Uno de los padres del rockabilly, Carl Perkins, fue el autor de este tema popularizado por Johnny Cash. La canción incorpora partes del estribillo del himno gospel Will the Circle be Unbroken, escrito en 1907 por Ada Habershon (letra) y Charles Gabriel (música). El patriarca de la familia Carter, A.P., se inspiró también en él para Can the Circle Be Unbroken (1935), ya escuchada aquí.
Perkins pidió permiso a los supervivientes de los Carter para utilizar partes de la melodía. En la letra hay una alusión a la vida personal de Cash: cuando este tenía 12 años, su hermano mayor, Jack, falleció por un accidente con una sierra en el molino donde trabajaba (“Yo y mi hermano nos reuniremos allí” (en el cielo). La canción narra la vida de una familia de granjeros cuya única alegría es la música, que les ayuda a sobrellevar su dura existencia. «Papá cantaba con voz de bajo, mamá con voz de tenor, el canto parece ayudar a un alma atribulada».
Cash fue el primero en grabarla para su álbum The Holy Land (1969) y el single, aparecido el año anterior, fue nominado por la Asociación de la música country al mejor del año. La grabación cuenta con las voces de June Carter y The Statler Brothers.
El propio autor, Carl Perkins, la grabó al año siguiente para su álbum Greatest Hits.
The Statler Brothers la incluyeron en Oh, Happy Day (1969).
Skeeter Davis la versionó en Mary Frances (1969).
Escuchemos a Mel Tillis en Who’s Julie (1969).
Ahora, Glen Campbell en Oh Happy Days (1970).
Connie Smith y Nat Stuckey la cantaron a dúo en Sunday Morning (1970).
nat stuckey
Adiós a Jim Ed Brown, un imprescindible del Opry
Hace menos de un mes os hablaba de él porque lo habían elegido miembro del Salón de la Fama de la música country. Ahora volvemos a traerlo a este río de country porque Brown murió el pasado 11 de junio a los 81 años de edad, en Tennessee, víctima de un cáncer de pulmón.
Empezó su carrera musical junto a sus hermanas, con las que formó el grupo The Browns. A finales de los 50, se planteó abandonarla pero el productor Chet Atkins le convenció de lo contrario. Fue entonces cuando grabó una de sus canciones más emblemáticas, Three Bells, ya escuchada aquí.
En 1967 inició su carrera en solitario; y, en 1976, emprendió una fecunda colaboración con Helen Cornelius, con la que grabó varios dúos muy populares y alcanzó su único número 1 en las listas, I Don’t Want to Have to Marry You. Su extensa discografía se compone de 22 discos de estudio –el último de ellos, In Style Again, salió en enero de 2015… tras 40 años en blanco– y más de 50 singles.
Asiduo del Grand Ole Opry, ha sido miembro activo del mismo desde 1963, y, como homenaje, el pasado 15 de junio el Ryman Auditorium, su sede, acogió el funeral de la estrella. Aunque su ceremonia de ingreso en el Salón de la Fama estaba prevista para octubre, al saber de su enfermedad, la organización envió una delegación al hospital donde estaba ingresado y el 4 de junio le impuso la medalla correspondiente.
Escuchemos su mayor éxito en solitario –llegó al número 3 de la lista Billboard–, Pop a Top, compuesto por Nat Stuckey e incluido en el álbum Just Jim (1967). Su título hace referencia al sonido de una lata al abrirse y es que la canción –no muy original, por cierto– se desarrolla en un bar donde un hombre pide otra ronda para intentar olvidar su reciente ruptura.
Alan Jackson la versionó en su disco Under the Influence (1999).