City Lights. Bill Anderson, 1958

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El compositor Bill Anderson entró con buen pie en esto del country. Escribió este tema con tan solo 19 años y se lo ofreció a una figura que estaba despuntando en aquel entonces, Ray Price. La canción, que podría encuadrarse en el estilo honky-tonk, encierra en su interior el verdadero espíritu de la música country: el protagonista no acaba de entender la atracción que ejerce la vida urbana –las luces de ciudad– sobre algunas personas: “Pintan un bonito cuadro de un mundo feliz y brillante, pero es solo una máscara para la soledad que hay detrás de esas luces de ciudad… porque es solo un lugar para que los hombres lloren cuando las cosas salen mal, un lugar para escapar y esconderse tras esas luces de ciudad”.
Esta es la versión original de Ray Price, que grabó en la primavera de 1958. El single fue número 1 durante varias semanas.

Connie Smith la versionó en Born to Sing (1964). Fijaos en que su versión está adaptada al sonido Nashville que triunfaba en los 60.

La interpretación de Mickey Gilley en 1975 también escaló al primer puesto de las listas.

Mel Tillis la incluyó en New Patches (1988).

Aquí tenéis la versión de su autor, Bill Anderson, que también tuvo una prolífica carrera como intérprete.

Pam Tillis, cantante y actriz

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Hace 60 años nacía en Florida la hija de Mel Tillis. Creció en Nashville, y esa combinación –ser la hija de uno de los artistas country más conocidos y pasar su infancia en la meca del género– guió sus pasos hacia ese mundillo. A los ocho años debutó en el Grand Ole Opry de la mano de su padre, cantando el clásico del folk Tom Dooley (aquí podéis ver la entrada que le dediqué). Durante la universidad tocó en dos grupos, The High Country Swing Band y en un dúo con Ashley Cleveland, quien después se especializaría en música folk.

A los 19 años dejó la universidad y se dedicó de lleno a la música. Su primera composición, The Other Side of the Morning, que grabó Barbara Fairchild, data de 1976. A principios de los 80 firmó un sustancioso contrato con Warner Bros. Nashville, con los que sacó nueve singles y un álbum, Above and Beyond the Doll of Cutie (1983). A finales de esa década cambió a Arista Nashville, donde disfrutó de sus mayores éxitos, entre ellos su único número 1, el single Mi Vida Loca (My Crazy Life). Sus discos Homeward Looking Angel (1992) y Sweetheart’s Dance (1994) fueron reconocidos, además, como discos de platino.

En el año 2000 Pam entró en el Grand Ole Opry, e inició su carrera en la pequeña pantalla. En los últimos años, ha colaborado con Lorrie Morgan, con quien ha sacado dos discos de dúos, el último de los cuales vio la luz en noviembre del pasado año con el título Come See Me and Come Lonely, en el que versionaban diversos clásicos del country.

Don’t Tell Me What to Do fue escrita por Harlan Howard y Max D. Barnes en 1988, y Pam Tillis la grabó en su álbum Put Yourself in My Place (1990). Una mujer pide a su expareja que no se crea con derecho a aconsejarle qué hacer con su vida: “Te amaré para siempre si quiero”, dice.

 

Adiós a un icono de los 90

Mel Tillis Memorial

Ayer nos sorprendía la noticia de la muerte de Daryle Singletary, a los 46 años de edad; oriundo de Georgia, residía en Nashville.

Desde niño, se apasionó por la música country –su primera grabación amateur fue el clásico de Hank Williams Your Cheatin’ Heart, a los doce o trece años–. Debutó en 1995 con su disco Daryle Singletary, al que pertenece I Let Her Lie (uno de sus temas más reconocibles y que pudimos escuchar aquí no hace ni siquiera un mes).

Este álbum fue el inicio de una fértil trayectoria que le abrió un hueco en la gran familia del country. Destinado a revitalizar la música country tradicional, con el cambio de siglo destacó, sobre todo, como cantante de versiones de grandes clásicos del country (sacó tres discos de esta naturaleza). Su último trabajo, American Grandstand, en colaboración con Rhonda Vincent, vio la luz en julio del pasado año.

El 31 de enero, hace un par de semanas, tuvo lugar en el Ryman Auditorium, la sede del Opry, un homenaje al gran Mel Tillis, fallecido en noviembre. Daryle estuvo allí, y hoy, tristemente, él es el centro del homenaje. Escuchemos ya algunas de sus canciones más populares.

A su disco de debut pertenece este Too Much Fun, obra de Curtis Wright y Jeff Knight, que llegó al puesto 4 de la lista Billboard.

Amen Kind of Love apareció en su segundo disco, All Because of You (1996). Trey Bruce y Wayne Tester compusieron esta canción sobre un hombre que ha encontrado el amor de su vida.

Daryle Singletary incluyó The Note en su álbum Ain’t It the Truth (1998). El tema había sido compuesto ya en los años 80 y el primero en grabarla fue Conway Twitty en Don’t Call Him a Cowboy. La letra se centra en la nota de ruptura que le deja su novia al narrador.

Como muestra de su último disco, American Grandstand, escuchemos dos pistas. Primero, el tema homónimo que lo abre y en el que Daryle Singletary canta a dúo con Rhonda Vincent.

Y Slowly but Surely, una canción con aire de country clásico en la que los narradores reconocen que «lenta pero ciertamente» se están enamorando el uno del otro.

Gary Stewart, el rey del honky-tonk

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Gary Stewart nació en Kentucky en 1944. Su pasión siempre fue la música: aprendió a tocar la guitarra y el piano y se curtió en grupos locales. A los 20 años conoció a Mel Tillis, quien, viendo su potencial para el country, le convenció para que se trasladara a Nashville e iniciara ahí su carrera discográfica.

Sus comienzos, sin embargo, no fueron fáciles. Aunque lo contrataron como compositor y de vez en cuando acompañaba a artistas ya consagrados, su carrera como solista no conseguía despegar y no lo haría hasta mediados de los 70, cuando lo saludó su mayor éxito, Out of Hand.

Su estrella se desvaneció pronto, pues, aunque siguió trabajando el resto de su vida, no conectaba con el público, que lo consideraba «demasiado country» (los simpatizantes del rock) o «demasiado rock» (los puristas del country). En 2003 se suicidó, incapaz de sobrellevar la reciente muerte de su mujer.

Como decía, su mayor éxito crítico y comercial fue el álbum Out of Hand (1975). A él pertenece She’s Acting Single (I’m Drinking Doubles), un tema escrito por Wayne Carson y en el que un hombre ahoga sus penas en un bar, porque su mujer «está actuando como si estuviera soltera» (así que él bebe dobles). Fue la única de sus canciones que llegó al número 1 en la lista Billboard.

Ronnie Dunn recuperó este tema honky-tonk para la banda sonora de la película Country Strong (2010).

 

Diez singles de 2017 (y más)

fin 2017

El año que acabamos de terminar ha venido bien surtido de sencillos de música country, que tal vez ocupen algún día un lugar en la historia. Echemos la vista atrás y repasemos diez de estos singles.

El último trabajo del flamante nuevo miembro del Salón de la Fama, Alan Jackson, es The Older I Get, que apareció el pasado 13 noviembre. El autor reflexiona sobre su forma de afrontar la vida cuanto mayor se va haciendo.

Chris Stapleton, el hombre que ha devuelto la esperanza al country, es el artífice de Either Way, de su disco From a Room Vol. 1, que vio la luz el pasado mes de mayo.

Willie Nelson sigue, a sus 84 años, deslumbrándonos con un álbum tras otro. En abril salió al mercado God’s Problem Child y un mes antes ya pudimos disfrutar de su single It Gets Easier.

Bottle by my Bed, de Sunny Sweeney, salió al mercado el 9 febrero dentro de su disco Trophy. En esta canción, una mujer que no puede tener hijos habla con melancolía sobre el deseo de ser madre.

Ain’t it Just Like a Cowboy pertenece al álbum Whiskeytown Crier, de Erin Enderlin. Lo pudimos escuchar por vez primera el pasado mes de septiembre.

Aunque el disco California Sunrise, al que pertenece el siguiente single, apareció en 2016, en octubre se comercializó este She Ain’t in it, de la estrella en alza Jon Pardi.

Vamos ahora con un trabajo que recupera una composición popularizada por Brenda Lee en los años 60. Alison Krauss ha decidido incluirla en su disco Windy City. Escuchemos su interpretación de Losing You.

Tras unos años ausente de las novedades discográficas, Lee Ann Womack volvió con un nuevo disco en octubre, The Lonely, the Lonesome & the Gone, en el que se incluía este Hollywood.

Uno de los grandes activos de la música Americana actual es Jason Isbell. En junio apareció su disco The Nashville Sound, con este Last of My Kind.

El único artista que repite dentro de esta selección tan subjetiva es Chris Stapleton. Broken Halos apareció como single el 17 julio, extraído de su disco From a Room Vol. 1.

Los nuevos miembros del Salón de la Fama han sido Alan Jackson, Don Schlitz y Jerry Reed, este a título póstumo.

Los principales premios de la temporada han sido estos:

Grammy

Mejor álbum country: A Sailor’s Guide to Earth

Mejor canción country: Humble and Kind

Asociación de Música Country

Mejor álbum: From a Room Vol. 1

Mejor canción: Better Man

Academia de Música Country

Mejor álbum: The Weight of These Wings

Mejor canción: Die a Happy Man

Y, para finalizar este repaso a 2017, un homenaje a las personalidades del country que nos han dicho adiós: Glen Campbell en agosto, Don Williams en septiembre y Mel Tillis en noviembre.

¿Qué nos deparará este 2018? Te lo contará Riverofcountry.

 

River of Country cumple 1000 entradas

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Casi cuatro después de que este blog iniciara su andadura, ha llegado el día de soplar 1000 velas. Para celebrar este pequeño paso para el hombre, he preparado una selección de canciones –no todas country– que tienen en su título la palabra «mil».

Comencemos con las canciones ajenas a nuestro género de cabecera. Ya sabéis que aquí toda la buena música es bienvenida, y que otras veces, y con infinito placer, he abordado el folk, el blues, el R&B, el bluegrass o, en menor medida, el jazz. Vamos con ellas.

Un grupo insignia de la música doo-wop, que medró en los años 50 y 60, fue The Heartbeats. De ellos escucharemos A thousand miles away, que salió al mercado en 1957. La canción, escrita por William Miller y James Shepard, sería recuperada para la banda sonora de American Graffiti (1973).

Seguimos con el doo-wop. Corría 1960 y Kathy Young tenía solo 15 años cuando grabó esta canción, A Thousand Stars, que la catapultó al éxito. Los coros son del grupo The innocents.

Como ejemplo del pop de los 60 figura, en un lugar preeminente, Bobby Vee. The night has a thousand eyes (1962) fue uno de sus mayores éxitos. Escrita por Benjamin Weisman, Dorothy Wayne y Marylin Garrett, en la letra el narrador advierte a su pareja de que no le sea infiel porque la noche tiene mil ojos y él se enterará.

Ahora vamos con un poco de rhythm and blues. Este tema alcanzó el número 1 de la lista de este género. Aunque Land of 1000 dances, compuesta por Chris Kenner, es de 1962, la versión más famosa se la debemos a Wilson Pickett, que la incluyó cuatro años más tarde en su álbum The exciting Wilson Pickett.

Entramos en el siglo XXI con A thousand miles, una canción pop que supuso el debut de Vanessa Carlton. Aparece en su disco Be Not Nobody (2002).

Y nos acomodamos ya en el fértil terreno country con Lefty Frizzell y I love you a thousand ways (1959), en la que el protagonista está dispuesto a probar su amor de mil maneras diferentes.

Años más tarde Willie Nelson nos regaló una versión de este tema.

Webb Pierce y Mel Tillis escribieron A Thousand Miles Ago en 1959 y ambos la grabaron de forma independiente en el curso de sus carreras. Mientras va en un tren de mercancías, un tipo se pregunta por qué su amada le dejó hace mil millas. Os dejo con las dos grabaciones; la de Webb Pierce es de 1959.

Mel Tillis la grabó en 1962.

En su álbum This Time (1993), Dwight Yoakam incluyó su propia composición, A Thousand Miles from Nowhere.

En el segundo álbum de Lee Brice, Hard 2 Love (2012), sonaba Seven Days a Thousand Times, obra del mismo Brice, Billy Montana y Jon Stone. El narrador rememora los siete días de felicidad que gozó con su novia unas vacaciones, y afirma haberlos revivido mil veces.

 

Adiós a un artesano del country

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De nuevo tenemos que hablar de otra pérdida que nos toca muy de cerca a los amantes de la música country. El pasado domingo fallecía en Florida Mel Tillis (aquí podéis ver su biografía) a los 85 años de edad.

Su carrera artística comenzó tras su paso por el ejército, donde estuvo destinado en Okinawa. Fue compositor y cantante. Dentro de su primera faceta escribió multitud de éxitos para artistas de postín y su gran oportunidad le llegó precisamente cuando una de sus composiciones, I’m tired, escrita junto a Ray Price, fue grabada por Webb Pierce en 1956. Tillis la grabó unos años más tarde en su álbum Heart over Mind (1962). El protagonista busca desperadamente al amor de su vida y asegura estar «cansado de vivir así».

Este éxito le llevó a fichar primero por un modesto sello, Cedarwood, y luego por el más importante Columbia Records, donde se probó como cantante con The Violet and the Rose (1958), en la que presenta un contraste entre el azul –color que asociamos a la tristeza– de las violetas con el rojo pasión de las rosas.

Una de sus mejores composiciones (en colaboración con Danny Dill) llegó a lo más alto en la voz de Bobby Bare en 1963. Me refiero a Detroit City, que Mel grabaría en Big ‘n’ Country (1970). El narrador, que ha ido en busca de una nueva vida en la industrial y deshumanizada Detroit, se siente decepcionado y ansía volver a su casa sureña. «La gente allá en casa cree que soy importante en Detroit, por las cartas que escribo creen que me encuentro bien. Pero por el día lavo coches, por la noche recorro bares, ojalá pudieran leer entre líneas», espeta.

Otra de sus composiciones más emblemáticas fue Ruby, Don’t Take Your Love to Town, que Kenny Rogers grabó en 1969. Os dejo con la interpretación que hizo Mel Tillis del tema en 1976. La canción trata de un soldado de Vietnam –»esa loca guerra asiática»– que llega paralítico a su país y ruega a su novia que no lo abandone.

Aunque, como hemos visto, Mel empezó a grabar su propio material a finales de los 50, fue en los 70 cuando vio la luz la mayor parte de sus éxitos. Escuchemos Good Woman Blues, que salió al mercado en 1976 y se convirtió en su segundo número 1. Este tema fue escrito por Ken McDuffie y habla de un mujeriego empedernido.

El mismo año conquistó su siguiente primer puesto con Heart Healer. El narrador está entusiasmado con su nueva pareja, a la que califica de sanadora de corazones.

Su último número 1 fue Southern Rains en 1980, un tema escrito por Roger Murrah en el que el protagonista afirma que lo que más le gusta de la tierra de Dixie son las lluvias sureñas.

2007 fue para él el año de los reconocimientos: ingresó de manera oficial en el Grand Ole Opry y dos meses después se anunció su entrada en el Salón de la Fama de la música country. Su último trabajo fue You Ain’t Gonna Believe This (2010).

Mel Tillis ha muerto pero su legado se mantendrá vivo, gracias en parte a su hija Pam Tillis, que también se dedica a esto del country.

Daddy Sang Bass. Carl Perkins, 1968

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Uno de los padres del rockabilly, Carl Perkins, fue el autor de este tema popularizado por Johnny Cash. La canción incorpora partes del estribillo del himno gospel Will the Circle be Unbroken, escrito en 1907 por Ada Habershon (letra) y Charles Gabriel (música). El patriarca de la familia Carter, A.P., se inspiró también en él para Can the Circle Be Unbroken (1935), ya escuchada aquí.
Perkins pidió permiso a los supervivientes de los Carter para utilizar partes de la melodía. En la letra hay una alusión a la vida personal de Cash: cuando este tenía 12 años, su hermano mayor, Jack, falleció por un accidente con una sierra en el molino donde trabajaba (“Yo y mi hermano nos reuniremos allí” (en el cielo). La canción narra la vida de una familia de granjeros cuya única alegría es la música, que les ayuda a sobrellevar su dura existencia. «Papá cantaba con voz de bajo, mamá con voz de tenor, el canto parece ayudar a un alma atribulada».
Cash fue el primero en grabarla para su álbum The Holy Land (1969) y el single, aparecido el año anterior, fue nominado por la Asociación de la música country al mejor del año. La grabación cuenta con las voces de June Carter y The Statler Brothers.

El propio autor, Carl Perkins, la grabó al año siguiente para su álbum Greatest Hits.

The Statler Brothers la incluyeron en Oh, Happy Day (1969).

Skeeter Davis la versionó en Mary Frances (1969).

Escuchemos a Mel Tillis en Who’s Julie (1969).

Ahora, Glen Campbell en Oh Happy Days (1970).

Connie Smith y Nat Stuckey la cantaron a dúo en Sunday Morning (1970).

Country Urbano (XXIV)

little rock
61. Send me down to Tucson. Otra gran ciudad de Arizona es Tucson, famosa por transmitir la imagen más clásica del Oeste a través del séptimo arte –en sus proximidades, en Tombstone, tuvo lugar el duelo de O.K. Corral, y vivió Wyatt Earp–. En 1979 Mel Tillis publicó su disco Are You Sincere, que incluía esta canción escrita por Snuff Garrett y Cliff Crofford. Cuenta la historia de un tipo cuyo jefe le envía a Tucson, una ciudad a la que nadie quiere ir, para trabajar en verano. Libre de su mujer, aunque nunca antes le ha sido infiel, pierde la cabeza por una chica de la ciudad. Ahora lo único que quiere es que le envíen de nuevo a Tucson para “hacer el trabajo”.

62. Little Rock. Aunque la canción con la que entramos en el estado de Arkansas lleva por nombre el de su capital, Little Rock, en realidad “pequeña roca” es como llama la narradora a su pareja. Reba McEntire incluyó este tema en su disco Whoever’s in New England (1986), el primero de los suyos que alcanzó el número 1 en la lista Billboard. Escrita por Pat McManus, Bob DiPiero y Jerry House, narra la historia de una mujer que se casa con un hombre rico, pero no tarda en cansarse de él y planea abandonarlo.

63. Little Rock. Al contrario que la anterior, esta canción sí que está dedicada a la capital de Arkansas. Collin Raye grabó este tema, compuesto por Tom Douglas –fue su primer éxito como compositor– en su álbum Extremes (1994). Nominada por la CMA a la mejor canción del año, cuenta la historia de un ex-alcohólico rehabilitado: “No he tomado una copa en 19 días y mis ojos están claros sin esa niebla”. Empieza una nueva vida en Arkansas, como empleado de un videoclub de Walmart, y pretende reanudar su antigua relación: “Solo tengo un problema, sin ti, no soy yo”.

Tanya Tucker, la artista adolescente

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En 1958 nacía Tanya Tucker en una localidad de Texas. Su infancia transcurrió en Willcox –Arizona–, donde solo había una emisora de radio, dedicada precisamente al country. De ahí le vino su pasión por este estilo y, siendo todavía una niña, supo que se dedicaría a la música.
El compositor Mel Tillis se quedó impresionado por su talento, que también llegó a oídos del productor Billy Sherrill, quien le formalizó su primer contrato con la Columbia. En entrevistas posteriores, Tucker siempre ha expresado su agradecimiento a Sherrill. “Si no hubiera sido por él –ha señalado–, habría acabado siendo una animadora de rodeos”.
Su primer éxito, Delta Dawn (ya escuchado aquí), le llegó en 1972 a la edad de 13 años. En 1975 firmó con MCA Records y continuó su racha de singles y álbumes populares. A principios de los 80, las ventas menguaron, y todo parecía indicar que sería otra estrella adolescente que se desvanecía con el paso del tiempo. Pero no fue así. Tras firmar en 1986 con Capitol Records, su carrera se revitalizó. En 1997 fue nombrada miembro del Salón de la Fama de la Música Country de Texas. En el curso del siglo XXI, aunque ha seguido trabajando, ya no ha tenido el éxito de antaño, y solo ha sacado dos discos de estudio, en 2002 y 2009.
Escuchemos su primer número 1, What’s Your Mama’s Name (1973), perteneciente a su disco homónimo, que grabó a los 14 años. Escrita por Dallas Frazier y Earl Montgomery, su letra, en el mejor estilo country, cuenta una historia, que comienza hace treinta años cuando Bueferd Wilson llega a Memphis en busca de su hija, fruto de una relación anterior en Nueva Orleans. Wilson pregunta a una niña de ojos verdes que, intuye, puede ser su hija: “¿Cuál es el nombre de tu madre?” Las autoridades no le toman en serio y lo terminan encerrando por acoso. La canción termina con la muerte de Wilson, un “alma a la deriva” en cuyo bolsillo encuentran una carta en la que confiesa que tenía una hija y que sus ojos eran verdes. Os dejo con la original de Tanya Tucker en una grabación en el Opry.

Unos meses después, George Jones la incluyó en su álbum Nothing Ever Hurt Me (Half As Bad as Losing You).

Tras la muerte de Tammy Wynette, apareció una edición de coleccionista con una versión de este tema que no se había publicado en vida de la artista.