2018 en el recuerdo

2018-2019 #2
Aprovechemos esta entrada para echar la vista atrás y comentar lo más destacado que nos ha deparado el country este último año.
A quiénes hemos dicho adiós:
12 feb: Daryle Singletary –46 años–, representante del country neotradicionalista.
17 abr: Randy Scruggs –64 años–, ganador de varios Grammy e hijo del virtuoso del banjo Earl Scruggs.
15 nov: Roy Clark –85 años–, difusor del country en la televisión.
Otras noticias relacionadas con el country:
2 feb: El dúo Montgomery Gentry saca su último disco, grabado poco antes de la muerte de uno de sus componentes, Troy Gentry, el año anterior.
15 abr: La matanza de Las Vegas está muy presente en la ceremonia de la Academia de música country que se celebra allí.
26 jun: Se anuncia que Dolly Parton, Emmylou Harris, Faith Hill y Linda Ronstadt tendrán su estrella en el paseo de la fama de Hollywood en 2019.
26 jul: Se emite el último capítulo de Nashville, serie de seis temporadas que sigue a un grupo de personajes que quieren abrirse camino en la capital del country.
20 sep: Carrie Underwood recibe su estrella en el paseo de la Fama de Hollywood.
15 nov: Entrega de los premios de la Asociación de música country. Volvamos a escuchar el premio al mejor single del año, Broken Halos, de Chris Stapleton.

20 nov: Jimmie Allen se convierte en el primer afroamericano en situar su single de debut Best Shot en el número 1 de la lisa Billboard. Pertenece a su álbum Mercury Lane.

Nuevos miembros Salón de la Fama de la música country

Ricky Skaggs
Johnny Gimble
Dottie West
Nuevos miembros Salón de la Fama de música bluegrass
Ricky Skaggs
Tom T. Hall y Dixie Hall
Paul Williams
Mejores canciones
Termino con una selección de temas que, en mi opinión, han sido de lo mejor que ha aparecido este curso.
I Saw the Light, de Josh Turner, pertenece a su disco I Serve a Saviour, aparecido a finales de octubre. Esta canción gospel ya la grabó Hank Williams en 1948.

Ahora, una muestra de las mejores muestras de bluegrass del año, By Now I Would Be Dead, de Junior Sisk, perteneciente a su disco Brand New Shade of Blue, aparecido en junio. La letra relata las duras tareas que exige una granja y que llevarán al narrador “a la tumba”.

Ahora, una animada canción del último disco de Jason Eady, aparecido en agosto, I Lost My Mind in Carolina.

El cantautor de Texas Randall King, que creció escuchando a Keith Whitley, Alan Jackson o George Strait, por citar solo a unos pocos, recupera el sonido del country tradicional en su álbum de debut Randall King, aparecido en abril. Una de sus pistas es Mirror Mirror.

That’s What Hank Would Do, de Dillon Carmichael y su disco Hell on an Angel, es otro homenaje del country a la música imperecedera de Hank Williams. Vio la luz en octubre.

The Devil Don’t Scare Me pertenece al álbum de Josh Ward More than I Deserve, que salió en junio. El narrador acaba de perder a su amada y ahora ya nada le asusta, ni siquiera el diablo.

Turno de una veterana del country, Loretta Lynn. En septiembre sacaba Wouldn’t it be Great. Escuchemos Another Bridge to Burn, obra de la propia Lynn y Lola Jean Dillon. Ante la falta de compromiso de su pareja, una mujer se plantea abandonarlo por un nuevo amor.

En mayo aparecía el disco Yesterday and Me, de Kayla Ray. En esta canción, Once a week cheaters, Kayla Ray colabora con Colton Hawkins. Dos amantes, cada uno con su pareja, se preguntan por las consecuencias de su infidelidad.

En mayo salía al mercado el nuevo disco de Tim Culpepper, DUI (Drinking Under the Influence). A él pertenece Another Way to Try. El narrador no puede soportar que su pareja le haya dejado: «Realmente no hay diferencia entre tu partida y un arma cargada».

Por último, When Willie’s Gone, de Adam Harvey, que apareció a finales de julio en The Nashville Tapes. Aquí, Adam Harvey dice: «Me pregunto cómo será el mundo, cómo será la música country, quién se fumará toda esa marihuana cuando Willie no esté».

El country marca su territorio (XXIV)

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68. Heads Carolina, Tails California. No a uno sino a dos… En efecto, esta canción hace referencia a dos estados que, además, se asocian con una manera opuesta de vivir. El estado sureño de Carolina y California, uno de los paradigmas de la vida ajetreada del país. Jo Dee Messina debutó con este single en 1996, en el que le propone a su pareja jugarse a cara o cruz el lugar donde echar raíces para construir su vida. En realidad, lo único que realmente importa es que vayan juntos. La canción fue escrita por Tim Nichols y Mark D. Sanders y editada por el sello independiente Curb Records.

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69. Tennessee Stud. Evidentemente, el estado donde nació la música country –y cuya capital es sede del Grand Ole Opry y de gran parte de los sellos discográficos de este género– tenía que estar representada con holgura en esta serie. Empezamos por una canción compuesta por Jimmy Driftwood, ese profesor que se dedicaba también a componer, como vimos en la entrada dedicada a The battle of New Orleans. Esta que vamos a escuchar es su composición más versionada. Driftwood hila una historia divertida acerca de un semental de Tennessee. En 1825, el narrador sale de allí en dirección a Arkansas, por problemas con su familia política. En su nuevo destino se enfrenta con un forajido a cuenta de su caballo. “Le disparó y el otro cayó dándose un batacazo”. Cuando vuelve a Tennessee, le da su merecido a la familia de su novia, se olvida de esta y se enamora de una chica de cabellos dorados que monta una yegua. Finalmente, se casan, tienen un hijo y la yegua y el caballo tienen un potro. La primera versión de Eddy Arnold se convirtió en un éxito en 1959 y su interpretación le valió una nominación a los Grammy.

Escuchemos la versión de Johnny Cash, correspondiente a su álbum American Recordings, de 1994.

Por último, os dejo con una de las mejores versiones de este tema: la de Doc Watson para su álbum Tennessee Stud (2003).

70. Tennessee Flat-Top Box. A finales de 1961, salió esta canción escrita por Johnny Cash. La letra cuenta la historia de un chico de pelo oscuro, un as tocando la guitarra acústica (coloquialmente, flat-top box), que, en los comienzos de su carrera, actúa en un bar de Texas cerca de la frontera. Tanta popularidad hace que todas las chicas –“desde los 9 a los 90 años”– queden hipnotizadas con sus actuaciones. Algunas se van casa a hurtadillas y hasta empeñan sus joyas para disfrutar de su música. Un día, el chico desaparece del bar y sus fans le esperan día tras día, hasta que lo ven en el Hit Parade con su sueño cumplido.

En 1987, Rosanne Cash, la hija del maestro, nos regaló una versión que no desmerece en absoluto del original, y en la que Randy Scruggs, el hijo de Earl (de quien os hablé el pasado 28 de abril), se ocupa de los solos de guitarra.