Bluegrass and White Snow. Patty Loveless, 2002

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Hoy he seleccionado uno de los discos de música country navideños más destacados, en mi opinión, de todos los tiempos. La dama del bluegrass Patty Loveless –nombre artístico de Patty Lee Ramey– nos deleitó en 2002 con este Bluegrass and White Snow, producido por su marido Emory Gordy Jr. para el sello Epic Records.
Los temas que incluye son muy variados: hay desde interpretaciones de clásicos navideños, hasta composiciones propias de la cantante, co-escritas junto a su marido, o incluso un tema netamente instrumental. Destaca su rica instrumentación, una fiesta para los oídos ejecutada por la mandolina, el banjo, el fiddle y otros muchos instrumentos típicos de la música bluegrass.
El disco se abre con Away in a Manger, un villancico del siglo XIX muy conocido en el mundo anglófono.

Si hubiera que elegir un villancico que representara la Navidad, ése sería, tal vez, Silent night, traducido a multitud de lenguas del original alemán, Stilles Nacht, de 1818. Durante la Primera Guerra Mundial, en la tregua de Navidad de 1914, los soldados de ambos bandos entonaron este villancico.

La única pieza instrumental es este Carol of the Bells, un villancico popular ucraniano.

Esta es su versión de Little Drummer Boy, a dúo con Rebecca Lynn Howard. Es, sí, El tamborilero hispano, universalizado por Raphael.

Os dejo ahora con una composición original para el disco, Santa Train.

Y terminamos con la canción que da título al disco, Bluegrass, White Snow, con la colaboración de Dolly Parton y Ricky Scaggs.

The wings of a dove. Bob Ferguson, 1958

Aunque esta canción fue compuesta por Robert Bruce Ferguson, no se hizo famosa hasta dos años más tarde gracias a la grabación de Ferlin Husky que llegó al número 1 durante 10 semanas entre el 60 y el 61. La canción fue utilizada para la película sobre una estrella del country, Gracias y favores (1983) protagonizada por Robert Duvall. Por cierto, Duvall confiere a su interpretación del tema un ritmo lento y lleno de emoción. En 1987 la Broadcast Music Incorporated concedió a Ferguson una medalla por el millón de veces que había sonado canción en las ondas. Gran cantidad de artistas han visto el potencial de esta canción y la han grabado destacando las versiones de Loretta Lynn, Dolly Parton, el representante del bluegrass Ricky Scaggs, el grupo de gospel The Jordanaires entre otros. Respecto a la letra de la canción, une a la perfección la cadencia del country con la historia bíblica pues hace referencia a distintos pasajes de la Biblia donde Dios envía una paloma blanca a la humanidad como símbolo de su amor como cuando tras el diluvio universal envió una paloma a Noé para buscar tierra firme.

Bill Monroe, el padre de la música bluegrass

Bill Monroe
Hace unas semanas, traía a colación un diálogo de la película Alabama Monroe, en el que se sostenía que Bill Monroe era el mejor compositor de todos los tiempos. Voy a intentar demostrar que esta afirmación es cierta, en particular en lo que a música bluegrass se refiere.
Monroe nació en 1911 en Kentucky. Su estado natal lo acompañó durante toda su vida, y a él le dedicó numerosas canciones que hoy se consideran himnos oficiosos del estado.
Vio la luz en el seno de una familia que se dedicaba profesionalmente a la música. Sin ir más lejos, su tío era Pen Vandiver, un virtuoso del violín del que Monroe lo aprendió todo, y es que a los 16 años se quedó huérfano de madre y padre y se fue a vivir con él.
Le solía acompañar con la mandolina, un instrumento en el que se había especializado cuando su tío tocaba el violín en bailes campestres. En 1929, se trasladó a Indiana junto con sus hermanos, Birch y Charlie, también músicos, y formó el grupo Monroe Brothers. Birch abandonó la empresa y Bill y Charlie siguieron como dúo hasta 1938. Ese mismo año formó el grupo con el que alcanzaría la fama, The Bluegrass Boys y, al año siguiente, se unió a las filas del Grand Ole Opry, institución de la que formó parte hasta su muerte.
En esos años experimentó con varios instrumentos como el acordeón, que no tardó en aparcar, o el banjo, que le dio un sonido característico a la banda. Durante un tiempo, los virtuosos del banjo Earl Scruggs y Lester Flatt se unieron al grupo, si bien lo dejarían para formar el suyo propio, The Foggy Mountain Boys.
En 1949, tras firmar con la Decca Records, se inició su edad dorada, con la grabación de multitud de clásicos del bluegrass. Aunque a finales de los 50 su carrera empezó a decaer para dejar paso a otros estilos como el rock, en los 60 se dio una revitalización de la música folk, con la proliferación de numerosos festivales dedicados al género.
Bill Monroe trabajó hasta pocos meses antes de su muerte, acaecida en 1996, cuando estaba a punto de cumplir 85 años. Su legado llega hasta la actualidad. Ricky Scaggs ha declarado: “Creo que la importancia de Bill Monroe para la música americana es como la de Robert Johnson al blues o como la de Louis Armstrong. Es probablemente el único músico cuyo grupo ha dado nombre a un estilo de música”.
Escuchemos ahora la canción que dedicó a una de sus mayores influencias musicales, su tío. En 1950, grabó Uncle Pen, versionada posteriormente por Porter Wagoner o Ricky Scaggs. Esta la cantó en el Grand Ole Opry en 1956.