Hank de gira por Europa

nov 49 Welcomes WSM’s Grand Ole Opry at Neubiberg Air Base
En la actualidad raro es el músico –y no hablo solo de country– que puede prescindir de las giras para promocionar su carrera. Pero, por razones económicas, esto antes no funcionaba así, y lo anómalo era que un artista se pudiera permitir el lujo de salir de las fronteras de su mercado natural para ampliar su público. Pues bien: hasta en esto Hank Williams fue un pionero.
En noviembre de 1949, el Grand Ole Opry realizó su primera gira internacional y Williams, que se había incorporado a su nómina en junio de aquel año, participó en ella. Era un valor seguro: la noche de su debut en el Opry, y aplicando la inflación correspondiente, hizo ganar más de 10.000 dólares de 2019 a WSM, la empresa propietaria de la institución.
Según la carta de invitación de las Fuerzas Aéreas Americanas, en la gira participaron 29 figuras de la música country, entre ellas Red Foley (Clyde Foley), Minnie Pearl (Ophelia C. Cannon), Little Jimmy Dickens (James C. Dickens), Roy Acuff y el propio Hank, que aparecía registrado como Hiram Williams, su verdadero nombre.
La gira, cuyo objeto era entretener al personal de la Fuerza Aérea estadounidense, se prolongó 30 días y tocó suelo alemán, británico y de las islas Azores. No cabe duda de que 1949 fue un año memorable para Hank: en mayo, nació su primer hijo, Hank Williams, Jr.; en junio consiguió el sueño de su vida, entrar en el Grand Ole Opry; y, en noviembre, visitó Europa por primera y única vez en su vida.
Escuchemos la grabación para la radio –la televisión todavía no había despegado y carecemos de imágenes del evento– de Move It On Over, el 18 de noviembre en Berlín. La canción, editada en 1947, habla en clave de humor de un hombre a quien su mujer ha echado de la cama y le pide al perro que se haga a un lado para poder dormir junto a él.

En la presentación al fragmento radiofónico anterior, Hank era presentado como el chico del Lovesick Blues, título de una canción que éste había grabado a finales de 1948 y que, tras su aparición en febrero de 1949, se convirtió en uno de sus mayores éxitos. Aquí la tenéis.

Pocos días antes de esta gira, vio la luz uno de sus temas más emblemáticos, I’m So Lonesome I Could Cry («una de las canciones más tristes que he oído nunca», diría años después Elvis Presley), que grabó el 30 de agosto en Ohio. Escuchémosla.

La hija póstuma de Hank Williams

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En alguna ocasión hemos hablado de Hank Williams Jr., que continuó la saga familiar iniciada por su padre, a quien, sin temor a equivocarnos, podemos calificar como uno de los mayores arquitectos del country.

Menos conocido es el hecho de que Hank Williams tuvo también una hija, fruto de una relación con Bobbie Jett que inició poco antes de divorciarse de su primera mujer, Audrey Williams.

Cinco días después de la muerte de su padre, por abuso y mezcla de medicamentos y alcohol, nacía en Montgomery, Alabama, Antha Belle Jett. Su infancia transcurrió de hogar en hogar, tras ser abandonada por su madre. En 1954 su abuela, Lillian, formalizó el acuerdo entre Hank y Bobbie cuando tuvieron conocimiento del embarazo y adoptó legalmente a la huérfana, pero falleció al año siguiente. El estado de Alabama se ocupó entonces de su custodia y la entregó en adopción a Louise y Wayne Deupree, que la llamaron Cathy Louise.

La pequeña creció sin saber quiénes eran sus padres biológicos, pero a los 21 años, al cumplir la mayoría de edad, recibió un pequeño legado de su abuela y se le abrieron los ojos. Se embarcó en una carrera legal para demostrar su identidad y, en 1985, el Tribunal Supremo de Alabama dictaminó que, en efecto, era hija de Hank Williams. Cambió su nombre por el de Jett Williams y se casó con el abogado que le había ayudado en el litigio.

La carrera musical de Jett ha sido bastante discreta. Fundamentalmente, ha grabado versiones de temas de Hank en los cuatro discos que ha editado: That Reminds Me of Hank (1993), I’m So Lonesome I Could Cry (1995), You Are on My Lonely Mind (1999) y Honk (2008). Escuchemos ya algunas de sus canciones.

En su disco de debut, That Reminds Me of Hank, Jett incluyó una versión de Jambalaya.

Ahora, su interpretación de uno de los mayores éxitos de Hank, I’m So Lonesome I Could Cry, tema que dio título a su segundo álbum.

Your Cheatin’ Heart, en la que Hank Williams se inspiró en el final de su matrimonio con Audrey, también fue versionada por Jett en su cuarto trabajo, Honk.

Con Move It On Over podríamos decir que Hank se adelantó al rock and roll en una fecha tan temprana como 1947. Escuchemos la versión de Jett en Honk (2008).

A su último disco, Honk (2008), pertenece también Long Gone Lonesome Blues.

Pero no todo su trabajo se ha limitado a homenajear a su padre. De su disco de debut, That Reminds Me of Hank, escucharemos, consecutivamente, A Million Tears –escrita por Larry Lee– y Slow Hurry –compuesta por The Bellamy Brothers.

 

Un fiel retrato de Hank Williams

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Hoy comentaremos un biopic de Hank Williams rodado en los últimos meses de 2014 y estrenado recientemente en Estados Unidos. I Saw the Light, que así se llama la cinta, toma su título de la canción gospel homónima de Hank Williams, que este escribió casi al principio de su carrera, en 1948.
El guion se centra en el primer matrimonio de Hank con Audrey Williams y los subsiguientes problemas de salud a los que el cantante tuvo que hacer frente y que lo llevaron al callejón sin salida del alcohol y las drogas. Le da vida el británico Tom Hiddleston –lo hace francamente bien–, interpretando, además, los éxitos de Hank de manera muy competente (la primera canción que escuchamos es Cold, Cold Heart, en la que Hiddleston anuncia el festival de buenas versiones que nos depara el metraje).
Escrita y dirigida por Marc Abraham, I saw the light se basa en una biografía sobre Hank Williams publicada en 1994. Junto a Hiddleston, quien trabajó la parte musical con Rodney Crowell, Elizabeth Olsen, como Audrey, brilla con luz propia. A su vez, el productor y mentor de Hank, Fred Rose (Bradley Whitford), de quien ya os he hablado en entregas anteriores, articula toda la narración mediante entrevistas diseminadas aquí y allá.
La ambientación está muy cuidada y los hechos se ajustan a la realidad. Una escena, por ejemplo, describe la famosa entrevista que ofreció Hank Williams a James Dolan, y también se cuenta el momento en que el jefe de los estudios MGM, Dore Schary, intenta que la estrella se dedique al cine.
Escuchemos ya algunos fragmentos de la banda sonora del filme, publicada por Legacy Recordings.
Move it on over fue el primer éxito importante de Hank Williams, en 1947, así como una de las precursoras del rock and roll.

Os dejo con Tom en colaboración con Saddle Spring Boys interpretando I’m so Lonesome I Could Cry (1949).

Why don’t you love me (1950) es otra de las canciones que preludió el rock and roll.

En Hey goodlooking, Hiddleston hace una versión de la que hasta Hank Williams se habría sentido orgiulloso.

La película se cierra con Jambalaya (1952), que suena en los títulos de crédito.

Hank con otros ojos

hank wiliams cover
La música country, y en particular el honky-tonk, le debe mucho, si no todo, a Hank Williams. Su importancia es tal, que incluso puede presumir de haber “inventado” el rock and roll con su primera canción, Move It On Over (1947).
Mucho se ha estudiado ya su figura, así que, para no ser repetitivo, me voy a centrar en las versiones que otras leyendas del country han ejecutado de clásicos suyos como Jambalaya, I saw the light, Howlin’ at the Moon y otros.
En 1978, para conmemorar el 25 aniversario de su muerte, el sello Mercury Records publicó una recopilación de 40 grandes éxitos del cantante: algunos de esos hits aparecerán hoy aquí pero, como he señalado, en la voz de otros cantantes como Johnny Cash, Patsy Cline o Willie Nelson.
Williams nació en 1923 en Alabama. Sufría de la espalda –espina bífida–, lo que le ocasionó graves dolencias a lo largo de su vida. De hecho, murió el día de Año Nuevo de 1953 a los 29 años de edad, por el abuso de calmantes para mitigar esos dolores. Falleció de camino a un concierto en Canton, Ohio, al que lo llevaba el estudiante Charlie Carr. En el trayecto pararon para visitar a un médico que le puso la inyección que presuntamente fue la causa última de su muerte.
Su carrera no fue, pues, excesivamente larga, pero sí muy fructífera –se conservan más de 200 grabaciones suyas en cinco años–. En 1947 le dio la mano al éxito, y ya nunca le abandonó.
Lovesick Blues, escrita por Friends y Mills en 1922 para el musical Oh, Ernest, fue revitalizada por Williams en una versión de 1949. Escuchémosla aquí en la voz de Patsy Cline, otra cantante que también falleció muy joven, a los 30 años. Esta versión es de 1960.

My Bucket’s got a Hole in it. También de 1949, fue escrita, como la anterior, unos años antes. Un joven Ricky Nelson –tenía 18 años cuando la versionó– la incorporó a su repertorio en 1958.

Como dije al principio, el rock, que eclosionó a partir de la segunda mitad de los 50, bebe en parte de Move it On Over, que se adelantó a su tiempo. Escuchemos aquí la versión de George Thorogood and the Destroyers (1978) en su disco Move It On Over.

I’m so lonesome I could cry (1949) es, en palabras de Elvis, “una de las canciones más tristes que he oído”. He aquí la interpretación de Johnny Cash de 1960, en su disco Now there was a song.

Os dejo ahora con la de Mr. Presley en el concierto que ofreció en Hawai en 1973.

Ahora es el turno de uno de los grandes de la música country, George Jones, quien en 1960 versionó este Howlin’ at the Moon.

Jambalaya. Estamos ante una de las canciones más versionadas de Hank Williams. Fue escrita y grabada por él mismo en 1952, tomando como inspiración la jambalaya, un plato a base de arroz y marisco de la cocina cajun. En 1973, y tras abandonar el legendario grupo CCR, John Fogerty grabó su primer disco en solitario con el título The Blue Ridge Rangers.

Como no podía ser de otra manera, el citado Elvis versionó numerosos temas de Hank Williams, entre ellos el archiconocido Your Cheatin’ Heart. Esta grabación, de 1958, no vería la luz hasta 1965; y había sido escrita por Williams en 1952, tras divorciarse de su primera mujer, Audrey Sheppard, el “corazón infiel” de la composición.

Termino la entrada con una versión de I saw the light, con la que Hank Williams solía terminar sus conciertos. Fue una de las primeras que grabó, en 1947, aunque no salió al mercado hasta el año siguiente. Willie Nelson y Leon Russell hicieron una excelente versión en su disco de 1979 One for the Road.

I saw the light. Hank Williams, 1948

En esta canción el country se funde a la perfección con el gospel y su creador, cuyo primer éxito fue Move it on over un año antes, con este nuevo tema auguraba una carrera fulgurante (truncada con su muerte 5 años más tarde). Aunque en el momento de su creación, I saw the light no se convirtió en un éxito inmediato, con el tiempo se la ha llegado a considerar la canción emblemática de Hank Williams. Él mismo solía cerrar todas sus actuaciones con este tema en cuya letra incluyó sus creencias cristianas. Curiosamente su última actuación en la vida (su propio funeral) vio la sentida interpretación de esta canción por parte de Roy Acuff. Su funeral se convirtió en el mayor evento en asistencia que tuvo lugar en Montgomery, Alabama (su estado natal) de la historia incluso superando al discurso inaugural del presidente de la Confederación Jefferson Davies durante la Guerra de Secesión. El compositor sufría de espina bífida lo que le provocaba agudos dolores de espalda y, eventualmente, le llevaron a la bebida y al consumo de drogas para intentar aliviar el dolor. Es quizá por ello que la canción adquiere un significado más especial si cabe puesto que la canción tiene un mensaje esperanzador lo cual no concordaba con la situación personal que estaba viviendo: problemas de salud, problemas conyugales, problemas de alcoholismo… Esta canción ha sido versionada por muchos artistas de la música country como el mencionado Roy Acuff, Merle Haggard, Willie Nelson o incluso su hijo Hank Williams Jr.
En la letra de la canción hay diferentes alusiones a la Biblia, en concreto al evangelio según San Mateo (estrecha es la puerta y ancho el camino), el libro de los Tesalonicenses o el Apocalipsis de San Juan (no habrá más noche, el Señor da luz).
Perdurable siempre será el verso que abre la canción: “Vagaba sin propósito, la vida llena de pecado, no quería dejar entrar a mi querido Salvador”. Pero al final “Vio la luz”. En resumen, un gran compositor y un gran poeta como tendremos ocasión de ver con otros clásicos suyos que también aparecerán aquí.