After the Fire is Gone. L.E. White, 1971

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Una de las asociaciones de mayor éxito en el country fue la de Conway Twitty y Loretta Lynn, que comenzó en 1971 e hizo de ellos el dúo favorito de público y crítica durante toda esa década. Su primer single fue este After the Fire is Gone, obra del prolífico compositor L.E. White, con más de 200 canciones a sus espaldas. Esta la escribió para Loretta y Conway, para quien ya había realizado temas como I Love You More Today, I Saw My Angel Cry o I’m Not Through Loving You Yet. La letra asegura que “no hay nada más frío que las cenizas después de que el fuego se haya apagado”

Vamos con la grabación a dúo de Loretta y Conway, que aparece en su álbum We Only Make Believe y por la cual recibieron un Grammy.

Willie Nelson y Tracy Nelson (sin relación alguna entre ellos) la grabaron en 1974.

Freddy Fender eligió este tema para su disco de debut Before the Next Teardrop Falls (1974). Fender –cuyo nombre real es Baldemar Garza Huerta– nació en Texas de padres mexicanos, por lo que era bilingüe en español. Al final de la grabación, acaba precisamente cantando en esta lengua.

Ricky Lynn Gregg la grabó en clave country-rock en Get a Little Closer (1994).

Escuchemos la versión de Tanya Tucker en My Turn (2009).

Por último, un dúo grabado por Steve Earle y Allison Moorer en un disco de homenaje a Loretta Lynn, Coal Miner’s Daughter: A Tribute to Loretta Lynn (2010).

 

Fist City. Loretta Lynn, 1968

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El papel de la mujer ha ido cambiando poco a poco, hasta ocupar plenamente esa habitación propia de la que hablaba Virginia Woolf. En el mundo de la música, Loretta Lynn fue una de las que más contribuyó a ese cambio.

En esta canción de tono autobiográfico, Lynn aborda el tema de las infidelidades (que no son culpa de la mujer, tal como insinuaban tantas canciones de los 50). A los 15 años, Loretta se casó con Oliver Lynn y su matrimonio, que duró 48 años, estuvo lleno de altibajos. El carácter contestatario de ella, unido al alcoholismo y a las continuas infidelidades de él, provocaron muchas peleas.

El tema se presenta como un aviso de Loretta hacia cualquier mujer que intente robarle a su marido. Les insta a alejarse de él si no quieren enfrentarse a sus puños. La inspiración le vino de su propia experiencia: cuando estaba de gira en Tennessee, le llegó el rumor de que una mujer andaba detrás de su marido, con quien ya había tenido una relación. Loretta escribió una carta acusadora a la amante, que se la enseñó a Oliver. Él le dijo entonces que no se metiera en sus asuntos y le dijo que las acusaciones eran ciertas.

El marido de Loretta no escuchó la canción hasta que ésta la interpretó en el Grand Ole Opry: “No llegará a ningún sitio”, opinó. Se equivocaba, pues el single conquistó el número 1 de las listas. Claramente, había subestimado a todas las mujeres que también sufrían infidelidades y que se lanzaron a comprarlo.

Os dejo con la versión de Loretta Lynn en su disco homónimo, que apareció en 1968. Años después, volvió a grabarla en Full Circle (2016). El productor, Owen Bradley, contó con un magnífico elenco en el terreno instrumental: Grady Martin a la guitarra, Pete Drake a la steel guitar, Floyd Cramer al piano y Buddy Harman a la batería.

El grupo The Little Willies, en el que participa Norah Jones, la incluyó en For the Good Times (2012).

Studio 102 Essentials (2008) es un álbum póstumo de Johnny Paycheck en el que aparecen varias grabaciones inéditas suyas. Una de ellas es Fist City.

 

 

 

Disco del mes (septiembre)

CrystalGayle you don't know me
Dieciséis años han tenido que pasar para que Crystal Gayle, de 68, publique nuevo material. El 6 de septiembre aparecía el álbum You Don’t Know Me: Classic Country, producido por su hijo Christos Gatzimos para el sello Southpaw. Contiene sus versiones de 14 clásicos del country, que inmortalizaran en su día artistas como Buck Owens, George Jones, Patsy Cline, Faron Young, Connie Smith o Eddy Arnold.
Gayle se formó en el sonido Nashville y en este disco hace gala de ello. Escuchemos primero la canción que le da título, You Don’t Know Me, obra de Cindy Walker –una de las primeras compositoras que triunfó en el country– y popularizada por Eddy Arnold en 1955.

Ribbon of Darkness fue la primera canción que Gayle interpretó cuando se dio a conocer en el Grand Ole Opry, y de ahí su valor sentimental. Escrita por Gordon Lighfoot, fue grabada por primera vez por Marty Robbins. La narradora habla de la «cinta de oscuridad que cuelga de ella» desde que ha perdido a su amor.

La única ocasión en que Crystal Gayle ha grabado junto a sus hermanas, Loretta Lynn y Peggy Sue, fue en 2017, concretamente el tema Put it off until tomorrow. La sesión tuvo lugar poco antes del derrame que sufrió Loretta Lynn y del que, felizmente, se ha recuperado.

You Don’t Know Me: Classic Country en Amazon

2018 en el recuerdo

2018-2019 #2
Aprovechemos esta entrada para echar la vista atrás y comentar lo más destacado que nos ha deparado el country este último año.
A quiénes hemos dicho adiós:
12 feb: Daryle Singletary –46 años–, representante del country neotradicionalista.
17 abr: Randy Scruggs –64 años–, ganador de varios Grammy e hijo del virtuoso del banjo Earl Scruggs.
15 nov: Roy Clark –85 años–, difusor del country en la televisión.
Otras noticias relacionadas con el country:
2 feb: El dúo Montgomery Gentry saca su último disco, grabado poco antes de la muerte de uno de sus componentes, Troy Gentry, el año anterior.
15 abr: La matanza de Las Vegas está muy presente en la ceremonia de la Academia de música country que se celebra allí.
26 jun: Se anuncia que Dolly Parton, Emmylou Harris, Faith Hill y Linda Ronstadt tendrán su estrella en el paseo de la fama de Hollywood en 2019.
26 jul: Se emite el último capítulo de Nashville, serie de seis temporadas que sigue a un grupo de personajes que quieren abrirse camino en la capital del country.
20 sep: Carrie Underwood recibe su estrella en el paseo de la Fama de Hollywood.
15 nov: Entrega de los premios de la Asociación de música country. Volvamos a escuchar el premio al mejor single del año, Broken Halos, de Chris Stapleton.

20 nov: Jimmie Allen se convierte en el primer afroamericano en situar su single de debut Best Shot en el número 1 de la lisa Billboard. Pertenece a su álbum Mercury Lane.

Nuevos miembros Salón de la Fama de la música country

Ricky Skaggs
Johnny Gimble
Dottie West
Nuevos miembros Salón de la Fama de música bluegrass
Ricky Skaggs
Tom T. Hall y Dixie Hall
Paul Williams
Mejores canciones
Termino con una selección de temas que, en mi opinión, han sido de lo mejor que ha aparecido este curso.
I Saw the Light, de Josh Turner, pertenece a su disco I Serve a Saviour, aparecido a finales de octubre. Esta canción gospel ya la grabó Hank Williams en 1948.

Ahora, una muestra de las mejores muestras de bluegrass del año, By Now I Would Be Dead, de Junior Sisk, perteneciente a su disco Brand New Shade of Blue, aparecido en junio. La letra relata las duras tareas que exige una granja y que llevarán al narrador “a la tumba”.

Ahora, una animada canción del último disco de Jason Eady, aparecido en agosto, I Lost My Mind in Carolina.

El cantautor de Texas Randall King, que creció escuchando a Keith Whitley, Alan Jackson o George Strait, por citar solo a unos pocos, recupera el sonido del country tradicional en su álbum de debut Randall King, aparecido en abril. Una de sus pistas es Mirror Mirror.

That’s What Hank Would Do, de Dillon Carmichael y su disco Hell on an Angel, es otro homenaje del country a la música imperecedera de Hank Williams. Vio la luz en octubre.

The Devil Don’t Scare Me pertenece al álbum de Josh Ward More than I Deserve, que salió en junio. El narrador acaba de perder a su amada y ahora ya nada le asusta, ni siquiera el diablo.

Turno de una veterana del country, Loretta Lynn. En septiembre sacaba Wouldn’t it be Great. Escuchemos Another Bridge to Burn, obra de la propia Lynn y Lola Jean Dillon. Ante la falta de compromiso de su pareja, una mujer se plantea abandonarlo por un nuevo amor.

En mayo aparecía el disco Yesterday and Me, de Kayla Ray. En esta canción, Once a week cheaters, Kayla Ray colabora con Colton Hawkins. Dos amantes, cada uno con su pareja, se preguntan por las consecuencias de su infidelidad.

En mayo salía al mercado el nuevo disco de Tim Culpepper, DUI (Drinking Under the Influence). A él pertenece Another Way to Try. El narrador no puede soportar que su pareja le haya dejado: «Realmente no hay diferencia entre tu partida y un arma cargada».

Por último, When Willie’s Gone, de Adam Harvey, que apareció a finales de julio en The Nashville Tapes. Aquí, Adam Harvey dice: «Me pregunto cómo será el mundo, cómo será la música country, quién se fumará toda esa marihuana cuando Willie no esté».

It’s Been So Long, Darling, 1945

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La primera mitad de los 40 resultó muy fructífera para la carrera de Ernest Tubb. En 1941 saltaba a la fama con Walking the Floor Over You (todo un emblema del honky-tonk que podéis escuchar aquí), dos años más tarde entraba en el Grand Ole Opry y gozó de dos números 1 en la lista de los más vendidos: Soldier’s Last Letter (1944) –también escuchada aquí-y esta que vamos a escuchar, escrita por él mismo.
Haciendo gala de honestidad y sentido del humor, Tubb reconocía que no cantaba especialmente bien. En una entrevista dijo que el 95% de los hombres que escuchaban sus canciones en los bares podrían fácilmente decirle a sus novias: «Yo canto mejor que él», y probablemente tendrían razón.
La letra nos habla de alguien que después de mucho tiempo regresa exultante a casa con su amada. Aunque no se dice la causa de la larga y forzada separación, es de suponer que es debido a la guerra –estamos en 1945–, lo que acrecentó su popularidad.
Os dejo con la versión original de Ernest Tubb en 1945.

El canadiense afincado en Estados Unidos Hank Snow la incluyó en Country and Western Jamboree (1957).

Con un acompañamiento orquestal, Eddy Arnold la versionó en Let’s Make Memories Tonight (1961).

La versión de un joven Glen Campbell en Too late to worry… too blue to cry (1963) bebe, como la anterior, del sonido Nashville.

Una de las mejores versiones fue la de Loretta Lynn en su álbum I Like’em Country (1966).

Merle Haggard la recuperó años después para The way I am (1980).

Todo en mundo quiere ir al cielo… pero nadie quiere morir

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La sugestiva frase que da título a esta entrada ha sido utilizada por varios compositores como tema de sus canciones. Os traigo tres ejemplos –dos de country y uno de blues–, independientes entre sí pero con esa idea en común.
Casi al principio de su carrera –fue su quinto trabajo–, Loretta Lynn escribió Everybody wants to go to heaven (but nobody wants to die) para su disco Hymns (1965). La propia Loretta volvió a versionarla en su más reciente Full Circle (2016), que ya escuchamos aquí. En la letra, la cantante brinda dos ejemplos bíblicos para demostrar esa máxima: el rey de Judea Ezequías no quería morir y Dios le dio otros 15 años de vida (según Isaías, 38, 5), y Jesucristo, aunque sabía que debía entregar su vida siguiendo el plan de su padre, fue valiente hasta que Judas le traicionó, y lloró porque no quería morir.

Jim Collins y Mary Dodson se sirvieron de la misma idea para escribir Everybody wants to go to heaven, que Kenny Chesney incluyó en su disco Lucky Old Sun (2008). Un predicador exhorta al protagonista a dejar el whiskey y las mujeres y llevar una vida más recta para poder entrar en el cielo. Sin embargo, aunque “todo el mundo quiere ir al cielo, nadie quiere ir ahora”.

Por último, a modo de bonus track, todo un clásico del blues que comparte el mismo título. La versión que vamos a escuchar se la debemos a Albert King –uno de los tres “kings” del blues junto a B.B. King y Freddie King–. Obra de Don Nix, apareció en su álbum Lovejoy (1971). Escuchemos ya Everybody wants to go to heaven.

Disco del mes (septiembre)

wouldn't it be great
Como os decía el viernes, hoy vamos a escuchar extractos de otro disco aparecido este mes, obra de una mujer con mucha experiencia en esto del country. Hablo de Loretta Lynn, quien, a sus 86 años, sacó el pasado día 28 su disco Wouldn’t it be great de la mano de Sony Legacy.
La importancia de Loretta en la historia del country es incuestionable. Quizá no fuera la primera mujer que se dedicara a este género de forma profesional, pero sí fue quien visibilizó en sus letras los problemas a los que se enfrentaban las mujeres en la sociedad que le tocó vivir. Habló de temas tan controvertidos para su época como la píldora anticonceptiva, el divorcio o los malos tratos, que ella sufrió en sus carnes, como puede verse en la película sobre su figura Quiero ser libre.
Su último trabajo ha sufrido varios retrasos por los problemas de salud de Loretta (a saber, un derrame en mayo de 2017 del que ya se ha recuperado, y una caída en enero de este año en la que se rompió una cadera). Superados esos contratiempos, Lynn se ha mostrado muy ilusionada con su nuevo trabajo, producido por John Carter Cash –el hijo de Johnny Cash y June Carter– y por la hija de Lynn, Patsy Lynn Russell –quien, por cierto, escribe junto a su madre dos de los temas del álbum–.
Trece pistas lo articulan y en ellas se alternan nuevas versiones de temas ya grabados anteriormente por Loretta junto con otros originales.
Escuchemos el tema que da título al disco y que, al mismo tiempo, se ha convertido en su primer single, Wouldn’ it be Great. Escrito por Lynn en los años 80, ya lo había incluido en Just a Woman (1985), y posteriormente, junto a Dolly Parton y Tammy Wynette, en Honky Tonk Angels (1993). La protagonista desea que su pareja deje de beber y se dedique a ella por completo, y se pregunta si no sería maravilloso que la amara más que a la botella.

El segundo single lleva por título Ruby’s Stool y es un original de Loretta Lynn y Shawn Camp. Habla de los celos de la protagonista porque otra mujer –la Ruby del título– ha sacado a bailar a su novio mientras ella se queda sentada en su taburete…

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Your Man. Josh Turner, 2006

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Hay que reconocer que Josh Turner fue muy valiente en este su segundo álbum, cuando apostó por un sonido country más clásico en medio del maremágnum de country-pop que oprimía la época.

Desde que en 2001 asombrara al público del Grand Ole Opry con su primera canción, Long Black Train, Turner se ha mantenido fiel a su estilo y este álbum es otra prueba de ello. Consta de 11 temas, de los que tres salieron como singles, Your Man, Would You Go With Me y Me and God (los dos primeros ya escuchados aquí). Su trabajo le reportó dos nominaciones a los Grammy: a la mejor actuación country masculina y al mejor álbum country.

En Loretta Lynn’s Lincoln, rinde un homenaje al country en general, citando a algunas figuras destacadas del mismo. El narrador, aspirante a cantante, fantasea con que ve un anuncio sobre el Lincoln que había pertenecido a Loretta Lynn, lo compra –se siente como si las aguas del mar Rojo se separaran a su paso–, luego tiene una visión sobre Dolly Parton y se ofrece a llevarle a un concierto de Loretta. Al final del sueño aparece un policía que le desengaña y le dice que ese no es el Lincoln de Lynn. Shawn Camp y Mark Sanders son los compositores de esta original canción.

El disco también incluye una versión del tema de Don Williams Lord Have Mercy on a Country Boy, cuya versión original apareció en el álbum de 1991 True Love. La letra, compuesta por Bob McDill, habla de lo fácil que es acostumbrarse a la vida rural y renegar de la urbanita.

El tercer single, Me and God, fue escrito por Turner, quien lo interpretó junto a Ralph Stanley. La canción fue nominada en la Academia de Música Country.

Turner, Mark Nesler y Tony Martin escribieron Angels Fall Sometimes, una balada en la que el protagonista se muestra feliz de que su pareja le haya elegido a él para compartir su vida.

White Noise fue escrita por Josh Turner y John Anderson, que también la cantaron. Aquí definen la música country como “ruido blanco”, por aquello de que, históricamente, la mayoría de los artistas country han sido de raza blanca.

 

Lee Ann Womack, la evolución en el country

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Hace 51 años nacía en Texas Lee Ann Womack. Su padre le insufló su amor por el country y, tras estudiar piano, se matriculó en una de las primeras universidades que ofrecían grados en este género. Allí formó parte del grupo Country Caravan y, a mediados de los 90, irrumpió con fuerza en la industria y consiguió un contrato con Decca Nashville. Con ellos sacó su disco de debut Lee Ann Womack (1997), que tuvo un considerable éxito. El cierre de ese sello hizo que fuera transferida a MCA Nashville, al que se mantuvo fiel durante 10 años.

Su canción más conocida –vendió más de 3 millones de copias– y la que le lanzó al estrellato fue la radicalmente positiva I Hope You Dance (2000), que podéis volver a escuchar aquí. Su mensaje es que nunca hay que perder la ilusión por la vida, y constituyó todo un éxito incluso fuera de los círculos estrictamente musicales: Womack la interpretó en la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz en Oslo en 2000 y, más recientemente, en 2014, en el funeral de la escritora Maya Angelou.

Aunque en sus inicios se caracterizó por un sonido country puro, con el cambio de siglo Womack evolucionó hacia un estilo más pop. No sería ese el único signo de su renovación: en 2014 introdujo en su álbum The Way I’m Living un sonido entre country y Americana que le ha granjeado los aplausos de la crítica.

Vamos a escuchar dos muestras de su trayectoria. El primer single que sacó en 1997 llevaba por título Never Again, Again. Womack estaba muy orgullosa del mismo y no pudo evitar cierta decepción cuando solo escaló al puesto 23 de las listas. La critica valoró su trabajo muy positivamente, y comparó a la artista con leyendas como Tammy Wynette o Loretta Lynn. Escrita por Monty Holmes y Barbie Isham, nos presenta a una mujer incapaz de echar de su vida a su pareja, aunque sabe que le va a romper el corazón otra vez.

Su último single hasta la fecha es All the Trouble, perteneciente a su último disco The Lonely, the Lonesome and the Gone, que salió veinte años después que aquel. Aquí, Lee Ann Womack nos ofrece un tema de Americana con tintes de blues en el que la narradora reconoce haber tenido todos los problemas a los que podía hacer frente y confía en un final feliz para su vida.

 

Firecracker. Josh Turner, Shawn Camp y Pat McLaughlin, 2007

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Una de las mejores voces que tiene la música country actual es la de Josh Turner, el mejor bajo en este género en lo que llevamos de siglo. Cosechó casi todos sus éxitos –Long Black Train, Your Man o Would You Go With Me, todos escuchados aquí– en los primeros años de su carrera, pero ya no se prodiga tanto y últimamente solo ha sacado dos discos, uno el año pasado, Deep South.

Firecracker pertenece a su tercer álbum y subió como la espuma en las listas, llegando al segundo puesto. El protagonista compara la energía amorosa de su novia con la explosión de un petardo: «Cuando enciendo la mecha, tengo que retirarme rápido porque hay que tener cuidado con la dinamita».

Sus autores ocupan un lugar destacado en la historia del country: uno de ellos, Shawn Camp, ha colaborado con Loretta Lynn o Garth Brooks, y el otro, Pat McLaughlin, tocó en su juventud con Johnny Cash o Don Williams, entre otros.

Escuchemos a Josh Turner en Everything’s Fine (2007).

Os dejo con la versión de Trent Hays y Justen Harden.