Una tensa espera

Sbado-de-Gloria

Hoy, Sábado Santo (hasta la reforma litúrgica de 1955 de Pío XII a este día se le conocía como Sábado de Gloria), es un día de luto según la tradición católica. Ayer conmemoramos la crucifixión de Cristo y mañana su resurrección, por lo que hoy no se encuentra físicamente entre nosotros.

Para intentar conjurar la solemnidad y la tristeza de este día, os traigo una canción góspel de carácter alegre. When the Roll is Called Up Yonder es un himno religioso que se asocia con la iglesia metodista. Fue compuesto a finales del siglo XIX por James Milton Black, quien también le puso letra.

La idea le llegó en el curso de su labor como tutor en una escuela dominical. Al pasar lista, Black se dio cuenta de que faltaba una niña. Se interesó por ella y fue a su casa, donde descubrió que estaba enferma de neumonía. Llamó a su propio médico para que le diera los mejores cuidados y, cuando llegó a casa, escribió esta canción.

La letra habla del deseo del narrador de estar presente en el reino celestial: «Cuando se pase lista allá arriba, yo estaré allí», dice el estribillo. Recuerda al clásico When the Saints Go Marching In, que popularizara Louis Armstrong y cuyo estribillo reza: “Cuando los santos vayan marchando, quiero estar entre ellos”.

Comencemos con esta versión en directo de The Statler Brothers.

La primera vez que apareció en un disco de Johnny Cash fue en Sings Precious Memories (1975).

La versión de Loretta Lynn pertenece a All Time Gospel Favorites (1997).

El programa de televisión Hee-Haw se prolongó casi 25 años. Presentaba actuaciones de música country, y una de sus secciones, interpretada por el Hee-Haw Gospel Quartet, estaba dedicada al góspel. En 2006 salió un recopilatorio con los temas del programa: When the Roll is Called Up Yonder era uno de ellos.

Alan Jackson la incluyó en Precious Memories Volume II (2013).

 

En Familia (VII)

carter family
Seguimos con la historia de la familia Carter, y nos centramos hoy en unos años decisivos. Su creciente popularidad hizo que pudieran mudarse a otros sellos discográficos de más renombre. En 1935, firmaron con ARC (American Record Corporation), un duro golpe para la RCA Victor, que se quedó así sin su mayor fuente de ingresos, toda vez que Jimmie Rodgers –que también trabajaba para ellos– había muerto en 1933.
Como el copyright de las canciones no les pertenecía a ellos, sino a la RCA Victor, tuvieron que grabarlas otra vez para su nueva casa, y a esta tarea se aplicaron con denuedo en varias sesiones durante el mes de mayo de 1935. Una de las canciones revisadas fue la famosa Can the Circle Be Unbroken, una de las primeras que escuchamos en este blog, y I’m Thinking Tonight of My Blue Eyes, que también ha sonado por aquí.
En 1936 firmaron con Decca Records, una discográfica que todavía existe y en cuya nómina refulgieron artistas como Ernest Tubb, Bing Crosby, Al Jolson, Kitty Wells, Red Foley, Webb Pierce, Louis Armstrong, Billie Holiday o Patsy Cline. Nacida en Reino Unido en 1929, en 1934 abrieron una sucursal en Estados Unidos.
Nuestro recopilatorio contiene varias grabaciones de 1936. Escuchemos sin más dilación algunas de ellas.
Empezamos con Are You Lonesome Tonight. Aunque todo el mundo asocia esta canción a Elvis Presley, en realidad fue escrita en 1926 por Lou Handman y Roy Turk. He aquí la versión de la familia Carter, que tampoco fue la primera, ya que Charles Hart se les había adelantado en 1927.

En My Dixie Darling, escrita por A.P. Carter, un hombre da una serenata de banjo a su novia de Dixie.

Give me your Love and I’ll Give you Mine es otra composición de A.P. Carter. “Ven conmigo a nuestro rincón en la sombra, donde las flores florecen al lado del arroyo, dame tu amor y yo te daré el mío”, susurra su letra.

When Silver Threads Are Gold Again habla del paso del tiempo para una pareja de enamorados. “Cariño, estamos envejeciendo y nuestros cabellos se ven de plata, las arenas del tiempo han robado todo el oro que hacía bellos nuestros jóvenes rizos, pero los años no pueden robar un amor que no envejecerá nunca”.

La protagonista de Jealous Hearted Me es una mujer celosa a la que no le importa que le quitan el dinero: solo pide a las demás mujeres que dejen en paz a su hombre.

Country Urbano (XVIII)

new orleans 2
44. Crescent City. Lucinda Williams compuso esta canción para su tercer álbum, Lucinda Williams (1988), como homenaje a Nueva Orleans, “la ciudad del creciente”. Influida por la música cajun, no faltan en la letra referencias al estado de Louisiana: el lago Pontchartrain, la pequeña ciudad de Mandeville… Aunque fue escrita muchos antes del Katrina, volvió a ponerse de moda a raíz del huracán. Escuchémosla y, como dice la canción, “laissez les bons temps rouler”, o, lo que es lo mismo, “que vengan los buenos tiempos”.

En 1993, Emmylou Harris la versionó en su álbum Cowgirl’s Prayer.

45. Back to New Orleans. Fundado en 1998, Old Medicine Crow Show es un grupo especializado en música folk y bluegrass, que empezó actuando en las calles. Dos años más tarde, la leyenda del bluegrass Doc Watson los descubrió tocando en Boone, Carolina del Norte, y, con semejante padrino, se trasladaron a Nashville, donde actuaron en el Grand Ole Opry. Hasta la fecha han sacado 8 álbumes de estudio, y este tema pertenece a su EP Caroline (2008). Nueva Orleans ejerce una atracción irresistible para su narrador, que está dispuesto a llegar allí como sea. Tras perder su billete de autobús, pide dinero al primero que se cruza en su camino y lleva ya 40 días con sus noches caminando bajo el sol ardiente de Texas para cumplir su sueño.

46. Do you know what it means to miss New Orleans. Nació como un tema de jazz, y la oímos por primera vez en la película New Orleans (1947), con Louis Armstrong y Billie Holiday, pero la versión que os traigo hoy es de uno de los mayores exponentes del bluegrass de nuestros días, Alison Krauss, quien la grabó en 1989, a los 18 años. La canción está tan asociada a esta ciudad, que David Simon la escogió para cerrar su serie Treme.

Escuchemos a Jimmy Buffett junto a Allen Toussaint al piano en 2006.

Leyenda del country, leyenda del jazz, leyenda del blues…

standin on the corner
La canción que os traigo hoy se propone el “más-difícil-todavía”, y sale airosa del empeño: fusionar tres de los grandes estilos de música del siglo XX.
Jimmie Rodgers, nacido en Meridian –Mississippi– en 1897, supo fusionar a la perfección el country con el blues, y tuvo un relevante papel en el nacimiento del rock and roll, que florecería a los veinte años de su muerte.
Por otra parte, en 1901 nació en Nueva Orleans otra leyenda, Louis Armstrong, que se convirtió por derecho propio en una figura fundamental del jazz.
Pues bien: en el tema de hoy, Standin’ On the Corner, grabado el 16 de julio de 1930, colaboraron estos dos gigantes de la música. Lo escribió Jimmie Rodgers, a la trompeta podemos escuchar a Louis Armstrong, y al piano a la segunda mujer de este, Lili Hardin Armstrong.
Rodgers se hizo famoso gracias a su serie Blue Yodels, y este tema en concreto cierra la serie Blue Yodel number 9. La historia se desarrolla en Memphis, donde un vagabundo “avisa” a un policía que le “agarra del brazo” de que él y los suyos no son bienvenidos.
Escuchemos el original de Jimmie Rodgers.

Muchos años después, en 1970, Louis Armstrong versionó de nuevo este clásico junto con otro de los grandes del country, Johnny Cash, en el programa The Johnny Cash Show.

El jazz de Nueva Orleans

dixieland
Como sabemos, uno de los pilares sobre los que se asienta el country es el jazz. Hoy viajaremos a una de las ciudades con más música en vena de Estados Unidos, Nueva Orleans, donde el jazz dio sus primeros pasos.
Fue aquí donde surgió a principios del siglo XX –antes de que empezara el country– la música Dixieland, también conocida como jazz de Nueva Orleans. El estilo causó furor y fue exportado a Chicago y Nueva York por las grandes orquestas, las llamadas big bands. De la fuente inagotable del jazz bebieron otros estilos musicales: el swing, el rhythm and blues e incluso el rock and roll.
Para comprender mejor la música Dixieland, qué mejor que unos ejemplos…
Quizá la melodía más conocida de este estilo sea When the Saints Go Marching In, un tema de carácter religioso en el que se dice que, cuando los santos vayan marchando, “me quiero encontrar entre ellos”. Esta es la versión de The Dukes of Dixieland.

Otra de las canciones más características de este grupo fue el antiguo espiritual negro Down by the Riverside.

Ahora, una grabación histórica, Livery Stable Blues (1917), de Original Dixieland Jass Band (que luego cambiaría la grafía a jazz). ¡Esta se considera la primera grabación de jazz de la historia!

A nadie se le escapa que uno de los máximos representantes de este tipo de música fue un muchacho nacido en Nueva Orleans (Louisiana), Louis Armstrong. Escuchemos su versión de Basin Street Blues, una melodía escrita en 1926 por Spencer Williams.

Jack Teagarden, el Padre del trombón, nos dejó este clásico, Dame Blanche.

Riverboat Party es otro de los clásicos instrumentales de música Dixieland. El río del título es el Mississippi. Aquí la escuchamos en la interpretación de la Dixieland Band Čakovec, en un concierto en la República Checa, en 2009.

Os dejo con Royal Garden Blues, interpretada por Bix Beiderbecke en 1927.

Esta es la grabación que hizo King Oliver de Dippermouth Blues en 1923. Aunque la autoría no está clara, algunos se la atribuyen a Louis Armstrong.

El también nacido en Louisiana Kid Ory escribió Muskrat Ramble en 1926. Escuchémosla en la versión de The Bobcats.

El country marca su territorio (VI)

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15. Georgia on my mind. Esta canción no fue ideada para el estilo country. Fue compuesta en 1930 por Hoagy Carmichael con letra de Stuart Gorrel. Sin lugar a dudas, la versión más famosa es de Ray Charles (1960), que le dio ese toque country para su álbum The Genius hits the road. Otras versiones célebres son las de Louis Armstrong, Ella FitzGerald o Billie Holliday. El tema (cuyo título no se refiere al estado, sino a una chica llamada Georgia, hermana del compositor) es el himno oficioso del estado de Georgia desde 1979.

16. Rainy Night in Georgia. Esta nostálgica balada fue escrita en 1962 por Tony Joe White y popularizada ocho años después por Brook Benton. Vendió en toda su historia la nada desdeñable cifra de un millón de discos. Otras versiones destacables han sido las de Hank Williams Jr., Tennessee Ernie Ford o Ray Charles. La letra se centra en la soledad de un vagabundo sin ningún sitio adonde ir en la noche lluviosa de Georgia. Solo le queda su guitarra y el recuerdo de una mujer.

17. The devil went down to Georgia. Esta es una de las canciones más conocidas del grupo Charlie Daniels Band. Fue grabada en 1979, y el tema alcanzó rápidamente un éxito descomunal. Desde luego, rezuma alegría por todos sus poros. La historia revitaliza el viejo mito sobre el pacto con el Diablo. En concreto, el Diablo va a Georgia a robar el alma de un violinista, Johnny, a quien propone un reto: harán los dos un concurso para ver quién toca mejor el instrumento y, si gana el chico, se llevará un violín de oro, pero si lo hace el Diablo le robará su alma. Ante el virtuosismo de Johnny, al Diablo no le quedará otra que reconocer su derrota.

Bill Monroe, el padre de la música bluegrass

Bill Monroe
Hace unas semanas, traía a colación un diálogo de la película Alabama Monroe, en el que se sostenía que Bill Monroe era el mejor compositor de todos los tiempos. Voy a intentar demostrar que esta afirmación es cierta, en particular en lo que a música bluegrass se refiere.
Monroe nació en 1911 en Kentucky. Su estado natal lo acompañó durante toda su vida, y a él le dedicó numerosas canciones que hoy se consideran himnos oficiosos del estado.
Vio la luz en el seno de una familia que se dedicaba profesionalmente a la música. Sin ir más lejos, su tío era Pen Vandiver, un virtuoso del violín del que Monroe lo aprendió todo, y es que a los 16 años se quedó huérfano de madre y padre y se fue a vivir con él.
Le solía acompañar con la mandolina, un instrumento en el que se había especializado cuando su tío tocaba el violín en bailes campestres. En 1929, se trasladó a Indiana junto con sus hermanos, Birch y Charlie, también músicos, y formó el grupo Monroe Brothers. Birch abandonó la empresa y Bill y Charlie siguieron como dúo hasta 1938. Ese mismo año formó el grupo con el que alcanzaría la fama, The Bluegrass Boys y, al año siguiente, se unió a las filas del Grand Ole Opry, institución de la que formó parte hasta su muerte.
En esos años experimentó con varios instrumentos como el acordeón, que no tardó en aparcar, o el banjo, que le dio un sonido característico a la banda. Durante un tiempo, los virtuosos del banjo Earl Scruggs y Lester Flatt se unieron al grupo, si bien lo dejarían para formar el suyo propio, The Foggy Mountain Boys.
En 1949, tras firmar con la Decca Records, se inició su edad dorada, con la grabación de multitud de clásicos del bluegrass. Aunque a finales de los 50 su carrera empezó a decaer para dejar paso a otros estilos como el rock, en los 60 se dio una revitalización de la música folk, con la proliferación de numerosos festivales dedicados al género.
Bill Monroe trabajó hasta pocos meses antes de su muerte, acaecida en 1996, cuando estaba a punto de cumplir 85 años. Su legado llega hasta la actualidad. Ricky Scaggs ha declarado: “Creo que la importancia de Bill Monroe para la música americana es como la de Robert Johnson al blues o como la de Louis Armstrong. Es probablemente el único músico cuyo grupo ha dado nombre a un estilo de música”.
Escuchemos ahora la canción que dedicó a una de sus mayores influencias musicales, su tío. En 1950, grabó Uncle Pen, versionada posteriormente por Porter Wagoner o Ricky Scaggs. Esta la cantó en el Grand Ole Opry en 1956.

Cold, cold heart. Hank Williams, 1951

Es una de las más bellas baladas de amor jamás escritas. La compuso, cómo no, Hank Williams, y es un clásico de tal magnitud que forma parte del Great American Songbook, la selección de canciones populares canónicas americanas.
Fue en 1951 cuando Hank Williams grabó este tema en un disco cuya cara A correspondía a Dear John, que llegó al número 8 de las listas. La canción que hoy nos ocupa fue mucho más lejos. Fue la más escuchada en los honky-tonk (no tardó en alcanzar el número 1) y la crítica musical cayó rendida a sus pies.
Ese mismo año, Tony Bennett presentó una versión pop del tema, con arreglos de Percy Faith, que sirvió para poner la música country al alcance de un público más extenso. En su autobiografía, Bennett cuenta que Williams le llamó por teléfono tras oírla y le espetó: “Tony, ¿por qué has destrozado mi canción?”. En realidad, a Williams le gustaba la canción y solo estaba bromeando.
Luego vendrían las versiones de Louis Armstrong, Aretha Franklin, Norah Jones y muchos más. Incluso el cantante country Freddy Fender, que también cantaba en español, pues había nacido cerca de la frontera con México, hizo la suya propia con el título Tu frío corazón.
La canción nos habla de la frustración que experimenta el autor ante su amor no correspondido. Su chica sufrió una mala experiencia en otra relación y él se pregunta qué puede hacer para liberar su mente llena de dudas y derretir su frío corazón. “Tienes tanto miedo –le dice– que crees que todo lo que hago es un plan perverso”. El final, y aquí viene el spoiler, no es feliz, ya que se da cuenta de que su amor sigue atado a un recuerdo y, cuanto más se preocupa por ella, más se separan. Con esta canción, el country alcanzó unas cotas inimaginables para lo que había nacido como una música rural sin mayores pretensiones.