Leon Russell, es un músico incansable: inició su carrera allá por 1956, a los 14 años, y todavía a sus 72 (¡casi seis décadas después!) sigue en activo.
Los fans del country en España estamos de enhorabuena, ya que, en el marco del festival Leyendas con Estrella, Russell actuará por primera vez en nuestro país. En concreto, ayer día 8 lo hizo en Madrid y hoy se desplaza a Bilbao para ofrecernos una muestra de su arte.
Russell nació en Oklahoma y, en su adolescencia, se trasladó a Tulsa, donde empezó a tocar en clubes nocturnos. En los años sesenta empezó a trabajar con Phil Spector y colaboró estrechamente con Joe Cocker. En su extensa carrera ha colaborado también con grandes de la talla de Ray Charles, Gram Parsons, Elton John, Willie Nelson, Frank Sinatra, The Byrds o los Rolling Stones, por citar solo unos pocos.
Leon nunca se ha puesto límites: se ha dedicado al gospel, al country, al folk, al rhythm and blues y, cómo no, al rock (en 2011 fue presentado en el Rock and Roll Hall of Fame). Y ha ejercido de productor, arreglista, cantante, pianista…, es decir, todo un todoterreno musical.
Escuchemos una de sus composiciones más emblemáticas, A song for you (1970), en la que demuestra su competencia al piano. Es la canción que abre su disco Leon Russell, y posteriormente sería versionada por Ray Charles, Donny Hathaway o Amy Winehouse. He aquí la original.